Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., siempre admiramos a África, por sus desiertos gigantes con el Sahara y selvas en el Congo y las grandes sabanas pobladas por los animales más bellos como los elefantes, los leones, las gacelas, las cebras , las jirafas; pero nos volvemos asqueados y consternados al conocer que también practican costumbres cavernarias como la ABLACIÓN que no es otra cosa que la extirpación de los genitales externos de la mujer y lo hacen con procedimientos rudimentarios que muchas jóvenes y aún niñas mueren en las "operaciones" por infecciones generalizadas,y constituyen una fuente de ingresos como único sostén para quienes practican esta terrible y atroz actividad...... leamos la noticias de : noticiasde navarra.com......"Esta es la teoría que sostiene la médica y activista social nigeriana Olayinka Koso-Thomas, Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 1998 por su defensa de la dignidad de la mujer, que reconoce avances en su lucha...........
Muchas mujeres siguen siendo sometidas a mutilación genital (DEIA)LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA EN ÁFRICA, UNA CUESTIÓN ECONÓMICA Y CULTURAL
EFE Viernes, 23 mar. 2012, 22:39h
La periodista Rosa María Calaf (i) conversa con la médica y activista social nigeriana Olayinka Koso-Thomas (I), Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 1998, durante el II Encuentro con Mujeres que transforman el mundo, que se celebra hoy en Segovia.
La mutilación genital femenina en África, una cuestión económica y cultural:
La lacra de la mutilación genital femenina, que puede acabar con la vida de las niñas a las que se les practica, está vinculada a la falta de formación, pero también a la economía de muchas mujeres que las deben de continuar practicando para ganarse la vida y poder sobrevivir
EFE Viernes, 23 mar. 2012, 22:39h
La periodista Rosa María Calaf (i) conversa con la médica y activista social nigeriana Olayinka Koso-Thomas (I), Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 1998, durante el II Encuentro con Mujeres que transforman el mundo, que se celebra hoy en Segovia.
La mutilación genital femenina en África, una cuestión económica y cultural:
La lacra de la mutilación genital femenina, que puede acabar con la vida de las niñas a las que se les practica, está vinculada a la falta de formación, pero también a la economía de muchas mujeres que las deben de continuar practicando para ganarse la vida y poder sobrevivir
SEGOVIA. Esta es la teoría que sostiene la médica y activista social nigeriana Olayinka Koso-Thomas, Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional en 1998 por su defensa de la dignidad de la mujer, que reconoce avances en su lucha.
De hecho, en Sierra Leona, desde que empezó a trabajar esta médica, se ha reducido considerablemente el índice de población femenina sometida a mutilación genital, gracias a que se han buscado otros recursos económicos a las mujeres que practican la ablación.
En una conversación minutos antes de abrir en Segovia el "II Encuentro con Mujeres que transforman el mundo", junto a la periodista Rosa María Calaf, Koso-Thomas hace una llamada al mundo civilizado sobre la necesidad de un soporte financiero, para sensibilizar a las mujeres africanas contra esta práctica.
En su lucha ha recibido ataques verbales, físicos y sicológicos, incluso de mujeres que aún sostienen la idea de que si sus hijas no son mutiladas ningún hombre se querrá casar con ellas y, por tanto, no les darán nietos.
Ahora se han amortiguado las presiones, reconoce esta doctora testigo del horror ante los padecimientos que presenció en un hospital de Freetown (Sierra Leona) en adolescentes y mujeres que han padecido la ablación, a la vez que se atreve a aventurar que solventar este problema llevará aún tiempo, de unos 20 a 25 años.
Todo depende, a su juicio, de que las mujeres jóvenes se conciencien de que no hay que llevar a cabo estas prácticas y tengan alternativa económica, porque ahora las que lo practican ganan mucho dinero e, incluso, promueven la ablación para poder mantener a la familia.
Esta activista por los derechos de la mujer, también desde el punto de vista de la salud, reconoce que ellas tienen mucho miedo a rebelarse ante el poder de los hombres y aboga por que salgan de su ámbito y, sobre todo, por que se dicten leyes que prohíban la mutilación genital femenina.
Olayinka Koso-Thomas recuerda que los presidentes africanos firmaron la convención de Naciones Unidas contra el abuso infantil, pero, con rostro serio, afirma que, cuando volvieron a sus países se encontraron con dificultades para transponerla a sus legislaciones, porque "han de luchar contra una tradición que viene de 200 años".
En Sierra Leona, de acuerdo con el testimonio de esta médica, se consiguió regular que la mutilación genital femenina solo se practicara en mujeres de al menos 18 años, con capacidad para decidir, pero en la realidad se lleva a cabo con niñas de 14 años, denuncia.
La clave para que se acabe con esta práctica contra los derechos de la mujer y contra su salud, se encuentra en buscar una alternativa económica para las mujeres que practican la ablación y así dejarán de promoverla.
Y es que Koso-Thomas afirma que las operaciones, a veces en pésimas condiciones higiénicas, se practican en vacaciones, para poder reunir dinero y alimentar a la familia el resto del año, de ahí que abogue por buscar ingresos alternativos a las mujeres que llevan a cabo estas prácticas a través de oficios, desde la peluquería a la confección.
Según reconoce esta médica, con cuatro hijos, que más que feminista se considera una profesional de la salud comprometida, muchas mujeres practican la ablación porque se la hicieron a los 8 años y no la asocian a los problemas físicos que se derivan de ella.
Además suelen ser matronas y, como traen al mundo a los hijos de las demás, infunden pocas sospechas de que la práctica sea mala y peligrosa, "por lo que están difundiendo una tradición en forma viciada", aclara Olayinka Koso-Thomas.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com
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De hecho, en Sierra Leona, desde que empezó a trabajar esta médica, se ha reducido considerablemente el índice de población femenina sometida a mutilación genital, gracias a que se han buscado otros recursos económicos a las mujeres que practican la ablación.
En una conversación minutos antes de abrir en Segovia el "II Encuentro con Mujeres que transforman el mundo", junto a la periodista Rosa María Calaf, Koso-Thomas hace una llamada al mundo civilizado sobre la necesidad de un soporte financiero, para sensibilizar a las mujeres africanas contra esta práctica.
En su lucha ha recibido ataques verbales, físicos y sicológicos, incluso de mujeres que aún sostienen la idea de que si sus hijas no son mutiladas ningún hombre se querrá casar con ellas y, por tanto, no les darán nietos.
Ahora se han amortiguado las presiones, reconoce esta doctora testigo del horror ante los padecimientos que presenció en un hospital de Freetown (Sierra Leona) en adolescentes y mujeres que han padecido la ablación, a la vez que se atreve a aventurar que solventar este problema llevará aún tiempo, de unos 20 a 25 años.
Todo depende, a su juicio, de que las mujeres jóvenes se conciencien de que no hay que llevar a cabo estas prácticas y tengan alternativa económica, porque ahora las que lo practican ganan mucho dinero e, incluso, promueven la ablación para poder mantener a la familia.
Esta activista por los derechos de la mujer, también desde el punto de vista de la salud, reconoce que ellas tienen mucho miedo a rebelarse ante el poder de los hombres y aboga por que salgan de su ámbito y, sobre todo, por que se dicten leyes que prohíban la mutilación genital femenina.
Olayinka Koso-Thomas recuerda que los presidentes africanos firmaron la convención de Naciones Unidas contra el abuso infantil, pero, con rostro serio, afirma que, cuando volvieron a sus países se encontraron con dificultades para transponerla a sus legislaciones, porque "han de luchar contra una tradición que viene de 200 años".
En Sierra Leona, de acuerdo con el testimonio de esta médica, se consiguió regular que la mutilación genital femenina solo se practicara en mujeres de al menos 18 años, con capacidad para decidir, pero en la realidad se lleva a cabo con niñas de 14 años, denuncia.
La clave para que se acabe con esta práctica contra los derechos de la mujer y contra su salud, se encuentra en buscar una alternativa económica para las mujeres que practican la ablación y así dejarán de promoverla.
Y es que Koso-Thomas afirma que las operaciones, a veces en pésimas condiciones higiénicas, se practican en vacaciones, para poder reunir dinero y alimentar a la familia el resto del año, de ahí que abogue por buscar ingresos alternativos a las mujeres que llevan a cabo estas prácticas a través de oficios, desde la peluquería a la confección.
Según reconoce esta médica, con cuatro hijos, que más que feminista se considera una profesional de la salud comprometida, muchas mujeres practican la ablación porque se la hicieron a los 8 años y no la asocian a los problemas físicos que se derivan de ella.
Además suelen ser matronas y, como traen al mundo a los hijos de las demás, infunden pocas sospechas de que la práctica sea mala y peligrosa, "por lo que están difundiendo una tradición en forma viciada", aclara Olayinka Koso-Thomas.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
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La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica ancestral global, que está lejos de limitarse a países de África y que persiste como un factor de estatus social de la mujer y en algunos lugares determina sus posibilidades de matrimonio, dijeron hoy expertos en este fenómeno.
ResponderEliminar"Estamos ante una práctica cultural. En algunas comunidades es una condición para que las niñas pasen a la etapa adulta, para que sean elegibles para el matrimonio o para alcanzar un estatus social elevado", explicó la consejera del Comité Interafricano de Prácticas Tradicionales, Adebisi Adebayo.
Al conmemorarse el Día Internacional de Tolerancia Cero con la MGF, varias organizaciones de la ONU que participan en este esfuerzo recordaron que alrededor de 200 millones de mujeres han sufrido la extirpación total o parcial de sus órganos genitales externos.
Aunque la incidencia de la mutilación genital femenina ha disminuido en varios países (entre ellos Burkina Faso, Kenia, Liberia y Egipto), se mantiene como una práctica generaliza en otros.
En zonas de Kenia y Nigeria, "un niña que no se ha sometido a la incisión no puede casarse", mientras que en otros lugares "una mujer que no ha sido circuncidada no tiene voz en la sociedad y no puede pertenecer a los grupos más importantes de mujeres", señaló Adebayo en una rueda de prensa.
"Las familias se avergüenzan tanto que harán los posible para asegurarse que sus hijas son sometidas a la MGF", agregó.
Continúa información de Terra..................
Viene de Terra................
ResponderEliminarMás recientemente se ha confirmado la amplitud de la MGF en Indonesia e Irán, y se ha descubierto que para el pueblo indígena embera en Colombia es un rito ancestral de pasaje a la edad adulta.
"Se trata de un problema global, que cada vez cruza más las fronteras", aseguró por su parte Alfonso Barragués, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Población, que gestiona con UNICEF un programa de lucha contra esta práctica.
Los últimos datos recogidos indican que los países con mayor prevalencia de MGF entre las mujeres de 15 a 49 años son Somalia (98%), Guinea (97%) y Yibuti (93%), aunque la gran mayoría sufre la ablación al cumplir los cinco años.
Entre las niñas de catorce años y menos, Gambia es el país con más prevalencia, con un 56 % de mujeres sometidas a la MGF, seguida de Mauritania (54%).
En Indonesia, cerca de la mitad de niñas de once años ya han sufrido de esta práctica, que tiene graves consecuencias físicas y psicológicas de largo plazo.
Entre las complicaciones más comunes están el dolor agudo, el sangrado severo, problemas urinarios y menstruales, así como cistitis e infecciones.
Además está relacionado con complicaciones en el parto y un elevado riesgo de recién nacidos muertos.
A nivel psicológico se ha observado que puede provocar depresión, ansiedad, desórdenes postraumáticos y baja estima.
"Desde tiempos ancestrales, muchas comunidades dan a esta práctica un valor positivo, así que nuestro trabajo consiste en aportarles evidencias de que causa graves daños a la salud", comentó Barragués.
Continúa información de Terra...............
Viene de Terra............
ResponderEliminarCon ese fin las organizaciones trabajan directamente con las comunidades, ya que está comprobado que el cambio sólo puede provenir de ellas mismas y no de imposiciones exteriores.
Desde que se inició en 2008 el Programa de Naciones Unidas contra la MGF, cerca de 18.000 comunidades en 17 países han declarado públicamente que renuncian a esta práctica, con 2.900 declaraciones de este tipo sólo en 2016 y una tasa de cumplimiento del orden del 70 %.
Además, 13 países han aprobado leyes para luchar contra la mutilación genital femenina y el año pasado hubo 72 condenas, que en algunos casos involucraron a personal médico que aceptó a realizar esas intervenciones y en otros a familiares.
Sin embargo, Barragués explicó que la solución de este problema no pasa por condenar a padres o abuelos de las víctimas, que constituyen el sosten de sus familia, sino de convencerles de erradicar esta práctica.
EFE en español EFE - Agencia