Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la divulgación de los Milagros del Señor Cautivo de Ayabaca, que como informamos en los anteriores es una recreación en ficción de hecho que sucedió años atrás, los personajes y lugares que aparecen aquí son pura coincidencia. En el Cercano Distrito de Pacainio; habitaba una familia, siendo el Padre Don Leoncio Campos, casado con Doña Eulalia Manchay y tenían dos hijos: Pedro de 10 años de edad y Juana con 6 años; y como vecino estaba Don Manuel "El ateo".
Aquí observamos la imagen del SEÑOR CAUTIVO DE AYABACA, que se celebra su festividad religiosa todos los 13 de octubre. Un símbolo cristiano del Abandono de los apóstoles a Jesús en el huerto de Getsemaní, quien estando apresado y maniatado por los jerarcas judíos; se quedó sólo, San Mateo 26 -56 ...más todo sucede para que se cumplan los Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos dejándole, huyeron.., pero la Torah no acepta estas imágenes, Levítico 26:1 ...Bendiciones de la obediencia, no harás para vosotros ídolos ni levantarás estatuas, ni pondrás en vuestra tierra piedra pintada para inclinarte ante ellos, por que soy YHWH vuestro Dios...
Foto: Archivos del Blog: A vuelo de un quinde.
Aquí en la imagen observamos a Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui, autor del Blog: A vuelo de un Quinde; ferviente devoto del Señor Cautivo de Ayabaca. Foto : Archivos del Blog: A vuelo de un quinde.
Don Leoncio había cultivado una gran amistad con su vecino Don Manuel, tanto era así; que siempre compartían casi todo, lo único que les faltaba era creer en Dios, por que don Manuel rechazaba, negando la existencia del Todo Poderoso.
En la intimidad de la familia de don Leoncio, había mucha fe y convicción de que Dios siempre ayuda a quien lo busca; algo que lo cultivaba con esmero y dedicación doña Eulalia, quien sobre la pared de su dormitorio había colocado un gran cuadro con la imagen del Señor Cautivo de Ayabaca.
En una época del año, se enfermó Don Leoncio con fuertes dolores estomacales, que se convirtieron en prolongados cólicos; Doña Eulalia, acudió a lo más próximo que fue preparar tisanas haciendo hervir hierbas medicinales y que después de tres o cuatro días calmaban el dolor y desaparecían; estas curaciones que funcionaban las preparaba doña Eulalia con su fe puesta en el Señor Cautivo de Ayabaca.
En otra ocasión, se enfermó con dolores en todo el cuerpo de don Manuel "el ateo"; entonces acudió en su ayuda la señora Eulalia; tal como lo solía hacer le preparó tisanas y al presentarle a don Manuel, le dijo:
--- Vecino don Manuel, le he preparado esta tisana y gracias al Señor Cautivo de Ayabaca, usted sanará muy rápido.
Don Manuel, quien también era malhumorado, le contestó:
--- Vecina Eulalia, acepto gustoso sus remedios caseros, pero eso nada tiene que ver con el ídolo de madera y vestido de tela morada que tanto la gente lo adora.
Doña Eulalia muy enojada con la respuesta del vecino Manuel, le replicó:
--- Vecino, como se atreve a insultar a Dios; sin su bendición nada se puede obtener ni tener en este mundo.
Don Manuel, que necesitaba el favor de doña Eulalia se mordió los labios y no contestó, lo que fue aprovechado por la señora Eulalia y ella agregó:
--- Vecino, nosotros siempre hemos recibido favores del Señor Cautivo de Ayabaca, quien ha sanado a mi familia y a Leoncio lo ha curado varias veces.
Don Manuel, que ya no soportaba que le hablen de Dios, dijo:
--- Vecina Eulalia, si por recibir sus remedios, piensa llenarme la cabeza para crea en los ídolos, entonces no regrese más, yo nunca aceptaré la imagen de un ídolo fabricado por hombres como yo que somos comunes y corrientes y encima pecadores.
Doña Eulalia, muy ofuscada por la actitud de soberbia del vecino don Manuel, optó por retirarse, pero se aseguró que la tisana sea utilizada.
Pues, el enfermo sanó y al día siguiente fue a la casa de doña Eulalia, para agradecerle por los remedios que lo han sanado.
Doña Eulalia, quien era una buen anfitriona, quiso invitarle un platillo de una comida y se fue a la cocina a prepararla, Don Manuel estando solo en la sala, divisó el cuadro del Señor Cautivo de Ayabaca; ver esa imagen le generó sentimientos encontrados, se acercó al cuadro y lo sacó del altar y lo tiró al piso, con tanta fuerza que hasta los vecinos escucharon el ruido y la señora Eulalia, regresó a la sala para averiguar que había pasado, ella se espantó al observar el cuadro del Señor Cautivo de Ayabaca por los suelos, el vidrio y el marco estaban destrozados, pero la imagen estaba intacta.
Entonces, doña Eulalia, dirigió su mirada al vecino Manuel y de frente le reclamó, diciéndole:
--- Vecino Manuel: ¿Por qué ha destruido el cuadro del Señor Cautivo de Ayabaca?.
El vecino haciéndose el desentendido le confesó:
--- Doña Eulalia, yo solo miraba la pintura del ídolo y se cayó al piso, sin que yo lo haya tocado.
Doña Eulalia, después de recoger la imagen del Señor Cautivo de Ayabaca, la llevó a su dormitorio y regresó a la sala, pero el vecino se había ido.
Una tarde cierto día, don Leoncio invitó a su amigo Manuel, ir a la Ciudad para hacer compras, invitación que fue aceptada y ambos con alforja al hombro, tomaron el carro directo al Centro de la Ciudad de Pacainio.
Después de hacer las compras, hubo un sobrante de dinero en los bolsillos de don Leoncio, por lo que invitó a su acompañante a una cantina para beber unos tragos; antes de entrar a la cantina, pasaba la procesión del Señor Cautivo de Ayabaca; don Leoncio se paró y vio pasar la imagen que iba en hombros de sus fieles devotos, rezando con contrición y pidiendo siempre su protección.
En aquel instante llenaba de mucha emoción hasta con las lágrimas, observar a un Cautivo con las manos atadas que murió para redimir los pecados de los hombres y don Leoncio viendo a su amigo Manuel, le dijo:
--- No entiendo don Manuel, cómo usted no pueda creer, no se trata de un ídolo, sino es la representación que los hombres hacen para llegar a Dios, nosotros no adoramos a la imagen, solamente la veneramos pidiéndole perdón por nuestros pecados.
Don Manuel, siendo un ateo recalcitrante y no aguantaba pulgas, le contestó:
--- Yo no me explico que haya tantos borregos, que siguen a una estatua vestida de morado y adornada con alhajas, es como cualquier ídolo y eso no es Dios, eso solo representa un negocio para los sacerdotes, que cada borrego deposita en las alcancías y es extraído por las manos avarientas de los Curas para disfrutarlo en los placeres de la vida....
Don Manuel se toma una pausa y agregó:
--- Creo que usted se ha olvidado del Cura Gamaniel, que tiene mujer e hijos y ellos son mantenidos con las limosnas de los borregos.
Y finalmente, don Manuel dijo:
--- Se ha preguntado usted amigo Leoncio, a donde van esos dineros que cada año dejan los devotos y peregrinos, pues se lo llevan a Chulucanas y no queda nada para Ayabaca.
Al pasar la procesión y don Leoncio, dio por superada la discusión con su amigo, y acudieron al antro que estaba lleno de otros parroquianos quienes libaban licor y conversaban en acaloradas discusiones entre ellos.
Don Leoncio y don Manuel que recién habían ingresado, se colocaron en una mesa con dos sillas cerca de la ventana; se acercó el mesero y le pidieron una botella de anís macerado; pedido que fue de inmediato atendido con botella y dos copas; de arranque los flamante bebedores se tomaron una copa llena y de un sola vez pronunciando: ¡¡¡¡¡ El Salud por la buena vecindad !!!!!!.
Pasaba el tiempo, y la botella ya había sido disminuida poco más de la mitad, ambos libadores ya habían soltado todos los nervios y el licor los había envalentonado; justo cuando en la mesa vecina se agarraron a golpes dos bebedores; motivo que hizo intervenir a don Manuel, quien se paró de su asiento y acercó al mesa vecina para separar a los contrincantes, por que uno de ellos era su primo Erasmo, quien estaba llevando la peor parte de la bronca.
Intervenir en pelea ajena fue un grave error; por que uno de los peleadores, sacó de su bolsillo una navaja, quien la abrió de la cacha y atacó a su contrincante (Erasmo), pero éste esquivó el ataque, el cuchillo fue directo a la espalda del conciliador(Don Manuel); éste, cayó al piso y comenzó a sangrar su cuerpo y a "respirar por la espalda".
La afilada hoja perforó por completo el pulmón derecho y como para no comprometerse todos los bebedores se retiraron del recinto, incluido el defendido Primo Erasmo; solo los dos amigos: Don Leoncio un devoto creyente del Señor Cautivo de Ayabaca; imploró su ayuda y trató de sacar el cuerpo del herido y llevarlo a un centro Asistencial de Salud.
Al salir con mucha dificultad por el peso del herido; encontró un monje vestido de sotana morada, que se ofreció como voluntario y le colocó un paño blanco en la herida; y entre los dos cargaron el herido al hospital, que de inmediato atendieron al paciente y el médico de turno, preguntó a don Leoncio:
--- En primer lugar lo felicito, por que gracias a esa toalla, cortó la hemorragia y dígame: ¿Dónde encontró esa pieza que salvó la vida de su amigo?
Don Leoncio, que veía que todo sucedía tan misteriosamente, no sabía que contestar y solo dijo:
--- Doctor el paño lo puso el curita(monje) de sotana morada, quien me ayudó a traer al herido.
El doctor incrédulo, le contestó:
--- De que sacerdote me habla, por que usted llegó solo con su herido al hombro, yo no vi a nadie más, pero usted hizo buen un gran trabajo.
Mientras tanto don Manuel adormecido en profundo sueño por los sedantes aplicados; en ese estado lo llevaron al quirófano y lo operaron con éxito, salvándole la vida, y después de la intervención quirúrgica; el paciente en sueño de recuperación, se le reveló el curita (monje) de sotana morada y le dijo:
--- "Hijo, para Dios no hay hombre malo, no te culpo por no creer en Dios; sin embargo, la invocación y pedido de auxilio de tu amigo Leoncio fue escuchada y te salvó la vida".
Después de dos días, se despertó don Manuel y justo vio al sacerdote de la sotana morada que se le apareció en los sueños; él, estaba junto a Doña Eulalia, don Leoncio y sus dos hijos, quienes estaban de visita, el monje no dijo nada tan solo le guiñó el ojo derecho y se desvaneció y desapareció, don Manuel, dijo:
--- Bendito sea el Señor Cautivo de Ayabaca que me ha salvado la vida"
Todos los allí presentes se levantaron y abrazaron al paciente, con regocijo de tremenda alegría, por que se convirtió en devoto del Señor Cautivo de Ayabaca, que le salvó la vida.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Estoy muy feliz .. mañana . 1 de octubre empieza .el mes de nuestro Señor Cautivo poderoso de aya baca es un mes divino de los milagros llegamos caminando cargando nuestra cruz aclamando y con suplicas que nos perdone los pecados y nos derrame de bendiciones y que sea nuestro guía en nuestro camino durante nuestra vida en esta vida no hay amigos para nosotros solo hay 2 que son Dios y la virgen cuando tengas un problema y piensas que no hay solusion cuéntale a ellos y habrá solusion no pierdas las esperanzas ten fe y veras yo una de ellas desde que nací ellos son mis padres mi pan de cada día ....amen amo a mi tierra santa y amo a mi peru
ResponderEliminarsentada en una rama . un pajarito me dijo que me amaba .y que quería casarse con migo .si yo le apestaba..nos dimos un pi quito solo un pi quito . yo lo desprecie por su color el pajarito escribió en una en una hoja de su rama . nadies te quedra como yo te aran llorar y te acordaras de mi ..alce el vuelo y me vine a lima por escoger lloro lagrimas de sangre y recién me acuerdo de sus palabras hubiera preferido quedarme en aya baca y ser muy feliz estoy arrepentida un consejo para todos mis paisanos hagan lo que el corazón les dicte con humildad de amor para que resiba amor ...sea sincero i comprenda .. que dios los bendiga ame ... ....los amo mi linda gente
ResponderEliminarola paisanos como están ..linda la ciudad verdad los pajaritos que canta su trino de amor a la 5 de la mañana su música me llega al corazón i no deja de palpitar cuando apago mi música recién deja de palpitar ..mi hermoso aya baca mi tierra santa como olvidarme cuatro corazones amor
ResponderEliminarMi bello Cautivito, ayúdame con mis problemas, Amén
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