domingo, 9 de noviembre de 2014

La Historia del Amor Cruel: Capítulo CLXXV.- Don Santiago y sus empleados finalizan su merienda al son de música movida con hermosas anfitrionas......

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; Don Santiago Carboleni, propietario y Gerente de la Fábrica de Productos Plásticos "El Ideal", invitó a Olzagon y tres empleados más al Restaurante "La Alameda del Paladar ", para cenar celebrando ventas extraordinarias efectuadas por el joven vendedor  Olzagon; estando en el establecimiento de las comidas, fueron atendidos como clientes exclusivos y se les dio un aposento separado solamente para ellos, y la primera sorpresa fue recibir una dama muy bella que actuando como anfitriona les sirvió dos ruedas de cócteles que entusiasmó a los clientes por el efecto del licor......



Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
 
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Los efectos de los cócteles con sabor dulce y muy agradable al paladar entusiasmaron a los clientes; de la Fábrica de los plásticos, justamente Don Santiago, quien era el más animoso, hizo de Barman, sirviendo whisky más fino que había en el pequeño bar dentro del recinto donde ellos se encontraban.
La dama anfitriona, vestida con ropa muy corta, que le permitía exhibir su exuberante cuerpo; era la atracción de los acomedidos clientes; siendo Olzagon el joven quien la piropeó con elegantes expresiones que sedujeron a la bella anfitriona.
Los cinco clientes seguían libando su copa de whisky y de nuevo apareció la dama anfitriona en compañía del mesero y cada uno traían una bandeja grande con platos de comida; el aroma de la humeante comida, despertó el apetito de los bebedores que fueron invitados a disfrutar de los platillos pedidos.
Don Santiago, con vaso en mano, hizo de  anfitrión con la benevolencia y simpatía de la bella anfitriona, invitando a la mesa a sus empleados; el efecto del licor había calado la resistencia corporal y pasó a actuar libre de ataduras y gastando un entusiasmo nunca conocido para los empleados; quienes se sentían muy sorprendidos por compartir una cena con el jefe.
Estando la mesa servida, cada cliente se colocó junto al plato solicitado, de inmediato comenzaron a saborear  la comida, Don Santiago se aseguró que la botella abierta de whisky esté sobre la mesa; para ir bebiendo mientras se almuerza.. La dama anfitriona y el mesero, se retiraron dejándolos solos a los  comensales para que  disfruten de la deliciosa cena.
Pasaron lo minutos, seguramente después de 50 minutos, se iba terminando el almuerzo, y de nuevo llegó la dama anfitriona con un azafate decorado y lleno de postres, que ella misma se encargó de servir a cada uno de sus clientes; quienes gustosamente seguían el ritmo de sus movimientos de la hermosa anfitriona.
Don Santiago, quien asombró a sus empleados con el comportamiento que ellos desconocían, por que siempre se mostraba serio, de poca sonrisa; claro está era muy respetuoso con cada trabajador; por lo que existía una barrera de contención entre el dueño y el trabajador.
Sin embargo, hoy Don Santiago era un más alegre del grupo, incluso abrazaba, festejando un chiste o cualquier ocurrencia, como fruto de la dichosa merienda y la descomunal dama anfitriona, que había despertado los apetitos sexuales de los cinco caballeros, que intuía  Don Santiago, y dijo:
--- Amigos, acabamos de terminar la cena, entonces les he guardado celosamente una sorpresa; he visto a cada uno de ustedes observar a la anfitriona; pues en pocos minutos tendrán cinco anfitrionas que será nuestro postre....
Don Santiago, se toma un descanso y continuó:
--- Por favor tómenlo con calma, ninguna de ellas es una "dama de compañía";  solamente han sido invitadas para amenizar nuestra cena; esto es un servicio adicional del Restaurante; por su puesto, si alguien de ustedes llega a entablar más de un amistad con su compañera, es libre de hacerlo con ella la continuación de  la noche pero en privado y en otro lugar...
Finalmente don Santiago dijo:
--- Disfruten de su merienda que probablemente no se volverá a repetir; porque no es costumbre de la Fábrica ofrecer este incentivo, que esta vez ha sido una excepción, debido al triunfo comercial que hemos obtenido gracias a la sagacidad y empuje del joven vendedor Olzagon,..
Levantando el brazo derecho con su copa de whisky en la rocas, invitó a seguir bebiendo con un fuerte;
¡¡¡¡¡ Salud... salud, salud ... !!!!!
Luego como anticipando la llegada de las damas anfitrionas, se cambió el fondo musical, por música movida, y esa fue justamente una salsa de Héctor Laboe; al fondo donde aparecía la anfitriona que les sirvió los cócteles, se abrió la puerta y aparecieron en traje de baño cinco hermosas y jóvenes mujeres (aún era tímido el uso del bikini en aquellos años del 1970s), aún así dejaban ver  unos atractivos y bien formados cuerpos y con una sonrisa a flor de labios se colocaron detrás de cada hombre.
A don Santiago, le tocó la más madurita (tal vez unos 30 años de edad) y Olzagon tuvo la suerte de ser acompañado de una morocha de ojos  y cabellos negros, de aproximadamente 20 años de edad, quien acercó su boca al oído del joven vendedor y le dijo:
--- Hace como una hora que he estado esperando este momento, estoy lista para divertirnos y me agradas.
Rápidamente levantó la cabeza y continuó parada como las demás, esperando que alguien las presente y por su puesto apareció la dama anfitriona que había atendido antes, quien ingresó de nuevo y dijo:
--- Señores míos, el Restaurante se siente honrado por su presencia y en agradecimiento a su preferencia por nosotros, les ofrecemos como servicio adicional la opción de bailar con estas hermosas mujeres por espacio de una hora, no podemos hacerlo por más tiempo debido a regulaciones de las autoridades municipales, que nos prohíben trabajar más tarde la media noche, para su deleite hemos empezado con música movida y que mejor que una salsa, por su puesto si desean otro tipo de música, no tienen más que solicitarlo.
Luego la anfitriona levantando el tono de la voz agregó:
--- ¡¡¡¡ Señores míos empezó el baile !!!!
Fueron las damas acompañantes, quienes invitaron a los caballeros a levantarse de sus asientos para iniciar el baile, Olzagon casi incrédulo de lo que estaba viendo se levantó como un resorte de su asiento y de inmediato salió a bailar con la aún desconocida morocha.... continuaremos.....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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