Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., ciertamente la piloto civil Amelia Earhart, quien nació el 24 de julio de 1898, se convirtió en la pilota más famosa de todos los tiempos. Sus grandes logros le proporcionaron fama mundial,
pero su avión desapareció durante su último desafío: la vuelta al mundo.
Algunos historiadores creen que Amelia podría haber vivido como
náufraga en una isla desierta, pero no existen suficientes pruebas como
para afirmarlo con rotundidad.
Invito al lector leer esta apasionante historia de la piloto que desapareció junto con su piloto el capitán
estadounidense Frederick J. Noonan, misteriosamente en la última travesía de su hazaña que pensaba realizar dar vuelta al mundo por etapas en un avión bimotor: El viaje empezó el 1 de junio de 1937,
desde Miami (Florida) hasta San Juan de Puerto Rico, y desde allí
volaron a Caripito, al este de Venezuela,... y terminó...."Tras haber completado
35.405 kilómetros en treinta días, ambos pilotos llegaron a Papúa Nueva
Guinea; aún faltaban 11.265 kilometros por recorrer. Allí, Amelia se puso en contacto con el Herald Tribune y las fotos que envió la mostraban enferma y cansada. El
2 de julio, con unos 2.000 galones de combustible (7.570 litros), y
tras unas 20 o 21 horas volando, Amelia y su copiloto levantaron de
nuevo el vuelo en medio de un fuerte temporal. La penúltima etapa debía llevarlos hasta la isla Howland,
junto a Australia, pero tras un último comunicado: "KHAQQ llamando al
Itasca. Debemos estar encima de ustedes, pero no los vemos... El
combustible se está agotando...", se perdió todo contacto con el avión......"
Amelia Earhart la mujer que nació para volar
El 24 de julio de 1898 nació Amelia Earhart, la piloto más famosa de todos los tiempos. Sus grandes logros le proporcionaron fama mundial, pero su avión desapareció durante su último desafío: la vuelta al mundo. Algunos historiadores creen que Amelia podría haber vivido como náufraga en una isla desierta, pero no existen suficientes pruebas como para afirmarlo con rotundidad.
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/amelia-earhart-mujer-que-nacio-para-volar_14545/5
Earhart se convirtió en la primera mujer que realizó la travesía del
Atlántico en solitario. Aquí en una fotografía de la época coloreada
Foto: CordonPress
En su último vuelo junto con su copiloto y navegante, el capitán
estadounidense Frederick J. Noonan, intentaron circunvolar el globo en
un bimotor Lockheed Electra 10-E siguiendo la línea del ecuador
Foto: CordonPress
Amelia posando en el centro junto a otras mujeres piloto: L-R Ruth
Nichols, Bobbie Trout, Blanche Noyes, Dra. A H Rorhbach, Thea Rasch,
Gladys O'Donnell y Phoebe Omliery
Foto: CordonPress
Amelia Earhart sentada en la cabina de su avión Lockheed Electra en
1936. En julio de 1937 ambos se perdieron sobre el Océano Pacífico
Foto: CordonPress
La piloto americana Amelia Earhart en una foto tomada en 1935, dos años antes de su misteriosa desaparición
Foto: CordonPress
Fotografía de Amelia Earhart tomada en 1937, poco antes de que se perdiera junto a su avión en mitad del Pacífico
Foto: CordonPress
Amelia Earhart (1897-1937) fue una persona clave en la historia de la aviación y la exploración
Josep Gavaldà
Amelia Earhart la mujer que nació para volar
"Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar". Amelia Earhart vivió
así su primera experiencia de vuelo tras una ascensión de diez minutos
el 28 de diciembre de 1920 en compañía del piloto Frank Hawks. Esta
pionera de la aviación, nacida el 24 de julio de 1898 en Atchison (Kansas), quería volar y aprendió a hacerlo, y, en contra de los deseos de su familia, se convirtió en la primera mujer que realizó la travesía del Atlántico en solitario.
Amelia tuvo una infancia feliz y llena de comodidades. Sus primeros años de vida transcurrieron en Atchison, su localidad natal, donde estuvo al cuidado de sus abuelos maternos. Pero la errática vida laboral de su padre, que cayó en el alcoholismo tras perder varios empleos, los viajes constantes de la familia y la consiguiente inseguridad económica provocaron que al final su madre lo abandonara y partiera rumbo a Chicago acompañada de Amelia y su hermana Muriel.
El "gusanillo" de la aviación
Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Amelia y Muriel viajaron a Canadá como enfermeras voluntarias, atendiendo a los pilotos heridos en combate. Fue tras visitar el Cuerpo Aéreo Real, la fuerza aérea británica, cuando la idea de convertirse en piloto de aviones comenzó a tomar forma en la mente de Amelia. En sus propias palabras, fue allí donde terminó "picada por el gusanillo de la aviación".
En 1920, la familia decidió trasladarse a vivir a California. Amelia
asistió a un espectáculo aéreo y tuvo la oportunidad de sobrevolar la
ciudad de Los Ángeles. Quedó tan entusiasmada que en ese mismo instante
decidió aprender a volar. Le impartió clases otra mujer, considerada pionera de la aviación femenina: Neta Snook. A finales de 1922, Amelia consiguió comprar un aeroplano al que bautizó con el nombre de El Canario, con el que consiguió su primer récord de altitud al volar a 14.000 pies (4.267 metros) de altura.
El salto a la fama
Tras conseguir la licencia como piloto en 1923 y entrar a formar parte de la Asociación Aeronáutica Internacional en 1927, Amelia Earhart empezó a ser reconocida como uno de los mejores pilotos estadounidenses. Fue precisamente en ese año cuando el
famoso editor George P. Putnam –con el que se acabaría casando– recibió
el encargo por parte de la millonaria Amy Guest para que se ocupara de
organizar el primer vuelo femenino sobre el Atlántico. Fue un
proyecto personal de Guest, a la que también le gustaba volar. En un
principio tenía que ser la propia Amy quien realizara el vuelo, pero
tras ser disuadida por su familia decidió, ayudada por Putnam, buscar a
alguna joven piloto para que pudiera llevar a cabo dicha empresa. En
1928, Amelia recibió la oferta de formar parte de la tripulación junto
con el piloto Wilmer Stultz y el mecánico Louis Gordon, convirtiéndose
de este modo en la primera mujer en cruzar el Atlántico. A bordo de un Fokker FVII bautizado con el nombre de Friendship y tras un vuelo de 20 horas y 40 minutos desde Trepassey Harbour, Terranova, a Burry Port, Gales, Amelia se convirtió en una celebridad: rubia, alta, atractiva, con trazas de modelo, aire andrógino y cierto parecido con el mítico piloto Charles Lindbergh. Amelia se había convertido en una sensación que rivalizaba con las estrellas de Hollywood.
Durante los meses siguientes, Amelia realizó varios vuelos como el que la llevó de Los Ángeles (California) a Newark (Nueva Jersey). Aprovechando su popularidad, Amelia promovió asimismo el uso comercial de la aviación y defendió la incorporación de las mujeres a este nuevo campo profesional.
En enero de 1935, Amelia efectuó la travesía en solitario entre Honolulú (Hawái) y Oakland (California). Recorriendo
una distancia superior a la existente entre Estados Unidos y Europa,
fue el primer piloto en completar con éxito este difícil trayecto sobre
aguas del Pacífico, ya que los anteriores intentos habían acabado en
fracaso. A finales de ese mismo año, estableció un nuevo récord
de velocidad al realizar un vuelo sin escalas, de algo más de catorce
horas, entre Ciudad de México y Nueva York.
El último vuelo
En 1937, Amelia anunció que intentaría dar la vuelta al mundo utilizando una ruta distinta a la habitual en estas travesías. Hasta entonces, dichos vuelos se realizaban en etapas cortas a través de los cielos del hemisferio norte, pero Earhart
tenía la intención, junto con su copiloto y navegante, el capitán
estadounidense Frederick J. Noonan, de circunvolar el globo en un
bimotor Lockheed Electra 10-E siguiendo la línea del ecuador. Antes de su partida, Amelia declaró: "Nunca interrumpas a alguien haciendo algo que tú dijiste que no se podía hacer". El viaje empezó el 1 de junio de 1937,
desde Miami (Florida) hasta San Juan de Puerto Rico, y desde allí
volaron a Caripito, al este de Venezuela, siguiendo hacía África y el
mar Rojo. Entonces emprendieron un vuelo inédito en la historia de la
aviación: se dirigieron a Karachi, la capital de Pakistán, y el 17 de
junio pusieron rumbo a Calcuta. Posteriormente su destinos fueron
Rangún, Bangkok, Singapur y Bandung, en Java occidental. El mal tiempo, unas reparaciones en la nave y la grave disentería que contrajo Amelia, provocaron retrasos en el viaje.
Finalmente, el 27 de junio partieron hacia Darwin (Australia) donde
Amelia ordenó devolver los paracaídas porque, según pensaba, no serían
necesarios en lo que restaba del viaje. Tras haber completado
35.405 kilómetros en treinta días, ambos pilotos llegaron a Papúa Nueva
Guinea; aún faltaban 11.265 kilometros por recorrer. Allí, Amelia se puso en contacto con el Herald Tribune y las fotos que envió la mostraban enferma y cansada. El
2 de julio, con unos 2.000 galones de combustible (7.570 litros), y
tras unas 20 o 21 horas volando, Amelia y su copiloto levantaron de
nuevo el vuelo en medio de un fuerte temporal. La penúltima etapa debía llevarlos hasta la isla Howland,
junto a Australia, pero tras un último comunicado: "KHAQQ llamando al
Itasca. Debemos estar encima de ustedes, pero no los vemos... El
combustible se está agotando...", se perdió todo contacto con el avión.
La desaparición de Amelia Earhart y de su experto copiloto fue motivo de numerosas y a menudo fantásticas especulaciones, pero a día de hoy siguen sin estar claras las circunstancias del accidente y el lugar exacto donde se produjo. Algunas fuentes sostienen que el avión se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en las islas Fénix, en el Pacífico, donde los dos ocupantes sobrevivieron como náufragos hasta su muerte. Esto contrasta con la versión oficial, que defiende que el avión se quedó sin combustible, lo que provocó su caída en aguas del Pacífico. Sea como fuere, el final que tuvo el vuelo de Amelia Earhart y el destino de los pilotos sigue siendo un misterio por resolver.
En el año 2009, la vida de Amelia Earhart fue llevada a la gran
pantalla, de la mano de la cineasta Mira Nair, que dirigió la película Amelia, con la actriz Hilary Swank interpretando a la famosa aviadora.
http://www.nationalgeographic.es/historia/2017/07/las-3-principales-teorias-sobre-la-desaparicion-de-amelia-earhart
Ochenta años después de su desaparición, el destino que corrió Earhart sigue siendo uno de los mayores misterios sin resolver del mundo de la aviación.
Jueves, 6 Julio
Amelia Earhart y la Primera Dama Eleanor Roosevelt posan junto a una bandera de la National Geographic Society en un almuerzo en 1935.
El 2 de julio de 1936, Amelia Earhart y su copiloto Fred Noonan despegaron de Lae, en Nueva Guinea, en un Lockheed Electra 10E en lo que supondría uno de los últimos tramos de su viaje para dar la vuelta al mundo en avión. Se dirigían a la diminuta isla Howland, al norte del ecuador en el centro del océano Pacífico. Sin embargo, no pudieron llegar a Howland, y pese a numerosas partidas de búsqueda, nadie ha podido encontrarles todavía.
Los guardacostas y la Armada estadounidenses rastrearon la zona en barco y en avión durante dos semanas. George Putnam, el marido de Earhart, contrató a marineros civiles para seguir escrutando los mares. Durante años, numerosos entusiastas han buscado señales de Earhart y de su avión en las islas Marshall, en Saipán y en las profundidades marinas.
Tras ochenta años, el misterio en torno a su desaparición —y el entusiasmo por resolverlo— apenas se ha desvanecido. Por ejemplo, un futuro documental del History Channel afirma que desvelaráuna fotografía de archivo que muestra a Earhart y Noonan con vida en un muelle de las islas Marshall, a cientos de kilómetros de Howland.
Mientras tanto, una expedición patrocinada por National Geographic se encuentra actualmente en progreso en Nikumaroro, una isla a 350 millas náuticas de Howland donde algunos creen que Earhart realizó un aterrizaje de emergencia. La expedición rastreará la isla con cuatro perros especializados en detectar restos humanos antiguos y enterrados a gran profundidad.
Para saber más sobre la expedición: Esta pequeña isla podría esconder los restos mortales de Amelia Earhart
Si quieres ponerte al día acerca del misterio de Earhart y de las teorías sobre cómo ella y su copiloto desaparecieron, sigue leyendo.
Teoría nº 1: Se estrellaron en el océano abierto cerca de su destino
La postura oficial de Estados Unidos es que Earhart y Noonan se quedaron sin combustible mientras volaban hacia la isla Howland y acabaron estrellándose en el Pacífico.
El buque patrullero de los guardacostas estadounidenses, Itasca, estaba en Howland para ayudar a Earhart en esta época preradares proporcionando ángulos de radio y una columna de humo, pero debido a problemas con la radio, la comunicación era esporádica y se cortaba. Según los registros de radio del Itasca, Earhart les indicó que debía encontrarse cerca de Howland pero no podía avistarla y se estaba quedando sin combustible. La Electra nunca llegó a la isla.
Hace unos 15 años, Nauticos —una empresa de Hanover (Maryland) que realiza búsquedas en las profundidades de los mares, entre otros servicios de búsqueda oceánica— lideró una partida para localizar el avión de Earhart donde se cree que se estrelló: en el océano Pacífico, cerca de la isla Howland.
El presidente de Nauticos, David Jourdan, dijo en 2003 que, a partir del estudio de factores como las transmisiones de radio entrecortadas de Earhart y lo que se sabe acerca del suministro de combustible de la Electra, él y sus colegas habían acotado un área del océano en la que creen que finalmente encontrarán la tumba submarina de la aeronave.
«Estamos seguros de que está en la zona en la que estamos buscando», dijo Jourdan. «Por supuesto, no podemos garantizarlo, ya que podría estar fuera de los límites, pero estamos seguros de que se encuentra en los alrededores».
En marzo y abril de 2002, la empresa utilizó un sistema de sónar de alta tecnología para buscar a gran profundidad a lo largo de 1.630 kilómetros cuadrados de lecho oceánico cerca de Howland. No encontraron el avión ni en dicha expedición, ni en la misión siguiente en 2006.
Más adelante, en 2009, un equipo organizado por el Waitt Institute for Discovery rastreó un área de prácticamente la superficie del estado de Delaware al oeste de Howland con la ayuda de robots para aguas profundas.
Aunque la expediciónno desveló ninguna nueva pista, el optimista Ted Waitt, presidente del instituto, declaró que sus resultados «eliminaban miles de kilómetros cuadrados para futuras búsquedas».
Más sobre descubrimientos: Exclusiva: Descubierta la ciudad perdida del Dios Mono en Honduras
Teoría nº2: El naufragio en Nikumaroro a vuelo
El Grupo Internacional para la Recuperación de Aeronaves Históricas (TIGHAR, por sus siglas en inglés) está investigando la hipótesis de que Earhart y Noonan aterrizasen su Lockheed Electra 10E en la isla Nikumaroro, un pedazo de tierra a 350 millas náuticas al suroeste de Howland, al no poder encontrar su destino.
Los investigadores basan su hipótesis en las últimas transmisiones de radio de Earhart. A las 8:43 a.m. del 2 de julio, Earhart envió un mensaje por radio al Itasca: «KHAQQ [las letras de llamada de la Electra, su aeronave] a Itasca. Estamos en la línea 157 337». La Itasca recibió la transmisión, pero no logró conectar con la señal de radio.
La «línea 157 337» indica que el avión estaba volando en la línea de navegación del noroeste al sureste que atravesaba la isla Howland. Si Earhart y Noonan pasaron sobre Howland, habrían volado o bien al noroeste o bien al sureste de la línea para encontrar la isla. Al noroeste de Howland solo hay océano abierto durante miles de kilómetros; pero al suroeste se encuentra Nikumaroro.
El mensaje de radio sobre su línea de posición fue la última transmisión confirmada de Earhart, pero los operadores de radio recibieron 121 mensajes durante los 10 días siguientes. De ellos, al menos 57 podrían haber sido de la Electra. Las estaciones inalámbricas obtuvieron orientaciones de dirección de seis de los mensajes.
«Cuatro se cruzaban cerca de las islas Fénix», explica Tom King, arqueólogo del TIGHAR. «La mayoría de los mensajes se emitían durante la noche, cuando había marea baja».
En la época en la que desapareció Earhart, la marea de Nikumaroro era especialmente baja, lo que dejaría al descubierto una superficie coralina a lo largo de la orilla, lo suficientemente plana y larga para aterrizar. Si Earhart logró mandar alguna de esas 57 transmisiones por radio, el avión debería haber aterrizado relativamente intacto.
Los investigadores de TIGHAR tienen la teoría de que Earhart y Noonan enviaban señales de radio por la noche para evitar el abrasador calor del día dentro del avión de aluminio. Finalmente, la marea se llevó a la Electra del arrecife, y quizá se hundió o se rompió debido al oleaje. Las transmisiones cesaron el 13 de julio de 1937.
Sigue aprendiendo: Las fotografías que cambiaron la historia
Existen otras pruebas que apuntan al fatídico destino de Earhart y Noonan como náufragos en Nikumaroro. En 1937, una partida británica exploró la isla con la intención de colonizarla. Eric Bevington, un oficial colonial, se dio cuenta de que parecía un «campamento de noche». También sacó una fotografía de la costa, que incluye un objeto no identificado que, según TIGHAR, podría tratarse del tren de aterrizaje del avión.
Para 1938, la isla había sido colonizada como parte del plan de asentamiento en las islas Fénix, una de las últimas expansiones del imperio británico. Los colonizadores informaron de que habían encontrado partes de aeronaves, algunas de las cuales podrían haber sido de la Electra.
En 1940, Gerald Gallagher, el administrador de la colonia, descubrió 13 fragmentos de hueso enterrados cerca de los restos de una fogata. También encontró los restos de dos zapatos —de hombre y de mujer—, así como una caja que en su día contenía un sextante, un instrumento de navegación. Los huesos se llevaron a Fiji, donde fueron medidos y finalmente se perdieron. Los investigadores de TIGHAR estudiaron las medidas utilizando técnicas modernas y determinaron que los huesos podrían pertenecer a una mujer del tamaño y la complexión de Earhart.
TIGHAR ha realizado 12 expediciones a Nikumaroro desde 1989. Durante dichas visitas a la isla han identificado un lugar que coincide con la descripción de Gallagher del emplazamiento en el que se encontraron los huesos.
En el «Seven Site» —nombre que le han dado por la forma del claro que le rodea— existen restos de varias hogueras, así como restos de aves, peces, tortugas y almejas, lo que indicaría que alguien habría comido allí. Basándose en la forma en la que abrieron las almejas y consumieron el pescado (no se habían comido las cabezas), probablemente no eran isleños del Pacífico.
En este lugar también se han encontrado varios recipientes de cristal de la década de 1930. Uno de ellos podría haber contenido una crema para ocultar las pecas, un cosmético que es posible que Earhart hubiera utilizado.
La expedición de TIGHAR sigue su curso en Nikumaroro, donde usarán a cuatro perros especializados en detectar restos humanos a profundidades de hasta 2,75 metros y con una antigüedad de hasta 1.500 años. «No hay otra tecnología más sofisticada que los perros», afirma Fred Hiebert, arqueólogo residente de la National Geographic Society, que está patrocinando la exploración canina. «Tienen una tasa más alta de éxito a la hora de identificar objetos que los georradares».
Más sobre arqueología: El hallazgo de ropas del siglo XVI nos muestra cómo vivían las élites de la época
Teoría nº3: La conspiración de las islas Marshall
Una tercera teoría afirma que Earhart y Noonan, incapaces de —o quizá no queriendo— encontrar la isla, se dirigieron hacia el norteen dirección a las islas Marshall controladas por los japoneses, donde los tomaron como rehenes, posiblemente como espías estadounidenses.
Algunos creen que los dos pilotos fueron asesinados, mientras que otros creen que Earhart, y quizá también Noonan, volvieron a Estados Unidos con nombres falsos. Según una teoría, Earhart escogió el nombre de Irene Craigmile y a continuación se casó con Guy Bolam, convirtiéndose en Irene Bolam, que murió en Nueva Jersey en 1982.
«Si no podía encontrar el camino hasta Howland, el plan B era cortar toda comunicación, dirigirse a las islas Marshall y abandonar allí su avión», explicaba en 2003 Rollin C. Reineck, un coronel retirado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que vive en Kailua, Hawái.
El libro de Reineck, Amelia Earhart Survived, describe una hipótesis en la que Earhart abandonó su avión en las islas Marshall y a continuación regresó a Estados Unidos con un nombre falso por razones de seguridad nacional.
Según Reineck, este plan habría permitido al gobierno estadounidense rescatar a Earhart en las islas Marshall y al mismo tiempo llevar a cabo un reconocimiento preguerra de los japoneses. «Sin embargo, el plan se frustró, como ocurre con muchos otros planes», afirma Reineck. Earhart habría enviado un comunicado por radio diciendo que se estaba dirigiendo hacia el norte, el mensaje fue interceptado y los japoneses la hicieron prisionera, según él.
En los últimos años, el profesor de ciencias de instituto y entusiasta de Earhart, Dick Spink,ha tomado el relevo a Reineck, recopilando historias orales en las islas Marshall que, según él, son la prueba de que Earhart y Noonan aterrizaron en un diminuto atolón llamado Mili.
«El mundo tiene que saberlo», dijo Spink en una entrevista en 2015. «Demasiadas personas en las islas Marshall me contaron una historia demasiado coherente como para descartarla. Ellos dicen: ‘Aterrizó en Mili. Nuestros tíos y tías, nuestros padres y abuelos saben que aterrizó aquí’».
Los testimonios de los habitantes de las islas Marshall son tan convincentes que Spink ha puesto 50.000 dólares de su bolsillo en busca del lugar en el que aterrizó Earhart. Él sostiene que las historias de los isleños serán corroboradas gracias a pruebas científicas.
El próximo documental del History Channel, Amelia Earhart: The Lost Evidence, señala nuevas conexiones entre Earhart y las islas Marshall vinculadas a una fotografía de archivo de 1937 en un muelle del atolón Jaluit, una de las islas Marshall, en la que según los directores del documental aparecen Earhart y Noonan. El documental afirma que la armada japonesa consideró a Earhart y Noonan espías estadounidenses, y finalmente les encarceló en la isla de Saipán a la espera de un destino incierto.
Aunque todavía está por ver la acogida del documental entre los investigadores, muchos fans de Earhart han descartado la teoría de las islas Marshall por ser demasiado disparatada. Elgen Long, un piloto retirado que pasó décadas investigando la desaparición de Earhart, cree en la teoría de la colisión y el hundimiento en el mar.
«El avión habría tenido que flotar bastante distancia» para alcanzar las islas Marshall, señaló Long en una entrevista. Para él, la respuesta al misterio se encuentra sepultada a 5.000 metros bajo la superficie del océano.
Fred Patterson, piloto de World Airways durante 25 años que también ha tenido dos Electras, comparte la opinión de Long. «No hay forma de que llegase a las islas Marshall», dijo en 2015. «Yo mismo he realizado vuelos de larga distancia en ese avión y sé exactamente cuánto consume cada hora».
Patterson, Long y muchos otros en su campo argumentan que las transmisiones sitúan a Earhart cerca de su destino previsto de la isla Howland cuando esta comunicó que «el combustible estaba bajo». La distancia entre Howland y el atolón Mili es de 1.280 kilómetros, a casi cuatro horas y media de vuelo a la velocidad de crucero de la Electra.
Sin embargo, hasta que los restos de Earhart se descubran en el Pacífico, el misterio que rodea su desaparición seguirá invitando especulaciones de todo tipo.
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National Geographic
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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