domingo, 2 de junio de 2013

ESO: Una dieta baja en sodio, clave para la longevidad de las estrellas

Las teorías estelares se tambalean tras unas nuevas observaciones del VLT.-




El cúmulo globular de estrellas NGC 6752
 

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Esta imagen del instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla, en Chile, muestra el cúmulo globular de estrellas NGC 6752, en la constelación austral del Pavo. Estudios de este cúmulo llevados a cabo con el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, han revelado algo inesperado: que muchas estrellas no pasan por la fase de pérdida de masa al final de sus vidas.
Crédito: ESO



El cúmulo globular de estrellas NGC 6752, en la constelación del Pavo

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Este mapa muestra la ubicación del cúmulo globular de estrellas NGC 6752 en la constelación austral del Pavo. Todas las estrellas pueden verse a simple vista bajo buenas condiciones meteorológicas y NGC 6752 está señalada con un círculo rojo. Estudios de este cúmulo llevados a cabo con el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, han revelado algo inesperado: que muchas estrellas no pasan por la fase de pérdida de masa al final de sus vidas.
Crédito: ESO, IAU and Sky & Telescope


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Acercándonos al cúmulo globular de estrellas NGC 6752
Acercándonos al cúmulo globular de estrellas NGC 6752
Más cerca del cúmulo globular de estrellas NGC 6752
Más cerca del cúmulo globular de estrellas NGC 6752

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Los astrónomos esperarían que estrellas como el Sol expulsasen la mayor parte de sus atmósferas al espacio durante la fase final de sus vidas. Pero nuevas observaciones de un enorme cúmulo estelar llevadas a cabo con el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO han demostrado — contra todo pronóstico — que la mayor parte de las estrellas estudiadas sencillamente nunca alcanza esa fase. El equipo internacional ha descubierto que la mejor forma de predecir cómo acaban sus vidas es conociendo la cantidad de sodio de las estrellas.
Durante mucho tiempo se pensó que la forma en que evolucionan y mueren las estrellas era un campo bien comprendido. Detallados modelos predecían que las estrellas con una masa similar a la del Sol tendrían un periodo, hacia el final de sus vidas  — denominado de rama gigante asintótica o AGB [1] — en el que pasaría por una explosión final del núcleo y gran parte de su masa sería expulsada en forma de gas y polvo hacia el exterior.
Este material expelido [2] forma después nuevas generaciones de estrellas y este ciclo de pérdida de masa y renacimiento es vital para explicar la evolución química del universo. Este proceso es a su vez el que proporciona el material requerido para la formación de planetas — e incluso los ingredientes para la vida orgánica.
Pero cuando el experto australiano en teoría estelar Simon Campbell, del Centro de Astrofísica de la Universidad de Monash (Melbourne) revisó antiguos artículos, encontró abrumadoras evidencias que sugerían que algunas estrellas se saltaban estas reglas y obviaban por completo esta fase. Nos cuenta la historia:
“Para un científico que trabaja con modelos estelares ¡esta sugerencia era una locura! Según nuestros modelos, todas las estrellas pasan por la fase AGB. Revisé de nuevo todos los estudios antiguos, y descubrí que no había sido investigado adecuadamente. Decidí investigar por mi cuenta, a pesar de tener muy poca experiencia observacional”.
Campbell y su equipo utilizaron el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO para estudiar con mucho cuidado la luz proveniente de las estrellas ubicadas en el cúmulo globular de estrellas NGC 6752, en la constelación austral del Pavo. Esta inmensa bola de estrellas viejas contiene tanto estrellas de primera generación como estrellas de segunda generación que se formaron más tarde [3]. Las dos generaciones pueden distinguirse por la cantidad de sodio que contienen — los datos de alta calidad obtenidos por el VLT permiten hacer estas medidas.
“FLAMES, el espectrógrafo multiobjeto de alta resolución del VLT, era el único  instrumento que podía permitirnos obtener datos de tan alta calidad para 130 estrellas al mismo tiempo. Y nos permitió observar gran parte del cúmulo globular de una vez”, añade Campbell.
Los resultados fueron sorprendentes — todas las estrellas AGB del estudio eran de primera generación, con bajos niveles de sodio, y ninguna de las de segunda generación, con mayor cantidad de sodio, había pasado por la fase de estrella AGB. Un 70% de las estrellas no había pasado por la fase final de pérdida de masa y quemado del núcleo [4] [5].
“Parece que las estrellas necesitan tener una “dieta” baja en sodio para alcanzar la fase de AGB en su edad anciana. Estas observaciones son importantes por varios motivos. Estas estrellas son las más brillantes de los cúmulos globulares — por tanto habrá un  70% menos de estrellas brillantes de lo que predice la teoría. ¡Esto también significa que nuestros modelos de estrellas están incompletos y deben ser revisados!”, concluye Campbell.
El equipo espera encontrar resultados parecidos para otros cúmulos de estrellas y tienen previsto llevar a cabo más observaciones.

Notas

[1] Las estrellas AGB reciben este extraño nombre debido a su posición en el diagrama de Hertzsprung Russell, un gráfico que muestra el brillo de las estrellas frente a su color.
[2] Durante un corto periodo de tiempo este material eyectado se ilumina debido a la fuerte radiación ultravioleta procedente de la estrella y crea una nebulosa planetaria (ver, por ejemplo, eso1317).
[3] Pese a que la mayor parte de las estrellas de un cúmulo globular se formaron al mismo tiempo, ahora sabemos que estos sistemas no son tan simples como se pensaba. Normalmente contienen dos o más poblaciones de estrellas con diferentes cantidades de elementos químicos ligeros como carbono, nitrógeno y — crucial para este nuevo estudio  — sodio.
[4] Se cree que las estrellas que se han saltado la fase de AGB evolucionarán directamente a estrellas enanas blancas de helio y se irán enfriando gradualmente a lo largo de miles de millones de años.
[5] No se cree que el sodio por sí mismo sea la causa de este comportamiento diferente, pero debe estar fuertemente ligado a la causa que subyace — la cual sigue siendo un misterio.

Información adicional

Este trabajo fue presentado en un artículo titulado “Sodium content as a predictor of the advanced evolution of globular cluster stars” por Simon Campbell et al., y aparece online en la revista Nature del 29 de mayo de 2013.
El equipo está compuesto por Simon W. Campbell (Universidad de Monash, Melbourne, Australia), Valentina D’Orazi (Universidad de Macquarie, Sydney, Australia; Universidad de Monash), David Yong (Universidad Nacional de Australia, Canberra, Australia [ANU]), Thomas N. Constantino (Universidad de Monash), John C. Lattanzio (Universidad de Monash), Richard J. Stancliffe (ANU; Universidad de Bonn, Alemania), George C. Angelou (Universidad de Monash), Elizabeth C. Wylie-de Boer (ANU), Frank Grundahl (Universidad de Aarhus, Dinamarca).
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de quince países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, el proyecto astronómico más grande en desarrollo. Actualmente ESO está planificando el European Extremely Large Telescope, E-ELT, el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
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Esta es una traducción de la nota de prensa de ESO eso1323.
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