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Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., así empieza una carta dirigida por 20 científicos, quienes piden la protección legal internacional para la biodiversidad de los océanos: "La alta mar, es decir, las áreas marinas que quedan fuera de la jurisdicción nacional de los diferentes países, cubren casi la mitad de la superficie de la Tierra. Los océanos abiertos son indispensables para nuestro planeta de innumerables maneras: entre otras funciones tienen un papel protagonista en la regulación del clima, son la fuente de alimentación de millones de personas en el mundo y sirven de soporte a innumerables industrias que contribuyen con miles de millones a la economía global...." siga leyendo.....
Los autores de la misiva, publicada en la revista Science, exponen que menos del 1% del océano abierto está totalmente protegido y que el mosaico actual de gestión y la falta de supervisión deja a estos en una situación de vulnerabilidad ante el abuso. A continuación, reproducimos el texto íntegro de la carta.
Océano Atlántico Sur
Foto: NASA/Goddard Space Flight Center Ocean Color/NOAA-20/NASA-NOAA Suomi NPP
La alta mar, es decir, las áreas marinas que quedan fuera de la jurisdicción nacional de los diferentes países, cubren casi la mitad de la superficie de la Tierra. Los océanos abiertos son indispensables para nuestro planeta de innumerables maneras: entre otras funciones tienen un papel protagonista en la regulación del clima, son la fuente de alimentación de millones de personas en el mundo y sirven de soporte a innumerables industrias que contribuyen con miles de millones a la economía global.
Aun así, menos del 1% de los océano abiertos están totalmente protegidos, y el mosaico actual de gestión y la falta de supervisión los deja vulnerables al abuso. En 2017, las Naciones Unidas resolvieron desarrollar un tratado internacional para la conservación y uso sostenible del océano abierto. Las negociaciones, cuya próxima ronda tendrán lugar en el mes de marzo de 2022, terminarán este año. Debemos asegurarnos de que el próximo marco conserve la biodiversidad en alta mar y promueva el uso sostenible y equitativo del océano.
Para maximizar la protección de la biodiversidad más allá de la jurisdicción nacional, el tratado de alta mar debe incorporar el establecimiento oportuno de una red de áreas marinas completamente protegidas para diversos hábitats en lugares estratégicos. Las reservas marinas totalmente protegidas en mar abierto preservan las poblaciones de peces, protegen los frágiles y valiosos ecosistemas y aumentan la resiliencia de estos segundos. Pero la implementación de áreas marinas protegidas efectivas requerirá un enfoque coordinado entre los organismos regionales y sectoriales existentes y la comunidad científica.
El tratado también debe proporcionar un marco sólido para evaluar los impactos ambientales de las actividades en alta mar. Dichas evaluaciones deben utilizar estándares globales exhaustivos y rigurosos y un seguimiento transparente. Y cuando sea necesario, los procesos de evaluación existentes deben reinventarse para medir mejor los impactos acumulativos. También, debido a que la alta mar es dinámica y poco conocida, se requerirán evaluaciones ambientales estratégicas para diseñar políticas efectivas en el futuro.
La implementación de áreas marinas protegidas efectivas requerirá un enfoque coordinado entre los organismos regionales y sectoriales existentes y la comunidad científica.
Finalmente, el tratado debe establecer un marco institucional sólido que permita la implementación exitosa de estas salvaguardas. Como mínimo, los cambios requerirán un órgano administrativo, un órgano de toma de decisiones, un comité científico con influencia en la toma de decisiones y un comité de cumplimiento. Todas las actividades, decisiones y planes deben ser abiertos y transparentes.
Todos los años, los ecosistemas marinos vulnerables y poco estudiados se ven alterados sustancialmente y en algunos casos de manera permanente por las actividades humanas. El tratado en ciernes brinda la oportunidad de conservar la alta mar para las generaciones venideras y crear un océano más equitativo para toda la humanidad. Hacemos un llamamiento a todas las naciones para que construyan un tratado ambicioso y concluyan estas negociaciones lo antes posible para finalmente establecer la protección legal para la mitad desprotegida de nuestro planeta.
Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., en la república africana de Uganda, florece un negocio de la caza y venta de grillos de matorral conocéfalos, conocidos como saltamontes o nsenene, que constituye una fuente de proteínas clave a los mercados de Uganda.
NATIONAL GEOGRAPHIC: narra .- "Los «visitantes», como los llaman en el lugar, se congregan en enormes enjambres para aparearse y alimentarse tras las lluvias de otoño y primavera, y es cuando cientos de personas de todo el país salen a recolectarlos. Salados y fritos, en Uganda se consideran un manjar; se venden a menos de dos euros el saco en mercados, paradas de taxi y puestos de carretera. («A vosotros os gusta comer palomitas de maíz cuando miráis una peli, ¿verdad? Pues yo pico nsenene», me dice alguien).
Es noviembre de 2020, y en Harugongo deberían estar en plena campaña otoñal. Cuenta la leyenda que estos insectos proceden de la luna, y esta noche hay luna llena. Sin embargo, «no tenemos ni uno –dice Islam–. ¿Dónde se han metido?».
Ricos en proteínas, hierro, zinc y otros minerales esenciales, los grillos de matorral, y los insectos comestibles en general, han sido promovidos por la FAO como una de las «fuentes de alimentos del futuro», clave para lograr la seguridad alimentaria, paliar el hambre y prevenir la desnutrición. Y esto es importante en países como Uganda, donde casi un tercio de la población infantil sufre retrasos del crecimiento y la mitad de los menores de cinco años y un tercio de las mujeres padecen anemia...." ......siga leyendo................
Los recolectores de estos insectos saltarines suministran una fuente de proteína clave a los mercados de Uganda. Pero la sobreexplotación y el cambio climático podrían poner en jaque este alimento del futuro.
Un joven escucha el zumbido de las alas de los insectos y el ruido que generan sus cuerpos al chocar con las planchas de metal corrugado que conforman las paredes de una macrotrampa.
Atraídos por las luces ultrabrillantes y sedados con humo, los enjambres de grillos de matorral caen en los bidones. Estos insectos son un aperitivo muy apreciado, pero la creciente demanda y la pérdida de hábitat están reduciendo sus poblaciones.
Es una noche fría, y un fuerte viento sopla en lo alto de una colina del sudoeste de Uganda.
Mapa ubicación Harugongo, Uganda.
Mapa: NGM Maps
El viento sacude las planchas metálicas de uno por dos metros que conforman las paredes inclinadas de la gigantesca trampa para insectos. A unos metros de distancia ruge un generador diésel que alimenta una bombilla de 400 vatios situada en el centro. La luz resulta cegadora a ojos humanos, pero es un imán para Ruspolia differens. En Uganda los llaman «saltamontes» o nsenene, pero en realidad son grillos de matorral conocéfalos.
Al pie de las planchas aguardan, vacíos, decenas de bidones. Muy pronto, confía Kiggundu Islam, presidente de la asociación local de recolectores de grillos, contendrán millones de estos insectos de casi ocho centímetros de longitud.
Una velocidad de obturación lenta permite al fotógrafo captar los movimientos de los grillos de matorral conocéfalos, conocidos en Uganda como «saltamontes» o nsenene.
Conforme el número de estos insectos mengua, el desarrollo de técnicas de cría en cautividad podría mejorar la seguridad alimentaria, crear nuevas fuentes de ingresos para los campesinos y proteger las poblaciones silvestres de esta especie.
Foto: Jasper Doest
Los «visitantes», como los llaman en el lugar, se congregan en enormes enjambres para aparearse y alimentarse tras las lluvias de otoño y primavera, y es cuando cientos de personas de todo el país salen a recolectarlos. Salados y fritos, en Uganda se consideran un manjar; se venden a menos de dos euros el saco en mercados, paradas de taxi y puestos de carretera. («A vosotros os gusta comer palomitas de maíz cuando miráis una peli, ¿verdad? Pues yo pico nsenene», me dice alguien).
Es noviembre de 2020, y en Harugongo deberían estar en plena campaña otoñal. Cuenta la leyenda que estos insectos proceden de la luna, y esta noche hay luna llena. Sin embargo, «no tenemos ni uno –dice Islam–. ¿Dónde se han metido?».
Ricos en proteínas, hierro, zinc y otros minerales esenciales, los grillos de matorral, y los insectos comestibles en general, han sido promovidos por la FAO como una de las «fuentes de alimentos del futuro», clave para lograr la seguridad alimentaria, paliar el hambre y prevenir la desnutrición. Y esto es importante en países como Uganda, donde casi un tercio de la población infantil sufre retrasos del crecimiento y la mitad de los menores de cinco años y un tercio de las mujeres padecen anemia.
Los recolectores descargan de las bacas sacos de grillos de matorral vivos en el mercado de Katwe, en Kampala.
Los minoristas pujan a gritos para hacerse con el género; a veces el ganador revende porciones más pequeñas a la competencia para obtener el mayor beneficio posible. La escasez y la demanda creciente de estas delicias saladas y fritas han hecho que el negocio del nsenene sea cada vez más competitivo.
Foto: Jasper Doest
Pero lo que antes era en Uganda una recolección personal y a pequeña escala ha devenido en una actividad cada vez más mercantilizada, con macrotrampas instaladas en colinas y tejados que recogen toneladas de grillos de matorral para satisfacer una demanda al alza. Mientras, la disminución de las capturas sugiere que la especie está sobreexplotada, lo que se traduce en presiones para hacer la recolección de estos insectos más sostenible.
Muntadhar Nasif muestra los grillos que ha atrapado mientras ayudaba a un amigo recolector.
De niño los cogía, pero ahora tiene unos ingresos estables como guía turístico. Dice que el negocio del nsenene es arriesgado, porque los enjambres son más pequeños y menos fiables que antes.
Foto: Jasper Doest
Cuando Islam empezó a recolectar grillos en 2017, era solo para consumo de la familia. Recogían los que una luz de seguridad atraía hacia su casa. Pero la creciente demanda prometía unos buenos ingresos e Islam no tardó en instalar dos trampas comerciales. «Venían nsenene a montones», recuerda. «Teníamos muchos clientes que venían a por ellos. En una buena noche sacas hasta 400 sacos –de hasta 50 kilos cada uno– que luego vendemos en Kampala». Pero estos tres días en la colina de Harugongo no han dado frutos.
«La demanda de estos insectos se ha disparado –confirma Philip Nyeko, entomólogo de la Universidad Makerere, en Kampala–. Y la oferta, al ser estacional, no puede seguirle el ritmo».
Nyeko dirige un equipo de investigadores que está desarrollando un método de cría en cautividad de los grillos de matorral. El objetivo es aliviar la presión ejercida sobre las poblaciones silvestres, posibilitar que exista oferta de nsenene todo el año y proporcionar otra fuente de ingresos a los agricultores, cuyos cultivos están cada vez más amenazados por las graves sequías y las plagas.
Hasta hace poco apenas existía conocimiento científico sobre la biología, la ecología o el ciclo vital de estos insectos. «Si los sacas de su hábitat natural, ¿en qué condiciones los mantienes? ¿Dónde los metes?», se preguntaba Nyeko. ¿Qué temperatura prefieren? ¿Qué alimentos les van mejor? ¿Dónde desovan? Hubo que empezar de cero.
La expansión de la red eléctrica en Uganda ha provocado la proliferación de grandes trampas.
Los recolectores de insectos colocan postes de madera en los que instalan focos con bombillas de hasta 1.200 vatios, unas 20 veces más potentes que una bombilla doméstica. La luz atrae más grillos, pero también eleva el riesgo de sufrir quemaduras y daños oculares.
Foto: Jasper Doest
Es una mañana soleada en Katwe, un mercado de Kampala donde los puestecillos de madera flanquean una embarrada pista de tierra. Junto a cada puesto hay hombres y mujeres debajo de enormes sombrillas, aparentemente mano sobre mano. Entonces aparece un hombre con un saco de plástico lleno hasta la mitad de grillos. Los vendedores despiertan de su inactividad y lo rodean. ¿Cuánto pides? ¿Vas a traer más? El hombre es proveedor de grillos de matorral, pero hoy trae poco género, que lo compra el dueño de un puesto cercano. Los demás se alejan decepcionados, confiando en poder hacerse con la siguiente remesa.
El problema no es solo la sobreexplotación, dice Hajji Quraish Katongole, jefe de Old Masaka Basenene Association Limited, la organización nacional de recolectores que establece normas para esta actividad y lleva un registro de quienes la ejercen. «Dios ha bendecido a Uganda con un suelo fértil y un entorno favorable», dice, pero las talas forestales para dar paso a la caña de azúcar y la palma aceitera han destruido gran parte del hábitat del grillo de matorral. Y el cambio climático hace que las estaciones lluviosas sean imprevisibles, lo que repercute sobre la formación de enjambres.
«Si solo dependemos de la naturaleza, quizá no sea sostenible» para el futuro de la especie, declara Geoffrey Malinga, catedrático de la Universidad de Gulu, que ha firmado un acuerdo de colaboración con la Universidad Makerere y la Universidad de Copenhague para realizar los inminentes ensayos de campo del proyecto de cría en cautividad. Los grillos de matorral conocéfalos no pueden desaparecer bajo ningún concepto: constituyen una fuente de proteínas crucial para una parte de la población ugandesa, «sobre todo niños pobres que no pueden permitirse otras fuentes de proteína como la carne», explica Malinga.
Namuna Mzee recoge nsenene de una planta de maíz.
A diferencia de sus parientes las langostas –cuyas plagas arruinan cosechas y medios de subsistencia en toda el África oriental—, estos grillos no suelen ser tan destructivos en Uganda, donde generan empleo a recolectores y vendedores. El cambio climático ha hecho que se intensifiquen las plagas de langostas, y en cambio supone una amenaza para el grillo de matorral, cuyo ciclo vital está íntimamente ligado a unas estaciones lluviosas estables.
Foto: Jasper Doest
En 2019, tras ocho años de experimentos, Nyeko y sus colaboradores descifraron el secreto para criarlos en cautividad: jaulas de malla metálica y plexiglás, una variedad de cereales como alimento y arena húmeda. El siguiente paso eran los ensayos de campo. La pandemia retrasó los planes de implantar un proyecto piloto con agricultores en 2020, pero está previsto que se lance a principios de 2022. Los investigadores han seleccionado para participar en él a 99 poblaciones del distrito central de Mityana, pensando en que eso sea el germen de algo mayor.
«Nosotros formamos a esos agricultores y ellos a su vez formarán a otros», dice Malinga.
Esta vista aérea de las trampas muestra cómo cooperan los recolectores entre sí para aumentar la luminosidad y el calor, y atraer de este modo más grillos de matorral.
Hace décadas la gente los atrapaba con sábanas para consumo familiar, pero el auge de los nseneneha convertido su recolección en un negocio, lo que ha dado lugar a la proliferación de macrotrampas como estas.
Foto: Jasper Doest
También planean probar de introducir nsenene en las gachas que comen los niños en la escuela.
En la colina de Harugongo, Islam ha regresado. Una careta, perneras y mangas largas protegen a este hombre enjuto y de voz grave de la intensa luz de la trampa... y del doloroso contacto de los escarabajos errantes de fuego. La temporada de otoño de 2021 ha comenzado hace unos días y ha recogido tres sacos, dos menos que el año anterior en las mismas fechas. Como otros colegas, ha pedido préstamos para aguantar en el negocio y le preocupa su devolución. «Ahora tendremos que buscar un plan B –dice–. Habrá que encontrar otra fuente de ingresos que no sean los "saltamontes"».
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La periodista Halima Athumani está afincada en Uganda. Este es su primer artículo para la revista. Jasper Doest centra su trabajo en explorar la relación entre la naturaleza y el ser humano.
Este artículo pertenece al número de Marzo de 2022 de la revista National Geographic.
Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., muchos se preguntan: ¿Por qué Rusia invadió a Ucrania, siendo hermanos de raza e idioma?, hemos recogido dos reportajes para entender esta invasión hecha a imagen y semejanza de Vladimir Putín, presidente de Rusia, quien según los analistas internacionales pretende crear un nacionalismo de etnia dentro de sus fronteras, para impedir el avance de Occidente, que utilizando a la OTAN.
NATIONAL GEOGRAPHI, dice: "¿Por qué Vladimir Putin no ha aceptado el camino de independencia y soberanía de Ucrania? Para muchos rusos, Ucrania sigue siendo un territorio muy ligado a ellos, algo que también piensan muchos ucranianos. Pero los rusos también consideran a Ucrania un “hermano menor”. No aceptan que los ucranianos puedan dirigir sus propios destinos y decidir lo que quieren. Vladimir Putin y parte de los políticos rusos están acostumbrados a la idea de ser un imperio. Para ellos, representa una humillación que Ucrania siga su propio camino en la política internacional. "
BBC Noticias en español, dice: "Desde hace años Putin buscaba imponer su presencia a nivel internacional y poco a poco se ha ido preparando para esto. Anteriormente, ya había tomado pedazos de territorios a otras naciones, como lo hizo con Abjasia y Osetia, en Georgia. Y para preparar sus tropas para estas incursiones y levantar su moral, no solo remodernizó el Ejército ruso, sino que lo llevó a campañas como la guerra de Siria, donde fueron bien preparados para acciones posteriores." .... siga leyendo.......
En la mañana del 24 de febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó a sus tropas bombardear e invadir Ucrania, país vecino. Es la primera gran agresión de este tipo en Europa desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el fin de la dictadura de los nazis en Alemania. ¿Qué ha provocado este ataque?
Una ciudadana ucraniana llora desconsolada junto a su casa después de un ataque con misiles en la ciudad de Kiev, Ucrania, el viernes 25 de febrero de 2022
Rusia es la nación más grande de la tierra, un verdadero continente. Su territorio se extiende desde el centro de Europa hasta el extremo de Asia. Durante buena parte del siglo XX, Rusia existió dentro de un estado aún más grande que se llamó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Ese estado nació cuando, después de la Revolución de 1917, el Imperio de los zares de Rusia se deshizo y un número importante de países surgieron de sus cenizas: Polonia, Estonia, Letonia o Lituania, pero también otros como Ucrania y Georgia y, por supuesto, la república de Rusia.
Rusia se convirtió en el primer Estado socialista del mundo. Estaba dirigida por los bolcheviques, un partido antiliberal y antidemocrático que, si bien inició algunas leyes progresistas e innovadoras, controlaba la sociedad con una dictadura marcada por la violencia y la imposición. Los bolcheviques querían crear una sociedad igualitaria, pero para ello suprimieron las libertades ciudadanas y los derechos civiles. Destruyeron así la primera democracia parlamentaria que se había creado en Rusia.
Cuando la Rusia bolchevique se consolidó, comenzaron a atacar a los países que la rodeaban. En unos pocos años, Rusia invadió y recuperó muchos de los territorios que había perdido y los incorporó a la URSS. Uno de ellos fue Ucrania, un territorio muy amplio del que una parte quedó en manos de Polonia.
En la Edad Media había existido un primer estado ucraniano, la Rus de Kiev, que también se considera el inicio de Rusia. Cuando, en el siglo XVIII, Rusia se convirtió en un imperio, casi toda Ucrania quedó en sus manos. La cultura y el idioma ucraniano fueron menospreciados y perseguidos durante muchos años. A la lengua ucraniana se la consideraba mero dialecto de la rusa, la cultura propia se veía como campesina, pobre, poco sofisticada. Las élites culturales ucranianas lucharon por una autonomía en el imperio y, cuando este se hundió tras la revolución, intentaron crear un Estado independiente.
La reconquista del país por los bolcheviques tuvo primero una cara amable: se permitió el florecimiento de la cultura y la lengua. Pero luego la política se hizo muy restrictiva. Las políticas de los bolcheviques llevaron al país a una gran hambruna, llamada Holodomor, en la que murieron millones de ucranianos.
Thank you for watching
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis invadieron la URSS y provocaron una enorme destrucción en Ucrania, asesinando a millones de personas, incluyendo a casi toda la población judía. Ucrania fue uno de los escenarios del Holocausto. Una parte de los ucranianos colaboró con los nazis para lograr su independencia, cometiendo muchos crímenes. Otra parte luchó contra los invasores nazis y consiguió expulsarlos del país, junto con el ejército de la URSS.
Con el tiempo, Ucrania dentro de la URSS se recuperó y llegó a ser uno de los territorios más importantes de la Unión. Tenía una gran industria y era considerada como el granero del país: producía una gran cantidad de trigo y pan. Cuando en 1991, tras muchas tensiones, la URSS se disolvió, los países que la componían se hicieron independientes. Ucrania también votó, en un referéndum masivo, a favor de su consolidación como Estado propio.
Rusia en el siglo XXI
El camino para la paz y la prosperidad estaba aún lejos. Ucrania es un país muy grande, donde casi la mitad de la población tiene como lengua materna el ruso y se sienten vinculados a Rusia. Había mucha indecisión acerca del camino que tenía que tomar Ucrania: ir hacia la Unión Europea y occidentalizarse o mantenerse bajo la influencia de Rusia. Muchos ucranianos pensaban que era posible tener ambas cosas.
Aprovechando una crisis política en Ucrania en 2014, con manifestaciones y violencia callejera, Vladimir Putin ordenó a sus tropas invadir de forma anónima (sin uniforme) la península de Crimea, que formaba parte de Ucrania. También impulsó levantamientos en dos provincias fronterizas con Rusia (Donetsk y Lugansk), que convirtieron esa parte del país en una zona de guerra durante muchos años. Los intentos de acuerdo en la ciudad bielorrusa de Minsk no sirvieron de mucho.
Durante años la tensión entre los dos países fue creciendo. Rusia acusó al gobierno ucraniano de ser ilegal y de apoyarse en la ultraderecha. Hay que recordar que, paradójicamente, es Putin quien se ha convertido en un modelo para la ultraderecha en Europa y el mundo. Con el tiempo, Rusia incrementó la presión y llevó a sus ejércitos a la frontera con Ucrania. Hasta este 24 de febrero, cuando se ha decidido a lanzar sus tropas desde diversos puntos de la frontera, bombardeando ciudades, aeropuertos y vías de comunicación.
¿Por qué Vladimir Putin no ha aceptado el camino de independencia y soberanía de Ucrania? Para muchos rusos, Ucrania sigue siendo un territorio muy ligado a ellos, algo que también piensan muchos ucranianos. Pero los rusos también consideran a Ucrania un “hermano menor”. No aceptan que los ucranianos puedan dirigir sus propios destinos y decidir lo que quieren. Vladimir Putin y parte de los políticos rusos están acostumbrados a la idea de ser un imperio. Para ellos, representa una humillación que Ucrania siga su propio camino en la política internacional.
* José María Faraldo Jarillo es historiador de la Universidad Complutense de Madrid. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se publica aquí bajo una licencia de Creative Commons.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Rusia invade Ucrania: "Putin es la expresión de una mentalidad imperialista que busca destruir los cimientos del orden mundial"