domingo, 16 de julio de 2017

La Historia del Amor Cruel : Capítulo CCCIII.- Olzagon es agredido por un policía con un cabezazo en la nariz, pero es auxiliado por el jefe policiaco...

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; el Supervisor de Compras de la cadena del Supermercado "Mercado Gigante", llegó a la gerencia de la empresa Representaciones Comerciales San Jorge S.A., con la intención de ampliar sus pedidos de mercaderías, al llegar observó algo asombrado que su amigo Olzagon era agredido por un individuo de gran estatura; por lo que él, actuó  en su apoyo y le aplicó un puñetazo al agresor, después del apaciguamiento de los ánimos, el Supervisor optó por regresar sin hacer negocios, pero el gerente Jorge, le suplicó que no se vaya para hacer negocios, el que se iba, aceptó la súplica, y regresó a la gerencia, pero Jorge cambió de parecer y desde el recinto de Primeros Auxilios, llamó a la policía denunciando al supervisor que lo puñeteó, pero éste se fue, quedándose Olzagon y la policía apresó equivocadamente a este joven Olzagon y se lo llevaron detenido.



Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
 
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
 
Los policías que apresaron a Olzagon, lo subieron al patrullero; enmarrocado con las manos atrás, eran aquellos tiempos donde no se respetaban los "derechos humanos",  y se lo llevaron a la Comisaría, en el trayecto conversaron entre ellos, algo así:
--- Oye, pero este joven no se asemeja a la orden del jefe; él, nos avisó que el denunciado era un gigante blanco y muy agresivo.
Otro policía mirando a Olzagon, le contestó:
--- Si, tienes razón, éste es un provinciano menudo, creo que metimos la pata...
Y el tercero, que aceptó el tremendo error que habían cometido, les dijo:
--- Ustedes son unos impulsivos, capturaron al empleado de la empresa y no al agresor del denunciante.
Entonces, intervino el policía que hacía las veces de chofer, les dijo:
--- Escuchen ustedes, no se preocupen, vamos a darle unos cuantos golpes y notificaremos que opuso resistencia y que con ese antecedente nos libramos de cualquier investigación.
A los otros policías les pareció brillante la idea, y uno de ellos le dio sorpresivamente un cabezazo al joven, quien iba  detenido en el asiento trasero del patrullero, con semejante agresión, le llegó a la nariz, de inmediato afloró abundante sangre, produciéndole una hemorragia nasal  que le corría por las mejillas  y llegando al pecho manchando la camisa; el joven no podía limpiarse, por que tenía las manos esposadas hacia atrás.
Pero, viendo que estaban abusando, uno de ellos le sacudió el brazo al policía agresor y le dijo:
--- Oye, eres un estúpido atacante, no era necesario el cabezazo, sino golpes en los riñones, donde nunca ve la gente; dime: ¿Cómo lo entregaremos al jefe, a un muchacho que no aparenta ninguna hostilidad ni signos de ser un avezado delincuente?.
Mientras tanto el joven Olzagon, totalmente ensangrentado e indefenso ante la agresión de abusivos policías, estaba impotente y con la sangre que seguía saliendo de la nariz, su cara estaba hinchada y deforme sobretodo los labios y  la nariz.
Ya estando a pocos metros de la Comisaría, el policía chofer que dio la idea de atacar al joven detenido, les dijo:
--- Muchachos, creo que hemos cometido abuso con es infeliz provinciano, mejor lo soltamos y nos libramos de los cargos.
Entonces, el policía agresor que le dio el cabezazo, mirando a su víctima, le dijo:
--- Oye, te soltaremos, puedes regresar a tu trabajo y no vayas a la Comisaría y nos olvidamos de tu persona: ¿Estás de acuerdo?
Olzagon, quien era un joven provinciano, formado con valores, jamás iba admitir semejante agresión y que se quede sin castigo y optó por guardar silencio; además, no lo podía hablar  tenía sus labios empapados por su propia sangre que le salió de la nariz.
Por lo que el policía agresor le repitió la advertencia:
--- Si, te niegas hablar es lo mismo, te soltaremos  y nos vamos.
Pero, el jefe ya había recibido el llamado de Jorge,  el que hizo la denuncia, quien estaba muy enojado, por la desacertada intervención policiaca, por que apresaron a la persona equivocada y este jefe superior estaba que echaba llamas por la boca por la estupidez que habían cometido sus subordinados.
En ese estado emocional, salió a la calle a tomar aire fresco y estando caminando alcanzó a observar a lo lejos al carro patrullero estacionado que fue a la intervención, tal vez fue "la gota que rebalsó al vaso", quien aceleró su caminata casi corriendo fue en la dirección al carro patrullero; los policías enfrascados con el inocente detenido no habían visto que su jefe se acercaba hacia ellos y seguían acosando torpemente al joven detenido.
Y llegó sorpresivamente el jefe, quien gritando, les dijo:
--- ¿Qué diablos hacen ustedes aquí?
Pero, fue más, estalló en furia observando a un joven ensangrentado en el asiento posterior y con la cara hinchada, de inmediato abrió la puerta, sacó por la fuerza al policía que estaba de custodio, sacó su pañuelo y con delicadeza  limpió la sangre del rostro del joven, igual con suavidad movió el cuerpo del joven para tener acceso a las manos y pidió:
--- ¿Quién tiene las llaves de las marrocas(esposas)?
Uno de los policías le entregó la ganzúa y abrió las esposas; recién el joven Olzagon, haciendo un esfuerzo por que tenía los labios hinchados; habló y narró con lujo de detalles la terrible y abusiva agresión que fue víctima y los planes de los policías, para limpiarse de este miserable hecho...
Entonces, el jefe policial ordenó al chofer llevar al joven al Tópico de la Policía para su tratamiento médico y a los otros tres policías les dijo:
--- Ustedes están suspendidos como policías, entreguen la placa y su arma de reglamento al armero, y serán sometidos a castigo de rigor, por que con su abusiva conducta desprestigian a la Institución Policial como un ente de servicio al pueblo; y de sus haberes se les descontarán los costos del tratamiento y recuperación del joven agredido, pero eso no los libra de la instalación de un Comité de Justicia  Policial para la investigación de este lamentable caso....
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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