jueves, 13 de septiembre de 2012

Querecotillo: SEÑOR DE LA BUENAMUERTE DE CHOCÁN QUERECOTILLO – SULLANA - PIURA

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., hemos tenido la grata visita y tremenda alegría de recibir por el correo de la Srta. Bertha Gallo Gallo,(su hija) dos aportes de mi dilecto amigo y paisano Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz, quien nos informa en el primero de ellos sobre la Festividad Religiosa que se realiza en Distrito de Querecotillo en Honor al SEÑOR DE LA BUENAMUERTE DE CHOCÁN QUERECOTILLO, que como en todo pueblo peruano es su Santo Patrono que demuestra la profunda fe religiosa de sus moradores.
El segundo aporte el Porf. Ángel Santiago, nos hace deleitar leyendo su pensamiento sobre el rol de suma importancia que tienen los medios de comunicación en la difusión de la educación y la cultura, agrega su pensamiento tal como sucede  y nos sugiere como deberíamos llevar en nuestro país.
El Prof. Ángel Santiago, hace uso de ese depurado conocimiento acumulado en muchos años totalmente dedicados a la noble profesión de educar; lamentablemente muy maltratada por los gobernantes de turno que aún siguen considerando a la educación como un gasto y no como la mejor inversión que es la única herramienta maestra que puede sacar al Perú del subdesarrollo que todavía nos atormenta.
Muchas Gracias Prof. Ángel Santiago, por el regocijo que siente este Blog: A VUELO DE UN QUINDE, recibir un poquito de su vasto conocimiento que como buen Amauta nos honra a todos los paisanos que lo conocemos y lo admiramos como nuestra guía.
Amigos y paisanos, os invito a leer el pensamiento del Prof. Ángel Santiago y hemos agregado más información de la misma Municipalidad Distrital de Querecotillo y el Arzobispado de Piura..........
 Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz.
Aquí en la imagen observamos el Templo de Chocán. Municipalidad Distrital de Querecotillo


NOVENA AL MILAGROSO
SEÑOR DE LA BUENAMUERTE DE CHOCÁN QUERECOTILLO – SULLANA

SIPNOSIS HISTÓRICA ENVUELTA EN LA TRADICIÓN:
La tradición como comunicación o transmisión de noticias, por relación sucesivas de unas a otras generaciones; resume en poca palabras las imposiciones recibidas con un halo de leyenda, que les da un perfil más singular dentro del proceso histórico.
La historia del SEÑOR DE CHOCÁN de Querecotillo – Sullana está envuelta en la tradición que viene  relacionándose sucesivamente desde hace 400 años. Es muy posible que entre el grupo de conquistadores que vinieron con Pizarro, haya existido algún escultor de fama y se dice que cierto hombre encontró en la orilla del  río Chira, en el sitio denominado CHOCÁN, un hermosos madero del que brotó sangre al primer hachazo, cargó con él y él encerrado en una covacha apropiada, inició el trabajo de esculpir una imagen del Crucificado. Se dice que este hombre salía solo a buscar alimentos. un buen día no se vio más; las buenas gentes s acercaron al sitio donde había permanecido y su sorpresa fue muy grande  al divisar por entre las rendijas un hermoso Cristo.
Como es natural la extrajeron de allí momentáneamente, iniciaron la construcción de una capilla de barro y paja, donde las buenas gentes le rendían culto. Un aciago día se quemó dicha capilla siendo trasladada la imagen a Querecotillo, que desde 1712 era ya vicariato.
El SEÑOR DE CHOCÁN permaneció muchos años en dicho lugar donde se celebra actualmente la festividad en su honor, el Dos de febrero.
En 1826 Querecotillo dependió de Sullana en lo eclesiástico y por esos años el Cura de la Punta, como antes se llamaba a Sullana, quiso obligar a los Querecotillanos a festejar  la festividad en la destruida capilla de Chocán y desde luego a restituir a dicho sitio la venerable imagen.
Los  Querecotillanos empeñados en conservar la preciada imagen siguieron un expediente ante el primer gobierno del Mariscal Castilla y ante el Obispado. La posesión indefinida para su culto y veneración de la sagrada imagen en la iglesia de Querecotillo.
Un señor prefecto de Piura, apellidado Zapata, que por primera vez vio la sagrada imagen, en la celebración de su feria anual, al regresar por ser tan hermosa debía estar en la catedral de Piura y no en pueblo tan pequeño. Esta noticia hirió profundamente el católico corazón de los Querecotillanos, cuya fe  en el Señor de Chocán se ha mantenido hasta hoy incólume. El gobernador, la autoridades, personas notables se reunieron y acordaron desconocer la orden impartida, y se dice que el pueblo en masa sin faltar uno, salió a la Quebrada,  “La Chilena” y armados de todo lo que pudieron y las mujeres con depósitos de agua hirviendo no permitieron que el oficial y gendarmes que habían sido despechados a hacer cumplir la orden prefectural, penetraron un palmo más allá, regresando a Piura, a dar cuenta de lo que habían visto.
MODO DE REZAR LA NOVENA
Hicieron colectas públicas con las cuales se encargó a Victoria (España) por intermedio del señor Francisco Gonzáles Aguirregaviria, la hermosísima imagen que actualmente se venera y que constituye la admiración de quienes la conocen, cuyo fervor, si bien es cierto, decayó momentáneamente, hoy constituye, para propios y extraños, símbolos de fe, de amor y de ternura católicos por la imagen del Crucificado.
Un Comité Central de personas notables inaugurado en 1930 y renovado después, continuó con la obra de reconstrucción del templo donde está la milagrosa imagen se ha de conservar como una joya religiosa de inestimable valor e importancia.
Actualmente la Sociedad Dos de Febrero del Señor de Chocán, le rinde homenaje en la feria que se realiza los día del 2 al 6 de febrero. Prof. Ángel Santiago Gallo Díaz.

EL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCAN
HISTORIA DE FE Y DE MILAGROS
Según refiere la tradición, hace mas de 400 años, desde las postrimerías de la época de la conquista española, a orillas del río Chira, en el sitio denominado Chocán, que se sitúa en la ruta que siguió el conquistador don Francisco Pizarra, desde Poechos (Querecotillo) hasta Tangarará donde fundó la primera ciudad hispana del Perú con el nombre de San Miguel, un hombre halló un pesado madero cuya corteza le cautivó por su lisura y aspecto pintoresco; él sintió curiosidad por el hallazgo y quiso saber qué clase de madera había descubierto, descargó el primer hachazo al tronco y cuan mayúscula fue su sorpresa al notar que de la escisión brotaba un líquido rojo como la sangre. Presumiendo que podría tratarse de un milagro, relató con alegría lo ocurrido a todos sus coterráneos. En el acto, medio Chocán se dio cita en el lugar de los hechos y cargaron con el pesado madero a una covacha cercana, esperanzados en que algún día Dios pudiera enviar un escultor que tallara una imagen religiosa. Dios escuchó los anhelos del pueblo de Chocan.
Un día apareció por casa del buen hombre, que era famoso y muy querido en el Valle del Chira, un escultor que le dijo:
-Señor: me dicen que tú necesitas un escultor
-Sí,- le contestó el buen hombre -; pero que conozca bien su oficio.
-Yo puedo esculpir esa imagen - repuso el escultor -; pero a condición de que se me deje trabajar con mucha tranquilidad y al margen de las miradas de los curiosos. Mejor dicho, deseo un lugar solitario y cerrado. Además, prefiero aprovechar solo los alimentos que llevo en mi alforja.
Como en el lugar la gente era muy obediente, nadie osó acercarse a curiosear, de modo que el forastero laboró tranquilamente en la covacha donde fue guardado el madero.
Al cabo de tres días, tiempo convenido para la obra, el hombre fue a recibir la imagen. Pero grande sorpresa le anonadó al comprobar que el escultor había desaparecido; en cambio estaba en su lugar el Cristo Crucificado que tan artísticamente había sido modelado por el extraño escultor. La noticia cundió rápidamente por todo el Valle del Chira.
Las buenas gentes del lugar extrajeron la escultura de la oscura celda ,y en el sitio cercano a un cerrillo donde fue hallado el madero, construyeron una capilla de barro y paja, donde fue colocada y venerada la Imagen de Nuestro Sublime Crucificado y empezaron a celebrarle con gran pompa su festividad. La noticia llegó a oídos del sacerdote y de las autoridades de Querecotillo, quienes visitaron el poblado de Chocán, quedando maravillados de la belleza y acabado de la escultura. Considerando injusto venerar tan preciosa y milagrosa Imagen en un sitio rústico, ordenaron su traslado a la ciudad de Querecotillo.
Dice la leyenda que cuando por primera vez se pretendió alzarlo, fue tan grande su peso que hizo desistir de su propósito a quienes lo intentaron, consiguiendo su traslado después de muchos años a la Iglesia de Querecotillo. Grandes penalidades hubieron de pasar los querecotillanos para llevarse la Imagen. Primero, porque los chocanos se resistieron a que se les despojase de tan preciado legado de Dios; segundo porque ésta cuantas veces se le quiso trasladar a su nueva morada, reapareció en su humilde capilla que, finalmente, sucumbió a los horrores de un incendio mandado producir según versiones antojadizas por las mismas autoridades de Querecotillo. Solo así se pudo lograr que la Sagrada Efigie quedase definitivamente en el lugar que la solicitaba. Esto acaecía en 1712, cuando Querecotillo era ya un Vicariato. Desde entonces empezaron las grandes festividades del Señor de la Buena Muerte de Chocán, en Querecotillo, La primera se celebraba en el mes de  Octubre y la otra en Diciembre (Feria de Navidad). Posteriormente la de Octubre se le cambió para el Dos de Febrero; según se cuenta a pedido de los devotos por un milagro producido el día de la Virgen de la Candelaria.
La fama del Señor Milagroso había llegado a los lugares más apartados del Perú y arribaban fieles de diferente condición social a venerarle incluso de la vecina República del Ecuador, pero quienes le visitaban con mayor fervor y frecuencia eran los Sechuranos y  Cataquenses, que montados en sus burros con sus alforjas repletas de velas, aromosos inciensos y medallas preciosas enrumbaban al son de chirimías y bandas de músicos hacia Querecotillo para poder arrodillarse frente a la escultura, entregarles sus ofrendas y tratar de estar lo más cerca de ella en cada misa o procesión. Al cabo de seis días, retornaban a sus casas exhibiendo muy presuntuosos en el cuello un cordón de colores con un trozo de algodón con el cual había sido limpiado el rostro del Milagroso Señor a quien llamaban NUESTRO PADRE SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCÁN DE QUERECOTILLO al despedirse lloraban tristemente pidiéndole al Señor les conservara la vida hasta el otro año para volver a verlo.
Ante el milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán, se celebro el TEDEUM DE LA PROCLAMACION DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL por los patriotas y altivos Querecotillanos, el 11 de enero de 1821, seis meses antes que en Lima y siete días después que lo hiciera Piura.
Asimismo, se dice que las tropas peruanas al mando del General Don Andrés de Santa Cruz se encomendaron a la sagrada Efigie a su paso por Querecotillo hacia Pichincha (Ecuador), donde se cubrieron de gloria al derrotar a las tropas realistas, el 24 de Mayo de 1822.
La Iglesia del Señor de la Buena Muerte de Chocán contribuyo con 72 pesos anuales, que pasaban a la tesorería de Trujillo para proseguir la Campaña de la Independencia en 1826.
En 1826, Querecotillo, que ya tenía 5 años de distrito, dependió de la Villa de Sullana en lo eclesiástico, y el cura de dicha Villa (antes conocida con el nombre de La Punta), quiso obligar a los Querecotillanos a festejar las festividades de NAVIDAD y DOS DE FEBRERO en la destruida Capilla de Chocán y desde luego a restituir a dicho sitio la clásica Imagen del Señor de la Buena Muerte de Chocán.
Los Querecotillanos empeñados en conservar la preciada Imagen presentaron un expediente ante el primer Gobierno del Gran Mariscal Don Ramón Castilla y ante el Obispado de Trujillo.
En el año 1843 los Querecotillanos obtuvieron la posesión indefinida para su culto y veneración tanto del Gobierno corno del Obispado del Señor de la Buena Muerte de Chocán estableciendo las dos celebraciones tradicionales "Navidad” y "Dos de Febrero” en Querecotillo.
En 1882 los soldados chilenos entraron en el pueblo, dirigiéndose primeramente a la Iglesia, a la que no pudieron entrar por la puerta Principal, porque al abrirla se quebró la llave, haciéndolo por una lateral llamada "PUERTA DEL PERDON". Al ver la Sagrada Imagen del Crucificado se postraron en tierra y emocionados pedían perdón por sus faltas cometidas, y manifestaron, que no habían visto Imagen igual, tan respetuosa e impresionante. Al despedirse, le hicieron la conveniente reverencia quedando admirados de su belleza y majestad. Se retiraron a la Quebrada "La Chilena" y poco después retomaron a la ciudad de Piura. Era Alcalde del pueblo el señor Santiago Gallo (1879-1883), con quien se entrevistaron los soldados chilenos.
Por orden del Obispo de Trujillo, la Sagrada Efigie estuvo a punto de ser trasladada a Lima, pues según el referido eclesiástico, Querecotillo era una ciudad rústica y no merecía por ello, albergar una Imagen poderosísima. Por suerte para los Querecotillanos el mismo Señor de Chocán se negó a embarcarse en Paita y tuvo que devolverse al santuario donde aún está.
Después de ver la sagrada Efigie el prefecto de Piura Sr. Ernesto Zapata en la feria de Navidad de 1899 consideró que ella no debía estar en pueblo tan pequeño como Querecotillo, sino en la catedral de la capital del departamento. Los vecinos profundamente heridos, se apresuraron a defenderla, por lo que salieron armados de todo lo que encontraron, impidiendo el cumplimiento de la orden.
Dentro de los milagros más portentosos obrados por el Señor de la Buena Muerte de Chocán, se cuenta el de don José Bustamante, vecino notable de Loja-Ecuador, quien regresaba de Lima desahuciado, pues hacía mucho tiempo había perdido la vista, habiéndose hospedado en casa de don José Coloma de regreso a su tierra. Alguien le indicó que fuera a postrarse a los pies de la Imagen, rogándole su mejoría. Así lo hizo, se dejó conducir a la Iglesia que estaba llena de fieles en la Feria de Navidad, lloró ante el Crucificado, implorando un milagro y ¡Oh prodigio!, al salir de la iglesia, vio la luz del día gritando ¡milagro! ¡milagro!
Otro milagro portentoso se cuenta el de la curación del escultor paralítico, éste era del sur del Perú, al llegar a Querecotillo se hizo conducir a la Iglesia para rogarle su mejoría al Señor, la que consiguió. Salió jubiloso, caminando normalmente.
El jueves 11 de diciembre de 1930, a las 11 de la mañana, se produjo un hecho doloroso que apenó tremendamente a los Querecotillanos; ese día se quemó la Efigie que tallara el escultor divino en el caserío de Chocán de Querecotillo a orillas del río Chira. Casi toda la población se abocó a combatir el siniestro; muchos arriesgados hombres hicieron esfuerzos para apagar el pavoroso incendio y salvar la preciada Imagen, pero no pudieron. Y vieron como entre las llamas se elevó una nube muy blanca que se perdió en el cielo que en el nefasto momento estaba límpido. Aquella tristeza contagió a toda la gente de la Región Norte del Perú. Las mujeres se pusieron sus polleras negras y sus mantos del mismo color, y de todas las partes llegaban mujeres y hombres a llorar ante los despojos del Buen Muerto. Fueron días, fueron semanas enteras que se lloró la Buena Muerte de Señor de Chocán.
La Iglesia colonial fue reconstruida gracias al material entregado por el gobierno del General Luis Miguel Sánchez Cerro, que era devoto y conocedor de la gran tradición del Milagroso Señor de la Buena Muerte de Chocán,
Para la reposición de la imagen por otra similar se hicieron colectas públicas. Se mandó a hacer una réplica en Victoria (España) por intermedio del Señor Francisco González Aguirregaviria. Al escultor español se le dio una nítida fotografia de la Efigie, asimismo un dedo que se había zafado de la mano de la clásica escultura, el cual había permanecido guardado en poder del sacristán Señor José Dolores Arévalo C. Tal pieza digital sirvió para darle el color original al nuevo Cristo de Chocán, a quien le adaptaron el dedo.
La Sagrada Imagen fue enviada, en 1932 de España al Perú, por vapor. Al llegar la embarcación al Canal de Panamá había una tempestad que impedía el paso de varios vapores; pero el vapor en que venía el Señor de Chocán, pasó el Canal, sin ninguna dificultad. Las demás embarcaciones en ese instante no pudieron pasar, porque la tempestad se tomó más impetuosa. Entonces, los tripulantes quedaron absortos de aquel acontecimiento. Preguntaron al Capitán, a qué se debía que nuestra nave había pasado sin dificultad. Él les respondió que tal vez era un prodigio que se le atribuía al Señor de Chocán de Querecotillo que venía en un cajón. Los tripulantes, pues quedaron dudosos de tal aseveración, y se pusieron a la expectativa de la apertura del cajón. Al llegar a Paita, en la Aduana, lo abrieron y se convencieron de que efectivamente venía el Señor de la Buena Muerte de Chocán. Manifestaron "gracias a él hemos podido pasar el Canal de Panamá que estaba tempestuoso". En Paita y en otros lugares se hizo novedad de lo que había sucedido en Panamá.
En 1954 EL Señor de la Buena Muerte de Chocan fue en peregrinación a Talara a fin de colectar óbolos para la refacción de las torres de su Iglesia. Una comisión integrada por directivos de las sociedades de "Navidad" y "Dos de Febrero" fue la encargada de llevar la efigie a Talara. Acomodaron con paños a la Imagen en un cajón dejando libre un espacio de 10 centímetros por cada extremo de la Santísima Cruz, a fin de poderla sacar con facilidad. Subieron el cajón y el anda en el camión del devoto don Antonio San Martín Zapata, quien lo manejaba; enseguida partió rumbo a Talara, por la mañana, del día sábado. La comisión la presidia el Párroco de Querecotillo R. P. Telmo Vegas. Al llegar a Talara Alto recibieron al Señor unas 4,000 personas. Bajaron el cajón, sacaron la imagen y la colocaron en el anda artística que llevaban; luego llevaron en procesión al Crucificado a la Iglesia de Talara; pero no pudieron entrar el anda porque la puerta era muy baja, y entonces se optó por llevarla cerca de la Casa Parroquial y velaron la Efigie, varios miles de devotos, toda la noche. El día domingo más de 10,000 fieles acompañaron la solemnísima procesión por las calles de Talara, la "Ciudad del Oro Negro". Se recibió una gran aportación pecuniaria por concepto de óbolos. Al terminar el recorrido procesional a las 5 de la tarde, regresaron al Señor en hombros a Talara Alto y los devotos se opusieron que lo llevaran en carro. Y el día lunes por disposición del Párroco Telmo Vegas bajaron la Imagen de la artística anda, para colocarla en el cajón; pero sucedió un caso misterioso de que la Sagrada Escultura no cabía. Ante este suceso asombroso las buenas gentes de Talara empezaron a sollozar y pedían que el Señor permaneciera más tiempo en el puerto; pero el Párroco de Querecotillo no accedió a la petición porque la licencia de la Superioridad Eclesiástica ya se había cumplido, y que indefectiblemente había que retomar a Querecotillo, en ese día. Vieron modos cómo colocar la Imagen en el cajón. Entonces la comisión consiguió tacos de madera para ponerlos en el fondo del cajón sobre las cuales la Cruz descansara en declive de 20 centímetros, le pusieron la tapa que no cerraba bien. Enseguida subieron el cajón al camión y volvieron a Querecotillo. Al llegar a Querecotillo una gran cantidad de fieles lo esperaban a la entrada del pueblo.
El Párroco, en el atrio de la Iglesia, les habló de la gran manifestación de fe en Talara para con el patrón de Querecotilo. Al día siguiente al abrir el cajón hubo una gran sorpresa para el Párroco y los de la comisión, de que la Santísima Cruz estaba bien colocada dentro del cajón, en cada extremo había un espacio de 10 centímetros de luz, los tacos a un lado. Estaba de igual manera como se había acomodado cuando se llevó a Talara. Fue pues un gran prodigio del Señor de Chocán y si no hubiera sido por éste, el Señor no hubiese podido entrar en el camerín del Altar Mayor, donde permanece todo el tiempo. Pues el párroco y los de la comisión estaban preocupados porque el Cristo quizá no iba a caber en el camarín.
Desde aquella peregrinación por Talara la devoción para con el Señor de Chocan ha tomado mayor fuerza principalmente en la feria del "Dos de Febrero".
La Iglesia de Querecotillo monumento de fe y esfuerzo colectivo se refaccionó con las erogaciones de los devotos, cuando el Señor de la Buena Muerte recorría procesionalmente por las calles de Querecotillo y Salitral. Cuando recorría en su pueblo amanecía en velorios.
La actual Efigie del Señor de la Buena Muerte de Chocán historia de fe y de Milagros-, es hermosísima e infunde respeto como la antigua que se veneró por primera vez en el caserío de Chocán de Querecotillo, está aumentando día a día el fervor católico de quienes la consideran un símbolo de fe, de amor y de esperanza.
La devoción del antiquísimo Patrón de Querecotillo y del feraz Valle del Chira es una de las más antiguas de Piura. Se asegura que se remonta desde las postrimerías de la Epoca de la conquista del Perú. Su fama ha pasado los linderos del país.
En la actualidad, la feria del Señor de la Buena Muerte de Chocán es un suceso extraordinario en el mes de febrero. Gentes de toda condición social de los más apartados lugares del Perú, e inclusive de las vecinas repúblicas, en especial del Ecuador, adoran con recogimiento espiritual a la Milagrosa Imagen.


Para decirlo más concretamente es un CRISTO muy bueno y que alumbra los hogares de ricos como de pobres. Ha obrado y obra numerosos milagros que han fortalecido la fe de las personas que lo veneran, es sus tradicionales ferias de Navidad y Dos de Febrero, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII.
Querecotillo se identifica con esa gloriosa e histórica joya religiosa en cualquier parte del Perú, e inclusive en el extranjero.
Pueblos como Tumbes, Sullana, Catacaos, Talara, etc., se honran en venerar en sus iglesias Imágenes similares a la del señor de lo Buena Muerte de Chocán de Querecotillo, y jubilosamente celebran fiestas.
Información de Municipalidad Distrital de Querecotillo

QUERECOTILLO DE FIESTA CELEBRANDO AL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE DE CHOCÁN PDF Imprimir E-Mail
 03 de febrero (Oficina de prensa).- Con espontáneos aplausos fue recibido el miércoles pasado en Querecotillo, nuestro Arzobispo Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., al celebrar las Vísperas de la Fiesta central del Señor de la Buena Muerte de Chocán.
Los feligreses que llegaron a la Parroquia San Francisco Javier participaron con alegría en la celebración eucarística y escucharon atentos la homilía de nuestro Pastor, quien los invitó a hacer de esta fiesta una ocasión para vivir la comunión: “basta de rencillas, de odios, de venganzas. El Señor de la Buena Muerte de Chocán nos pide que seamos hermanos, nos invita a vivir la unidad, que expresemos nuestro amor a los demás a través de obras de caridad, que seamos verdaderos hermanos en Cristo”.
 Asimismo, nuestro Arzobispo alentó a los presentes a dejarse tocar por el amor de Dios, “acércate con confianza a Él, mira su Cruz que nos invita a mirar el amor de Jesús que murió en el madero santo para traernos la salvación…En la Cruz de Cristo no hay lugar para la desesperanza, en ella encontramos el perdón a nuestros pecados, y la posibilidad de una vida nueva”.
En otro momento de su homilía, Monseñor Eguren destacó el nombre de esta devoción que nos remite a la hora de nuestra muerte: “para que tengamos una ‘buena muerte’ hay que prepararla y ello se logra con una vida de oración, sacramentos y activa caridad, que no es otra cosa sino vivir cada día y todos los días en una permanente presencia del Señor, para que cuando aquel día llegue, merezcamos el premio de la vida eterna…Que el Señor de Chocán, nos conceda el don de una Buena Muerte, para que en el momento de nuestro tránsito tengamos el don de vernos asistidos por su gracia”.
 Los actos de la celebración central comenzaron el jueves 2 de febrero desde las 6 de la mañana, con el alegre despertar de la banda de músicos y albazos de 21 camaretazos. Luego a las 8:00 de la mañana los peregrinos de distintos lugares empezaron a llegar a la Plaza de Armas de la ciudad. Posteriormente en el frontis de la iglesia San Francisco Javier, el párroco del distrito, José Anselmo Chero More llevó a cabo la misa de Fiesta. La procesión de la sagrada imagen de Chocán, partió a las 6:00 de la tarde, recorriendo las principales calles de Querecotillo hasta regresar al templo Francisco Javier, en medio de coloridos fuegos artificiales.
 Información del  Arzobispado de Piura.



 LA COMUNICACIÓN, LA EDUCACION, LA CULTURA



ÁNGEL SANTIAGO GALLO DÍAZ
EDUCADOR






Los medios de comunicación son los mejores instrumentos para la difusión de la educación y la cultura.  La Unesco ha hecho estudios muy importantes al respecto, o sea, del óptimo uso de estos medios, los mismos que deben estar al servicio de la sociedad.  Por eso, resulta del mayor interés referirse al concepto y finalidad de la educación y la cultura.  El fin supremo del hombre es su realización, y esto se logra cuando el hombre es educado y culto.  Igual ocurre con los pueblos, los más educados y cultos son los más avanzados, los desarrollados.

Platón dijo que la buena educación es la que se da al cuerpo y al alma, la belleza y la perfección de que son susceptibles.  Herbert Spencer, el inglés fundador de la filosofía evolucionista, manifestó:  “La educación consiste en preparar al hombre para una vida completa”.  Jaeger define a la educación como el principio mediante el cual una comunidad conserva y transmite su peculiaridad física y mental.  Para el filósofo alemán Manuel Kant, la educación es un desarrollo de la personalidad dentro de ciertas normas morales.  Tomás Huxley sostiene que la educación es una armonía con la naturaleza.  Hegel, que es una necesidad espiritual.  El cubano M. Aguayo refiere que la educación es positivista, idealista y pragmática, así como realista.

Carlos Zuzunaga asevera que el fin de la educación no es el desarrollo de las capacidades ni la transmisión de conocimientos, sino que por medio de ésta el hombre alcanza la meta de su vida.  Asegura que la educación es sinónimo de perfección y que el fin de la educación es la felicidad del hombre.  Afirma que el hombre realiza sus fines incorporado en la sociedad.  Jorge Castro Carrinson sostiene que hay tres objetivos en la educación: subjetivo, referente al desarrollo de las actitudes en la personalidad; objetivo, en el sentido de que el hombre debe ser cada vez mejor con los demás y con la comunidad; y un fin normativo, ya que existen valores que deben ser alcanzados.
Qué es la cultura.
En cuanto a la cultura, es el entorno que se crea el hombre en todos los campos de su actividad.  Por extensión, es el proceso de concepción de este entorno.  Hay muchas definiciones de la cultura, cada especialista tiene la suya.  El pueblo cree que cultura es todo lo que depende del ministerio del rubro, como bibliotecas, museos, obras de arte, libros, entre otros.  Cultura es el producto residual de una comunicación entre los hombres, continuada con una cristalización de todo o parte de esos procesos comunicativos sobre bases materiales, que se llaman “conservas culturales”.  O sea que cultura es la sedimentación en la memoria de los mensajes o actos que han entrado en su ambiente.  En las ciencias de la comunicación, cultura es el enjambre de modificaciones que impone el hombre en su entorno perceptivo.  Esto quiere decir, los hábitos y todo lo que interviene en la percepción.  El escritor francés Eduardo Herriot dice que cultura “es todo lo que queda que el hombre no puede borrar”.  Margaret Mead la define como todo aquello que queda cuando todo se ha olvidado.
Hay cultura individual: los objetos, hábitos motores, exquisiteces, es la suma estadística de todo lo que rodea al hombre, bibliotecas, museos, iconotecas, fonotecas, galerías de arte y lo que hay en los depósitos de las “conservas culturales”, que se han institucionalizado.  Los culturamas son elementos de conocimiento o de percepción memorizables como unidades simples.  La reunión de culturamas es lo que se llama estructuras culturales.

Existen culturas eruditas, las que tienen mayor número de culturamas, y culturas creadoras, dedicadas a combinar los culturamas, pero no a crear otros nuevos.
Los mass media desempeñan un papel fundamental.  Son los que llevan la cultura al pueblo, pero sensiblemente se prestan para la manipulación o para la industria cultural.  La vida moderna, muy agitada, ha creado, verdaderamente, una parcelación de la cultura y resulta, así, un verdadero mosaico diversificado de aspectos culturales.  Esto es lo que se llama cultura mosaico, una expresión concebida por Abraham Noles, catedrático de comunicación de la Universidad de Estraburgo.  Moles dice que la cultura mosaico describe una forma atomizada del bagaje de conocimientos en el ser humano y representa el aspecto externo de una cultura de la época de las comunicaciones de masas.
Cultura mosaico es la idea de un conjunto de conocimientos que están en el cerebro humano.  Es una contribución permanente de saberes que llegan al hombre por los papeles, la radio, la televisión, la prensa, los discos, las revistas…    Son, realmente, los mass media los que regularizan y forman el campo cultural.

La cultura es inherente a la humanidad
Hay diversas formas de entender la palabra cultura, ya desde puntos de vista opinables, superficiales o desde perspectivas analíticas, profundas.  Clásicos del análisis de la cultura son Edward Taylor, Melville, Herskovits y Alfred Kroeber.  Este último elaboró más de cien definiciones.
La noción de cultura tuvo siempre un carácter aristocrático.  La palabra deriva del latín cultus, del verbo colere, que quiere decir cultivar.  También significaba entre los romanos la acción de honrar y venerar a los dioses o a los muertos.  El Renacimiento destacó la condición activa de la sabiduría: la cultura fue entonces sinónimo de sabiduría.  Hasta que finalmente en el siglo pasado –del cual somos sobrevivientes–, los antropólogos, y todas las ciencias sociales con su participación, bajaron el vocablo al llano.
La historia es, esencialmente, la historia de la cultura, de la aplicación del talento de la conversión de las cosas, a su humanización.  Es la saga de la creación que cubre todos los campos en las más diversas formas, muchas veces insólitas y desconcertantes.  Es el producto final de la humanización.  La cultura del espíritu se presenta como el ideal de la obra educativa; es un continuum, por encima de las fronteras y los comportamientos temporales y afectados por el artificio.  La cultura se aviva como una llama merced al soplo de un hombre, se extiende y enriquece a pesar de los obstáculos porque vive y alienta dentro del hombre, porque hay allí, y no en otra parte, la fuente de las concepciones y las realizaciones, la llama siempre viva del hogar humano.
Se habla siempre con frecuencia de diversas culturas, en cada una de ellas se distingue un carácter, un sello, un conjunto de aportes singulares.
La cultura inca, la cultura egipcia, la cultura caldea, la persa, la que surgió en Grecia, la que tuvo su centro en Roma, las que florecieron en América del Sur, fueron formas de la cultura humana.
Como se sabe, la palabra cultura tiene más de una acepción y es frecuente referirse a ella como la cima del mundo humano.  Los griegos llamaban bárbaros a los pueblos que no compartían su cultura.  Ha evolucionado tanto el concepto de cultura, en las últimas décadas.  Ya no se le considera tanto como una cuestión ornamental vinculada estrictamente al saber libresco, las artes y las actividades de las instituciones denominadas culturales.  De acuerdo con Néstor García Cancclini “ha ganado consenso una visión impulsada desde la antropología”, y según la cual a la cultura hay que pensarla y conceptuarle como “la dimensión simbólica presente en todos los procesos de la vida social” y que nos remite a todos los modos de pensar y expresarse, a todas las formas cotidianas de vivir del hombre y de los pueblos.

Jaeger en su obra Paideia, dice:  “Hoy estamos acostumbrados a usar la palabra cultura no en un sentido ideal inherente a la humanidad de Grecia, sino en una acepción mucho más trivial que la extiende a todos los pueblos de la Tierra, incluso los primitivos.  Así entendemos por cultura la totalidad de formas y manifestaciones de vida que caracterizan a un pueblo.  La palabra se ha convertido en un simple concepto antropológico descriptivo”. 

La cultura es indesligable del hombre.
La cultura es algo indesligable de la naturaleza social del hombre.  La cultura social es uno de los elementos integrales de la civilización, se refleja en el estilo de vida de los pueblos.  La cultura es madre e hija de la libertad; por lo tanto la libertad es hija y madre de la cultura.  Sin libertad es imposible que exista la cultura y sin cultura la libertad no sirve para nada; sin embargo la cultura y la libertad son los frutos maravillosos de dos árboles paradisíacos, que constituyen el verdadero fundamento del saber y del ser, sin el cual toda posible evolución es imposible.
La cultura proporciona un modo de ser y expresarse, es decir, una identidad cultural.  Nos “identifica”, y por ellos nos identificamos en el tiempo y en el espacio.  Decimos que nos identifica en el tiempo porque nos sitúa respecto del pasado, y nos identifica en el espacio porque nos ubica en un ámbito geográfico, que compartimos los seres humanos formando parte de nuestro pueblo o de nuestra nación.  La identidad cultural de los pueblos hace integrar a sus habitantes y los hace avanzar hacia objetivos comunes.
La cultura es más amplia que la educación, ella la contiene y la alimenta, por lo tanto el Estado, con sus instituciones, no debe excluirse de sus responsabilidades.  La conservación de nuestro patrimonio cultural es un derecho ciudadano y también una obligación.  En el Perú tenemos mucho que proteger.  La tarea del INC debe centrarse en dos grandes áreas: defensa del patrimonio histórico y difusión de actividades culturales.  Los peruanos tenemos que formar niños que amen lo nuestro, lo que hemos heredado de nuestros antepasados, para más tarde tener profesionales y ciudadanos que protejan el patrimonio cultural.
La cultura de paz.
Por ser autor y promotor del necesario y cabal concepto de cultura de paz, como forma ética y racional de conducta social, política y de convivencia humana, el padre Felipe Mac Gregor es el primer peruano que, honrando una vez más a nuestro país como ciudadano religioso y maestro universitario que recibió la Medalla Gandhi.
Esta excepcional distinción es otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en homenaje a la memoria de Mohandas karamchand Gandhi, quien –en la cúspide de la popularidad y la admiración por su terco empeño por la libertad y la paz– recibió de su patria, la India, el título de Mahatma, que significa Gran Espíritu.
Asceta, filósofo y político convertido por su obra tenaz en el símbolo mundial de armonía, reconciliación y pacificación, el liderazgo de Gandhi ha trascendido épocas y espacios.  Su nombre enaltece la medalla de la Unesco desde 1994, cuando se celebró el 125° aniversario del nacimiento del extraordinario guía.
Coincidentemente y desde sus propias vertientes, el padre Mac Gregor, empeñado en que la pez en nuestro Perú no sólo sea un buen deseo ni una palabra quimérica, sino una síntesis de acciones comunes que formen sólidamente una cultura de paz, una conciencia, un sentimiento y una apropiada forma de razonar que nos identifique y aglutine a quienes hemos nacido y vivimos en esta tierra, cuna bendita y amada de nuestros antecesores.

Es elemento fundamental dar la paz.
 
Un elemento fundamental para la existencia de la paz es la unidad.  Y ésta no significa precisamente estar conforme con todo ni siempre, sino mantener un estado de coherencia que haga posible el diálogo inteligente, la discusión respetuosa, el planteamiento fundamentado y sostenido con lealtad a principios más que a personas, porque éstas siempre están expuestas a fallas, a cambios, a intereses particulares.  Unidad, en suma, como voluntad de juntar esfuerzos para lograr el bien común.
Nuestro ilustre maestro y compatriota lo dijo en su oportuno mensaje:  “Unidad no es sinónimo de uniformidad; hay también unidad en las diversas formas culturales, opciones políticas, situaciones sociales, sistemas de enseñanza que dan oportunidad para desarrollar las posibilidades de los hombres, cuando brotan de esa manera especial de ser hombre, que es ser peruano”.  Mac Gregor, en otro momento, agrega:  “Todas las sangres se han dado cita en nuestro suelo y sus cualidades como sus limitaciones son el haber y el debe del proceso de integración”.
La Medalla Gandhi exalta más aun, en justicia reconocida, a su titular.  Pero también dignifica a los peruanos, y nos compromete a ser colaboradores sinceros, entusiastas, de la cultura de paz que tanto le urge a la Patria.  Especialmente en momentos de efervescencia política y social, cuando el tino parece encabritarse.
En esencia, la paz tiene como nidal escogido el espíritu, donde florece y se expande; por eso él ha de estar conforme y no contrario a su naturaleza, y mantener la tranquilidad avivada, alentada por la inspiración divina que hace soportar y superar toda contingencia infausta.
La paz es uno de los más grandes bienes confiados al hombre para su felicidad y progreso, y cuya preservación obliga a todos.  Nadie está exceptuado, porque no hay quien pueda subsistir decorosamente si se aleja de lo que corresponde para vivir con apacibilidad.  En este punto hallamos que la orientación hacia esta meta común es la convivencia armónica, mesurada, propicia para la orientación de actitudes y el enderezamiento de la conducta humana si se sale del cauce.
En el orden social se mantiene la paz ahuyentando egoísmos y cumpliendo el deber de la fraternidad, la ayuda mutua sin condiciones de reciprocidad; el respeto a la dignidad del ser.  En lo económico se tutela la paz compartiendo acciones que a la vez cubren lo social.  Habrá paz en lo económico-social si se disminuye la pobreza, se aplaca el hambre y se crean fuentes de trabajo que permitan una vida verdaderamente humana y honesta.
En lo político, hay que entender que el Estado –en cualquier lugar– sólo constituye una parte, un aspecto, un segmento al cual la ciudadanía le otorga poderes para que ejerza conforme a ley y a los principios generales en los que se asienta e impera la paz.
El patrimonio histórico, arqueológico, arquitectónico, gastronómico, documental y natural son las cartas de presentación ante el mundo.
La cultura proporciona un modo de ser, de pensar y de expresarse, es decir una identidad cultural; constituye un importante elemento de desarrollo para los países.  Es sinónimo de armonía.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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