Aquí apreciamos en la imagen el órgano del GUSTO , llamado: LENGUA., es una lámina con explicación de cada uno de los componentes de este maravilloso órgano del gusto. Fuente: Icarito
Aquí apreciamos en la imagen al órgano: La Lengua Humana , tal como es observada en su posición natural, fuente: Wikipedia.
La Lengua, gracias a sus Papilas Gustativas que se encuentran en su superficie nos permite saborear un "exquisito seviche criollo"; degustar un arroz con pato; sorber un fragante café; probar y comer un estofado de cabrito con frejoles; gozar de un delicioso helado de frutas; y también nosotros podemos conocer los sabores: Dulce, amargo, salado, caliente, frío, soso, ácido, agrio, etc.
¿Cómo es posible todo este maravilloso sentido del gusto?
La lengua gracias a las papilas gustativas, podemos distinguir los cuatro sabores clásicos:
a.- Amargo
b.- Salado
c.- Agrio
d.- Dulce
Las papilas gustativas actúan como receptores gustativos que están conectados a los nervios sensoriales, que la ser estimulados al comer los alimentos por medio de la saliva que los disuelve , inmediatamente transmiten las señales a la zona inferior del tronco cerebral. Las papilas gustativas se clasifican:
1.- Papilas caliciformes.
2.- Papilas foliadas.
3.- Papilas filiformes.
4.- Papilas fungiformes.
5.- Papilas circunvaladas.
6.- Papilas Tiaraformes.
2.- Papilas foliadas.
3.- Papilas filiformes.
4.- Papilas fungiformes.
5.- Papilas circunvaladas.
6.- Papilas Tiaraformes.
Sin embargo la percepción de los sabores no es atribución exclusiva de la boca, también intervienen, los 5'000,000 de receptores olfativos que tiene la nariz, y esta maravilla del organismo humano permite distinguir hasta 10,000 olores y sabores diferentes. La lengua es un órgano primordial dentro del organismo humano que nos permite también la succión, la masticación y la deglución de los alimentos. Algo importante que no debemos olvidar la lengua también interviene en la articulación de los sonidos.
La lengua es tan importante en el ser humano, que sin ella no podemos hablar ni conversar, sin la lengua no podemos masticar nuestros alimentos, sin la lengua no podemos deglutir el bolo alimenticio y sin la lengua nunca tendríamos el sentido del gusto.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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