La Historia del Amor Cruel: Capítulo LXXXIII.- Melany es visitada a su mesa por Humberto, un arrogante mujeriego con afanes de conquista, quien es hijo de Eduardo Dineros

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior, Don Eduardo Dineros, después de una ceremonia de donaciones junto a Melany, la dejó en un lujoso Restaurante "La Alameda del Paladar" para que ella almuerce sola, por que él, tenía que viajar urgente al Puerto  a recepcionar mercaderías de importación; quedando el compromiso al retorno para cenar con ella; sin embargo, el cliente Humberto Dineros quien es hijo del empresario, decide almorzar ese mismo día en ese restaurante; al llegar es recibido por el Administrador, quien le informa que su Padre Don Eduardo ha dejado a una bella joven para que almuerce allí; ante ..." tan apetitoso bocado..." como pensó el recién llegado, quien decide ir hasta la mesa donde está sentada la joven Melany, y con la leve oposición del administrador que nada más puedo hacer.

 Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI

Humberto Dineros,  era un joven  apuesto caucásico con cuerpo atlético, que recién había superado los 30 años de edad y como su padre Don Eduardo era mujeriego "......Tal para cual......" y nunca había sentado cabeza con alguna mujer; su accionar era conquistar, seducir y doblegar las más fuertes resistencias femeninas y en todos los casos culminaban en la cama y después de la "Nupcia efímera " la víctima femenina, corría el riesgo de ser la primera y tal vez la última vez que había caído en los brazos de Humberto Dineros en aquellos instantes de su vida.

Humberto Dineros, además de ser atractivo para las mujeres, él, disponía de dinero a raudales para satisfacer sus caprichos y como era un hijo mimado, se convertía en un tipo obstinado en lo que perseguía y las mujeres eran sus pasión, ya en algunas ocasiones había sido rival de su propio padre, en la conquista de una bella mujer,  y para esas acciones encontradas su padre se había divorciado de su madre y como él, después de la separación de sus padres, eligió seguir viviendo con su madre, automáticamente se convirtió en rival y hasta un enemigo potencial de su propio padre, por lo que siempre buscaba la oportunidad de "saldar cuentas pendientes" por haber abandonado a su madre y esta vez , era tal vez la mejor venganza que él, quería infligir a su padre, quitándole a la mujer más bella, quien sola estaba esperando  ser atendida y ella desconocía por completo que iba a convertirse  en la "manzana de la discordia" entre padre e hijo.

Humberto Dineros, entró al salón y se dirigió con paso seguro a la mesa de Melany, ambos era desconocidos y él, sabía como abordarla aplicando toda su experiencia y al llegar donde ella estaba, le dijo:

--- Buenas tardes señorita, al llegar a este restaurante, me pregunté.... qué había de nuevas maravillas, además, claro está los exquisitos platillos que sirven? y rápidamente encontré la respuesta al observar desde la puerta de entrada a una bella flor de flores sentada completamente sola y por esa razón me estoy permitiendo pedir su permiso para compartir junto a usted el almuerzo, por favor no me tema  por mi atrevimiento, mi nombre es Humberto Dineros.

Melany, era una joven bella y educada y por su puesto no iba ceder tan rápido a las  "cumplidas palabras" de un desconocido, que por cierto le impactó la presencia y el atractivo que hacía gala el recién llegado y haciendo un esfuerzo de tomar las cosas como algo ligero esta visita no prevista, le dijo:

--- Buenas tardes señor, no es fácil para mi aceptar compartir mi mesa con alguien desconocido; sin embargo,  su apellido me es familiar, tal vez usted sea pariente del Don Eduardo Dineros?

Humberto Dineros, entendió que tenía que hilvanar muy fino para ser aceptado y como desconocía el motivo por que su padre la dejó sola, le contestó:

--- Señorita, nuevamente insisto en pedir su permiso para compartir la mesa con usted y en cuanto a la pregunta es afirmativo, soy uno de los hijos de Don Eduardo Dineros, acabo de llegar de Europa y como soy un asiduo cliente de este restaurante, al estar en la ciudad  lo primero que hice es concurrir aquí para saborear las exquisiteces que ellos preparan, con la diferencia que esta vez, me saqué la "lotería mayor" al encontrar sola a la más bella mujer que haya conocido alguna vez en mi vida.

Melany, se sentía acorralada ante las galantes palabras  de Humberto y no tuvo otro recurso que invitarlo a sentarse y haciéndole conocer su posición de mujer comprometida y le dijo:

---Tome asiento señor Dineros, ante tanta insistencia no tengo otra alternativa, pero le advierto que usted vino sólo y lo que yo consuma en este establecimiento ya fue cancelado por su padre, quien viajó urgente al Puerto; además, no estaré mucho tiempo por que tengo que reunirme con mi enamorado en la Feria donde estamos vendiendo productos de nuestras empresas.
Humberto, se sentó ya que casi la obligó a invitarlo y comprendió que no era la "paloma fácil de cazar", más bien, cambió de semblante por la severa respuesta de Melany, ella era diferente y no se había cautivado por él como solían hacerlo otras mujeres y encima le dijo que tenía enamorado y como era un obstinado galante, insistió en seguir expresando palabras que otras mujeres que ya había doblegado la  voluntad y le contestó:
--- Dulcemente agradecido por invitarme ha compartir la mesa, sino es pedir mucho  podría decirme su nombre:
Melany, se sintió ofuscada por que había omitido dar su nombre, pero asumiendo con naturalidad su posición, por que no estaba obligada a dárselo, le contestó:
--- Ahhh.. mi nombre es Melany y soy la representante de la Fábrica de Productos Lácteos de la Gran Capital, hemos venido a participar en la Feria Comercial de esta ciudad y con mucho éxito, por que termino de vender todo mi stock y ha tenido que viajar mi compañero a la Gran Capital a traer más mercadería, y realmente estamos encantados de las bondades de esta maravillosa ciudad y la generosidad de su gente y aprecio mucho el desprendimiento que lo tienen como un valor  que lo acabo de experimentar en mi corta estadía.
Humberto, se quedó mudo ante la elegante y fina personalidad de Melany  y sobretodo la serenidad expresando su simpatía por la Ciudad del Chica y como él, era un arrogante individuo, musitó entre dientes:.."esta hembra me la va hacer difícil conquistarla.."
Melany, que se mantenía a la expectativa, ante el repentino acompañante al observarlo mover los labios, le preguntó:
--- Perdón, no le entendí, lo que acaba de decir...
Humberto seguía sumido en su soberbia y le contestó:
--- Disculpe, pero no dije nada; sin embargo, reciba mi agradecimiento por los elogios que acaba de manifestar por mi ciudad y tiene razón, por que aún somos un pueblo pequeño y es nuestro deber ser los mejores anfitriones para con nuestros visitantes, a propósito usted ya pidió algún platillo, por que yo he venido con mucho hambre.
Melany, dueña de la situación y sabía perfectamente como parar los arrebatos del engreído acompañante, le contestó:
--- Aún no, y me felicito en no haber pedido nada, por que será usted mi guía en indicarme, cuales son los más deliciosos manjares que se preparan aquí y hágalo de inmediato, por que estoy con el tiempo limitado, ya que tengo que ir al campo ferial.
Humberto, no lo podía creer, siendo él, un conquistador y con la iniciativa a flor de labios; ahora estaba a la defensiva y con la obligación de ser él, quien pida la comida, ninguna otra mujer le propinó semejante humillación a su soberbio ergo...... continuaremos.....
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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