Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la sección del medio ambiente de la Agencia de Noticias Efe , nos alcanza esta interesante noticia: En las lavas recientes de las erupciones volcánicas habitan insectos y arácnidos, en su mayor parte endemismos canarios, de interés para la ciencia como especies "pioneras" en colonizar un ambiente estéril y por su resistencia a las condiciones extremas de temperatura y a la escasez de alimentos. Aquí en la imagen observamos a una bella araña que es una habitante en las lavas de los volcanes de reciente erupción y supervive en condiciones extremas como una pionera de la nueva vida silvestre. Fuente: EFE
Insectos y arácnidos de la lava, unos pioneros en condiciones extremas:
Así lo ha indicado en una entrevista a Efe el catedrático de Zoología de la Universidad de La Laguna, Pedro Oromí, antes de impartir una conferencia titulada "La extraña familia: habitantes de lavas y cuevas", con la que inauguró las IV Jornadas Medioambientales del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife.
Pedro Oromí relata que en toda Canarias puede haber entre diez y doce especies lavícolas, aunque en una zona determinada de lavas lo habitual es que vivan solamente tres o cuatro, en función de la altitud y la cercanía al mar.
Pero sorprendentemente de cada especie se encuentran "muchos individuos", de forma que si se hace un muestreo nocturno "es asombrosa la cantidad de animales que hay" pese a la ausencia de vegetación de la que nutrirse.
Estas especies son las primeras en colonizar la lava que acaba de formar un volcán y, geológicamente, se considera que aún son recientes incluso las coladas de lava anteriores a la llegada de los europeos a Canarias, como las que atraviesan las Cañadas del Teide, que por su clima seco tardarán en ser consideradas "maduras".
Sin embargo las lavas surgidas tras la erupción en Garachico ya tienen verodes y fauna convencional por la mayor humedad de la zona.
Las especies lavícolas forman "un tipo de fauna muy peculiar", pues se enfrenta a unas condiciones extremas de mucha insolación y calor de día, y grandes cambios de temperatura de noche.
Aunque lo importante, subraya el catedrático de Zoología, es que en las lavas recientes, al no haber vegetación, no hay alimentos y estos animales "viven de lo que trae el viento, el llamado plancton aéreo, que es el conjunto de diminutos animalitos o restos de plantas que arrastra el viento y que cuando cesa, caen al suelo".
Los animales lavícolas están ocultos de día para no soportar las inclemencias, y de noche salen a la superficie y empiezan a buscar lo que ha traído el viento, añade.
De hecho, explica el zoólogo, siempre se había creído que los pioneros en colonizar una lava eran los líquenes y no es cierto, mucho antes llegan estas especies animales, pero a medida que pasan cientos y miles de años y se produce la llamada "sucesión ecológica", en la lava se forma suelo, brota la vegetación y poco a poco se va poblando de la fauna "normal".
Entonces las especies lavícolas son desplazadas "totalmente", pues incluso en muestreos tomados a dos metros de distancia entre unas lavas recientes y otras antiguas -las coladas tienen límites perfectos entre ambas- se ve que estos insectos y arácnidos "no pasan de su terreno, son malos competidores" con la fauna restante.
Pedro Oromí, que ha estudiado la fauna de cuevas y lavas, señala también que las especies cavernícolas son endémicas de una sola isla puesto que una vez que una de ellas evoluciona "in situ", ése es su destino final, pues es incapaz de salir al exterior para "dar el salto" a otra isla.
Las especies cavernícolas tienen "un aspecto inconfundible", pues son ciegas, con muy poca pigmentación -a veces son totalmente blancas o incoloras-, tienen generalmente las extremidades más delicadas, largas y estrechas y también son así sus antenas.
Además su metabolismo es muy lento, caminan y se reproducen despacio, y viven mucho tiempo, pues al consumir menos energía son especies más longevas, algo que les sirve de estrategia para garantizar la descendencia, ya que se reproducen "menos".
Entre estas especies hay arañas, milpiés, escarabajos, pulgones e insectos y entre los aspectos llamativos que relata el catedrático se encuentra el del arácnido "Maiorerus randoi" que sólo habita en la cueva del Llano de Fuerteventura y que supone "una verdadera reliquia".
Ello se debe a que de todo su grupo zoológico "no hay ni una sola especie en Canarias", lo que significa que el ancestro que vino del continente y pobló Fuerteventura se extinguió, previsiblemente tras la desertización de la isla, y sólo ha quedado esa estirpe en la cueva, donde sobrevive por la humedad.
Este arácnido cavernícola de Fuerteventura es una especie catalogada en peligro de extinción en el catálogo nacional de especies amenazadas.
También hay arañas y cucarachas cavernícolas que en vez de poner 18 o 20 huevos ponen entre ocho y seis pero de mayor tamaño, para que el nuevo ejemplar tenga mayores posibilidades de sobrevivir "en un ambiente donde le va a costar mucho encontrar su primera comida".
EFE.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Los arácnidos son maravillosos, pero la tarántula da miedo
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