domingo, 15 de octubre de 2017

La Historia del Amor Cruel : Capítulo CCCXIV.- Mónica y Olzagon amanecieron muy bien, en cambio el Dr. José Llanos sufrió una pesadilla...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Olzagon dormía plácidamente en pleno descanso con efecto de sueros y sedantes que se le aplicó, Mónica Ronceros recibió una frazada de lana, quien  envolviéndose todo su cuerpo se sentó sobre la silla y apegó su cabeza sobre la pared durmiéndose plácidamente; en cambio en la elegante casa, en el interior precisamente en el dormitorio el Dr, José Llanos, sufría insomnio, él bebió un trago de Whisky con trozos de hielo, y como estaba muy helado el licor al beber le afectó el diafragma, que le atacó tos y hace ejercicios bucales para recuperar y  mejorar su salud......
 


Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
 
A las 02:00 horas  de la madrugada, los enfermeros que hacían guardia, llegaron a la sala del paciente Olzagon, al entrar escucharon que Mónica estaba profundamente dormida y roncaba que hacía un concierto con los también fuertes ronquidos del paciente Olzagon, él si lo hacía con dificultad debido a la operación de la fosa nasal; y como los enfermeros tenían que aplicar sedantes y antibióticos, prendieron la luz, y se tuvo que despertar al paciente, quien en silencio siguió las instrucciones, pero él, sonría escuchando los ronquidos de su "familiar" y compañera Mónica.
Los enfermeros, no hablaron en voz alta, sino utilizando señales para no despertar a Mónica; luego de concluir la aplicación de medicinas al paciente, apagaron la luz y salieron, Mónica nunca se movió y seguía dormida, su paciente Olzagon estaba despierto y por efectos de la aplicación de sedantes se volvió a quedar dormido.
Mientras tanto, en el dormitorio del Dr. José Llanos; él, seguía tratando de superar la tos, que ahora se complicaba por que tenía dificultad para respirar por que le atacó hipo por que su diafragma seguía mal, y el hipo era tan insistente que tomó unos antibióticos y se auto aplicó una inyección intramuscular, lentamente comenzó su mejoría, se recostó sentado, la tos desapreció, pero no el hipo, y como médico sabía como curarse ante la inflación del diafragma, hizo todos los pasos y los resultado eran lentos y poco a poco iba durmiéndose recostado sobre la cabecera de su cama.
Parece que acertó, por que lentamente se fue durmiendo y seguramente se quedó dormido y aún había hipo pero en espacios lejanos, hasta que desapareció para alivio del paciente; seguramente eran las 03:00 de  la madrugada y se despertó con dolor a la espalda por la posesión incómoda como se había dormido pero ya no había ni tos ni hipo, mas bien parecía que todo fue una pesadilla.
El soñoliento doctor Llanos se acostó normalmente y muy rápido concilió el sueño, pero ahora si tuvo una pesadilla, y según él narró después, así soñó:
--- Él asistía a un establecimiento compuesto de muchas sillas y mesas; al llegar encontró en la puerta de recepción a una bella joven mujer(Mónica Ronceros), quien le saludó por su nombre, diciéndole : "Pase Dr. José Llanos, lo estaba esperando, todas las mesas son suyas, nadie le interrumpirá, tome asiento, luego iré con la carta para que escoja su platillo"
El recién llegado, ingresó y efectivamente habían miles de mesas y sillas, todas tenían al centro un florero con una sola rosa blanca; él, decidió por una mesa que daba a la ventana. se sentó, de inmediato llegó la atractiva mesera quien con carta en mano le dijo:
--- "Doctor Llanos lo estuve esperando por tres días, y como ya llegó, se ha preparado 15 potajes para que usted solo se los sirva, tiene que elegir el primero y cuando le sirva ese platillo, de inmediato pedirá el segundo y así sucesivamente  hasta legar a los 15 platillos.
Entonces, el cliente(Dr. Llanos) reclamó:
--- "Pero señorita, yo jamás comeré 15 platillos de comida; además, fui invitado por la señorita Mónica, por que a usted no la conozco, y por favor quiero ver a la señorita Mónica,(ella le estaba atendiendo y no la reconocía) no deseo verla a usted, váyase.."
La joven anfitriona al escuchar la reacción del cliente(Dr. Llanos), se rió a carcajadas con tanta alegría y sorna y le contestó:
--- " Parece que usted está ebrio, que yo aún no le he servido un trago, ya no distingue ni reconoce quien lo está atendiendo.."
El cliente(Dr. Llanos) un poco mal humorado, le contestó:
--- "Por favor señorita, váyase en déjeme en paz, que me está ofendiendo, yo no la quiero ver.."
La aludida mesera, soltó de  nuevo la risa y con cierta ironía le contestó:
--- "Parece que usted ha bebido mucho licor, y le está haciendo daño, que no llega a reconocer y le vuelvo a repetir que quien le está atendiendo: ¿Qué le pasa a usted? ".
El cliente(Dr. Llanos), más enojado que nunca y con un fuerte dolor al pecho, le contestó:
--- "Por favor váyase no me oprima mi pecho.. me está haciendo mucho daño.."
La mesera siguió riéndose y le contestó:
--- "Usted es un mal agradecido, ya no le serviré la comida, salga y saque la mano del pecho... fuera váyase.."
Precisos instantes que el Dr. Llanos se despertó con la mano izquierda bien apretada y oprimiendo el pecho en el lado del corazón y totalmente sudado que había mojado su pijama, sintió un alivio, por que todo lo soñado fue solo una pesadilla, que probablemente fue por efectos del licor ingerido y el dolor al corazón por su mano izquierda en el pecho, pero: ¿Por qué soñó a una joven bella y desconocida y en un restaurante?
Mientras tanto, en el Hospital a las 05:00 horas de la mañana, que era la hora de entrada del personal de servicios a las salas de reposo y  recuperación, entraron a la sala del paciente Olzagon, recién se despertó Mónica, ella estaba muy avergonzada, por que nunca se despertó a media noche y como Olzagon ya estaba despierto la consoló así:
--- Mónica, gracias por tu compañía, fue un alivio dormir en tu compañía roncabas tan dichosa que me hacías feliz a mi también; en la madrugada vinieron los enfermeros me cambiaron los medicamentos y lo hicieron sin hacer ruido para no despertarte, después de unos minutos me quedé dormido acompañando a tus ronquidos, que por cierto tienen un  son musical . Gracias Mónica...
Pero, Mónica no podía hablar se le caía la cara de vergüenza, por que de "familiar de vigilia" no hizo nada, más bien fue a dormir y haciendo un esfuerzo en hablar algo, le contestó:
--- Olzagon, eres tan noble, que me agradeces por lo que nada hice, que vergüenza, siento que solo he dormido y nunca fui al tópico para llamar a los enfermeros, que torpe he sido contigo, me forré con la frazada y he dormido mejor que en mi cama.........
Olzagon, le interrumpió contestándole :
--- No te preocupes, tu compañía ha sido valiosa para mi, hasta los enfermeros reconocieron tu apoyo; más bien tienes que ir a tu casa para que te alistes y vayas temprano a tu trabajo; yo estaré aquí hasta mañana, he amanecido mucho mejor, durante el día hay buena atención y por la noche ya no necesitaré compañía.
Mónica, dobló la frazada y salió al tópico para devolverla a los enfermeros, quienes la recibieron y le dijeron que puede irse a su casa, por que el paciente Olzagon ya no necesita familiar de compañía.
Mónica, aliviada de la vergüenza del sueño; regresó a la sala de Olzagon, se acercó a su cama, se sentó a los pies y le dijo:
--- Olzagon, hoy no podré regresar tengo turno hasta el anochecer, pero mañana regresaré.......
Continuaremos...............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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