domingo, 4 de octubre de 2020

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo DLXXVII.- Elvira Yanayaco Morocho, le hizo una propuesta a Rogelio Campos, ofreciéndoles todos sus terrenos, pero, él lo rechazó...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el bandolero Rogelio Campos, desayunaba junto a Emiliana, quien era la hermana mayor de Elvira Yanayaco Morocho y cuando ellos finalizaban el desayuno; llegó Elvira con 03 acémilas cargadas con comestibles y otras cosas, que ella compró en Cariamanga (Ecuador); después de los saludos, Rogelio desensilló los caballos, quien al sacar el último suadero encontró que los lomos de los animales estaban llenos de matas (heridas al lomo por efectos de largas caminatas cargados); Rogelio pidió cenizas como un remedio casero cicatrizante, pero, Elvira le entregó polvo molido de hojas secas de matico; ella, contemplaba en silencio al visitante y pensaba que él, podría ser el número 13, ya que ella había enviudado de 12 maridos anteriores, y que la conocían como la "Viuda de los 12 apóstoles"......


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Mientras, Rogelio Campos curaba los lomos de los caballos, echándoles el polvo seco de hojas de matico, él pudo comprobar que efectivamente era el remedio casero, muy acertado  por que al contemplar las heridas de la piel desollada, comenzaron a cicatrizar; pues, él de buena gana aceptó conocer como una nueva experiencia y se dijo así mismo: "Nunca se termina de aprender..."
Doña Elvira, sentada en el poyo, desayunaba comiendo tortillas de maíz y queso seco y bebía a sorbos el café de olleta; lo hacía con rapidez, ya que tenía planeado viajar al potrero grande para llevar a los caballos y visitar el trapiche que lo había alquilado a un grupo de productores de cañazo.
Al mismo tiempo, ella pensaba que la visita del bandolero Rogelio Campos, era muy oportuna y precisa,  cuando él se acercó después de curar a los caballos, sin interrumpir el desayuno a la dueña de casa, le dijo:
--- Doña Elvira, realmente estoy sorprendido con el manejo de los cultivos que ustedes hacen, aún faltando el hombre de la casa; ustedes lo suplen con su esfuerzo, que por ejemplo la caña ya está madura y muy bien cultivada que no dará muy trabajo a los cortadores.....
Doña Elvira, casi interrumpiendo a su huésped, le contestó:
--- Seguro, lo que usted dice, sobre nosotras, hemos trabajado duro, completamente solas, desde la partida de mi último marido que ya hace más de 20 años, no tuve otro hombre que pise mi casa; los hombres se corrían cuando yo aparecía en una reunión social, ellos me señalaban como asesina  de maridos y todo era mentira...(mucho cinismo de la doña)
Doña Elvira, hizo una pausa y agregó:
--- Yo nunca maté a nadie, algunos de ellos murieron por exceso de trabajo, todos fueron excelentes agricultores y muchas veces no dormían en casa, se quedaban en los campos haciendo su trabajo y de la noche a la mañana morían, dejándome completamente angustiada y desolada convertida en una viuda con hijos por crear; pero mis hijos fueron ingratos no se quedaron en casa, me abandonaron...
Nuevamente, doña Elvira, hace otra pausa y añadió:
--- Don Rogelio, le agradezco su visita; tal vez usted no lo sabe, tengo en poder muchas chacras y potreros, que no me doy a vasto para atenderlos; incluso tengo potreros en lugares muy lejanos, que me dejaron como herencia mis maridos que ya no los visito por unos 10 años, lo único que hago es llegar un vez al año y pagar los derechos a las autoridades para no perder la potestad y propiedad de los terrenos.
Don Rogelio, quien era soltero con muchos hijos en crecimiento, nunca tuvo una mujer a cargo, pero si con muchas amantes, a él, le pasó por la mente preguntar a la dueña de casa, sobre la existencia de forrajes por que con el cambio de estación; él tenía necesidad de trasladar manadas de vacas de un potrero a otro, y siempre buscando pastos y le peguntó:
--- Doña Elvira, por lo que acabo de escuchar, usted tiene terrenos como una hacendada, por favor dígame: ¿Cuántos potreros tiene llenos de pastos? Por que tengo una manada de vacas, casi errantes, por que devoran pastos sin control y las mantengo porque abastecen a mi familia con la leche y los quesos, ya que mis animales son lecheras y quisiera trasladar a ese lote a nuevos terrenos de pastoreo.
Doña Elvira, le contestó:
--- Don Rogelio, usted puede traer todo su ganado vacuno, ya que tengo mucho pasto que se desperdicia, solo tengo unas vacas que cuando paren nos dan leche para consumo diario y para elaborar quesos;hay potreros que no son tocados y el pasto se seca y es peligroso por los incendios, que no faltan cuando hay tempestades llenas de truenos y relámpagos, que cuando sus descargas llegan al terreno seco producen fogatas (quemándose por la sequedad).
Entonces, Rogelio le preguntó:
--- Doña Elvira, ¿Por qué no se casa de nuevo? Usted aún esta joven y  una mujer llena de vida; seguro alguien por allí, solo debe estar buscando la oportunidad para unirse a usted.
Doña Elvira, sonriendo y pensando en Rogelio que se estaba burlando de ella y entre risas y sonrisas (ella le iba a devolver la pelota) le contestó:
--- Tiene usted razón don Rogelio, creo que llegó el hombre que necesitan mis terrenos, y ese es usted, por que si acepta acompañarme usted dispondrá de todo; incluso le firmaré documentos de no meterme en nada, pero eso si usted trabajará, permitiéndonos a nosotras comer, y con su trabajo se recuperará el uso y tenencia de mucha tierra que está a punto de perderse por falta de manejo y uso.
Rogelio, quien era muy machista; fue sorprendido por la declaración que doña Elvira le hizo, ofreciéndole todo a cambio de nada de parte de él; tan solo ser el marido número13, pero ese número produce escalofríos a cualquiera,  y a él, le produjo terror; sabiendo haber visto 12 sombreros sobre el techo en hilachas, y en el interior de la casa, la sala habían 12 ponchos colgados, que esperaban el siguiente número y tuvo que contestar así:
--- Doña Elvira, nunca en mi vida, he escuchado que una mujer me proponga matrimonio, es la primera vez que lo escuchan mis oídos; pero usted sabe perfectamente que yo no tengo cabeza fija sobre la almohada, por mis costumbres siempre estoy caminando y tal vez, no serviría como para cultivar y cuidar terrenos, no estoy diciendo que no me gusta su oferta es grandiosa para cualquier hombre, menos para mi.
Doña Elvira, algo decepcionada por la respuesta del bandolero; pero aún así lo entendió, sabiendo que él era un hombre errante por sus vicios que son: ser un asaltante. Pero no perdió la esperanza de por lo menos acostarse con él, y como ya era de día, no podía hacerlo en la casa, por estar viviendo con su hermana mayor; pero, él si acepta acompañarla al potrero, ya que allí nadie los interrumpirá, llena de calma y con paciencia le dijo:
--- Don Rogelio, lamento mucho que usted  no acepte lo que le estoy entregando, incluso puedo morir y todo será suyo, pero como lo dijo que no, por lo menos acompáñeme al potrero grande, que tengo que llevar a mis acémilas al pasto, está un poco retirado, pero en compañía no se siente la caminata.
Rogelio, que planeó, descansar durante el día, por la dura jornada de la caminata y trotada que lo llevó a esa casa, aceptó acompañarla y le contestó:
--- Con mucho gusto doña Elvira la acompañaré al potrero donde usted dejará sus acémilas.
Elvira, ya había terminado de desayunar, se levantó del poyo, fue hasta la sala y sacó un rebozo grande y lo cargó al hombro; pero se dio cuenta que el caballo de su visitante no tenía suficiente sustento hasta que ellos regresarían, le dijo:
--- Don Rogelio, creo que debe cortar unas cañas más para su caballo, ya que nosotros demoraremos y estaremos de regreso al anochecer.
Rogelio, en ese momento estaba lamentando haberse hospedado en esa casa, pero ya no podía dar marcha atrás y aceptó la sugerencia y como el machete aún estaba por allí, dando una venia a la dueña de casa, fue hasta el huerto a cortar la caña.
Mientras, lo hacía, Rogelio, pensaba así: "Como esta mujer sabe envolver a los hombres, muy seguro a todos los hizo la misma proposición, que la que me hizo;  y ellos aceptaron y terminaron muriendo después de dejarle las propiedades a ella..." Él seguía cortando y pensando y tener suficiente fortaleza y no caer siendo el número 13.
Después de cortar suficiente caña, tal como estaban las plantas, sin sacar las hojas secas por que todo lo necesitará el caballo.
Rogelio, cargó la caña y la trajo amontonándola a su caballo; después regreso hasta el corredor, donde lo esperaba sentada doña Elvira, quien ya se había cambiado de ropa; pues, ahora lucía una blusa suelta con mangas largas y una falda también larga que le llegaba casi hasta los tobillos de los pies; era tal vez la última arma de seducción que ella había planeado para conquistar al arisco bandolero Rogelio Campos...........
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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