Mars Reconnaissance Orbiter descubre el lugar de aterrizaje de Schiaparelli
24 octubre 2016
La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA ha identificado una serie de marcas recientes en la superficie del Planeta Rojo que parecen corresponder al módulo demostrador de entrada, descenso y aterrizaje Schiaparelli de la misión ExoMars de la ESA.
Schiaparelli entró en la atmósfera marciana a las 14:42 GMT del 19 de octubre para llevar a cabo una secuencia de descenso de 6 minutos hasta la superficie, pero el contacto se perdió poco antes del aterrizaje. Los datos registrados por su nave nodriza, el Satélite para el estudio de Gases Traza (TGO), están siendo analizados para comprender qué sucedió durante dicha secuencia.
Entre tanto, la cámara de baja resolución CTX de la sonda MRO fotografió el 20 de octubre el lugar previsto para el aterrizaje en Meridiani Planum dentro de una de sus campañas de toma de imágenes.
La fotografía aquí publicada presenta una resolución de 6 metros por píxel y, si la comparamos con una imagen tomada con la misma cámara en mayo de este año, muestra dos nuevas figuras en la superficie.
Una de las figuras, la más brillante, podría ser el paracaídas de 12 m de diámetro utilizado en la segunda etapa del descenso de Schiaparelli, tras el accionamiento inicial del escudo térmico. El paracaídas y el escudo posterior asociado se desprendieron del módulo antes de la fase final, durante la cual sus nueve propulsores deberían haberlo frenado hasta detenerse justo encima de la superficie.
La otra figura que aparece en la imagen es una difusa mancha oscura de unos 15 x 40 m de tamaño y a 1 km al norte del paracaídas, aproximadamente. Se cree que se debe al impacto del propio módulo, al caer desde una altura mucho mayor de lo planeado, dado que los propulsores se apagaron antes de tiempo.
Los cálculos indican que Schiaparelli cayó desde una altura de entre 2 y 4 kilómetros antes de impactar a una velocidad considerable, de más de 300 km/h. El gran tamaño relativo de esta figura podría deberse a los efectos en la materia superficial. También es posible que el módulo explotara por el impacto, cuando los depósitos de carburante de los propulsores aún estaban llenos. Estas interpretaciones preliminares podrían variar a medida que vayan realizándose los análisis.
HiRISE, la cámara de máxima resolución a bordo de la MRO, ofrecerá vistas más detalladas de estas figuras la semana que viene. Dichas imágenes también podrían revelar la ubicación del escudo térmico frontal, que cayó desde una altitud mayor.
Como la trayectoria de descenso del módulo se observó desde tres ubicaciones distintas, los equipos esperan poder reconstruir la secuencia de eventos con gran precisión. Aún se está investigando cuál fue exactamente el tipo de anomalía que presentó Schiaparelli.
Las dos nuevas figuras se encuentran a 353,79 grados este de longitud y 2,07 grados sur de latitud en Marte. La posición de la marca oscura muestra que Schiaparelli impactó a unos 5,4 km al oeste del punto de aterrizaje previsto, dentro de la elipse de aterrizaje nominal de 100 x 15 km.
Mientras tanto, los equipos siguen descifrando los datos extraídos de las señales de descenso de Schiaparelli registradas por el Satélite para el estudio de Gases Traza (TGO) de ExoMars. De este modo podrán establecer correlaciones con las mediciones tomadas con el conjunto de telescopios experimentales Giant Metrewave Radio Telescope (GMRT), situado cerca de Pune, India, y por la sonda Mars Express de la ESA en órbita.
Schiaparelli envió al TGO una cantidad sustancial de datos de ingeniería de gran valor durante su descenso, datos que están siendo analizados sin descanso por ingenieros.
El orbitador TGO de ExoMars se encuentra en una órbita de 101.000 x 3.691 km con respecto al centro de Marte, con un periodo de 4,2 días, dentro de la órbita inicial planificada. La nave está funcionando sin problemas y tomará datos de calibración científica durante dos órbitas en noviembre de 2016.
A continuación, estará lista para llevar a cabo las maniobras de aerofrenado previstas a partir de marzo de 2017 y continuar durante la mayor parte del año, hasta alcanzar una órbita circular de 400 km de altitud alrededor del Planeta Rojo.
En ese momento, el TGO comenzará su misión científica principal, estudiando la atmósfera marciana en busca de posibles indicios de vida bajo la superficie y actuando como estación relé de telecomunicaciones para el robot explorador de ExoMars 2020 y otros artefactos en superficie.
Para más información:
Thierry Blancquaert
ExoMars EDM Manager
Correo electrónico: Thierry.Blancquaert@esa.int
ExoMars EDM Manager
Correo electrónico: Thierry.Blancquaert@esa.int
Markus Bauer
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
Teléfono: +31 71 565 6799
Móvil: +31 61 594 3 954
Correo electrónico: markus.bauer@esa.int
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
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Móvil: +31 61 594 3 954
Correo electrónico: markus.bauer@esa.int
Spain
ESA Euronews: ExoMars en Marte
25 octubre 2016 Europa ha intentado su primer aterrizaje controlado en Marte a partir del satélite ExoMars, en órbita en el Planeta Rojo. Buscaba vestigios o actuales signos de vida.
Desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea, ESA, en Alemania, Jeremy Wilks nos muestra los giros inesperados que ha dado la misión ExoMars.
La nave ExoMars despegó en marzo de 2016 del Cosmódromo de Baikonur con destino al Planeta Rojo. Su misión: la búsqueda de metano en la atmósfera de Marte. La nave nodriza, TGO tiene por cometido explorar y fotografiar el planeta. El entusiasmo crece al entrar en órbita sin problemas… Pero el módulo de aterrizaje, Schiaparelli, no tuvo tanta suerte.
La sonda, que pretendía mostrar a Europa su primer aterrizaje exitoso en Marte, pudo tener un fallo en los últimos segundos de aterrizaje, por lo que se perdió la comunicación.
El fallo pudo ser que los paracaídas se desprendieran antes de tiempo y lo más probable es que la nave chocase contra la superficie a demasiada velocidad.
Veinticuatro horas después quedaba claro que Schiaparelli tuvo un descenso correcto, pero que algo falló cerca de la superficie. Pero, ¿qué fue lo que falló? ¿El paracaídas, los propulsores o tal vez fue un problema informático? Veamos el análisis de los ingenieros.
“No sabemos exactamente qué fue lo que no salió según nuestras expectativas, nos explica Andrea Accomazzo del equipo de operaciones. Entendemos gran parte del vuelo, la parte inicial, el vuelo a alta velocidad, incluso el momento en que se accionó el paracaídas. Sin embargo, no entendemos todavía lo que sucedió al final, cuando se soltó el paracaídas y se encendieron los retropropulsores. Tenemos que analizar y procesar todos los datos para hacernos una idea más clara.”
¿Qué significa respecto a nuestra capacidad de aterrizar en Marte? De momento no es algo que controlemos.
“Bueno, lo cierto es que hemos puesto a prueba una serie de tecnologías clave y que se podrán desarrollar para la próxima misión. Aún no sabemos si la tecnología que hemos empleado no era la adecuada o si fue el ordenador a bordo de la nave lo que no funcionó muy bien”, concluye el responsable del equipo de operaciones, Andrea Accomazzo.
Le preguntamos a Stephen Lewis, responsable del equipo de investigación, si se siente feliz o decepcionado.
“Bueno, tengo una mezcla de sentimientos. Nos hubiera gustado profundizar un poco más respecto a la ciencia de superficies. Pero, en realidad, el experimento AMELIA se centra en la comprensión de la atmósfera, su estructura y su densidad. Toda esa información finalmente nos llegará, exceptuando los datos de la superficie. Así que vamos a recuperar casi todos los datos científicos que esperabamos lograr. “
La buena noticia es que el Orbitador de Gases de Traza entró en la órbita del Planeta Rojo y allí proseguirá su búsqueda de metano. Anne Carine Vandaele, directora de investigaciones del instrumento Nomad, explica por qué es tan importante:
“En la Tierra, el metano está ligado a la vida, y por lo tanto como hemos descubierto la presencia de metano en Marte, nos hacemos la pregunta de si hay vida en Marte.”
Nicolas Thomas, investigador de la Universidad de Berna, considera que el metano puede aparecer cuando hay actividad volcánica o cuando queda atrapado en el hielo, pero en esos casos nada tiene que ver con los signos de vida que están buscando. Y concluye: “Va a ser muy difícil comprobar que hay vida detrás de esa presencia de gases en la atmósfera.”
“El problema de los registros de la presencia de metano es que son muy divergentes, prosigue Anne Carine Vandaele. Algunos han detectado metano en la zona del ecuador. Y otros en la zona de los polos. Y ese es uno de los problema, pues no queda claro por qué se detecta metano en un momento y en un lugar determinado.”
Por supuesto, la nave espacial, el TGO, está allí para buscar metano. Pero ExoMars es mucho más que eso, puesto que en el año 2020 se enviará un rover que cavará y tomará muestras de la superficie. Jean-Pierre Bibring, investigador del instrumento Micromega, en el Instituto de Astrofísica Espacial, de Orsay.
“ExoMars irá a posarse en algunas de esas regiones con terrenos interesantes. Solo que en la superficie los materiales pueden verse modificados por las partículas del Sol. Así que, por primera vez, la misión ExoMars dispondrá de una perforadora que tomará muestras a dos metros de profundidad, para después traerlas a la superficie, para que podamos analizarlas.”
“Hay zonas en Marte, cuyo origen se remonta a unos cuatro mil millones de años, en las que hemos identificado la presencia de agua que ha modificado los minerales de la superficie. En particular con las arcillas hemos demostrado que de alguna manera son vestigios de lo que ocurrió. Y no está excluído que en esas arcillas, en las que hubo agua porque cayó carbono del cielo, la vida quizá pudo surgir de la misma manera que probablemente surgió en la Tierra.”
Daniil Rodionov, del Instituto Iki de Moscú, y Jorge Vago, de la ESA, son dos de los principales científicos de la misión ExoMars 2020.
Teniendo en cuenta lo sucedido con Schiaparelli, ¿deberá intentarse otra forma de aterrizaje en 2020?
“Creo, que el aterrizaje en 2020 no dependerá tanto de la misión de 2016, aunque las principales tecnologías van a ser más o menos las mismas, considera Daniil Rodionov, del Instituto Iki de Moscú. Sin embargo, el peso del módulo será mucho mayor en 2020. Aparte de eso espero que nuestros colegas europeos averigüen qué es lo que salió mal y nos ayuden a evitar este tipo de problemas en el futuro. En cuanto a los signos de vida, tenemos evidencias suficientes de que podría haber habido vida en Marte en el pasado. Ahora espero que encontremos la prueba real e innegable. Y tengo grandes esperanzas.”
¿Se sabe dónde será exactamente el amartizaje en 2020?
Según Jorge Vago de la ESA, están considerando tres lugares diferentes donde se podría amartizar: “De los tres sitios, dos son enormes zonas muy antiguas de arcilla. Y el tercero es un antiguo río, un poco como el Nilo, con llanuras en las que hubo inundaciones y el agua se desbordó.”
Desde el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea, ESA, en Alemania, Jeremy Wilks nos muestra los giros inesperados que ha dado la misión ExoMars.
La nave ExoMars despegó en marzo de 2016 del Cosmódromo de Baikonur con destino al Planeta Rojo. Su misión: la búsqueda de metano en la atmósfera de Marte. La nave nodriza, TGO tiene por cometido explorar y fotografiar el planeta. El entusiasmo crece al entrar en órbita sin problemas… Pero el módulo de aterrizaje, Schiaparelli, no tuvo tanta suerte.
La sonda, que pretendía mostrar a Europa su primer aterrizaje exitoso en Marte, pudo tener un fallo en los últimos segundos de aterrizaje, por lo que se perdió la comunicación.
El fallo pudo ser que los paracaídas se desprendieran antes de tiempo y lo más probable es que la nave chocase contra la superficie a demasiada velocidad.
Veinticuatro horas después quedaba claro que Schiaparelli tuvo un descenso correcto, pero que algo falló cerca de la superficie. Pero, ¿qué fue lo que falló? ¿El paracaídas, los propulsores o tal vez fue un problema informático? Veamos el análisis de los ingenieros.
“No sabemos exactamente qué fue lo que no salió según nuestras expectativas, nos explica Andrea Accomazzo del equipo de operaciones. Entendemos gran parte del vuelo, la parte inicial, el vuelo a alta velocidad, incluso el momento en que se accionó el paracaídas. Sin embargo, no entendemos todavía lo que sucedió al final, cuando se soltó el paracaídas y se encendieron los retropropulsores. Tenemos que analizar y procesar todos los datos para hacernos una idea más clara.”
¿Qué significa respecto a nuestra capacidad de aterrizar en Marte? De momento no es algo que controlemos.
“Bueno, lo cierto es que hemos puesto a prueba una serie de tecnologías clave y que se podrán desarrollar para la próxima misión. Aún no sabemos si la tecnología que hemos empleado no era la adecuada o si fue el ordenador a bordo de la nave lo que no funcionó muy bien”, concluye el responsable del equipo de operaciones, Andrea Accomazzo.
Le preguntamos a Stephen Lewis, responsable del equipo de investigación, si se siente feliz o decepcionado.
“Bueno, tengo una mezcla de sentimientos. Nos hubiera gustado profundizar un poco más respecto a la ciencia de superficies. Pero, en realidad, el experimento AMELIA se centra en la comprensión de la atmósfera, su estructura y su densidad. Toda esa información finalmente nos llegará, exceptuando los datos de la superficie. Así que vamos a recuperar casi todos los datos científicos que esperabamos lograr. “
La buena noticia es que el Orbitador de Gases de Traza entró en la órbita del Planeta Rojo y allí proseguirá su búsqueda de metano. Anne Carine Vandaele, directora de investigaciones del instrumento Nomad, explica por qué es tan importante:
“En la Tierra, el metano está ligado a la vida, y por lo tanto como hemos descubierto la presencia de metano en Marte, nos hacemos la pregunta de si hay vida en Marte.”
Nicolas Thomas, investigador de la Universidad de Berna, considera que el metano puede aparecer cuando hay actividad volcánica o cuando queda atrapado en el hielo, pero en esos casos nada tiene que ver con los signos de vida que están buscando. Y concluye: “Va a ser muy difícil comprobar que hay vida detrás de esa presencia de gases en la atmósfera.”
“El problema de los registros de la presencia de metano es que son muy divergentes, prosigue Anne Carine Vandaele. Algunos han detectado metano en la zona del ecuador. Y otros en la zona de los polos. Y ese es uno de los problema, pues no queda claro por qué se detecta metano en un momento y en un lugar determinado.”
Por supuesto, la nave espacial, el TGO, está allí para buscar metano. Pero ExoMars es mucho más que eso, puesto que en el año 2020 se enviará un rover que cavará y tomará muestras de la superficie. Jean-Pierre Bibring, investigador del instrumento Micromega, en el Instituto de Astrofísica Espacial, de Orsay.
“ExoMars irá a posarse en algunas de esas regiones con terrenos interesantes. Solo que en la superficie los materiales pueden verse modificados por las partículas del Sol. Así que, por primera vez, la misión ExoMars dispondrá de una perforadora que tomará muestras a dos metros de profundidad, para después traerlas a la superficie, para que podamos analizarlas.”
“Hay zonas en Marte, cuyo origen se remonta a unos cuatro mil millones de años, en las que hemos identificado la presencia de agua que ha modificado los minerales de la superficie. En particular con las arcillas hemos demostrado que de alguna manera son vestigios de lo que ocurrió. Y no está excluído que en esas arcillas, en las que hubo agua porque cayó carbono del cielo, la vida quizá pudo surgir de la misma manera que probablemente surgió en la Tierra.”
Daniil Rodionov, del Instituto Iki de Moscú, y Jorge Vago, de la ESA, son dos de los principales científicos de la misión ExoMars 2020.
Teniendo en cuenta lo sucedido con Schiaparelli, ¿deberá intentarse otra forma de aterrizaje en 2020?
“Creo, que el aterrizaje en 2020 no dependerá tanto de la misión de 2016, aunque las principales tecnologías van a ser más o menos las mismas, considera Daniil Rodionov, del Instituto Iki de Moscú. Sin embargo, el peso del módulo será mucho mayor en 2020. Aparte de eso espero que nuestros colegas europeos averigüen qué es lo que salió mal y nos ayuden a evitar este tipo de problemas en el futuro. En cuanto a los signos de vida, tenemos evidencias suficientes de que podría haber habido vida en Marte en el pasado. Ahora espero que encontremos la prueba real e innegable. Y tengo grandes esperanzas.”
¿Se sabe dónde será exactamente el amartizaje en 2020?
Según Jorge Vago de la ESA, están considerando tres lugares diferentes donde se podría amartizar: “De los tres sitios, dos son enormes zonas muy antiguas de arcilla. Y el tercero es un antiguo río, un poco como el Nilo, con llanuras en las que hubo inundaciones y el agua se desbordó.”
Detailed images of Schiaparelli and its descent hardware on Mars
27 October 2016 A high-resolution image taken by a NASA Mars orbiter this week reveals further details of the area where the ExoMars Schiaparelli module ended up following its descent on 19 October.
The latest image was taken on 25 October by the high-resolution camera on NASA’s Mars Reconnaissance Orbiter and provides close-ups of new markings on the planet’s surface first found by the spacecraft’s ‘context camera’ last week.
Both cameras had already been scheduled to observe the centre of the landing ellipse after the coordinates had been updated following the separation of Schiaparelli from ESA’s Trace Gas Orbiter on 16 October. The separation manoeuvre, hypersonic atmospheric entry and parachute phases of Schiaparelli’s descent went according to plan, the module ended up within the main camera’s footprint, despite problems in the final phase.
The new images provide a more detailed look at the major components of the Schiaparelli hardware used in the descent sequence.
The latest image was taken on 25 October by the high-resolution camera on NASA’s Mars Reconnaissance Orbiter and provides close-ups of new markings on the planet’s surface first found by the spacecraft’s ‘context camera’ last week.
Both cameras had already been scheduled to observe the centre of the landing ellipse after the coordinates had been updated following the separation of Schiaparelli from ESA’s Trace Gas Orbiter on 16 October. The separation manoeuvre, hypersonic atmospheric entry and parachute phases of Schiaparelli’s descent went according to plan, the module ended up within the main camera’s footprint, despite problems in the final phase.
The new images provide a more detailed look at the major components of the Schiaparelli hardware used in the descent sequence.
The main feature of the context images was a dark fuzzy patch of roughly 15 x 40 m, associated with the impact of Schiaparelli itself. The high-resolution images show a central dark spot, 2.4 m across, consistent with the crater made by a 300 kg object impacting at a few hundred km/h.
The crater is predicted to be about 50 cm deep and more detail may be visible in future images.
The asymmetric surrounding dark markings are more difficult to interpret. In the case of a meteoroid hitting the surface at 40 000–80 000 km/h, asymmetric debris surrounding a crater would typically point to a low incoming angle, with debris thrown out in the direction of travel.
The crater is predicted to be about 50 cm deep and more detail may be visible in future images.
The asymmetric surrounding dark markings are more difficult to interpret. In the case of a meteoroid hitting the surface at 40 000–80 000 km/h, asymmetric debris surrounding a crater would typically point to a low incoming angle, with debris thrown out in the direction of travel.
But Schiaparelli was travelling considerably slower and, according to the normal timeline, should have been descending almost vertically after slowing down during its entry into the atmosphere from the west.
It is possible the hydrazine propellant tanks in the module exploded preferentially in one direction upon impact, throwing debris from the planet’s surface in the direction of the blast, but more analysis is needed to explore this idea further
An additional long dark arc is seen to the upper right of the dark patch but is currently unexplained. It may also be linked to the impact and possible explosion.
Finally, there are a few white dots in the image close to the impact site, too small to be properly resolved in this image. These may or may not be related to the impact – they could just be ‘noise’. Further imaging may help identify their origin.
It is possible the hydrazine propellant tanks in the module exploded preferentially in one direction upon impact, throwing debris from the planet’s surface in the direction of the blast, but more analysis is needed to explore this idea further
An additional long dark arc is seen to the upper right of the dark patch but is currently unexplained. It may also be linked to the impact and possible explosion.
Finally, there are a few white dots in the image close to the impact site, too small to be properly resolved in this image. These may or may not be related to the impact – they could just be ‘noise’. Further imaging may help identify their origin.
Some 1.4 km south of Schiaparelli, a white feature seen in last week’s context image is now revealed in more detail. It is confirmed to be the 12 m-diameter parachute used during the second stage of Schiaparelli’s descent, after the initial heatshield entry into the atmosphere. Still attached to it, as expected, is the rear heatshield, now clearly seen.
The parachute and rear heatshield were ejected from Schiaparelli earlier than anticipated. Schiaparelli is thought to have fired its thrusters for only a few seconds before falling to the ground from an altitude of 2–4 km and reaching the surface at more than 300 km/h.
In addition to the Schiaparelli impact site and the parachute, a third feature has been confirmed as the front heatshield, which was ejected about four minutes into the six-minute descent, as planned.
The ExoMars and MRO teams identified a dark spot last week’s image about 1.4 km east of the impact site and this seemed to be a plausible location for the front heatshield considering the timing and direction of travel following the module’s entry.
The mottled bright and dark appearance of this feature is interpreted as reflections from the multilayered thermal insulation that covers the inside of the front heatshield. Further imaging from different angles should be able to confirm this interpretation.
The dark features around the front heatshield are likely from surface dust disturbed during impact.
Additional imaging by MRO is planned in the coming weeks. Based on the current data and observations made after 19 October, this will include images taken under different viewing and lighting conditions, which in turn will use shadows to help determine the local heights of the features and therefore a more conclusive analysis of what the features are.
A full investigation is now underway involving ESA and industry to identify the cause of the problems encountered by Schiaparelli in its final phase. The investigation started as soon as detailed telemetry transmitted by Schiaparelli during its descent had been relayed back to Earth by the Trace Gas Orbiter.
The full set of telemetry has to be processed, correlated and analysed in detail to provide a conclusive picture of Schiaparelli’s descent and the causes of the anomaly.
Until this full analysis has been completed, there is a danger of reaching overly simple or even wrong conclusions. For example, the team were initially surprised to see a longer-than-expected ‘gap’ of two minutes in the telemetry during the peak heating of the module as it entered the atmosphere: this was expected to last up to only one minute. However, further processing has since allowed the team to retrieve half of the ‘missing’ data, ruling out any problems with this part of the sequence.
The latter stages of the descent sequence, from the jettisoning of the rear shield and parachute, to the activation and early shut-off of the thrusters, are still being explored in detail. A report of the findings of the investigative team is expected no later than mid-November 2016.
The same telemetry is also an extremely valuable output of the Schiaparelli entry, descent and landing demonstration, as was the main purpose of this element of the ExoMars 2016 mission. Measurements were made on both the front and rear shields during entry, the first time that such data have been acquired from the back heatshield of a vehicle entering the martian atmosphere.
The team can also point to successes in the targeting of the module at its separation from the orbiter, the hypersonic atmospheric entry phase, and the parachute deployment at supersonic speeds, and the subsequent slowing of the module.
These and other data will be invaluable input into future lander missions, including the joint European–Russian ExoMars 2020 rover and surface platform.
Finally, the orbiter is working well and being prepared to make its first set of measurements on 20 November to calibrate its science instruments.
For further information, please contact:
Markus Bauer
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
Tel: +31 71 565 6799
Mob: +31 61 594 3 954
Email: markus.bauer@esa.int
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
Tel: +31 71 565 6799
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
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