domingo, 23 de octubre de 2022

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCLXXXII.- Melania Valverde Torres y Jacinto Pérez Maza, tuvieron una conversación y acordaron hacer público su amor, al regreso del hacendado Miguel Valverde Torres; por lo que Jacinto recibirá un trato diferente que los demás peones....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el caporal Jacinto Pérez Maza y Melania Valverde Torres, disfrutaron de un opulento almuerzo, que incluyó la bebida de tragos, que los embriagó, sobre todo a Melania, que tuvo que ser conducida en hombres por la noble cocinera Juana, que la condujo a su dormitorio; pero, Jacinto Pérez Maza, tuvo que salir con los jinetes macheteros, ya que un pastor observó a un grupo de jinetes desconocidos, cruzando los terrenos del sector Loma Vieja; volviendo al almuerzo, se hizo una jarana donde el caporal le entonó melodías musicales amorosas a Melania, y ella las aceptó aún estando ebria, ella quería comprobar si de verdad sentía amor por el caporal, y vaya que si, y consideró que su corazón ya le pertenecía, que la fiel cocinera no estuvo de acuerdo...  ..sigamos la historia.....


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Melania Valverde Torres, quien era una hermosa mujer, hija del hacendado Miguel Valverde Torres, ella ya frisaba arriba de los 30 años de edad; que según ella ya era tiempo, que cambie su vida ser una solitaria soltera, y que no habían cortejantes, por que ella vivía en una hacienda muy distante de la ciudad y no tenía ningún roce social.
Sin embargo, llegó a la hacienda un hombre diferente a los pastores, que ingresó a trabajar como el caporal de la hacienda, que la misma Melania lo ubicó en el trayecto que ella regresaba a casa; todo fue fortuito, ellos se conocieron por pura casualidad; que rápidamente hubo empatía entre ellos; pero, se mantenían separados por el rango social, ella era la hija del hacendado y él el caporal de la hacienda.
Jacinto Pérez Maza, rápidamente cautivó por su trabajo a Melania, que ella empezó admirándolo por su valentía, enfrentándose a cuatreros y bandoleros, quienes quisieron apropiarse de los bienes de la hacienda, paulatinamente se iban acumulando en el corazón de Melania esos signos de afecto y cariño, por el brillante trabajo del caporal; pero, ella aún tenía duda, si era amor o solamente admiración por el valiente caporal; por lo que lo invitó almorzar, juntos bebieron y ella comprobó que amaba al caporal.
Volviendo a la historia, al siguiente día, Melania, estuvo conversando con la noble cocinera Juana, quien le informó de todo lo que sucedió el día anterior; después del almuerzo, incluso se atrevió a opinar, que Jacinto le debía explicaciones por haber declarado su amor por la patrona (Melania), y que no era posible, por que él era un peón de la hacienda.
Melania Valverde Torres, estuvo totalmente en desacuerdo, con lo que Juana se expresó muy mal de Jacinto, ella le replicó:
--- Juana, te estás expresando muy mal del caporal, no es un peón más de la hacienda, él ingresó a trabajar con un señor caporal, que está por encima de los demás pastores, quiero decirte que después de mi papá él es jefe de toda la hacienda.
Melania, ya satisfecha con la explicación que le dio a Juana y agregó:
--- Juana, por favor calienta agua que deseo bañarme y dime: ¿Qué debo decir al caporal, sobre lo que sucedió ayer?, por que yo fui quien lo invitó y él, sólo actuó siguiendo la jarana, después del almuerzo.
Juana, ahora convertida en consejera de su patrona, le respondió:
--- Señorita Melania, creo que usted debe aclarar con Jacinto, que usted está enamorada de él y ver si él siente lo mismo por usted; por que ayer ambos se declararon que se amaban, pero ambos estaban ebrios.
Melania, escuchaba  a la noble cocinera Juana, que sintió vergüenza y al mismo tiempo felicidad, por que el amor ya llegó al corazón y a manera de una respuesta, le dijo:
--- Si Juana, estoy enamorada, y también soy consciente que chocaré con mi padre; pero, mi corazón ya tiene dueño y lo amo; por que él (Jacinto) ha demostrado que quiere a esta hacienda, ha expuesto su vida por nosotros y salió victorioso.
Juana, bajó la cabeza, dando un tácito apoyo a su patrona y después de todo estaba en su legítimo derecho de enamorarse de quien quiera y su corazón ya eligió, pero era necesario aclarar lo que hacía el caporal y le respondió:
--- Señorita Melania, lo que usted, ha dicho sobre Jacinto, es su trabajo, por que para eso lo contrataron y él estuvo cumpliéndolo y que si le tocó exponer hasta su vida, era parte de sus actividades.
Melania, ya no comentó más, era ser necia darle la contra a Juana, ella tomó su limonada y se sirvió el plato del caldo de gallina; luego se levantó y salió al patio, allí encontró algunos pastores que necesitaban materiales, ella les entregó y a otros les asignó sus tareas, era la rutina diaria en la marcha de la hacienda.
Aproximadamente siendo las 11:00 horas de la mañana, llegó Jacinto Pérez Maza, completamente agotado, siempre acompañado de sus jinetes macheteros, él fue a su dormitorio, se cambió de ropa y salió al corredor; para eso, ya Juana lo esperaba con un mate lleno de caldo de gallina, quien lo recibió con tanto aprecio, por que el hambre le mataba su estómago, a los jinetes también les dieron comida.
Juana, siempre atenta, después de la comida les dio un jarro de limonada, ella si tuvo especial deferencia de darle servilleta, por que ya era tiempo de empezar atenderlo como futuro hacendado.
Jacinto, quien era rápido en sus reflejos, si notó la diferencia de la atención de Juana, pero al mismo tiempo se dijo: 
"Bueno, soy el caporal y me merezco una atención especial de Juana..."
Jacinto Pérez Maza, aún no sabía que dos mujeres lo amaban: Melania Valverde Torres y platónicamente y en silencio la noble cocinera Juana.
Jacinto, después de comer, fue al almacén, allí cargó un lazo (beta) al hombro y salió al campo acompañado de los jinetes macheteros, quienes halaban sus caballos para llevarlos al pasto.
Aquel día, había mucho trabajo que hacer, sobre todo distribuir tareas en varios potreros; él se separó de sus jinetes y caminó a paso ligero; pero, en el trayecto se preguntó:
"¿Dónde estuvo Melania? 
Se dio respuesta y se dijo:
" Seguramente está enojada de mi persona por que le declaré mi amor"
Tantos pensamientos atravesaban el cerebro de Jacinto; que hasta lamentaba haber ingerido tantos tragos después del almuerzo.
En otro lugar, Melania quien no se había ocultado, sino que no coincidieron con Jacinto cuando él llegó, ya que ella se había ido a otro potrero, y ella sentía lo mismo y se preguntó:
" Si ya nos declaramos nuestro amor, ¿Cómo lo empezaremos?"
Pues, este futuro romance entre Melania y Jacinto, originaría reacciones de los demás peones, tal vez muchos comentarios (chismes), sabiendo que el patrón Miguel Valverde Torres, estaba de largo viaje, y la hija aprovechándose de esa ausencia actuaba para entregar al caporal.
Pero, a Melania, más le preocupaba la reacción de su padre, por lo que tomó una decisión y era la más cuerda: guardar silencio; ya que los únicos en saberlo eran: Jacinto, Juana y ella.
Pasaron 8 días, donde Jacinto y Melania, se trataron como de rutina, no hubo ningún cambio, ni miradas indiscretas, y como la hacienda tenía mucho trabajo, no había tiempo ni para conversar.
No hubo ningún esfuerzo de Jacinto ni de Melania en estar juntos, era su comportamiento de respeto mutuo y rutina en el trabajo, hasta que por circunstancias especiales y no buscadas se encontraron completamente solos en un potrero lejano, que parecía que nadie más los estaría observando, o tal vez el destino lo decidió así y fue ella quien le dijo:
--- Jacinto, tu yo nos amamos, lo mantendremos en silencio hasta que regrese mi padre y se haga público para mantener el respeto de todos los peones; por ahora, nosotros no podemos compartir abrazos ni caricias, que si lo hacemos faltaríamos la disciplina de la hacienda.
Jacinto, bajó la cabeza en señal de sumisión, él era consciente, que ella era la hija del hacendado y se confirmó que también la amaba y le respondió:
--- Como usted lo ordene señorita Melania, si nuestro amor ya se inició, esperaré con prudencia y paciencia para darle mis caricias, usted no sabe el tanto amor que siento por usted, justo nació desde el primer instante que la conocí, pero también era consciente de la tremenda distancia que nos separaba.
Melania, que sentía deseos de abrazarlo y besarlo; pero, por el respeto a su padre, se reprimió y le dijo:
--- A partir de hoy día, tu desayunarás, almorzarás y cenarás en la sala; si por tu trabajo, no llegaras a la hora, ordenaré a Juana que tu comida sea guardada y calentada cuando llegues, por que yo también salgo y no coincidimos, si viajes a los diferentes sectores de la hacienda, siempre llevarás fiambre; la cama de tu dormitorio será cambiada con mantas y sábanas del baúl de la hacienda y las acémilas que montarás serán las asignadas a la hacienda.
Jacinto Pérez Maza, mirando fijamente a la dulce y hermosa Melania, se dio un pellizco en el brazo izquierdo con la mano derecha, para saber si todo lo que escuchaba era tan sólo un dulce sueño; que lo estaba disfrutando, y comprobó que todo era verdad, y como él tiene tareas que cumplir, le contestó:
--- Muchas gracias señorita Melania, por los nuevos beneficios hacia mi persona, y las atenciones suyas, le prometo que nunca la defraudaré, seré leal y fiel al amor que ambos sentimos, y con su permiso tengo tareas que cumplir, me voy con la promesa que en la cena estaremos juntos.
No hubo abrazos, el caporal le hizo la venia y se separaron y cada cual siguió el rumbo de sus caminos, si iban muy felices, que por primera vez ambos sabían que se amaban y que tenían que respetar las reglas para disfrutar su amor.
Mientras tanto, en el sector Loma Vieja, todo era normal, que justamente el caporal encargado Gaspar, seguía adelante en la marcha del sector; tal vez ellos si los vieron o no, pasar a los jinetes, quienes para ellos no era bandoleros, sino transeúntes que les tocó cruzar esos terrenos; pues, era tan sólo una percepción y presunción equivocada.
Pero, ¿Quién fue el pastor, qué informó sobre los supuestos jinetes desconocidos?; justamente Jacinto fue a ese sector donde trabajaba el pastor, quien al encontrarlo, le preguntó:
--- Hombre, tu lograste ver  a un grupo de jinetes que cruzaban los terrenos de Loma Vieja; pero, ellos nunca llegaron a la casa - hacienda, ni los propios pastores del sector nos han informado nada.
El pastor, que si los vio, que eran un grupo de 6 jinetes; que según él, no eran transeúntes, sino bandoleros, le contestó:
--- Señor caporal, esos jinetes si cruzaron los terrenos de Loma Vieja, parece que los pastores del sector no los notaron pasar,  y estos jinetes no los atacaron, por que ellos no eran su objetivo........
Continuaremos....................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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