sábado, 9 de julio de 2011

ASTRONOMÍA: LAS EXPLOSIONES ESTELARES PODRÍAN EXPLICAR LA PRESENCIA DE POLVO EN EL UNIVERSO PRIMIGENIO

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Agencia Espacial Europea -ESA- nos informa que : El Observatorio Espacial Herschel de la ESA ha descubierto que las supernovas pueden generar grandes cantidades de polvo interestelar. Junto con las nubes de gas, este polvo forma la materia prima de la que surgirán nuevas estrellas, planetas y en última instancia, la vida. Este descubrimiento puede ayudar a resolver uno de los mayores enigmas del Universo primigenio.
Aquí en la imagen observamos a la : La supernova 1987A vista por Herschel y por el Hubble

English Version:This mosaic shows the region surrounding the remnant of the famous supernova SN1987A as observed by Herschel (on the left) and the Hubble Space Telescope (on the right). SN1987A exploded 24 years ago in the Large Magellanic Cloud, one of the dwarf galaxies orbiting the Milky Way. At a distance of only 160,000 light years, this backyard supernova has become a 'local' laboratory for close-up studies of stellar demise. The remnant of SN1987A is visible, in the Herschel image, as a faint dot of light indicated by the white circle; the region enclosed within the circle is shown in greater detail in the Hubble image.
The detection of SN1987A with Herschel demonstrates that this object contains an amount of dust nearly equivalent to the mass of the Sun and roughly 1000 times larger than what was previously believed. At temperatures of 16–23 Kelvin, the newly discovered component is about 20 times colder than any dust detected in the past in this supernova remnant.
This result confirms that supernovae are able to produce significant quantities of dust over very short timescales and has profound implications on the understanding of how dust first formed in cosmic history. Credits: ESA/Herschel/PACS/SPIRE/NASA-JPL/Caltech/UCL/STScI and the Hubble Heritage Team (AURA/STScI/NASA/ESA)



Aquí en la imagen observamos la representación del Telscopio Herschel en órbita en el espacio.

English version:ESA’s Herschel infrared observatory has an unprecedented view on the cold universe, bridging the gap between what can be observed from the ground and earlier infrared space missions. Infrared radiation can penetrate the gas and dust clouds that hide objects from optical telescopes, looking deep into star-forming regions, galactic centres and planetary systems. Also cooler objects, such as tiny stars and molecular clouds, even galaxies enshrouded in dust that are barely emitting optical light, can be visible in the infrared. Credits: ESA - C. Carreau.
El observatorio espacial Herschel de la ESA ha descubierto que las supernovas pueden generar grandes cantidades de polvo interestelar. Junto con las nubes de gas, este polvo forma la materia prima de la que surgirán nuevas estrellas, planetas y en última instancia, la vida. Este descubrimiento puede ayudar a resolver uno de los mayores enigmas del Universo primigenio. Este descubrimiento fue realizado mientras Herschel estudiaba la radiación del polvo frío en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia próxima a la Vía Láctea. El polvo frío emite radiación en la banda del infrarrojo lejano, lo que hace que Herschel, diseñado específicamente para estudiar esta banda de frecuencias, sea el satélite perfecto para detectar su presencia.
Herschel observó una fuente de radiación infrarroja en la supernova 1987A, una explosión estelar detectada por primera vez desde la Tierra en febrero de 1987, y la más cercana a nuestro planeta de los últimos 400 años.
Desde aquel momento, los astrónomos estudian cómo la onda expansiva de la supernova atraviesa su galaxia.
Las imágenes obtenidas por Herschel son las primeras observaciones claras de la SN1987A en el infrarrojo lejano. En ellas, se puede detectar la presencia de granos de polvo a unos -250°C, emitiendo 200 veces más energía que nuestro Sol.
“Los restos de la supernova son mucho más brillantes en el infrarrojo de lo que esperábamos”, comenta Mikako Matsuura, del University College de Londres, autor principal del artículo que presenta este descubrimiento.
Los astrónomos han sido capaces de estimar la cantidad de polvo a partir del brillo de los restos de la supernova. Sorprendentemente, el polvo resultó ser unas mil veces más abundante de lo que se pensaba que podría generar una explosión de estas características – lo suficiente como para dar lugar a unos 200 000 planetas del tamaño de la Tierra.

Comprender el origen del polvo interestelar es una cuestión clave en el estudio del Universo. Los átomos más pesados, tales como el carbono, el silicio, el oxígeno o el hierro, no se produjeron durante el Big Bang, por lo que su origen debe estar en algún fenómeno posterior.
Aunque estos átomos sólo constituyen una pequeña fracción de la masa del Universo y de nuestro Sistema Solar, son los principales componentes de los planetas rocosos como la Tierra y de la vida en sí: gran parte de los átomos de nuestro cuerpo fueron algún día polvo interestelar.
No obstante, todavía no se comprende con exactitud cómo se genera este polvo, especialmente en el Universo primigenio. Los resultados de las observaciones de Herschel podrían constituir una magnífica pista.
Las teorías actuales sugieren que gran parte del polvo interestelar se genera por la condensación de los gases calientes que expulsan las gigantes rojas que podemos observar en el Universo actual, de forma similar a cómo se genera el hollín en una chimenea.
Sin embargo, este tipo de estrellas no existía en el Universo primigenio, aunque sí había grandes cantidades de polvo.
Herschel ha demostrado que las supernovas también pueden ser una magnífica fuente de polvo interestelar. Los granos de polvo podrían ser el resultado de la condensación de los residuos gaseosos de la explosión, al enfriarse durante su expansión.
En el Universo primigenio había un gran número de supernovas, por lo que esta teoría podría ayudar a comprender las primeras etapas de la evolución del Universo.
“Estas observaciones son la primera prueba directa de que las supernovas pueden generar el polvo interestelar que detectamos en las galaxias más jóvenes”, explica Göran Pilbratt, Científico del Proyecto Herschel para la ESA.
“Es un resultado muy importante, que demuestra una vez más las ventajas de contar con una ventana abierta al Universo”
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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