Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG.,,continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma y como informamos en el capítulo anterior la "china" Séfora Huamán Morocho su personalidad era considerada algo enigmática por que escondía algo que nadie podía descifrar; además todos los viernes de la semana desaparecía de la faz de la tierra, lo que le parecía muy interesante al Señor Sánchez quien pensaba que tal vez ella sea un "hueste satánico" y de ser así, tenía muchas probalidades de conquistar su corazón; aún así nada había favorable para esta especulación se haga realidad; por que ella no le daba campo para acercarse a su persona, había en ella un "halo de misterio" .Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI. Fuente de imagen: Archivos del blog.
Séfora era una mujer que se respetaba y exigía el mismo trato a quien pretendía su amistad y como no encontraba la pareja ideal de acuerdo a sus expectativas, ella era diferente por su educación y tal vez en aquellos tiempos en Socchabamba nunca iba a encontrar a un hombre de su mismo nivel cultural; todos los pretendientes no encajaban y no por que sean malos hombres sino por su bajo nivel de educación; aún siendo ella misma una campesina más; en todas las costumbres y vida rutinaria no había ninguna diferencia.
Séfora era una mujer que se respetaba y exigía el mismo trato a quien pretendía su amistad y como no encontraba la pareja ideal de acuerdo a sus expectativas, ella era diferente por su educación y tal vez en aquellos tiempos en Socchabamba nunca iba a encontrar a un hombre de su mismo nivel cultural; todos los pretendientes no encajaban y no por que sean malos hombres sino por su bajo nivel de educación; aún siendo ella misma una campesina más; en todas las costumbres y vida rutinaria no había ninguna diferencia.
El Misterio del Oasis escondido:
En cuanto al misterio que desaparecía los días viernes de cada semana: era parte de su rutina en ir a una hoyada muy profunda que tenía una chorrera (cascada) de aguas cristalinas cuyas caídas iban a una poza (laguna) en forma de perol, produciendo movimientos ondulantes del agua desde el golpe de la caída hasta las orillas; era una pequeña maravilla de la naturaleza que estaba disponible para deidades terrenales como Séfora; en tiempos actuales siempre se buscaba la ubicación de este "remanso celestial" pero nadie ha dado con su localización.
Lo cierto fue que solamente Séfora como dueña absoluta disfrutaba dándose chapuzones en la poza cuya profundidad no superaba los 90 centímetros; ella hacía una ceremonia antes de entrar al agua:
Al llegar a la laguna, en la orilla se arrodillaba y levantaba su cabeza mirando al cielo con las manos juntas haciendo una imploración o tal vez invocando la presencia espiritual de Dios, que le permitía vivir, luego hacía varios movimientos de su cabeza desde arriba hacia abajo con la ayuda de la cintura, cuya frente casi llegaba al nivel del piso, sus labios pronunciaban oraciones y alabanzas en voz baja, y terminada esa ceremonia; ella empezaba a desvestirse lentamente, primero retiraba el rebozo que cubría su cuerpo lo doblaba y lo colocaba a un costado, luego desabrochaba cada uno de los botones y broches de la blusa que cubrían su dorso; al abrir la pieza del vestido quedaba al descubierto unos anatómicos y exquisitos senos, (no usaba sostén) cuyos pezones de un color ligeramente oscuro aproximándose al color chocolate, estaban intactos por que nadie los había lactado y lucían muy provocativos y sensuales.
Séfora sabiendo lo que la naturaleza le había dotado, se tocaba suavemente sus tetas(senos) y se hacía masajes lentamente una mano por cada seno; ella al hacer estos tactos le producía cierto placer que lo consideraba como parte del ceremonial para poder bañarse; luego, desabrochaba la falda y la dejaba caer al piso, quedando nuevamente al descubierto una combinación de color rosado que estaba pegada al cuerpo, mostrando la escultural figura modelando unos impresionantes glúteos; luego ella se iba bajando lentamente esta pieza impulsándola hacia el piso con las dos manos: no había calzón ni trusa. Allí estaba todo el cuerpo tal como nació: estando desnuda nuevamente inició un acto ceremonial para ingresar a la poza, nuevamente invocando con las dos manos juntas (de pié) levantando la cabeza hacia el firmamento y bajando el dorso hasta la altura de las rodillas.
Si algún individuo estaba a la retaguardia podía observar tal bella y maravillosa figura femenina humana, tan perfecta que en nada podría envidiar a las deidades supremas de la belleza; luego, con su pié derecho y utilizando el dedo gordo (pulgar) haciendo el ademán de probar la temperatura del agua; luego introducía el pié derecho, seguía el otro y sus manos trataban de coger algo de agua y lo primero que hizo fue llevarla hasta las tetas(senos) al mojarlas, avanza un poco más hasta llegar al centro: echándose agua ligeramente inclinaba el cuerpo y con ambas manos se echaba agua a los hombros e intentaba lavarse la cara; luego se dirige directamente a la chorrera (caída del agua) se introduce al centro de la caída y recibe a el agua en todo su cuerpo; el líquido elemento salpica por todas las direcciones en señal de regocijo por estar bañando al más dichoso cuerpo de una mujer que aún continua virgen, esperando la presencia de un hijo del "dios del amor"; al recibir el agua con los chorros que caen golpeando hombros, tetas y nalgas de Séfora, cumplen una función de relajamiento y además ella se está limpiando todas las impurezas de su cuerpo y como hay mucha humedad; esto favorece el crecimiento de plantas estando en floración, Séfora recoge varias flores, en seguida comienza a restregarse y sobar su cuerpo, luego selecciona dos flores de orquídea rojas y las coloca en cada pezón, en seguida empieza a sobarlas fuertemente hasta que los restos de pétalos caen al agua.
Seguramente esos dichosos pezones estaban listos para succionar el delicioso néctar de las flores, al terminar esta ceremonia, se baña todo el cuerpo eliminando todos los residuos de las flores con lo que se daba fin al "Baño de Florecimiento" al natural.
Completamente limpio y recargado de la más pura energía que ofrece la naturaleza a sus deidades escogidas como Séfora Huamán Morocho; después el maravilloso jardín con cascada, fuente de agua y flores desaparecía misteriosamente, por que nadie más que Séfora era la privilegiada para usarlo; tal vez es un "Sagrado Oasis" únicamente reservado para princesas terrenales como ella, todo indica que era un "Jardín del Edén" creado para Séfora.
Mientras tanto el Señor Sánchez continuaba planeando como llegar la corazón de Séfora y como siempre él pensaba con su lema: "El arte de la conquista es la ofensiva", decía él se tendrá que enamorarla y seducirla en directo y sin demora y desconocía por completo la existencia del "Oasis Misterioso" donde se bañaba la hembra que pensaba conquistar..... continuaremos....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.-com
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En cuanto al misterio que desaparecía los días viernes de cada semana: era parte de su rutina en ir a una hoyada muy profunda que tenía una chorrera (cascada) de aguas cristalinas cuyas caídas iban a una poza (laguna) en forma de perol, produciendo movimientos ondulantes del agua desde el golpe de la caída hasta las orillas; era una pequeña maravilla de la naturaleza que estaba disponible para deidades terrenales como Séfora; en tiempos actuales siempre se buscaba la ubicación de este "remanso celestial" pero nadie ha dado con su localización.
Lo cierto fue que solamente Séfora como dueña absoluta disfrutaba dándose chapuzones en la poza cuya profundidad no superaba los 90 centímetros; ella hacía una ceremonia antes de entrar al agua:
Al llegar a la laguna, en la orilla se arrodillaba y levantaba su cabeza mirando al cielo con las manos juntas haciendo una imploración o tal vez invocando la presencia espiritual de Dios, que le permitía vivir, luego hacía varios movimientos de su cabeza desde arriba hacia abajo con la ayuda de la cintura, cuya frente casi llegaba al nivel del piso, sus labios pronunciaban oraciones y alabanzas en voz baja, y terminada esa ceremonia; ella empezaba a desvestirse lentamente, primero retiraba el rebozo que cubría su cuerpo lo doblaba y lo colocaba a un costado, luego desabrochaba cada uno de los botones y broches de la blusa que cubrían su dorso; al abrir la pieza del vestido quedaba al descubierto unos anatómicos y exquisitos senos, (no usaba sostén) cuyos pezones de un color ligeramente oscuro aproximándose al color chocolate, estaban intactos por que nadie los había lactado y lucían muy provocativos y sensuales.
Séfora sabiendo lo que la naturaleza le había dotado, se tocaba suavemente sus tetas(senos) y se hacía masajes lentamente una mano por cada seno; ella al hacer estos tactos le producía cierto placer que lo consideraba como parte del ceremonial para poder bañarse; luego, desabrochaba la falda y la dejaba caer al piso, quedando nuevamente al descubierto una combinación de color rosado que estaba pegada al cuerpo, mostrando la escultural figura modelando unos impresionantes glúteos; luego ella se iba bajando lentamente esta pieza impulsándola hacia el piso con las dos manos: no había calzón ni trusa. Allí estaba todo el cuerpo tal como nació: estando desnuda nuevamente inició un acto ceremonial para ingresar a la poza, nuevamente invocando con las dos manos juntas (de pié) levantando la cabeza hacia el firmamento y bajando el dorso hasta la altura de las rodillas.
Si algún individuo estaba a la retaguardia podía observar tal bella y maravillosa figura femenina humana, tan perfecta que en nada podría envidiar a las deidades supremas de la belleza; luego, con su pié derecho y utilizando el dedo gordo (pulgar) haciendo el ademán de probar la temperatura del agua; luego introducía el pié derecho, seguía el otro y sus manos trataban de coger algo de agua y lo primero que hizo fue llevarla hasta las tetas(senos) al mojarlas, avanza un poco más hasta llegar al centro: echándose agua ligeramente inclinaba el cuerpo y con ambas manos se echaba agua a los hombros e intentaba lavarse la cara; luego se dirige directamente a la chorrera (caída del agua) se introduce al centro de la caída y recibe a el agua en todo su cuerpo; el líquido elemento salpica por todas las direcciones en señal de regocijo por estar bañando al más dichoso cuerpo de una mujer que aún continua virgen, esperando la presencia de un hijo del "dios del amor"; al recibir el agua con los chorros que caen golpeando hombros, tetas y nalgas de Séfora, cumplen una función de relajamiento y además ella se está limpiando todas las impurezas de su cuerpo y como hay mucha humedad; esto favorece el crecimiento de plantas estando en floración, Séfora recoge varias flores, en seguida comienza a restregarse y sobar su cuerpo, luego selecciona dos flores de orquídea rojas y las coloca en cada pezón, en seguida empieza a sobarlas fuertemente hasta que los restos de pétalos caen al agua.
Seguramente esos dichosos pezones estaban listos para succionar el delicioso néctar de las flores, al terminar esta ceremonia, se baña todo el cuerpo eliminando todos los residuos de las flores con lo que se daba fin al "Baño de Florecimiento" al natural.
Completamente limpio y recargado de la más pura energía que ofrece la naturaleza a sus deidades escogidas como Séfora Huamán Morocho; después el maravilloso jardín con cascada, fuente de agua y flores desaparecía misteriosamente, por que nadie más que Séfora era la privilegiada para usarlo; tal vez es un "Sagrado Oasis" únicamente reservado para princesas terrenales como ella, todo indica que era un "Jardín del Edén" creado para Séfora.
Mientras tanto el Señor Sánchez continuaba planeando como llegar la corazón de Séfora y como siempre él pensaba con su lema: "El arte de la conquista es la ofensiva", decía él se tendrá que enamorarla y seducirla en directo y sin demora y desconocía por completo la existencia del "Oasis Misterioso" donde se bañaba la hembra que pensaba conquistar..... continuaremos....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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