sábado, 16 de marzo de 2013

La Historia del Amor Cruel: Capítulo XCIII.- Melany comparte desayuno con Don Benjamín y llega Don Eduardo y su hijo Humberto a la misma mesa y logra se acepte su renuncia al trabajo

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; Don Benjamín propietario de la Fábrica de Productos Lácteos, fue a la Ciudad del Chilca, llevando  la reposición de mercaderías vendidas por Melany; pero ella, ya se comprometió a trabajar para Don Eduardo Dineros y justamente ya tenía los borradores de la carta de renuncia; como su aún empleador desconocía la nueva decisión de Melany, la invitó a desayunar y fueron al Restaurante " La Alameda del Paladar", estando en ese restaurante llega Don Eduardo y su hijo Humberto, quienes también habían decidido desayunar allí; y como la Ciudad estaba de fiesta, el restaurante había copado toda su capacidad, con la excepción de dos sillas vacías que justamente estaban en la mesa de Don Benjamín, que fueron descubiertas por Humberto, quien identificó a Melany que estaba sentada allí.
 
 Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

El Administrador del restaurante, entretenía conversando con sus amigos, Don Eduardo y su hijo, haciendo tiempo hasta que se desocupe una mesa, pero Humberto ya había detectado las dos sillas y se acercó al Administrador  y separándolo un poco de su Papá, le dijo en voz baja:
--- Si hay dos sillas vacías y están en esa mesa del fondo al lado derecho y allí hay tres personas y una de ellas es Melany; parece que te reservaste el secreto.
El Administrador muy sorprendido, le contestó:
--- Yo nunca la ví entrar,  y como hoy ha venido tanta gente, seguramente entró en grupo, y si hay dos sillas las retiro y saco una mesa del interior para que se sirvan utedes.
Humberto se apresuró a replicar, diciéndole:
---  Amigo al contrario invítamos a los sentarnos a esa mesa.
Pero el Administrador, era un honorable recepcionista y jamás haría semejante imposición a una mesa privada y le contestó:
--- De ninguna manera haría tal despropósito, es una mesa privada, y como te dije, si puedo retirar las sillas, pidiendo el respectivo permiso.
Pero el testarudo de Humberto no entendía razones y se acercó hasta su Padre, le cogió el brazo y le invitó ira al fondo, al llegar a la mesa de Don Benjamín; el imprudente hijo, mirando a Melany, dijo:
--- Hola Melany, que casualidad hoy vengo con mi Padre a desayunar y le encuentro bien acompañada.
Don Benjamín se sintió aludido, se levantó de la silla, y estirando la mano para saludar a los recién llegados, diciéndoles:
--- Soy Benjamin y fabrico los productos que mi empleada Melany ha vendido con éxito en el Campo Ferial, es un placer conocer a......
El intempestivo Humberto, aceptó el saludo, diciéndo:
--- Soy Humberto y él es mi padre Don Eduardo, ya conocemos a la dama y también es un placer conocer a usted Don Benjamín.
Don Eduardo, no salía de su asombro, ver a su joven amiga junto a su aún empleador y sobretodo listo para tomar desayuno en el mismo restaurante.
Don Benjamín, haciendo uso de los buenos modales, invitó a los recién llegados a sentarse y compartir juntos el desayuno, y como era previsible Humberto se sentó y don Eduardo se vio obligado a hacer lo mismo y como era un caballero de los desconocidos, le dijo:
--- Quisiera intentar ser un anfitrión y dígame ya pidieron usted las viandas que van a desayunar.
Don Benjamín que tenía la misma cultura, agradeció la deferencia, contestando, así:
--- Agradezco la gentileza  de su parte, pero ya pedimos y seguramente ya nos traerán la comida.
Don Eduardo, estaba muy incómodo en ese lugar, pero nada podía hacer y tenía que tratar el tema de Melany (allí presente) y tal vez pensó él, sea mejor así, para acelerar la enuncia de la joven mujer, pero eso se hará al final de haber desayunado.
Como era usual en estos casos, Don Benjamín y Don Eduardo establecieron una cordial conversación; además, ambos eran empresarios y seguramente en el mismo nivel económico.
En cambio, Humberto se interesó más en Melany y por su puesto, también conversaban y en esos instantes llegó la mesera y atendió el pedido de los primeros y tomando nota de nuevo de los últimos (los Dineros)y para estar iguales pidieron platillos ya preparados con anticipación.
Don Eduardo, invitó a servirse a Don Benjamín y su gente y ellos esperarán hasta que llegue su pedido.
Don Benajmín, aceptó el convite por que tenía  mucha hambre,  lo mismo hicieron Melany y y compañero y en aquel instante llegó el nuevo pedido y prácticamente las cinco personas estaban consumiendo juntos.
Al finalizar el desayuno, Don Eduardo, quien quería definir de una vez la situación de Melany, mirando a su flamante amigo, le dijo:
--- Don Benjamín debo felicitarlo por tener personal trabajador muy eficiente en su empresa; justamente la señorita Melany me sedujo  con las bondades de sus productos y le compré todo el lote..
Don Eduardo, se tomó una pausa y agregó:
--- Entonces, muy a pesar de mi parte, voy a tener que comunicar a usted,que ella ya no trabajará para usted, hemos decidido contratarla para que  trabaje como Modelo en nuestros  Grandes Almacenes, no sé si ya le informó ella, pero ella, ya aceptó nuestra propuesta y su sueldo será de 00500,000 reales que está por encima de lo que ella realmente merece trabajando en su empresa.
Con semejante propuesta e dinero el judío Benjamín casi salta  hasta  los cielos, y lo consideró un derroche de dinero, e interrumpiendo a Don Eduardo, le replicó:
--- No sé que tanto dinero merece el trabajo que hace Melany, por que nosotros le pagamos 00120,000, que es uno de los mejores sueldos que se paga en la Gran Capital, pero esa cantidad que usted le ha ofrecido, mi empresa  no tiene presupuesto, voy a sentirme afligido perder a una eficiente trabajadora, pero con un compromiso, por que necesito vender toda la mercadería que hemos traído y cuando se termine acepto la renuncia de Melany.
Don Eduardo, sufrió una terrible decepción de lo que estaba escuchando; además, era usual que todo judío no valora al trabajador sino a su dinero y como tenía muchos amigos productores en panaderías y bizcochuelos, les propondría que compren aquella mercadería, incluso les ofrecería un subsidio a su favor y lograr así la pronta salida de don Benjamín de Ciudad del Chilca,  y aceptando semejante imposición (por el amor a Melany) le contestó:
--- Señor Benajmín, es usted un comerciante que nunca pierde; sin embargo, debemos considerar al elemento humano que trabajando muchas veces sin horario, hacen posible el crecimiento de la riqueza empresarial y nosotros si apreciamos ese esfuerzo a todos  nuestros trabajadores por que sin ellos, nada se podría alcanzar y la señorita Melany merece un mejor sueldo según nuestro entender por ser eficiente y excelente trabajadora.
Don Benajmín, como un judío amasador de riquezas, sin importarle sus peones, le disgustó la apreciación de don Eduardo y le replicó:
--- Amigo Eduardo, aprecio mucho su amistad tan reciente, pero me siento enojado por que usted pretende darme clases de como debo pagar a mi gente, eso para mi es inaceptable y si usted le gusta regalar su dinero es su asunto que solo le concierne a usted, yo sé perfectamente cuando vale el trabajo de cada trabajador, pero no deseo pelear con usted y sigue mi propuesta de aceptar la renuncia de Melany al terminar de vender mi mercadería.
Don Eduardo, quería  romperla la cara a Don Benjamín por ser un individuo mezquino, pero no lograría nada a cambio, sino que tuvo más bien que aceptar y le dijo:
--- No se preocupe señor Benjamín, sus productos son buenos y estoy seguro que serán adquiridos en los siguientes días y esperaremos hasta el final para contar con los servicios de la señorita Melany.
Por otra parte, Humberto que no abrió su boca, sólo fue un testigo del intercambio de expresiones entre su Padre y Don Benjamín, en buena cuenta con su actitud trabajó a fdavor de su Padre, y eso no le parecía muy halagueño y estaba construyendo castillos en el aire y haciendo planes para conquistar a Melany, no era la primera vez que sería un rival de su Padre por mi una mujer, y para lograr su objetivo, se volvería un "trabajador más" en el Gran Almacén para estar junto a Melany.
Melany, si intuía esos "fantásticos planes de Humberto" pero ella ya había decidido ser la compañera de Don Eduardo, por que recién lo conocía como un hombre un poco "maduro para ella" que la veía como una persona y como un objeto de producción; pero lamentaba perder a su gran amor que era Olzagon, pero los nuevos rumbos ya señalaron  el destino y así será en el futuro como siempre tan cruel en el amor...... continuaremos......
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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