domingo, 14 de noviembre de 2021

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCXXXV .- En el pueblo de Simbaca; que estaban celebrando su fiesta religiosa patronal, llegó un trío de asaltantes conocidos como "Los Muchachos de la Fiesta", destacando Rodrigo López Huamán, quien cantaba en las cantinas donde frecuentaban y lo hizo esta vez acompañado de un guitarrista...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; un forastero, quien era un temible asesino, que había planeado asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, llegó a una casa vecina, que fue un grave error, por que arribó al lado equivocado, ya quien lo atendió era una princesa terrenal  de Lucifer, ya que ella en actitud seductora, lo atendió muy bien; después de la cena, le tendió cama, pero con una trampa, quien cayó inconsciente en ese estado lo entregó al Príncipe de las Tinieblas, quien se lo llevó en cuerpo y alma; era la ofrenda que ella tenía pendiente, por haber recibido la gracia de belleza eterna, y que a la vez era la amante preferida del señor Sánchez, quien se salvó una vez más de se asaltado por un avezado asesino....  ...sigamos la historia....

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Aquí en la imagen se observa la Casa Comunal de la Pampa de Socchabamba, es una construcción de material de adobe con techo de tejas a dos aguas, es de particular importancia para el editor Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui, por que esta construcción se tomó como la imagen de la Novela : "La Casa de la Loma tiene un Fantasma". Es un largo relato de ficción mezclado con las costumbres reales de sus moradores.
La Casa de la Loma tiene un Fantasma:

En un pequeño pueblo al Noreste de Socchabamba, se llevaba a cabo una fiesta patronal, aquel pueblo lo llamaremos Simbaca, los moradores y forasteros se divertían en las cantinas bebiendo tragos; en el apogeo de la diversión, en la cantina denominada: "El trago de la garganta seca", este sugestivo nombre hacía honor, por allí entraban avezados delincuentes con la garganta seca cansados por una acción delin cuencial.... de un triunfo o también de un fracaso, siempre había motivo para beber unos tragos.
Entonces, entraron un grupo de los llamados "muchachos", tal como se auto llamaban: "Los Muchachos de la Fiesta", quienes eran comandados por Rodrigo López Huamán, un individuo de talla alta de 1,78 mts de altura y secundado por Jaime Campos Llapas y el tercero del grupo era Pascual Masache Gonza, ellos se divertían después que terminaban con éxito sus fechorías.
A ellos les dieron la información, que existía la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, que había acumulado una cuantiosa fortuna y que la totalidad de sus tesoros estaban enterrados dentro de la vivienda y que nadie podía usurpar esas riquezas por que eran impedidos por guarda espaldas quienes protegían la casa.
Rodrigo López Huamán, era famoso por múltiples asesinatos en su haber, que los protagonizó en desafíos y broncas muchas veces provocadas por él mismo, en claro abuso ante la inferioridad de la víctima, quien tenía codicia por la fortuna del señor Sánchez.
Ellos querían divertirse y pidieron al cantinero tres botellas de trago macerado y lo pagaron por adelantado, como solía acostumbrarse para evitar líos estando bebidos, ellos fueron ubicados en la única mesa que quedaba al fondo de la derecha junto a una ventana, donde se apreciaba afuera el movimiento de la gente que iban y venían en sus muchas acciones; frutos del día festivo en el pueblo.
Entonces, después que fueron atendidos, cada cual con su botella, por que así solían beber ellos y su respectivo jarro, se sirvieron el primer trago, chocaron los jarros haciendo el brindis y se bebieron todo el contenido de una sola vez.
En seguida vino la conversación, pues la cantina estaba atiborrada de bebedores, y como era un local espacioso, tenía a un costado un proscenio que seguramente alguna vez asistieron cantantes por allí; el trio siguió bebiendo, ya cada uno se sirvió la mitad de la botella, quienes haciendo honra a su nombre "Los Muchachos de la Fiesta", fue Rodrigo, quien empezó a cantar y como era vozarrón, logró silenciar a los bebedores de su lado y cantando un sanjuanito levantó la voz, que guardaron silencio aquellos que lo seguían mirando y escuchando, por último todo el espacio se callaron, y alguien le gritó:
--- ¡¡¡¡ Oiga cantante entonó mi canción favorita, le ofrezco acompañarlo con mi guitarra, que la dejé en la posada !!!!
Rodrigo, interrumpió la canción y dirigiéndose al desconocido voluntario le contestó:
--- Amigo, vaya por su guitarra, aquí lo estaré esperando.
El guitarrista se levantó de la mesa, que la compartía con cuatro bebedores más, miró a Rodrigo y le hizo una venia y salió.
Mientras tanto, Rodrigo retomó su canción y siguió entonando con arte y gracia de ser un gran cantante; realmente era un improvisado espontáneo, quien sabía de memoria muchas canciones, pero nunca tocó un instrumento musical, era la primera vez que aceptaba al desconocido con su guitarra.
Rodrigo, entonó varios sanjuanitos que fueron aplaudidos por los asistentes de esa cantina, quienes no lo dejaban descansar terminaba una y le pedían otra; hasta que llegó el guitarrista, quien trajo enfundada su guitarra, al sacarla se vio muy hermosa, cuya elaboración se hizo en Ayacucho; aquel instrumento viajó por lejanas tierras con diferentes cantantes hasta que llegó a las manos de Isidoro Gamarra Juarez su actual dueño, quien se acercó a la mesa del trio y se hizo conocer por su nombre, los tres muchachos de la fiesta se pusieron de pie y lo saludaron y fue Rodrigo, quien le dijo:
--- Amigo, gustoso de conocerlo, yo no soy cantante de oficio, sólo un aficionado, ya que se ofreció ser mi acompañante, le consulto. ¿Podrá tocar para un pasillo de la guardia vieja, que se entonó por primera vez en Guayaquil, titulado: "El amor ingrato de una mujer donosa"?
Isidoro Gamarra Juarez, le contestó:
--- Amigo con el mayor gusto, tampoco soy guitarrista de oficio, sólo animo alguna fiesta, con esta guitarra que se ha convertido en mi fiel compañera, cuando viajo y encuentro alguna fiesta, toco sus cuerdas que ofrecen sonido y música para la diversión, si escuché ese pasillo, incluso podemos hacer dúo, claro está si usted lo desea.
Pero, parece que a Rodrigo, no le gustaba cantar en dúo, por que según él, no se lucía la voz del cantante, él prefería hacerlo sólo y le contestó:
--- Amigo con tan sólo sus notas me contento.
Isidoro, entendió la respuesta y comenzó afinar las cuerdas y se pusieron de acuerdo con Rodrigo y arrancaron, primero lo hizo Isidoro con la notas previas del pasillo, que era la canción que inspiraba al amor y competencia de aquella huambra que jugaba amorosamente.
Rodrigo, usando su voz natural y melodiosa arrancó con tono alto que cautivó a los asistentes, quienes apreciaban al guitarrista, que tocando las cuerdas llevaba la voz al solista, como alguien lo comentó: "ese guitarristas hace cantar a su guitarra..."; era un canción de varios minutos de duración, ellos lo hicieron como en 10 minutos y terminaron en una armonía musical que deslumbró a los bebedores.
El cantinero también se entusiasmó, él fue hasta el proscenio, retiró las fundas que tapaban los instrumentos y levantó la voz así:
--- Amigos cantantes, los invito a venir al proscenio, ustedes tocan y cantan de maravillas, la cantina pone el trago para los artistas.
Todos los bebedores aplaudieron el gesto del cantinero, pero los cantantes no aceptaron, por que ellos eran aficionados, y fue Rodrigo, quien dijo:
--- Gracias cantinero, pero nosotros no somos artistas de oficio, tan sólo aficionados, vamos por un par de canciones más y allí termina todo.
Pero, los bebedores, muchos de ellos muy mamados, gritaron a viva voz:
--- "¡¡¡ Que sigan los cantantes entonando pasillos !!!"
El improvisado dúo, quienes al estuchar al público accedieron ir al proscenio, que era un tabladillo alto, de donde eran observados por todos los asistentes, allí Rodrigo como solista con el acompañamiento de Isidoro entonó varios sanjuanitos y pasillos y se retiraron cada uno a su mesa.
En el grupo de "Los Muchachos de la Fiesta", hubo dialogo entre ellos y fue Pascual Masache Gonza, quien dijo:
--- Oye Rodrigo, esta fiesta resultó ser buena, por que te expusiste y muchos te conocieron como un gran cantante.
Pero, Rodrigo estaba preocupado y no estaba de acuerdo con lo expresado por Pascual y le contestó:
--- Pascual, acabamos de cometer el peor error de nuestras vidas, hacernos conocidos por mucha gente, no sé que me pasó, que acepté estar acompañado por alguien que nunca lo vi antes; esto no me gusta nada, vamos a terminar nuestros tragos y nos retiramos, ser conocidos no facilita nuestras acciones, se nos pasó la mano ¡¡¡ Salud Muchachos !!!
Sin embargo, en la mesa del guitarrista, pensaban todo lo contrario y uno de ellos le dijo al guitarrista:
--- Oye hermano, que bien que canta ese vozarrón, entona a la perfección y con tu guitarra se escucharon como si fuese un disco.
Pero, el guitarrista que captó el carácter del cantante, le contestó:
--- No hermano, creo que metí la pata, por que el cantante estaba disgustado con mi acompañamiento, yo me di cuenta al final, parece que no le gustó que lo conozcan...
Aún así, el otro amigo que pensaba como un Promotor, a los presentes, les dijo:
--- Hermanos, el próximo mes habrá fiesta en Pacay. ¿Qué les parece si vamos llevando a esos cantantes y ofrecemos nuestros servicios al pueblo?, por que realmente ambos se entienden muy bien.
Al guitarrista le pareció una buena idea, pero dudaba que el cantante quiera lo mismo y cuando intentaba ordenar sus ideas, se escucharon aplausos, era el trio que salían de la cantina, que cuando pasaron ni siquiera miraron a la mesa del guitarrista, mostrando su disgusto y salieron; los parroquianos siguieron aplaudiendo al ver al guitarrista que estaba de pie, que involuntariamente se había levantado.
"Los Muchachos de la Fiesta", ya afuera caminaron un trecho en dirección a la capilla del Santo Patrón, entraron y se arrodillaron y oraron por unos minutos, luego salieron y tomaron la dirección de la posada, ellos llegaron y agradecieron a la dueña, le dieron unas monedas, en seguida ensillaron sus caballos, montaron y enrumbaron en dirección a Socchabamba.
Ellos, habían planeado asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, estaban bastante retirados, como ya eran las 18:00 horas (Hora de la oración), pensaron en llegar a alguna casa que esté al pie del camino para alojarse y pasar la noche, y desde allí planear el trabajo que tenían pendiente; trotaron una cuesta pronunciadamente empinada, hasta llegar a una ladera rodeada de árboles, un lugar muy peligroso para una emboscada, pero no encontraron a nadie ni la casa que buscaban, hasta que a la media noche llegaron a una pampa (explanada) y a un costado se notaba una vivienda con luces azules.
Los jinetes, se limpiaron las legañas y fue Rodrigo, quien dijo:
--- No sé, estoy viendo visiones, esa casa tiene luces azules; ustedes ¿Ven lo mismo?
Los otros viajeros vieron lo mismo, pero como estaban cansados, olvidaron lo que apreciaron sus ojos y se encaminaron hacia esa rara casa, al llegar encontraron sentadas sobre el poyo de la casa, a tres mujeres vestidas de color negro, quienes al llegar los forasteros se levantaron y con rostros sonrientes esperaron la llegada de los jinetes, quienes se aproximaron hasta el patio y sin apearse, fueron al filo del corredor y saludaron a las dueñas de casa...............................
Continuaremos..........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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