Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma y como informamos en el capítulo anterior; Sixto y Adelaida juntos, después de visitar el último sector de la Hacienda "Loma Fértil", regresaban a la Casa Hacienda, Sixto hizo una parada para descansar y estirar las piernas, pero en realidad solo era un pretexto, ya que cuando se apearon de sus cabalgaduras, se comenzaron a prodigar las primeras caricias, abrazos y besos como flamantes enamorados; para Adelaida eran sus primeros besos que recibía de un enamorado, quien le confesó en secreto a Sixto y le prometió amarlo toda la vida.....
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA" , esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDICOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Después, de compartir las primeras caricias, abrazos y besos; Sixto había abrazado con dulzura a su flamante enamorada, para él, significaba una nueva oportunidad buscando tener una compañera para toda su vida en la hacienda, y lo importante que él, se había enamorado, la amaba a pesar que recién se conocían; era la mujer ideal y estaba dispuesto hacer todo cuanto estuviese a su alcance para que ella se sienta feliz a su lado, un reto que no podía fallar nunca.
Entonces, Sixto le contestó:
--- Adelaida, estoy muy feliz, que el amor que siento por ti, sea compartido, te prometo lealtad y que tu también estés feliz a mi lado; te cuento que cuando fui en compañía de mi hermana a Ambasal, lo hicimos con una intención de conocer un poco más a los peruanos que son nuestros vecinos, y por su puesto a una peruanita que despierte los sentimientos de mi corazón.
Sixto, hace una pausa y agregó:
--- Cuando ya llegamos no sabíamos a donde hospedarnos, yo conocía a un amigo Remigio Paúcar, pero nunca le averigüé en donde vivía y en ese recuerdo nos cruzamos contigo y todo fue tan dichoso, que nos ofreciste tu casa nueva y una sola cama pensando que éramos pareja con mi hermana, y al día siguiente regresaste con el desayuno; ese fue el preciso momento que mi corazón comenzó a latir muy fuerte y cuando almorzábamos en tu otra casa ya estaba enamorado de tu persona.
Nuevamente, Sixto hace una pausa y prosiguió:
--- Me dolía en el alma, no poder manifestarte mis sentimientos, eran escasos momentos que nos habíamos conocido, hubiese sido una falta de respeto; pero ah me olvidaba, cuando paseábamos por tu chacra, seguí tus pasos y me impresionaste por que te gustaba las plantas y cultivar la tierra; los guineos estaban muy bien cultivados, y por su puesto tu don de gente nato y espontáneo, tu hospitalidad y amabilidad te llenaban de virtudes difíciles de lograr o encontrar en otras mujeres.
Y finalmente, Sixto, le dijo:
--- Adelaida, te respetaré y tal como lo sugeriste, iré al Festival en Honor a San José de Ambasal y pediré tu mano a tus señores padres, no sé, si seré un digno yerno, pero lo intentaré en convencerlos que este modesto ecuatoriano si puede hacer feliz a la hija querida.
Adelaida, nuevamente abrazó con mucho amor a Sixto, en ella acababan de despertar sentimientos que habían estado muy guardados en lo profundo de su corazón; y como ella le dijo a Sixto, él era su primer amor en su vida y le contestó:
--- Sixto, estos momentos dichosos que estamos viviendo, parecen un sueño, nunca me imaginé que dando correspondencia a tu visita a Ambasal, ahora me haya convertido en tu enamorada y esté viviendo un romance sincero, limpio y venturoso, que como si nos hubiésemos conocido por mucho tiempo, todo ha sido tan sorpresivo para mi, que quiero pensar que no es un sueño, te amo Sixto, es un amor que lo busqué y nunca lo encontré hasta éste momento que lo vivo junto a ti y lo disfruto, que Dios y San José de Ambasal nos bendiga para siempre.
Nuevamente la pareja de flamantes enamorados se besan y luego emprendieron el regreso a la Casa Hacienda.
Entonces, Horacio Manchay en Jurupe, quien había escuchado con tanta atención el relato que le hacía su prima Adelaida y le preguntó:
--- Prima, los hacendados se cuidaron mucho en no informarte que lo eran tal; ellos quisieron probar como era tu persona y tu fuiste a la Casa Hacienda, muy inocente, sin saber nada; esa prueba de tu amistad impactó a Sixto y como él, estaba buscando una pareja peruana, justo se encontró contigo, y además que pasó esa noche, llegaron a la Casa Hacienda o se quedaron en el camino.
Adelaida, moviendo un poco los hombros por la incomodidad, que sintió por la pregunta en doble sentido, le replicó_
--- Primo Horacio, en primer lugar no seas mal pensado, esa noche llegamos a la Casa Hacienda creo que aproximadamente a las 23:30 horas del día(noche), nos esperaban la dama anfitriona, que me recibió a la entrada de la hacienda, nos invitó a entrar, estando adentro fui a la mesa ha cenar: Yo casi no deseaba comer, pero la mesa estaba servida; después de la cena conversamos un rato más y cada uno fue a su dormitorio, yo rápidamente concilié el sueño y desperté al día siguiente a las 7:00 de la mañana.
Adelaida, hace una pausa y agregó:
--- Tuve vergüenza, por que fui la única que me levantaba a esa hora; Sixto ya había salido al campo a inspeccionar y dar ordenes a los caporales y había prometido regresar para el desayuno compartirlo juntos.
Rápidamente fui al baño, hice mis necesidades, y me duché, al salir ya estaba de regreso Sixto, como siempre con ropa elegante de ranchero al estilo "Oeste Norteamericano", y al verme sonriente me preguntó:
--- Hola Adelaida, y ¿Cómo está esa belleza?, me alegro que hayas descansado, te invito a desayunar y charlaremos un poco, ya impartí las ordenes y he destinado todo el día para estar a tus ordenes.
Adelaida, algo ruborizada por las atenciones recibidas, le contestó:
--- Muchas gracias Sixto, por tantas atenciones recibidas, creo que el trajín largo del viaje a la Hacienda y el acumulado desde Ambasal hicieron mella en mi organismo y me quedé dormida hasta la siete( 7:00), que vergüenza siento.
Sixto, actuando como un galán atento, le contestó:
--- Adelaida, no tienes por que sentir vergüenza al dormir bien, eres nuestra huésped y nos sentimos felices con tu presencia aquí y con mayor razón que ya somos enamorados; mas bien nos causó felicidad escuchar que dormías plácidamente y tratamos no interrumpir y ahora vamos a la mesa que el desayuno está servido.
Sixto cogió la mano derecha de su enamorada y la condujo a la mesa; lo servido era opíparo por que había: huevos fritos, yucas con carne de cerdo, tortillas al horno, pan de la casa, café de olleta y una taza de agua con mate; al sentarse, Sixto nuevamente se puso de pie y empezó a rezar la "Acción de Gracias" por la comida servida, Adelaida también se levantó y rezaron, luego de nuevo se sentaron y comenzaron a disfrutar el desayuno....
Continuaremos.......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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