domingo, 1 de septiembre de 2024

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DCCXLIV.- Los bandoleros Silverio y Agapito, tuvieron mucha suerte y lograron toda la información sobre la ubicación de la hacienda y por la noche partirán a ese lugar; mientras tanto, en la casa hacienda el nuevo caporal Erasmo Huamán y su amigo Irenio Campos se preparan para los "recibirlos"...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tienen un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; los bandoleros integrantes de una numerosa banda: Silverio y Agapito, fueron encomendados ir a una cantina, donde Silverio escuchó a unos bebedores sobre la saca de 150 reses que hará una hacienda, la cual ellos desconocían; mientras tanto, en la Hacienda "La Pampa Encantada", el flamante caporal Erasmo Huamán, tuvo un presentimiento que se aproxima una nueva "visita" de asaltantes, esto sucedía en pleno regocijo de la fiesta de despedida a Juan; parece que la premonición de Erasmo Huamán, tuvo veracidad, por que justamente Silverio y Agapito, van en busca de datos precisos para conocer el nombre de la hacienda y su ubicación..... sigamos la historia...........


Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Continuando con la historia, efectivamente, tal como lo planearon Silverio y Agapito, ellos llegaron a las 10:00 horas de la mañana a la cantina, eran los primeros, saludaron al cantinero y le pidieron el mejor trago macerado, el cantinero les sirvió, ellos muy animosos vaciaron su trago en los jarros y comenzaron a beber, al mismo tiempo iniciaron su conversación en voz alta, como para que los oiga el cantinero, quien si levantó la cabeza y observó que uno de ellos cargaba una alforja fina y elegante.
El cantinero bajó su cabeza y siguió limpiando su mostrador, mientras los supuestos "comerciantes" hablaban de su frutíferos negocios de compra y venta de ganado vacuno.
Pasó una hora, los bebedores ya sin trago en la botella, ellos llamaron al cantinero y fue Agapito, quien le dijo:
---Amigo, necesitamos 5 botellas más de este trago, para llevar a nuestros amigos, que los dejamos cuidando las vacas en un corralón.
El cantinero, estimulado por el pedido, regresó al mostrador y de los anaqueles retiró 5 botellas y se dirigió de nuevo a la mesa de los bebedores para atenderles el pedido, y esta vez fue Silverio, quien le dijo:
--- Amigo, anoche estuve aquí, tal vez me recuerde, bebí sólo, y en la siguiente mesa unos señores, que también bebían hablaron que 150 reses sacaría una hacienda y que será muy pronto, como vi que eran amigos suyos, me podría decir donde puedo encontrarlos, por que estamos interesados en comprar ese ganado.
El cantinero se sorprendió por la pregunta; pero, lo tomó como un asunto de interés comercial y les contestó:
--- Amigos, como son mis clientes, si les daré la información, si escuché que se habló de esa saca de 150 reses, que hará el hacendado Luciano Castillo de su Hacienda "La Pampa Encantada"; pero, él no vende a particulares, si ustedes están interesados tendrán que esperar que ellos arreen el ganado a este pueblo para competir con otros perneadores; sin embargo, nunca se sabe el día ni la fecha por seguridad ya que en estos lugares pululan cuatreros y asaltantes.
Los dos supuestos comerciantes, en apariencia no se sintieron aludidos y tomaron con suma tranquilidad la preciosa información que buscaban, que les dio todo lo que ellos buscaban o querían saber, y fue Agapito, quien le agradeció así:
--- Muchas gracias amigo, seguiremos su consejo, somos perneadores (comerciantes) y estaremos pendientes de esa saca, dígame cuento le debemos por los tragos y nos vamos, por que nuestros amigos, seguro se les seca la garganta por estos tragos.
Los supuestos comerciantes pagaron su pedido, salieron de la cantina, y comentaron entre ellos y fue Agapito, quien dijo:
--- El cantinero creyó en nosotros y nos dio los mejores datos; pero, no sabemos la ubicación, ni el camino por donde salir, ya no le podíamos preguntar por que él, sospecharía; ¿Qué hacemos?
Silverio, muy sonriente por la valiosa información del cantinero, le contestó:
--- Amigo, ya logramos los nombres, que era lo más difícil; pues, la ubicación la averiguaremos en un talabartero, por que todos los jinetes caímos(caemos) allí, por las sillas de montar o las riendas(bridas); Yo conozco a uno de ellos y me conoce como un honrado agricultor y comerciante, vamos para allá, para sacarle el camino a esa hacienda, estoy seguro que él, si conoce al hacendado Luciano Castillo.
Agapito, quien no había pensando en esa posibilidad de información, le contestó:
--- Si amigo, tienes mucha razón, vamos a visitar a ese tu amigo talabartero.
Los dos bandoleros, se fueron caminando que les demandó varios minutos, por que ese taller estaba en las afueras del pueblo, que al estar cerca Agapito se quedó y fue Silverio, quien al llegar si encontró al talabartero en pleno trabajo.
Silverio, saludó a su amigo y le dijo:
--- Amigo, anoche en una cantina, escuché que don Luciano Castillo, tiene planeado vender yeguas y caballos y yo necesito esos equinos; pero, no conozco la hacienda. ni el tiempo que llevará llegar a ese lugar.
El talabartero se sonrió, por que le pareció jocosa la pregunta de Silverio, y le respondió:
--- Amigo, tu compras vacas y ahora quieres yeguas, algo muy raro de tus cambios, por que esa hacienda no vende yeguas, justo hace tres días estuvo aquí Juan el caporal, le puso herrajes a un caballo, ellos viven muy lejos, creo que son como siete u ocho horas de viaje y este camino que estás pisando te lleva directo a ese lugar, por que Yo fui a ese lugar para curar las patas de un caballo, que en una de ellas se le había cruzado un clavo; pero, si quieres adquirir yeguas las encontrarás en otras haciendas que colindan con esa hacienda del señor Castillo.
Silverio, al escuchar que estaba en el camino correcto, con otra sonrisa agradeció a su amigo, así:
--- Muchas gracias amigo, los comerciantes compramos de todo, por que tenemos pedidos y seguiré tu consejo de visitar estas haciendas para comprar vacas y yeguas.
Ambos personajes se dieron un apretón de manos despidiéndose; por lo que Silverio fue donde lo esperaba Agapito y le dijo:
--- Amigo, el talabartero me dio el dato, justo este es el camino hacia esa hacienda; pero, está muy distante, dijo que son siete horas de viaje, y como ya tenemos todos los datos y con la información precisa, creo que ahora si podemos viajar de noche, para no despertar sospechas de los curiosos; pues, regresemos para informar al jefe, por que seguro está esperándonos.
Silverio y Agapito, regresaron al corral donde dejaron sus caballos, los montaron y partieron hacia el escondite, quienes al llegar a la choza, la puerta estaba cerrada, tocaron y Agapito dijo:
--- "El toro sigue vivo"
Era la expresión que los identificaba, les abrieron la puerta y adentro estaban sentados todos los integrantes de la banda, el que hacía de jefe, los saludó y les preguntó:
--- Muchachos que bueno que hayan regresado sanos y salvos, a ver que novedades nos traen.
Agapito, por ser parte del grupo, contestó:
--- Jefe, estuvimos con mucha suerte, el cantinero al ver que le comprábamos 5 botellas para llevar, soltó la lengua y nos informó que efectivamente existe la hacienda ganadera y se llama "La Pampa Encantada" y el dueño se llama Luciano Castillo; pero, como nos faltaba el camino para ir a ese lugar; Silverio fue hasta un talabartero y le dio el dato, que esa hacienda está muy lejos como a siete horas de viaje(en realidad eran 5 horas trotando a buen ritmo) y el camino partía desde esa talabartería; pues, jefe creo que nos merecemos beber las cinco botellas, ya que a nosotros ya nos picó el diente bebiendo una botella...jajaja.....
El que hacía de jefe, le contestó:
--- Muy buen trabajo hicieron muchachos; pero, nadie bebe, antes de tiempo, por que aún no tenemos nada que celebrar, más bien ustedes alístense que viajarán los cuatro que acordamos anoche; ahora, vamos a planear nuestros próximos pasos, de lo que haremos después que ustedes regresen, por que no hay tiempo que perder.
Uno de los asistentes intervino y dijo:
--- Jefe, si los muchachos ya consiguieron la información, bien nos merecemos celebrar bebiendo un trago, por que somos afortunados en conocer nuestros siguientes pasos con datos precisos y los muchachos viajeros recién partirán en la noche, tenemos mucho tiempo para divertirnos.
El jefe, conocía su gente, ya que no todos eran borrachos sanos, dos del grupo estimulados por el licor, reaccionaban recordando algunos desacuerdos y viejos pleitos usuales en bandas de asaltantes y terminaban buscándose bronca entre ellos, incluso se desafiaban con machetes desenvainados; era justamente lo que él quería evitar y levantándose con voz alta y de jefe, le dijo:
--- ¡¡¡ Carajo !!!, aquí mando Yo, ya dije que nadie beberá y así será, y como repito ahora vamos a planear que haremos después del regreso de los muchachos y nos reuniéremos pasado mañana, así que saldremos todos por la puerta trasera y nos iremos a nuestras casas.
Dejemos a los bandoleros haciendo sus planes y regresemos a la Hacienda "La Pampa Encantada", que seguían disfrutando de la fiesta de despedida a Juan: sin embargo, Erasmo Huamán, que disponía de un sentido más que le permitía adelantarse a los planes de los asaltantes, él conversó con su amigo Irenio Campos y le expresó sus premoniciones de que se acercaba nuevos asaltantes y ellos podrían ser presas fáciles, al sorprenderlos con la guardia baja estando de fiesta y embriagados.
Irenio Campos, quien compartía esas preocupaciones, le contestó:
--- Señor Caporal, yo entiendo exactamente lo mismo y seguiremos vigilando desde el altillo; pero, esta noche iremos afuera al mismo camino real que viene del pueblo, parece raro que nos visiten desde esa dirección; pues, usted siga divirtiéndose que nosotros le cubriremos la espalda, ya conversé con los muchachos que no beben alcohol y serán los mismos que lo harán esta noche...................
Continuaremos..............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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