domingo, 27 de enero de 2019

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo CDLXXXIX .- Cipriano no encontró los restos mortales de Emilio Segundo, sólo hubo unas cuantas tiras de ropa; ellos se van de regreso dando una tremenda vuelta para evitar represalias, atinada decisión por que van tras ellos siete jinetes de Pampa de Ríos.......

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Cipriano "El asesino que no mira atrás", después de llegar junto su con gente y los dos guías que fueron compinches del finado Gustavo, a la quebrada que había que cruzarla, para poder llegar al cimiento de la peligrosa peña que asemejaba un precipicio funesto; por lo enmarañado de la vegetación, pero que si era posible caminar por la cabecera gracias a un camino de venados, justamente desde donde se arrojó el cadáver de Emilio Segundo; el guía pidió a Cipriano usar su machete para abrir camino y llegar a ese objetivo...

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Entonces, Cipriano, se apeó de su caballo, lo mismo hicieron todos los jinetes, y juntos acordaron que Néstor Rosillo y Tomás, abran el camino a base cortar a machete limpio la enmarañada vegetación llena de moras y otros arbustos espinosos, los apoyarán Cipriano y Tobías y don Emilio se encargará de controlar los caballos, equinos que gustosos aprovecharon para beber agua hasta empanzarse; los guías que no tenían machetes: recogerán y amontonarán las ramas a los costados de la trocha.
Como no había tiempo que perder, cruzando la quebrada(corriente de agua) y manteniendo los caballos a la sombra; todos pusieron manos a la obra, moviéndose rápidamente se iba abriendo camino con mucha dificultad, pero se avanzó, les favoreció que encontraron un claro de unos 50 metros de largo, y desde allí había unos 500 metros aproximadamente hasta llegar al posible lugar donde se hallen los restos mortales de Emilio Segundo.
Pero, como algo misterioso la vegetación se hacía resistente al corte de los machetes, y no era posible avanzar más rápido con el desmonte; pero gracias al empeño de los improvisados macheteros(rozadores) se llegó al probable lugar donde cayeron los restos del finado Emilio Segundo, al menos así lo aseguró el compinche del finado Gustavo, que fue el que lo arrojó.
Al llegar hubo un escalofriante espectáculo: No encontraron nada, no había parte alguna del cuerpo de Emilio Segundo, pero si ropa echa tiras muy desgarradas anunciando que allí hubo una manada de   fieras que se disputaron los restos mortales, desgarrando totalmente el cadáver.
Pero, si hubiesen sido devorados los restos mortales por fieras de la localidad, habrían quedados huesos, o el cráneo, que ninguna fiera podría haber devorado esos huesos, solo quedaba la ropa echa tiras ensangrentadas muy secas por el tiempo, por su puesto aún se sentía un aroma a azufre, que demostraba claramente que esos restos fueron llevados a otro lugar por los aires; pero : ¿Cómo fueron los devoradores del cadáver del difunto Emilio Segundo?
Nadie en su sano juicio podía dar una respuesta o explicación; Cipriano que ya tenía experiencia con contactos con los espíritus del más allá, y como don Emilio se había quedado en la quebrada, fue Cipriano quien intentó dar una respuesta y dirigiéndose a todos dijo:
--- Muchachos, creo que los restos del finado Emilio Segundo fueron levantados por los aires(abductados por huestes satánicos) y llevados por el aire a otro lugar; por que no hay otra explicación, que tal vez un ser humano haya venido a este lugar comerse todo el cuerpo  y destrozar las ropas después, o lo que creo que vinieron los huestes satánicos se devoraron el cadáver y se fueron, ahora la gran pregunta: ¿Cómo le explicamos a mi tío Emilio, que solo encontramos unas tiras de la ropa raída de Emilio Segundo en tiras?
Entonces, intervino el joven ecuatoriano Néstor Rosillo, quien dijo:
--- Allá en el Ecuador, en un lugar cerca de Cariamanga, hubo un familia de mancebados (convivientes entre familiares)  y según el comentario de los vecinos, al morir el padre, a la media noche de la velación del difunto, llegaron unos moscones y apagaron las cuatro velas grandes y llegaron un ruido de coches verracos que nadie vio, y se pelearon entre ellos devorándose el cadáver, no dejaron nada de carne, solo quedó parte de la ropa echa tiras; pero aquí nunca hubiesen venido chanchos por la espesa vegetación, seguro que este cuerpo se le llevó el diablo....
El comentario del ecuatoriano, sólo sumaba a lo expresado por Cipriano, que los espíritus del más allá se llevaron los restos humanos, y seguía la pregunta pendiente: ¿Cómo explicar a don Emilio que no hay el cadáver de su hijo Emilio Segundo?
Fue el mismo Cipriano, quien se contestó así:
--- Bien muchachos, demos un vistazo general por los alrededores, tal vez por allí encontremos huesos...
Los macheteros cortaron ramas y arbustos, pero con resultados negativos, no había absolutamente nada de restos humanos o huesos, se tenía la esperanza del cráneo, pero nada se encontró.
Entonces, Cipriano dio la orden de regresar a la quebrada, todos los hicieron, al llegar los esperaba con mucha curiosidad don Emilio, pero al verlos sin nada con tan solo una tiras ensangrentadas secas de lo que fue la ropa del difunto Emilio Segundo, él se ofuscó gritando así:
--- ¡¡¡ "¿Dónde están los restos mortales de mi hijo?"!!!
Tuvo que intervenir su hijo Tomás, quien le contestó:
--- Papá, ya las fieras del campo acabaron con todos los restos, no dejaron nada, ni siquiera un hueso, tan solo encontramos estas tiras y trapos sucios.
Don Emilio, muy decepcionado por tanta fe que había puesto a este viaje; él empezó a llorar por la impotencia que le produjo: no poder llevar los restos de su mimado hijo, a quien quería demasiado, por lo que agarró con fuerza las tiras y las tiró al cajón vacío, que lo cargaba una mula, eso era todo lo que regresaría a Cuchayo.
Ante la decisión de resignación de don Emilio, fue Cipriano quien ordenó el regreso a Cuchayo, por que estaban en terrenos muy peligrosos y había que evacuar y dijo:
--- Muy bien, señores de Pampa de Ríos, quedan en libertad y muchas gracias por su apoyo, espero que hagan los que les parezca, nosotros retornamos a Cuchayo y lo haremos por Guamarata..
Los dos ex compinches del finado Gustavo, rápido se apartaron del grupo y sin despedirse se fueron con rumbo desconocido, algo muy peligroso y fue Tomás, quien alertó y habló así:
--- Cipriano, hemos cometido un grave error al soltar a dos hombres que siguen siendo nuestros contrarios(enemigos), ellos pueden prepararnos una emboscada, no se si te diste cuenta ni siquiera se despidieron de nosotros...
Cipriano, aceptó su error, por lo que de inmediato montaron sus caballos y desde la quebrada, partieron cuesta abajo por el mismo camino que los llevará a Guamarata.
Efectivamente, los dos compinches del finado Gustavo querían venganza y retornaron a la casa para recuperar sus armas, cogieron dos chavetas cada uno y se dirigieron a casas vecinas de amigos para pedirles apoyo, quienes también se juntaban en sus andanzas de asaltos, los invitaron a sorprender a cinco jinetes que jalan un cajón de muerto y su marcha es lenta, como ellos también eran jinetes, fueron a los potreros en busca de sus caballos, los ensillaron y se reunieron siete jinetes totalmente armados y partieron a velocidad hacia la quebrada de Guamarata, ya que según sus planes, allí estarían aún los viajeros de Cuchayo..
Pero, Cipriano, con los reflejos muy bien puestos, había previsto un posible ataque de sorpresa, desvío la ruta y no fue por Guamarata, sino que desviaron y subieron por la peligrosa cuesta, que los llevaría muy cerca al Cerro Chacato y desde allí bajarían por los linderos de Cunante y de nuevo encontrarían el camino hacia Cuchayo, era la vuelta más peligrosa que haya emprendido Cipriano, pero no tenía otra alternativa que confiar en sus instintos de superviviencia.
Los jinetes de Pampa de Ríos, picaron el anzuelo y rápidamente llegaron a Guamarata y enrumbaron cuesta abajo, hasta llegar a la Quebrada Grande, allí será la venganza, ellos habían previsto no cruzar al frente ya que esa zona pertenece a Cuchayo, el que hacía de jefe ordenó:
--- Muchachos vamos hacer mucho tropel(ruido) si vamos todos juntos, bajaremos por grupos: tres adelante que los dirigiré y cuatro atrás que nos protegerán en la carga del ataque....
Continuaremos.....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
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