domingo, 2 de enero de 2022

ORÍGENES DEL SEÑOR DE SIPÁN : Capítulo CXI.- El joven líder Siekik, fue inflexible en el castigo que ordenó contra la mujer instructora y no cedió en ningún acto de compasión a favor de ella....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los: Orígenes del Señor de Sipán; el joven líder Siekik, estaba de visita en los terrenos ahora controlados por Kamokac, su interés de estar allí, fue para asistir al alumbramiento de la joven hermosa, llamada Nachamok, quien estaba a pocos días de parir; el joven líder esperaba que naciera un hijo varón que es su máximo anhelo, cuando él descansaba en el templo junto a la joven embarazada y se disponía a dormir, llegó la impetuosa instructora de los telares quien pretendía dormir en compañía del joven líder; era una insolencia castigada hasta con la muerte, pero el joven actuó en forma pasiva y salió a calmar a la mujer, quien le manifestó que lo invitaba a su dormitorio que construyó junto a los telares.... ...sigamos el relato.................

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue:  El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente  un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia: 
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Siekik, ante la llegada sorpresiva de la instructora al templo, donde él se disponía a dormir, lo puso en una encrucijada, ya que ella si fue su amante; actuar como líder y castigar a la imprudente mujer que sobrepasó sus pretensiones; aceptar acompañarla a su dormitorio, que según expresó lo construyó junto a los telares, o buscar una conciliación con ella para que vaya a descansar a su dormitorio y que él la visitará en otra oportunidad, por que le estaba cuestionando su autoridad como líder.
Pero, como ella era una mujer obstinada y continuaba tumbada sobre el suelo besándole los pies; el joven líder siendo un temible guerrero que usaba la porra para matar a sus enemigos, él no tenía esas mismas actitudes ni la fuerza necesaria de mover un dedo en contra de la instructora; pero, logró reaccionar estirando sus brazos que le cogió de los hombros a la mujer para que se levante, ella cedió y se puso de pie, todo esto sucedía ante la mirada atónita de los 10 guarda espaldas del líder que fueron incapaces de dominar a la violenta mujer.
Entonces, ella de pie y sollozando, que ya colmó la paciencia del joven líder Siekik, con el vergonzoso episodio, por lo que él mirándola fijamente, y levantado la voz,  le dijo:
--- Mujer, no tenías que tomar estas actitudes, por que si poseías un dormitorio tuyo, me hubieses invitado a solas, pero ahora has hecho algo que se castiga, no se puede permitir estas acciones, ya no irás a tu dormitorio, sino a ser colgada de tus brazos durante toda la noche, esa es mi orden.
El joven líder le dio la espalda a la mujer e ingresó de nuevo al templo.
Dos fornidos guarda espaldas del líder, se abalanzaron contra ella, la dominaron desde los brazos, anulándole el movimiento de los hombros y se la llevaron a la Gran Plaza, allí habían dos picotas con travesaños cruzados, ellos le amarraron con las sogas los brazos y la colgaron en los travesaños, quedando suspendida que le produjo un dolor espantoso, que gritaba llorando pero nadie se compadecía de ella, era un castigo ordenado por el joven líder.
Era la primera vez, que el joven líder Siekik, castigaba a una mujer, que no tuvo otra opción, por que sino actuaba, perdía autoridad ante sus vasallos.
La instructora, soportando el terrible castigo, lloraba y lloraba, pronunciaba palabras entre cortadas haciendo conocer, que ella había sido mujer del joven líder y que él, la aborrecía por que no pudo empreñarse; pero, no hubo ninguna reacción del algún vasallo que vaya en su apoyo.
Al día siguiente, el joven líder Siekik, se despertó desde las 05:00 horas de la madrugada, encontró sentada a la joven hermosa, que estaba llorando, quien al verlo despierto, le dijo:
--- Oh Gran Líder, esa mujer (instructora) quiso matarme, por que yo me empreñé de usted y ella no lo logró, nunca me perdonó, por esa razón el líder Kamokac la envió a las chacras para que trabaje en las cosechas; ella era muy peligrosa, yo siempre dormía con peligro que ella viniera a matarme.
Siekik, no tan sorprendido por la narración de la joven hermosa, pero que no conocía esas actitudes agresivas de la instructora, que el mismo confirmó durante la noche y le castigó con pena leve, por que podría haber ordenado su muerte; él siguió junto a la joven dándole la confianza que la protegía y le respondió:
--- Nachamok, anoche ordené castigo para ella, seguro hoy estará más dócil y continuará trabajando en las cosechas por ser insolente.
La joven hermosa, se levantó para hacer sus necesidades fisiológicas, lo hizo con mucha dificultad aún siendo ayudada por los fuertes brazos del joven Siekik, ellos fueron hasta el fondo a un pozo que fue utilizado por Zankoc; pero, Siekik prefería salir al campo libre; después que el joven líder la sostuvo desde los hombros la llevó de nuevo a su cama.
Siendo las 06:00 horas de la mañana del nuevo día, alguien tocó la puerta del templo, el joven líder contestó:
--- ¿Quién toca la puerta?

Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío. 
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Desde afuera le contestó:
--- Oh Gran Líder, soy Kamokac.
Siekik, se apresuró acercándose a la puerta, retiró las trancas y abrió la puerta, allí estaban Kamokac acompañado de una cocinera con un mate de comida humeante y le dijo:
--- Oh Gran Líder, hemos traído la comida para la joven preñada.
Parecía que era muy temprano; pero, era la costumbre en aquellos terrenos que las mujeres embarazadas coman temprano, por que el hijo que cargaban en la barriga tenía hambre desde muy temprano; el joven líder permitió el paso de la cocinera, él salió y se unió a Kamokac, quien si le preguntó por el castigo a la instructora y le dijo:
--- Oh Gran Líder, usted ha castigado muy fuerte a la instructora, esperamos sus órdenes para bajar los brazos de los travesaños, las otras mujeres de los telares están con ella llorando, creo que se le pasó la mano.....
Siekik, de inmediato le respondió:
--- Kamokac, anoche esa mujer faltando el respeto pretendió, llevarme a su dormitorio para dormir con ella, hizo mucha bulla contra los guardaespaldas; ella sabía que yo descansaba con la joven hermosa, por lo que esa actitud se castiga con la muerte, sólo le di un castigo leve, si hoy insiste será degollada.
Kamokac, sorprendido al conocer el otro extremo de la personalidad del joven líder, quedó estupefacto y aún así aceptó la decisión por que él, era el líder; no pronunció palabra alguna y lo invitó a pasear por los terrenos cultivados.
Pero, al mismo tiempo Kamokac, necesitaba una orden para terminar con el suplicio de la instructora y le dijo:
--- Oh Gran Líder, creo que la insolente instructora ya aprendió la lección......
Siekik, le interrumpió replicándole:
--- Kamokac, ordena a las mujeres de los telares ir a su trabajo y que la instructora continúe allí hasta la salida del dios de los rayos dorados (El Sol) y tu mismo irás y le soltarás los brazos, para que te vean los moradores que nadie está libre de los castigos, para que les quede presente, que nosotros somos generosos y que también castigamos cuando alguien pretenda faltar a la autoridad.
Era una orden muy incómoda para Kamokac, por que él mantenía con mucha cordialidad todas las acciones que se desarrollaban dentro y fuera del Asentamiento y le contestó:
--- Oh Gran Líder, sus órdenes serán cumplidas.
Siekik, si se dio cuenta de la incomodidad de Kamokac, pero lo que él pretendía, era llegar con un mensaje que él era el líder en estos terrenos y tenía la autorización de castigar con la máxima severidad.
Entonces, como ya en el Poniente anunciaba la presencia del dios de los rayos dorados (el Sol); el líder Kamokac hizo una venia ante Siekik, se apartó y se dirigió a la Gran Plaza y llegó hasta la castigada instructora, le aflojó las sogas que sostenían sus brazos y ordenó a las mujeres tejedoras ir a su taller o ayudar a las cocineras y estando solos, él le dijo:
--- Mujer, eres insolente, por tu actitud has recibido un castigo humillante, tu sabías que el líder Siekik, ya no iba a seguir contigo, pero siendo una terca pretendiste estar con él, agradece que fue magnánimo, por que pudo ordenar tu muerte, tu continuarás con el castigo trabajando en las cosechas, y te advierto si insistes en visitarlo, serás degollada.
La mujer que estaba desfalleciente por el suplicio del castigo, quien al sentirse libre cayó pesadamente al suelo, allí estiró su cuerpo para descansar, no hubo compasión; el líder Kamokac, se retiró sin darle ningún apoyo, se fue a buscar al joven líder, que lo encontró conversando con los padres de la joven hermosa, quienes habían regresado al campo, él se cuidaba de no cuestionar las órdenes de Kamokac y éste al llegar le dijo:
--- Oh Gran Líder, la mujer fue liberada, luego que se recupere volverá al trabajo de las cosechas.
Siekik, quería olvidar ese espinoso episodio y le contestó:
--- Kamokac, vamos al taller de los artesanos de los tejidos, tengo curiosidad por conocer el arte de como tejen las imágenes, me parece que es un trabajo maravilloso.
Kamokac, entendió que el joven líder daba por olvidado el incidente con la instructora, hizo la venia de sumisión y le señaló el camino hacia los talleres de los telares, ambos líderes se fueron y cuando llegaron ya encontraron a los hombres en pleno trabajo en los telares.
Siekik, se acercó al más viejo de los tejedores, que movía las manos con arte a los tejidos separando los hilos del algodón en colores...........................
Continuaremos..........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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