Three NASA science instruments aboard the European Space Agency's (ESA)
Rosetta spacecraft, which is set to become the first to orbit a comet and land a
probe on its nucleus, are beginning observations and sending science data back
to Earth.
Launched in March 2004, Rosetta was reactivated January 2014 after a record
957 days in hibernation. Composed of an orbiter and lander, Rosetta’s objective
is to arrive at comet 67P/Churyumov-Gerasimenko in August to study the celestial
object up close in unprecedented detail and prepare for landing a probe on the
comet's nucleus in November.
Rosetta’s lander will obtain the first images taken from a comet’s surface
and will provide the first analysis of a comet's composition by drilling into
the surface. Rosetta also will be the first spacecraft to witness at close
proximity how a comet changes as it is subjected to the increasing intensity of
the sun's radiation. Observations will help scientists learn more about the
origin and evolution of our solar system and the role comets may have played in
seeding Earth with water, and perhaps even life.
"We are happy to be seeing some real zeroes and ones coming down from our
instruments, and cannot wait to figure out what they are telling us," said
Claudia Alexander, Rosetta's U.S. project scientist at NASA's Jet Propulsion
Laboratory (JPL) in Pasadena, California. "Never before has a spacecraft pulled
up and parked next to a comet. That is what Rosetta will do, and we are
delighted to play a part in such a historic mission of exploration."
Rosetta currently is approaching the main asteroid belt located between
Jupiter and Mars,. The spacecraft is still about 300,000 miles (500,000
kilometers) from the comet, but in August the instruments will begin to map its
surface.
The three U.S. instruments aboard the spacecraft are the Microwave Instrument
for Rosetta Orbiter (MIRO), an ultraviolet spectrometer called Alice, and the
Ion and Electron Sensor (IES). They are part of a suite of 11 science
instruments aboard the Rosetta orbiter.
MIRO is designed to provide data on how gas and dust leave the surface of the
nucleus to form the coma and tail that gives comets their intrinsic beauty.
Studying the surface temperature and evolution of the coma and tail provides
information on how the comet evolves as it approaches and leaves the vicinity of
the sun.
Alice will analyze gases in the comet's coma, which is the bright envelope of
gas around the nucleus of the comet developed as a comet approaches the sun.
Alice also will measure the rate at which the comet produces water, carbon
monoxide and carbon dioxide. These measurements will provide valuable
information about the surface composition of the nucleus.
The instrument also will measure the amount of argon present, an important
clue about the temperature of the solar system at the time the comet's nucleus
originally formed more than 4.6 billion years ago.
IES is part of a suite of five instruments to analyze the plasma environment
of the comet, particularly the coma. The instrument will measure the charged
particles in the sun's outer atmosphere, or solar wind, as they interact with
the gas flowing out from the comet while Rosetta is drawing nearer to the
comet's nucleus.
NASA also provided part of the electronics package for the Double Focusing
Mass Spectrometer, which is part of the Swiss-built Rosetta Orbiter Spectrometer
for Ion and Neutral Analysis (ROSINA) instrument. ROSINA will be the first
instrument in space with sufficient resolution to be able to distinguish between
molecular nitrogen and carbon monoxide, two molecules with approximately the
same mass. Clear identification of nitrogen will help scientists understand
conditions at the time the solar system was formed.
U.S. scientists are partnering on several non-U.S. instruments and are
involved in seven of the mission's 21 instrument collaborations. NASA's Deep
Space Network (DSN) is supporting ESA's Ground Station Network for spacecraft
tracking and navigation.
Rosetta is an ESA mission with contributions from its member states and NASA.
Rosetta's Philae lander is provided by a consortium led by the German Aerospace
Center, Cologne; Max Planck Institute for Solar System Research, Göttingen;
French National Space Agency, Paris; and the Italian Space Agency, Rome. JPL
manages the U.S. contribution of the Rosetta mission for NASA's Science Mission
Directorate in Washington. JPL also built the MIRO and hosts its principal
investigator, Samuel Gulkis. The Southwest Research Institute (San Antonio and
Boulder), developed the Rosetta orbiter's IES and Alice instruments, and hosts
their principal investigators, James Burch (IES) and Alan Stern (Alice).
For more information on the U.S. instruments aboard Rosetta, visit:
More information about Rosetta is available at:
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Los primeros datos científicos de Rosetta ya han empezado a llegar a ESAC
10 junio 2014
Este verano se producirá un encuentro celeste que miles de personas, en su mayoría europeas, llevan décadas preparando. La nave Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), llegará por fin a la órbita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, tras más de diez años de viaje por el espacio interplanetario. En ESAC, el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA en Villanueva de la Cañada, Madrid, un equipo internacional de 25 científicos e ingenieros ha empezado a recibir ya los primeros datos.
Rosetta fue lanzada en marzo de 2004 con el objetivo de convertirse en la primera nave que órbita y aterriza en un cometa. Es ahora cuando empezará a obtener los resultados para los que fue específicamente diseñada.
“Los cometas están hechos del mismo material del que se formaron los planetas, pero sin procesar, así que estudiando los cometas se puede aprender mucho sobre cómo se formó el sistema solar”, ha explicado esta mañana Michael Küppers, del Centro de Operaciones Científicas de Rosetta (RSGS), en ESAC, donde se celebra esta semana un encuentro entre los responsables de los 11 instrumentos científicos de Rosetta y del módulo que aterrizará en el cometa –llamado Philae-.
Estos instrumentos y la propia nave han permanecido en hibernación durante gran parte del viaje de Rosetta. El pasado enero todos los sistemas se reactivaron de forma automática, de cara al comienzo del estudio del cometa este verano.
En ESAC se coordina la ciencia de Rosetta
Küppers y su colega Laurence O'Rourke, coordinadores de las operaciones científicas de Rosetta, han explicado esta mañana que el equipo de 25 científicos e ingenieros que integran el RSGS, en ESAC, ha sido clave para poner en marcha los instrumentos tras el despertar de la nave, al ocuparse de comprobar que funcionan correctamente.
“Hemos empezado a recibir los primeros datos científicos de los instrumentos en marzo y abril ”, ha explicado O'Rourke. “Todo está funcionando según lo previsto”.
Las observaciones de Rosetta han revelado, por ejemplo, que el cometa ya ha entrado en actividad -a medida que un cometa se aproxima al Sol el calor hace que se sublime el material helado que lo compone, generando la estela de gas y polvo característica de estos objetos, El cometa.
67P/Churyumov-Gerasimenko está ahora a unos 600 millones de kilómetros del Sol, y Rosetta ha fotografiado su coma incipiente, que debe medir unos 1300 kilómetros.
El equipo de Rosetta en ESAC lleva a cabo ahora una labor fundamental: planificar la agenda de observaciones científicas de los instrumentos y la orientación de la nave. Para ello ejerce de centro coordinador de los requisitos y peticiones de los equipos de los instrumentos, distribuidos por numerosos centros en Europa y Estados Unidos.
“Es una labor delicada porque no es fácil encajar las condiciones de todos los instrumentos”, señala Küppers. “Por ejemplo los instrumentos que estudian el gas del cometa necesitan centrarse en el núcleo, pero los espectrógrafos quieren ver también la coma”.
El equipo de ESAC envía la planificación de la orientación del satélite para las observaciones al centro de operaciones de la misión en ESOC -el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Darmstadt, Alemania- con ocho semanas de antelación, y los comandos finales para los instrumentos, con una semana de antelación.
Una vez realizadas las observaciones, los datos científicos son recogidos por las antenas de espacio profundo que siguen a Rosetta -entre ellas la de Cebreros, en Ávila-, que están conectadas a ESOC. Desde ahí los datos científicos son enviados a ESAC.
“En ESAC comprobamos que los datos tienen la calidad adecuada”, explica O'Rourke, “y que las observaciones que hemos planificado han sido ejecutadas correctamente. En el caso muy excepcional de que no haya sido así, coordinamos con el equipo del instrumento la repetición de la observación”.
La trayectoria de Rosetta depende de la actividad del cometa
Una de las partes más complejas de la misión tiene que ver con la definición de la trayectoria de vuelo de Rosetta, tarea en que también participa ESAC.
Cuando Rosetta llegue al cometa, el próximo agosto, primero debe sobrevolarlo y después orbitarlo, siguiendo trayectorias definidas por el equipo en ESOC. Sin embargo, la definición de las trayectorias de vuelo que deberá seguir Rosetta después del aterrizaje de la sonda Philae, en noviembre de este año, corresponde a en gran medida al equipo en ESAC.
Ya se están analizando en ESAC las trayectorias previstas para finales de 2014 y principios de 2015, que llegado el momento deberán ajustarse en función del grado de actividad del cometa.
Como explica Küppers, “la cantidad de gas y su orientación afecta a los instrumentos, por eso debemos planificar con cuidado. Por ahora estamos trabajando en dos tipos de trayectorias, con alta actividad y con baja”.
Philae será lanzada después de que Rosetta haya mapeado la superficie del cometa. La operación será un hito en la misión y en la historia de la exploración planetaria, puesto que nunca se ha intentado algo así. Durante los meses posteriores Rosetta seguirá al cometa a lo largo de su viaje, registrando todos sus cambios a medida que se calienta. Ninguna otra misión espacial ha hecho jamás nada parecido. El máximo acercamiento al Sol se producirá en agosto de 2015.
El principal objetivo de Rosetta es ayudar a entender el origen y la evolución del Sistema Solar. En particular, Rosetta investigará el papel que pueden haber jugado los cometas a la hora de traer el agua a la Tierra, y quizá incluso la vida.
El cometa Churyumov-Gerasimenko, visto el 28 de febrero de 2014
10 marzo 2014
El pasado día 20 de enero, la sonda Rosetta de la ESA despertó del modo de hibernación en el que había permanecido 31 meses para empezar a prepararse para el tramo final de su viaje de 10 años hacia el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Al igual que el satélite, este cometa también está saliendo de su peculiar hibernación.
Durante los últimos meses el cometa había permanecido oculto tras el Sol, desde el punto de vista de la Tierra, pero a finales de febrero el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile pudo retomar las observaciones – el cometa había sido visto por última vez el 5 de octubre de 2013.
Estas imágenes fueron tomadas el día 27 de febrero por la noche, hora local (09:30 GMT del 28 de febrero). La imagen de la izquierda es el resultado de la superposición de una serie de fotografías centradas en el cometa, por lo que las estrellas de fondo aparecen como estelas de luz. El cometa se puede ver como un pequeño punto justo por encima de una de las estrellas (en el centro del círculo). En la imagen de la derecha se han eliminado las trazas de las estrellas.
El Observatorio Europeo Austral está ayudando a la ESA a monitorizar desde tierra este cometa de cuatro kilómetros de diámetro, lo que permitirá ajustar la trayectoria de Rosetta y evaluar la actividad del cometa antes de la llegada de la sonda el próximo mes de agosto.
En estas últimas observaciones, el cometa parece un 50% más brillante que la última vez que se había observado. Si bien es cierto que ahora está más cerca de la Tierra, su brillo ha aumentado más de lo que cabría esperar de un cometa inactivo de su tamaño, lo que podría indicar que su núcleo de hielo ya ha empezado a evaporarse a medida que se acerca al Sol.
El cometa 67P viaja alrededor del Sol entre las órbitas de Júpiter y de la Tierra. En agosto de 2015 alcanzará el punto de su trayectoria más próximo al Sol, pasando a una distancia de 185 millones de kilómetros.
Rosetta se convertirá en la primera misión en estudiar de forma continua y desde primera fila cómo evoluciona la actividad de un cometa durante su viaje alrededor del Sol.
Rosetta, la "bella durmiente" de la ESA, se despierta de su sueño en el espacio profundo
20 enero 2014
Ha sido el final de un cuento de hadas para un capítulo lleno de suspense en la historia de la misión espacial Rosetta: la ESA ha tenido noticias de su lejana nave por primera vez en 31 meses.
Rosetta está persiguiendo al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Será la primera misión espacial que se encuentre con un cometa; la primera en intentar un aterrizaje en este tipo de objetos; y la primera en seguirlo en su viaje alrededor del Sol.
Desde su lanzamiento, en 2004, Rosetta ha sobrevolado tres veces la Tierra y una Marte, para tomar impulso. De camino se ha encontrado también con los asteroides Steins y Lutetia.
Rosetta se alimenta únicamente de energía solar. Fue puesta en modo hibernación en junio de 2011, cuando se encontraba en pleno espacio profundo, a una distancia de unos 800 millones de kilémetros, próxima a a la órbita de Júpiter.
Ahora que la órbita de Rosetta ha traído a la nave de vuelta a 'solo' 673 millones de Km del Sol, de nuevo hay energía solar suficiente como para encenderla de nuevo.
Así que hoy el reloj interno de Rosetta ha despertado a la nave de su profundo sueño, aunque aún la separan 9 millones de kilómetros de su objetivo, el cometa 7P/Churyumov-Gerasimenko. Una vez calentados los instrumentos de navegación más importantes; estabilizada su posición; y apuntada a la Tierra su antena de radio principal, Rosetta ha enviado una señal para comunicar a sus operadores que ha sobrevivido a la etapa más lejana de su viaje.
La señal se ha recibido en la estación de seguimiento de la NASA en Goldstone a las 18:18 GMT, durante la primera ventana de oportunidad que tuvo la nave para comunicar con la Tierra. Inmediatamente el Centro de Operaciones Espaciales (ESOC) de la ESA en Darmstadt, Alemania, ha confirmado la recepción de la señal. El éxito de la operación ha sido anunciado en la cuenta de twitter @ESA_Rosetta, con el mensaje “Hola Tierra”.
“Ya tenemos de vuelta a nuestra nave 'persigue-cometas'”, ha dicho Álvaro Giménez, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. “Con Rosetta iniciaremos una nueva fase en la exploración de los cometas. Con esta increíble misión nos seguimos manteniendo a la cabeza en esta área, en la que hemos sido los primeros en muchos hitos. Estamos construyendo sobre los logros científicos y tecnológicos de nuestra primera misión de espacio profundo, Giotto, que obtuvo las primeras imágenes de cerca del núcleo de un cometa cuando sobrevoló el Halley en 1986”.
“Este ha sido un despertador que no permitía seguir durmiendo, y tras un día muy tenso estamos encantados de tener a nuestra nave despierta y de nuevo online”, ha añadido Fred Jansen, jefe de misión de Rosetta, de la ESA.
Los cometas están considerados los 'ladrillos' primitivos del Sistema Solar, y los objetos que, muy probablemente, contribuyeron a fertilizar la Tierra con agua y tal vez incluso con los ingredientes de la vida. Pero siguen pendientes de resolver muchas cuestiones fundamentales acerca de estos enigmáticos cuerpos, y gracias a su estudio in situy muy completo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko Rosetta contribuirá a resolverlos.
“Todas las otras misiones a cometas han hecho sobrevuelos, captando instantáneas de la vida de estos helados objetos”, ha dicho Matt Taylor, jefe científico de Rosetta, de la ESA. “Con Rosetta seguiremos la evolución de un cometa día a día, y esto nos proporcionará una visión única de su comportamiento, y en última instancia nos permitirá descifrar su papel en la formación del Sistema Solar”.
Antes que nada, no obstante, la nave debe superar un 'chequeo de salud'. Solo entonces los once instrumentos de la nave, y diez del módulo de aterrizaje, serán encendidos y preparados para estudiar el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
“Tenemos por delante varios meses muy ocupados, preparando la nave y sus instrumentos para enfrentarse a los desafíos operacionales que supone el estudio prolongado y en profundidad del cometa; además, son retos de los que apenas sabremos nada hasta que lleguemos”, ha añadido Andrea Accomazzo, jefe de operaciones de Rosetta, de la ESA.
Se espera que Rosetta envíe las primeras imágenes del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en mayo, cuando la nave esté aún a 2 millones de kilómetros de distancia de su objetivo. Hacia finales de mayo la nave llevará a cabo una importante maniobra tras la que quedará colocada en la posición correcta para su crítico encuentro con el cometa en agosto.
Tras el encuentro, Rosetta empezará dos meses de mapeo extensivo de la superficie del cometa y hará también importantes mediciones de su gravedad, masa y forma. Observará además su coma, su atmósfera de polvo y gas. La nave también analizará el ambiente de plasma del cometa, y su interacción con el viento solar.
Con estos datos los científicos escogerán un sitio de aterrizaje para el módulo de aterrizaje de la misión, Philae. El aterrizaje está previsto para el 11 de noviembre: será la primera vez que se intente el aterrizaje en un cometa.
De hecho, dado que la gravedad del núcleo de un cometa de 4Km de diámetro es prácticamente despreciable, Philae tendrá que usar arpones para evitar rebotar hacia el espacio cuando llegue a la superficie.
Entre las muchas medidas científicas que tomará, Philae enviará a la Tierra imágenes panorámicas de su entorno, así como imágenes en alta resolución de la superficie. También analizará in situ la composición de los hielos y el material orgánico del cometa, perforando a 23 cm bajo la superficie y tomando muestras.
Después el foco de la misión pasará a ser la fase de 'escolta', en la que Rosetta permanecerá junto al cometa a medida que se acerca al Sol, vigilando las condiciones cambiantes de la superficie del cometa a medida que se calienta y el hielo se sublima.
El cometa alcanzará su máximo acercamiento al sol el 13 de agosto de 2015, a una distancia de 185 millones de kilómetros, aproximadamente entre las órbitas de la Tierra y Marte. Rosetta seguirá al cometa el resto de 2015, a medida que se aleja del Sol y su actividad disminuye.
“Tenemos por delante muchos desafíos a medida que exploramos el territorio desconocido del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, y estoy seguro de que habrá muchas sorpresas. Pero hoy por hoy estamos simplemente muy contentos de estar al habla de nuevo con nuestra nave”, ha dicho Matt Taylor.
ESA/NASA
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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