viernes, 11 de mayo de 2018

ASTRONOMÍA : EL SOL.- NATIONAL GEOGRAPHIC.- ¿En qué se convertirá el Sol cuando muera?............ Dos nuevas misiones de la ESA para estudiar el sistema solar....

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., como nada es eterno, tampoco El Universo, que sigue en expansión, sin embargo las galaxias, estrellas y planetas, si están envejeciendo, lo mismo le tocará a nuestro Sistema Solar, justamente nuestra estrella El Sol, también desaparecerá y al desaparecer el Sol, desaparece todo el Sistema Solar; pero no se alarme esto sucederá dentro de 10,000 millones de años.
La Revista National Geographic, la elaborado un reportaje, intentando descifrar: ¿ Qué sucederá dentro de los próximos 5,000 mil millones de años en el sistema Solar?, Este es el concepto teórico: "La edad del universo, desde el Big Bang o Gran Explosión, es de unos 13.800 millones de años, según los científicos contemporáneos. Hay estrellas tan viejas como el universo, pero la mayoría tiene entre 1.000 y 10.000 millones de años de edad. La nebulosa planetaria, un anillo masivo y luminoso de gas y polvo interestelar, supone el final de la vida activa de la mayoría de las estrellas, cuando agotan su combustible nuclear, e implica también la transición de una gigante roja a una enana blanca degenerada. El Sol se formó hace unos 4.600 millones de años y todavía tiene combustible nuclear para otros 5.000 millones de años. Y después... ¿qué?..."

http://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/en-que-se-convertira-sol-cuando-muera_12664
http://www.nationalgeographic.com.es/fotografia/foto-del-dia/esfera-color-del-sol_12033
http://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/dos-nuevas-misiones-esa-para-estudiar-sistema-solar_11096/1
El Sol se formó hace unos 4.600 millones de años y todavía tiene combustible nuclear para otros 5.000 millones de años... ¿Qué ocurrirá después?

Nebulosa planetaria
Un ejemplo de nebulosa planetaria: Abell 39, en la constelación de Hércules y a unos 6.800 años luz de la Tierra. Abell 39 es una de las esferas más grandes de nuestra galaxia.
Imagen: The University of Manchester
Alec Forssmann
8 de mayo de 2018

¿En qué se convertirá el Sol cuando muera?
La edad del universo, desde el Big Bang o Gran Explosión, es de unos 13.800 millones de años, según los científicos contemporáneos. Hay estrellas tan viejas como el universo, pero la mayoría tiene entre 1.000 y 10.000 millones de años de edad. La nebulosa planetaria, un anillo masivo y luminoso de gas y polvo interestelar, supone el final de la vida activa de la mayoría de las estrellas, cuando agotan su combustible nuclear, e implica también la transición de una gigante roja a una enana blanca degenerada. El Sol se formó hace unos 4.600 millones de años y todavía tiene combustible nuclear para otros 5.000 millones de años. Y después... ¿qué?


Los científicos han creído durante años que la masa de nuestro Sol era demasiado baja como para crear una nebulosa planetaria visible. Las nebulosas planetarias, que nada tienen que ver con los planetas, son un fenómeno relativamente corto, de unas pocas decenas de miles de años, en comparación con el típico ciclo vital de una estrella, que ronda los 10.000 millones de años. El Sol tiene casi exactamente la mínima masa necesaria para producir una nebulosa planetaria, débil, pero visible. "Hemos descubierto que las estrellas que tienen una masa que es 1,1 veces menor que la masa del Sol producen nebulosas más débiles y aquellas estrellas más masivas que tres masas solares producen nebulosas brillantes, mientras que las predicciones de brillo del resto de estrellas son muy cercanas a lo que se había observado hasta ahora. Problema solucionado, ¡25 años después!", comenta Albert Zijlstra, de la Universidad de Mánchester y coautor de un estudio publicado ayer en Nature Astronomy.
El Sol tiene casi exactamente la mínima masa necesaria para producir una nebulosa planetaria
Dicho estudio consiste en el desarrollo de un nuevo modelo de datos para predecir el ciclo vital de las estrellas y ha sido usado para predecir el brillo o luminosidad de la envoltura brillante en expansión de una nebulosa planetaria en estrellas de diferentes masas y edades. "Cuando una estrella muere expulsa una masa de gas y polvo, conocida como su envoltura, hacia el espacio. Esta envoltura puede llegar a ser la mitad de la masa de la estrella. Queda al descubierto el núcleo de la estrella, cuyo combustible se está agotando, hasta que finalmente se apaga y muere.
El núcleo caliente logra que la envoltura en expansión brille intensamente durante unos 10.000 años, un periodo breve para la astronomía. Esto es lo que hace que una nebulosa planetaria sea visible. Algunas son tan brillantes que pueden ser vistas desde distancias extremadamente lejanas, a millones de años luz. En cambio, la misma estrella hubiera sido demasiado débil para ser vista", explica Zijslra sobre las nebulosas planetarias.

La esfera de color del Sol

Espectro de destello
Foto: ESA / M. Castillo-Fraile

28 de octubre de 2017

Esta colorida imagen muestra el ʻespectro del destelloʼ de la cromosfera del Sol. Fue capturada durante el eclipse total que se produjo a lo largo de los Estados Unidos el 21 de agosto de 2017, por la expedición de la ESA que monitorizó el proceso desde Casper, en Wyoming.
Durante un eclipse, cuando la Luna oscurece temporalmente la desbordante luz de la fotosfera solar, los astrónomos pueden realizar mediciones únicas. Un ejemplo de ello es el halo rojo normalmente invisible de la cromosfera, es decir, la capa de la atmósfera solar situada encima de la turbulenta superficie de la fotosfera.

La imagen que observamos solo se puede obtener con la última y la primera luz de lo que se conoce como el limbo solar —los momentos que tienen lugar justo antes y después de la totalidad del eclipse—, por lo que a esta medición se le ha dado el nombre del "espectro del destelloʼ, ya que debe realizarse en cuestión de segundos.
En ese momento, la emisión de luz del Sol puede dividirse en un espectro de colores que muestra las huellas de distintos elementos químicos.
El espectro del destello aquí mostrado se produjo con el primer limbo solar observable tras la totalidad. A la derecha podemos observar una imagen del Sol eclipsado mientras que a la izquierda de muestra el espectro capturado en distintos momentos en los que la Luna ocultaba el Sol mientras se producía el eclipse.

La emisión más potente se debe al hidrógeno. En ella se incluye la emisión de hidrógeno-alfa representada en color rojo en el extremo derecho de la imagen y de color azul y violeta en el izquierdo. Entre medias, el amarillo brillante corresponde a la emisión del helio, un elemento descubierto en un espectro de destello capturado durante el eclipse total del 18 de agosto de 1868, aunque en aquel momento no se supo de qué se trataba. Casi tres décadas después, el elemento se descubrió en la Tierra y hoy en día se sabe que es el segundo elemento más abundante del Universo después del hidrógeno.


 EL SOL

El sistema solar
http://www.nationalgeographic.com.es/temas/sol/fotos/1/1

Eclipse Solar, Estados Unidos, Agosto 2017
Foto: ESA

Eclipse en Estados Unidos
El espectacular eclipse solar total que barrió los Estados Unidos dominó los titulares de todos los periódicos del mundo deleitando a científicos y al público de todo el mundo en agosto de 2017. Esta imagen de la Luna que transita ante el Sol fue tomada por la nave espacial del Observatorio Solar Dynamics de la NASA en el espectro ultravioleta extremo.
Foto: NASA / SDO

Espectro de destello
Foto: ESA / M. Castillo-Fraile

Dos tipos de pájaro
Foto: ESAC / ESA

Mercury Rising
Ganador absoluto en la categoría: Our sun
El pasado 9 de mayo de 2016 tuvo lugar el Tránsito de Mercurio. El planeta más pequeño del sistema solar se situaba entre la Tierra y el Sol durante un trayecto de 7 horas y media en lo que fue el tránsito más largo del siglo. En la imagen podemos apreciar la silueta de Mercurio como un pequeño punto negro a contraluz del Sol.
Preston, Lancashire, Reino Unido, 9 de mayo de 2016
TEC140 140 mm f/7 refractor telescope at f/9.8, Solarscope DSF100 H-alpha filter, Sky-Watcher EQ6 Pro mount, PGR Grasshopper 3 camera, stacked from multiple exposures
Foto: Alexandra Hart / Insight Astronomy Photographer of the Year 2017
 
Solar Limb Prominence and Sunspot
Segundo premio en la categoría: Our Sun
Esta fotografía fue tomada durante la primavera de 2016. En ella podemos apreciar la llamativa imagen de una solitaria  prominencia solar en la silueta de nuestra estrella junto a una mancha solar en su superficie. El fotógrafo, adaptando los filtros de un telescopio Lunt H-alfa a uno fabricado por el mismo, fue capaz, valiéndose de una lente de gran aumento, de captar estos detalles de la actividad solar.
Hoschton, Georgia, Estados Unidos, 19 de Abril de 2016
Home-made telescope, Point Grey GS3-U3-60S6M camera
Foto: Eric Toops / Insight Astronomy Photographer of the Year 2017

Ghostly Sun
Mención de honor en la categoría: Our Sun
En esta fotografía del sol tomada en luz de calcio K, podemos apreciar la cromosfera interna de nuestra estrella. En ella podemos apreciar la superficie del sol como se del negativo de una fotografía se tratase, apareciendo las manchas solares como manchas brillantes y en cuyo alrededor el contraste aparece magnificado para una mejor visualización de la imagen.
Groningen, Países Bajos, 4 de abril de 2017.
APM 80 mm f/6 refractor telescope, Vixen Great Polaris mount, ZWO ASI178MM camera, stack of 400 frames
Foto: Michael Wilkinson / Insight Astronomy Photographer of the Year 2017

Amanece en la Antártida
Foto: ESA / IPEV / PNRA / C. Dangoiss

7 daguerrotipos
Fotografía que muestra los siete daguerrotipos que se conservan en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Foto: William Langenheim and Frederick Langenheim / The Metropolitan Museum of Art, Gilman Collection, Gift of The Howard Gilman Foundation, 2005
 
Telescopio espacial SOHO
Recreación artística del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) lanzada el 2 de diciembre de 1995 con el Sol de fondo. Gracias a este telescopio espacial los científicos han podido demostrar la existencia de las ondas g y calcular la velocidad de rotación del núcleo de nuestra estrella. 
Foto: ESA

40 años de búsqueda
Como explica el investigador Eric Fossat, “llevamos más de 40 años buscando estas escurridizas ondas g en nuestro Sol y, aunque los intentos anteriores ya apuntaban detecciones, ninguno resultó definitivo. Ahora, por fin, hemos descubierto cómo obtener señales de forma inequívoca”.
Foto: NASA

Esquema del interior del Sol
En este dibujo podemos ver los movimientos oscilatorios de las ondas g y p dentro de la estructura del Sol así como las distintas capas que forman nuestra estrella.
Foto: SOHO / ESA / NASA

Representación artística de un eclipse de sol
El 21 de agosto de 2017, la sombra de la Luna se proyectará en la Tierra dando lugar a un eclipse solar total. Los eclipses tienen una recurrencia de seis meses, sin embargo éste es especial. Por primera vez en casi 40 años, la trayectoria de la sombra de la luna pasa a través de los Estados Unidos continentales cruzando todo su territorio. Esta representación artística muestra la Tierra, la luna y el sol a las 17:05:40 (UTC) del 21 de agosto de 2017 durante el eclipse.
Foto: NASA's Scientific Visualization Studio

Vista del sol a diferentes longitudes de onda de luz ultravioleta
Foto: SOHO / NASA / ESA

Nuevo México, Estados Unidos
Un espectador observa un eclipse solar anular desde Nuevo México.
Foto: National Geographic / Collen Pinski

Secuencia de un elipse total de Sol
Una imagen compuesta muestra el sol antes, durante y después de un eclipse total.
Foto: National Geographic Creative / Babak Tafresi

Filtros solares
Un filtro solar especial ofrece una vista segura de la luna que cubre el sol durante el eclipse solar total de 2008, visto desde Siberia.
Foto: National Geographic Creative / Babak Tafresi

Secuencia de un elipse anular de Sol
Una imagen compuesta muestra el sol antes, durante y después de un eclipse anular.
Foto: National Geographic Creative / Babak Tafresi

Secuencia de un elipse anular de Sol
Una imagen compuesta muestra el sol antes, durante y después de un eclipse anular.
Foto: National Geographic Creative / Babak Tafresi

Proba-2 spots transit of Mercury fullwidth
En la imagen podemos ver al planeta más pequeño de la Sistema Solar durante su transito entre el Sol y la Tierra el lunes 9 de mayo. Uno de los satélites más pequeños de la ESA, el Proba-2 estaba observando y capturó este momento.
Foto: ESA/ROB

Baily's Beads
Fotografía ganadora en la categoría "Nuestro Sol".
La imagen, tomada en Luwuk, Indonesia, nos muestra el fenómeno conocido como "las perlas de Baily" durante el eclipse solar total acontecido el pasado 9 de marzo de 2016. A medida que la Luna pasa por delante del Sol, la superficie rugosa de nuestro satélite permite que algunos haces de luz escapen de ciertos puntos en su contorno,  formando las perlas de luz que se acumulan a lo largo de esta secuencia, tomada en apenas unos pocos minutos.
Foto: © Yu Jun / Insight Astronomy Photographer of the Year
 
La corona solar se tiñe de colores cuando se observa con la tecnología adecuada
La forma en que la corona se calienta hasta alcanzar millones de grados es todavía una incógnita para los científicos, pero gracias a instrumentos como SOHO, los investigadores conocen mejor nuestra estrella más cercana.
Foto: ESA / SOHO

Campos magnéticos solares
NASA/SDO/AIA/LMSAL

Estrella moribunda cercana al colapso
Nasa / ESA

Eclipse de Sol a través de una radiografía
De esta guisa, utilizando una simple radiografía, observaron algunos habitantes de Jakarta, Indonesia, el eclipse de Sol del pasado 8 y 9 de marzo de 2016. Sin embargo, este sistema está absolutamente desaconsejado por los expertos, pues puede provocar lesiones oculares serias.
Foto: Gtres

Eclipse de Sol en Naipyidó, Myanmar
Desde Naipyidó, capital de Myanmar (la antigua Birmania), también pudieron disfrutar de uno de los eventos astronómicos más espectaculares que existen y que, los expertos no dudan en afirmar: “todo el mundo debería ver una vez en la vida”.
Foto: Gtres

Un avión frente al eclipse solar
Poder disfrutar de un eclipse de Sol es todo un espectáculo. Y si además en ese instante pasa un avión por delante y consigues captarlo con tu cámara fotográfica entonces el momento es mágico.  La foto está tomada en Taguig, Filipinas.
Foto: Gtres

El eclipse de Sol visto desde un satélite
El satélite espacial Proba 2 tiene la misión de observar el Sol casi continuamente. Gracias a su órbita sincronizada con nuestro astro, pues sigue exactamente la línea divisoria entre el día y la noche, ha podido tomar esta espectacular fotografía del eclipse que tuvo lugar entre el 8 y el 9 de marzo de 2016.
Foto: NASA

Eclipse de Sol desde Singapur
Desde enero de 2009 no se vivía un eclipse solar en este país asiático. La próxima vez que los ciudadanos de Singapur puedan volver a disfrutar de este espectáculo será en diciembre de 2019. 
Foto: Gtres

40 millones de personas
Este espectacular evento astronómico se pudo observar en tres zonas horarias distintas y lo pudieron disfrutar en directo unos 40 millones de personas. En la imagen, varias decenas de habitantes de Yakarta gozan del espectacular evento astronómico.
Foto: Gtres

Eclipse de Sol en Phnom Penh, Camboya
Cualquier objeto o silueta sirve de marco perfecto para conseguir que las fotos de los eclipses de Sol no sean una simple esfera luminosa tapada ligeramente. En este caso una flor de Camboya ha servido de inspiración para tomar esta preciosa fotografía.

La antena de Goldstone
La californiana antena Goldstone, de 70 metros de diámetro, genera imágenes de radar que revelan el tamaño, la velocidad y la distancia de los asteroides, y si se dirigen hacia la Tierra. En febrero, una roca de 40 metros pasó a 27.700 kilómetros de nuestro planeta.
Foto: Mark Thiessen

La perturbación de los gigantes
El Gran Bombardeo Tardío de la Tierra pudo ser el resultado de una fuerte alteración de las órbitas planetarias, que hizo que Neptuno (en primer término) y Urano trastocaran un cinturón de cometas, y Júpiter, el cinturón de asteroides. Según el modelo de Niza (así llamado en referencia a la ciudad donde se concibió), Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno nacieron muy juntos dentro de la nebulosa protosolar, una nube con forma de disco cuajada de detritos de roca y hielo. A medida que los cuatro planetas gigantes absorbían o repelían esos residuos con su potente gravedad, experimentaban en su propia órbita desplazamientos lentísimos que culminaron en un punto de inflexión. 
Ilustración: Dana Berry / Fuentes: Harold Levison y Dan Durda, SWRI

Como un rejoj
Los antiguos planetarios de mesa representaban un sistema solar predecible. El real es más azaroso: deslizar hoy un lápiz sobre la mesa puede significar que dentro de mil millones de años Júpiter vaya media órbita más adelantado. 
Ilustración: Dana Berry / Fuentes: Harold Levison y Dan Durda, SWRI
 
Rocas viajeras
En el pasado, en algún lugar entre Marte y Júpiter, chocaron dos asteroides. Este meteorito de 900 gramos probablemente procede del más grande, llamado Vesta. La gravedad de Júpiter lo lanzó después hacia la Tierra y aterrizó en la Antártida. 
Foto: Mark Thiessen
http://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/dos-nuevas-misiones-esa-para-estudiar-sistema-solar_11096/1

Dos nuevas misiones de la ESA para estudiar el sistema solar

En los próximos años, la ESA lanzará sendas misiones para estudiar los entornos más extremos del Sistema Solar. Las operaciones científicas de ambas misiones se llevarán a cabo en ESAC, el Centro de Astronomía Espacial de la ESA, situado en Villanueva de la Cañada, Madrid

Solar Orbiter
El primero de la próxima generación de exploradores solares de la ESA, el Solar Orbiter, se lanzará en 2018. Investigará las conexiones y el acoplamiento entre el Sol y la heliosfera: una enorme burbuja en el espacio creada por el viento solar.
Foto: ESA

Modelo estructural y térmico del Solar Orbiter
En la imagen podemos observar un modelo estructural y térmico previo del Solar Orbiter, en el centro de pruebas IABG, cerca de Munich, Alemania durante una intensa campaña de pruebas para medir el impacto del ruido y las vibraciones en la nave espacial durante su lanzamiento.
Foto: Airbus Defence and Space 2015

JUICE
Visión artística de JUICE: el explorador espacial que visitará las lunas del sistema joviano. JUICE es la primera misión de gran envergadura del programa Cosmic Vision 2015-2025 de la ESA. Planeado su lanzamiento para 2022 y con llegada a Júpiter en 2030, se dedicará durante al menos 3 años a realizar un sin fin observaciones detalladas del planeta gigante y de tres de sus lunas más grandes: Ganímedes, Calisto y Europa
Foto: ESA

Europa
La superficie helada y agrietada de Europa –vista en un mosaico de imágenes en color realzado, obtenidas por la sonda Galileo– oculta un océano líquido que podría albergar los ingredientes necesarios para la vida.
Foto: Proyecto Galileo / NASA / JPL; imagen reprocesada por Ted Stryk
27 de enero de 2017

Dos nuevas misiones de la ESA para estudiar el sistema solar

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Fotografías
Con el propósito de estudiar algunos de los escenarios más extremos de nuestro sistema solar, en el transcurso de tan solo 5 años, la Agencia Espacial Europea planea lanzar dos ambicionas misiones. La primera en despegar, en octubre de 2018, será Solar Orbiter, con el objetivo de observar la actividad del Sol y su influencia en el entorno interplanetario. Algo más tarde, ya en 2022, será JUICE -Jupiter Icy Moons Explorer-, la que parta con destino al sistema de Júpiter y especialmente, a sus tres lunas heladas: Europa, Ganímedes y Calisto.

El ciclo de actividad solar es, aún a día de hoy, una de las grandes incógnitas en el estudio de la estrella de la que depende la vida en nuestro planeta. De hecho una de las grandes asunciones al respecto es la duración de estos ciclos solares, establecida en periodos de 11 años. No obstante, se trata de una afirmación que no se puede realizar con total seguridad. En este sentido, Luis Sánchez, jefe de desarrollo de operaciones de Solar Orbiter, apunta que: “tenemos conocimientos fenomenológicos porque los hemos medido desde 1840, pero los mecanismos físicos en los que se fundamenta el proceso no se conocen con detalle”.
“Se trata esta de una misión clave para entender la relación entre el Sol y la Tierra”
Es por ello precisamente, en palabras de Sanchez que: “se trata esta de una misión clave para entender la relación entre el Sol y la Tierra”. Entre sus principales objetivos figura establecer una relación entre los fenómenos solares y las perturbaciones que éstos crean en el espacio entre la estrella y la Tierra. También observar los polos del Sol para poder entender el funcionamiento de los ciclos de actividad solar. “Si entendemos mejor los fenómenos solares y el medio interplanetario, entenderemos mejor la climatología espacial y se podrán hacer predicciones más precisas”, explica Sánchez.
En este sentido Javier Rodríguez-Pacheco, investigador principal en el desarrollo del instrumento EPD (Energetic Particle Detector, por sus siglas en inglés), explica, por ejemplo, que uno de los puntos que se está estudiando es la influencia en el clima terrestre del ciclo de actividad solar. Cuando el ciclo tiene una baja actividad -medida por la aparición de manchas solares en su superficie-, las consecuencias en la Tierra pueden traducirse en periodos climáticos más fríos. Sin embargo, apunta Rodríguez-Pacheco: “aún se hace necesario disponer de modelos más precisos para perfilar mejores predicciones”.
Dibujando el campo magnético del Sol
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Ambos científicos coinciden en que actualmente las predicciones más exactas que se pueden hacer es que un ciclo de actividad va a ser igual a otro. Solar Orbiter intentará ofrecer más información para mejorar esos modelos. Con la observación de los polos del astro, por ejemplo, los investigadores podrán elaborar modelos de las capas de convección solar que no se restrinjan sólo al ecuador de la estrella, tal y como sucede actualmente. Lo que si sabemos, explica Sánchez, es que: “los movimientos de material en el interior del Sol dirigen el ciclo de actividad”, y en ello radica la importancia de la comprensión del proceso.

Lo que aprendimos de Ícaro

Para ello, a partir de 2021, Solar Orbiter estará tres años y medio observando la estrella y su entorno y se aproximará, durante el perihelio, a tan solo 42 millones de kilómetros del Sol, ocupándose en ciertos momentos entre la órbita de este y Mercurio.
Esta cercanía a la estrella, donde impera un intenso entorno de radiación trece veces superior al habitual, ha supuesto grandes desafíos tecnológicos para el diseño del nuevo satélite. Por ejemplo, el escudo térmico ha requerido el desarrollo de nueva tecnología, sobre todo porque Solar Orbiter va a estar apuntando constantemente al Sol. Dicho escudo está fabricado con varias capas, separadas por colchones de aire, y su capa más externa está compuesta por un nuevo material sintetizado a partir de cenizas. Además, habrá de disponer de las aberturas necesarias para los seis telescopios que van a observar el Sol, y éstos, a su vez, necesitarán estar preparados para operar en un fuerte entorno de radiación.
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Además de estos seis telescopios, Solar Orbiter llevará otros cuatro instrumentos que se dedicarán a observar el entorno interplanetario y las perturbaciones que la actividad solar crea en él. Los datos obtenidos serán enviados a la Tierra y recibidos por el conjunto de antenas para el estudio del espacio profundo de la ESA, entre las que tendrá una relativa importancia la situada en la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo de Cebreros, en Ávila.

Los mundos helados de Júpiter

Después del Sol, el siguiente objeto de mayores dimensiones en nuestro sistema planetario es Júpiter, cuyo campo magnético queda, del mismo modo, tan solo superado por el propio del Sol. Júpiter y sus lunas son precisamente el objetivo de la misión JUICE.
"Su propósito es averiguar si la vida tal y como la conocemos podría desarrollarse no sólo en las zonas más frías del espacio, sino también en las lunas heladas en rededor de planetas gigantes”, explica Claire Vallat, científica de operaciones de la misión. Para ello, la sonda estudiará las tres lunas heladas de Júpiter: Europa, Ganímedes y Calisto, ya que en sendos cuerpos han sido detectados indicios de actividad geológica de diferentes tipos, océanos subterráneos y fuerzas de marea generadas por la gravedad de Júpiter.
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Fotografías

Dos de las grandes motivaciones para la puesta en marcha de JUICE, -la primera misión hacia sistema solar exterior que lidera la ESA- son el descubrimiento de exoplanetas con una distribución de masa similar a la del sistema joviano, así como de ecosistemas marinos no basados en la fotosíntesis.
Vallat señala que la sonda observará Júpiter por un lado y las tres lunas heladas por otro. Una vez alcanzada la órbita del gigante gaseoso se distinguen dos fases a lo largo de su misión científica. En 2030, realizará dos sobrevuelos cercanos de Europa, a tan solo unos 400 kilómetros de la superficie de la luna helada. Después, hasta mediados de 2031, observará las altas latitudes de Júpiter. En una segunda fase, a partir de 2032, JUICE pasará a orbitar Ganímedes hasta 2033, fecha prevista del final de la misión.
El diseño de las trayectorias de la misión, que aún está en progreso, vendrá muy determinado por el entorno de radiación del el sistema joviano. “En el sistema solar, hay lugares en el que el entorno de radiación es mucho mayor que si nos metieramos dentro de un reactor nuclear, y Júpiter es uno de ellos”, explica Rodríguez-Pacheco. Por su parte, Nicolas Altobelli, jefe de desarrollo de operaciones para JUICE, apunta que: “no sabemos exactamente cuánta radiación nos vamos a encontrar. Será mayor en tanto nos acerquemos a Júpiter. Es por ello que los sobrevuelos a Europa serán consecutivos. No podremos quedarnos en la órbita de la luna, porque está demasiado cerca de Júpiter”.
Con estas dos misiones, Solar Orbiter y JUICE, a lo largo de las dos décadas venideras, la ESA pretende estudiar los entornos más extremos del sistema solar, concretamente en relación a su temperatura, revelando los secretos de dos mundos opuestos, uno de hielo, otro de fuego. La primera ofrecerá una comprensión más completa de los procesos que impulsan los ciclos de actividad solar y cómo influyen estos en el espacio interplanetario y en la Tierra. La segunda ayudará a ampliar nuestros conocimientos sobre la posibilidad de que se den las condiciones necesarias para la vida en entornos, a priori, menos favorables.
NATIONAL GEOGRAPHIC.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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