Don Alberto, había salido de su casa y se dirigió a la covacha en donde tenía sus encuentros amorosos con su amante Amalia, en aquel fúnebre lugar daban rienda suelta a sus bajos instintos y depravados actos sexuales; pero Amalia estaba cansada se salir solo algunos días de la semana y a escondidas, ella era una mujer joven y atractiva, incluso había roto un romance con un joven de sus misma edad por estar en amores con Don Alberto, quien era un señor que superaba los 60 años de edad, prácticamente triplicaba la edad de su joven amante, y se inicia el siguiente diálogo:
Amalia dice a él:
---"Amor, ya es tiempo que tomes una decisión, yo no puedo seguir saliendo como la "segunda" y solo hacer el amor contigo a escondidas; tu sabes que te amo y he dejado todo lo que tenía antes por entregarme a ti en cuerpo y alma, y creo no haberme equivocado en mi sentimientos; tu y yo nos entendemos de maravillas en cada encuentro amoroso, lo disfrutamos plenamente y realmente me siento dichosa y toda una mujer, cuando hacemos el amor; pero todo tiene su límite; hoy es el último día que salgo contigo, con el dolor en mi corazón tengo que dejarte, a no ser que tu hagas algo para impedirlo....."---
Aquí apreciamos la imagen de un niño que para nuestro relato lo llamaremos: JUANITO, fuente: pueblomartir.
Entonces Don Alberto interrumpe y dijo:
---"Amor, que quieres que haga para impedir el rompimiento de nuestro amor....."
Y ella contesta:
---"Simplemente amor que te separes de tu esposa, ya no puedo tolerar que duermas todas las noches con ella y yo que soy el amor de tu vida, tenga que dormir solita y sin abrigo todas las noches...."
Y Don Alberto nuevamente interrumpió a su amada y dijo:
---"Amor, como me pides que abandone a mi esposa, si así estamos bien, justamente nuestro romance funciona a escondidas, así hay mas pasión y entrega total, porque lo prohibido es más deseado y cada aventura amorosa se disfruta con loco frenesí......"
Pero esta vez fue Amalia la que interrumpió y dijo:
---"Alberto, ahora entiendo, tu no me amas, solo estás usando mi juventud como un instrumento de placer; yo no significo nada para ti, no tienes voluntad de dejar a esa bruja de tu mujer......"
Nuevamente interviene Don Alberto y dijo:
----"Amor de mi vida, además de mi esposa tengo un maravilloso hijito que es mi Juanito, a quien quiero con todo mi corazón......"
Pero Amalia, que estaba decidida a todo interrumpió furiosa y dijo:
---"Mira infeliz, antes de conquistarme, tendrías que haber medido las consecuencias de los amores ocultos, yo no tengo la culpa de haberme enamorado de ti, y si tu huiste el que inició este romance, allá tu....cuando era tu secretaria me acosabas y yo finalmente acepté tu amor, porque así lo siente mi corazón; pero esto se acabó, te pido que salgas inmediatamente y nunca mas me busques, Adiós amor ingrato y vive feliz con la vieja y bruja de tu mujer"---
Y en efecto Amalia empujó hacia la calle a Alberto y le tiró la puerta, y él salió y tomó una decisión; y pensó asimismo como se separaría de su mujer, y como siempre satanás interviene sin que lo llamen y le dice al oído a Alberto:
----"Anda a tu casa mata a tu mujer y todo será mejor para ti"------
Y don Alberto llega su morada, y su esposa lo recibe amorosamente con un beso que no pudo darle por que el individuo reacciona iracundamente y empujó a su esposa y ella cae al piso, pero su cabeza choca violentamente contra una roca, lo que con la fuerza brutal con que fue arrojada Luciana se le parte su cabeza y los sesos son esparcidos por el piso, lamentablemente Juanito un niño de 4 años de edad observó todo este triste episodio, y se aferró a su madre moribunda pensando que estaba dormida y ella con el último aliento de su vida se agarró a la mano de su hijito y murió.
Como el niño no podía hablar o acusar a nadie, ninguna otra persona vio la trágica muerte de Luciana; lógicamente Don Alberto estaba arrepentido de semejante crimen; pero como no había pruebas que lo juzguen como asesino; fue inmediatamente a la comisaria de la policía para salvar su pellejo e informó así:
---"Al llegar a mi casa, encontré a mi esposa muerta sobre un charco de sangre y con la cabeza destrozada junto a una roca que está allá...."---
La policía fue a la casa y realmente no tomó en cuenta alguna evidencia del crimen, lo tomaron como un mero accidente fortuito y solo ordenaron el levantamiento del cadáver con la ayuda de un juez de paz no letrado y lo llevaron a la Morgue, y como satanás estaba a favor de Don Alberto, ese día en aquel depósito de cadáveres los trabajadores estaban de paro, el fiscal de turno no había asistido a su trabajo y el medico forense estaba de permiso; el cadáver fue "observado" por un estudiante de medicina que estaba haciendo su primer día de práctica; luego se retiró el cadáver y el viudo hizo el sepelio; naturalmente Juanito a pesar de su corta edad siguió a su madre a su última morada; los dolientes enterraron a Luciana y se retiraron del cementerio y nadie tomó en cuenta a Juanito y él se quedó solo junto al nicho de su madre, se aferró a la tosca tabla de cemento que tapaba el féretro de su madre, mientras tanto ya eran las 6:00 p.m. y todos los empleados del cementerio se retiran y cierran las puertas, la noche empezó muy fría y el niño llamaba a su madre y le decía:
---"Mamita linda, sigue durmiendo que yo te cuidaré y protegeré de esos malos hombres que te pusieron en ese lugar, ya nadie lo hará de nuevo, toda la noche estaré contigo..."----
Y efectivamente, los deudos seguían al viudo se fueron a casa y como es costumbre hubo una comelona; el Señor Alberto en ningún momento pensó en su hijito que según él...."lo quería con todo su corazón".
Mientras tanto la noche estaba mas fría, la temperatura bajaba mas y mas y el niño Juanito seguía aferrado a la helada loza de cemento, su débil cuerpo ya estaba sintiendo los estragos del gélido clima, la temperatura de su cuerpito estaba al límite de la supervivencia, hasta que finalmente le atacó hipodermia y dijo estas palabras:
---"Mamita, hoy estaremos juntos en el cielo y nadie nos separaraaaaá...."
Don Alberto despidió a todos los invitados al sepelio de su esposa y se fue a dormir y como había tomado unos tragos se quedó profundamente dormido, se despertó como las 5:00 a.m. y recién recuerda a su hijito Juanito, fue a su dormitorio y no estaba, inmediatamente llama a su cuñada Juana y le pregunta sobre su hijito si estaba con ella, pero le contesta que no, pero si recordaba haber visto al niño en el cementerio. En esos momentos Don Alberto sale de su casa y se va al cementerio y se dirige al pabellón de nichos a donde se había enterrado a su esposa y encuentra su hijito muerto y había hecho un escrito utilizando sus débiles deditos en unas letras con la humedad del agua y la tierra y decían:
----"Adiós papito, te quiero mucho, pero me voy con mi mamita"-------
Amigos, los invito a participar y decirnos su opinión de este relato que fue verídico, solo se ha cambiado los nombres............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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