http://www.esa.int/esl/ESA_in_your_country/Spain/Cuando_la_ciencia_toca_un_cometa_las_ultimas_palabras_de_Rosetta
Cuando la ciencia toca un cometa: las últimas palabras de Rosetta
15 diciembre 2016
La sonda Rosetta de la ESA completó su increíble misión el día 30 de septiembre, recopilando imágenes y datos sin precedentes hasta el momento del contacto con la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
La señal de Rosetta desapareció de las pantallas del control de la misión de la ESA a las 11:19:37 GMT, confirmando así que la nave había llegado a la superficie del cometa y que se había desconectado 40 minutos antes, a 720 millones de kilómetros de la Tierra.
Una de las últimas informaciones que recibimos de Rosetta procedía de sus sensores de navegación, informando de un ‘gran objeto’ situado en su campo de visión: el horizonte del cometa.
Al reconstruir el descenso final se vio que la sonda aterrizó suavemente en la superficie a tan solo 33 m del punto previsto.
Este nivel de precisión vuelve a demostrar el excelente trabajo realizado por los especialistas en dinámica de vuelo participantes en la misión.
El lugar del aterrizaje, situado dentro de una antigua fosa en la región de Ma‘at, en la ‘cabeza’ del cometa, recibió el nombre de Sais en honor a la ciudad donde fue descubierta la Piedra de Rosetta original.
Se tomaron numerosas fotografías de la fosa colindante, capturando increíbles detalles de sus paredes estratificadas, que contribuirán a descifrar la historia geológica del cometa.
La imagen final fue tomada a unos 20 m por encima del punto de impacto. Además, recogieron datos una serie de instrumentos de análisis de polvo, gas y plasma.
A medida que la sonda se acercaba a la superficie, se vió cómo aumentaba la presión del flujo de gas procedente del cometa. Los diferentes rastreos revelaron temperaturas de entre −190 y −110 ºC a unos pocos centímetros por debajo de la superficie. Es muy probable que esta variación se deba a sombras y a la topografía local a medida que Rosetta sobrevolaba el cometa.
La última medición de emisiones de vapor de agua tuvo lugar el 27 de septiembre y se estima que el cometa emitía el equivalente de dos cucharadas de agua por segundo. Durante su periodo más activo en agosto de 2015, los cálculos llegaban al equivalente de unas dos bañeras de agua por segundo.
Las primeras indicaciones de las lecturas espectrales no muestran diferencias significativas en la composición de la superficie a las altas resoluciones obtenidas durante el descenso, y tampoco se hallaron pruebas obvias de pequeñas acumulaciones de hielo cerca del punto de aterrizaje.
Las mediciones también sugieren un aumento en el número de minúsculos granos de polvo, posiblemente de una millonésima de milímetro, cerca de la superficie.
La última observación de la coma de gas que rodea al cometa tuvo lugar el día antes del descenso final, confirmando que seguía emitiéndose dióxido de carbono, incluso a mayores distancias que cuando el cometa se acercaba al Sol.
Durante las últimas mediciones del campo magnético interplanetario y del viento solar reinaron unas condiciones estables, ofreciendo valores de fondo ‘tranquilos’ que resultarán importantes para la calibración.
A unos 2 km por encima de la superficie se observó un descenso en la densidad del plasma del cometa, sin que se detectaran escapes de gas locales en las fosas de Ma‘at.
Las mediciones del campo magnético hasta unos 11 m por encima de la superficie del cometa confirmaron las observaciones previas, que indicaban su naturaleza de cuerpo no magnético.
Durante el descenso no se recogieron grandes partículas de polvo, un resultado ya interesante en sí mismo. Las primeras impresiones indicaban que la producción de vapor de agua era demasiado baja para levantar de la superficie granos de polvo por encima de un tamaño detectable.
“Es estupendo contar con estas primeras informaciones procedentes del último conjunto de datos de Rosetta —reconoce Matt Taylor, científico del proyecto Rosetta de la ESA—. Las operaciones terminaron hace más de dos meses y ahora los equipos de los instrumentos están inmersos en el análisis de los enormes conjuntos de datos recopilados durante los más de dos años de Rosetta junto al cometa”.
“Más adelante, los datos de este periodo quedarán disponibles en nuestros archivos, al igual que los datos de Rosetta”.
Nota para los editores
Para saber más, es posible consultar una entrada del blog con información complementaria y más detallada aquí.
Para más información:
Matt Taylor
ESA Rosetta project scientist
Email: matt.taylor@esa.int
ESA Rosetta project scientist
Email: matt.taylor@esa.int
Markus Bauer
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
Tel: +31 71 565 6799
Mob: +31 61 594 3 954
Email: markus.bauer@esa.int
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Rosetta’s last words: science descending to a comet
15 December 2016
ESA’s Rosetta completed its incredible mission on 30 September, collecting unprecedented images and data right until the moment of contact with the comet's surface.
Rosetta’s signal disappeared from screens at ESA’s mission control at 11:19:37 GMT, confirming that the spacecraft had arrived on the surface of Comet 67P/Churyumov–Gerasimenko and switched off some 40 minutes earlier and 720 million kilometres from Earth.
One of the final pieces of information received from Rosetta was sent by its navigation startrackers: a report of a ‘large object’ in the field of view – the comet horizon.
Reconstruction of the final descent showed that the spacecraft gently struck the surface only 33 m from the target point.
The accuracy once again highlighted the excellent work of the flight dynamics specialists who supported the entire mission.
The spot, just inside an ancient pit in the Ma’at region on the comet’s ‘head’, was named Sais, after a town where the Rosetta Stone was originally located.
Numerous images were taken of the neighbouring pit, capturing incredible details of its layered walls that will be used to help decipher the comet’s geological history.
The final image was acquired about 20 m above the impact point. In addition, a number of Rosetta’s dust, gas and plasma analysis instruments collected data.
The pressure of the gas outflow from the comet was seen to rise as the surface neared. Scans revealed temperatures between about –190ºC and –110ºC down to a few centimetres below the surface. The variation was most likely due to shadows and local topography as Rosetta flew across the surface.
A last measurement of water vapour emission was made on 27 September, estimating the comet was emitting the equivalent of two tablespoons of water per second. During its most active period in August 2015, estimates were in the region of two bathtubs’ worth of water every second.
The first indications from spectral readings show there to be no significant differences in surface composition at the high resolutions obtained all the way down, and there was no obvious indication of small icy patches near the landing site.
The measurements also suggest an increase in very small dust grains – possibly around a millionth of a millimetre – close to the surface.
The last observation of the gas coma surrounding the comet was made the day before the final descent. Carbon dioxide was still being outgassed, at a greater distance from the Sun than when the comet was approaching it.
Stable solar wind conditions reigned during the final measurements of the solar wind and interplanetary magnetic field, providing ‘quiet’ background values that will be important for calibration.
Decreasing comet plasma densities were observed from about 2 km above the surface, with no obvious detection of local outgassing from the Ma’at pits.
Magnetic field measurements down to an estimated 11 m above the surface confirmed the previous observations of the comet as a non-magnetic body.
No large dust particles were collected during the descent, in itself an interesting result. First impressions are that the observed water vapour production was too low to lift dust grains above a detectable size from the surface.
“It’s great to have these first insights from Rosetta’s last set of data,” says Matt Taylor, ESA’s Rosetta Project Scientist. “Operations have been completed for over two months now, and the instrument teams are very much focused on analysing their huge datasets collected during Rosetta’s two-plus years at the comet.
“Data from this period will eventually be made available in our archives in the same way as all Rosetta data.”
Notes for Editors
More details are provided in the complementary in-depth blog post here.
For more information, please contact:
Matt Taylor
ESA Rosetta project scientist
Email: matt.taylor@esa.int
ESA Rosetta project scientist
Email: matt.taylor@esa.int
Markus Bauer
ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer
Tel: +31 71 565 6799
Mob: +31 61 594 3 954
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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