Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la Revista National Geographic, ha elaborado un reportaje de lo que fue; el genio del renacimiento Miguel Ángel Buonarroti, uno de los grandes artistas que hizo maravillosas y geniales obras en pintura, escultura y arquitectura.
Sigue causando asombro, la pintura del Juicio Final, láminas de Cleopatra, el Sacrificio de Isaac, La creación de Adán, La escultura de David, Juicio Final, la Bóveda de la Capilla Sixtina una de sus máximas obras y tantas otras. Fue mimado por Lorenzo de Médicis, y el Papa Julio II., a quien le construyó la estatua de Moisés en su sepulcro.
Amigos, los invito a leer y disfrutar de tantas imágenes pintadas y esculpidas por Miguel Ángel.
http://www.nationalgeographic.com.es/personajes/miguel-angel/fotos/1http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/descubierto-dibujo-inedito-miguel-angel_11422
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/miguel-angel-buonarroti-genio-del-renacimiento_11177/1
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/gran-decepcion-miguel-angel_11184
El dibujo descubierto, un bosquejo a lápiz muy esquemático, se encontraba justo en la parte posterior de la lámina que utilizó el artista para dibujar 'El sacrificio de Isaac'
La Basílica de San Pedro
Michelangelo Buonarroti (Caprese, 6 de marzo de 1475-Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.[1] Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médici de Florencia y los diferentes papas romanos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
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La Basílica de San Pedro
La imagen muestra la plaza diseñada por Bernini y la basílica con la cúpula planeada por Miguel Ángel y terminada en 1590. A la derecha se ve la capilla Sixtina.
Foto: Giovanni Simeone / Fototeca 9 x12
Miguel Ángel | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Michelangelo di Lodovico Buonarroti | |
Nacimiento | 6 de marzo de 1475jul. o 2 de abril de 1475 Caprese Michelangelo, República de Florencia | |
Fallecimiento | 18 de febrero de 1564jul. o 19 de marzo de 1564 Roma, Estados Pontificios | |
Lugar de sepultura | Basílica de la Santa Cruz | |
Nacionalidad | Italiana y República de Florencia | |
Religión | Catolicismo | |
Familia | ||
Pareja | ||
Educación | ||
Alumno de | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Escultor, dibujante arquitectónico, pintor, arquitecto, poeta e ingeniero | |
Estudiantes | Guglielmo della Porta | |
Movimiento | Alto Renacimiento y Pintura renacentista | |
Género | Arte cristiano y Homoerotismo | |
Obras notables | ||
Firma | ||
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
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Recto de 'El sacrificio de Isaac'
Recto o lado frontal del dibujo El sacrificio de Isaac, una obra de Miguel Ángel conocida desde hace tiempo.
Foto: Casa Buonarroti, Firenze
Verso de 'El sacrificio de Isaac'
Verso o lado posterior de El sacrificio de Isaac, descubierto en 2016.
Foto: Casa Buonarroti, Firenze
Recto de 'Cleopatra'
Recto o lado frontal de Cleopatra, un dibujo célebre de Miguel Ángel Buonarroti.
Foto: Casa Buonarroti, Firenze
Verso de 'Cleopatra'
Verso o lado posterior del dibujo Cleopatra, descubierto en 1988.
Foto: Casa Buonarroti, Firenze
Alec Forssmann
25 de abril de 2017 Arte, Renacimiento,
Descubierto un dibujo inédito de Miguel Ángel
Un dibujo inédito de Miguel Ángel fue descubierto el año pasado durante los trabajos de restauración de El sacrificio de Isaac, un dibujo que realizó el genio del Renacimiento alrededor de 1530 y que se conserva en el museo Casa Buonarroti, en Florencia, una de las viviendas del artista. La obra representa el momento en que Abraham, obedeciendo a Dios, se dispone a sacrificar a su amado hijo con un cuchillo, pero finalmente un ángel le detiene porque ha demostrado ser fiel.
El dibujo descubierto, un bosquejo a lápiz, se encontraba justo en la parte posterior de la lámina que utilizó para dibujar El sacrificio de Isaac: el artista realizó un primer esbozo en uno de los lados de la hoja y después la giró y calcó el dibujo, muy esquemático. El dibujo inicial ha permanecido oculto durante muchos años porque la lámina estaba pegada a una especie de cartulina que impedía ver la parte posterior.
Algo similar ocurrió en 1988 con la lámina de Cleopatra, otro célebre dibujo de Miguel Ángel Buonarroti. En el reverso de la lámina se ocultaba otra Cleopatra "con una fuerza tridimensional que consigue expresar una angustia viva", según explica Pina Ragioneri, la comisaria de la exposición Miguel Ángel: obras maestras recuperadas, hasta el 7 de mayo de 2017 en los Museos Capitolinos. La muestra exhibe las láminas El sacrificio de Isaac y Cleopatra con sus dibujos en el reverso.
Miguel Ángel Buonarroti: el genio del Renacimiento
Heredero del gran arte de la Florencia de los Médicis, Miguel Ángel alcanzó toda su gloria como artista con sus grandes creaciones para los papas de Roma, como los frescos de la capilla Sixtina. Figura culminante del Renacimiento, reflejó en sus obras la crisis de una época que se deslizaba hacia las guerras de religión y la represión de la Contrarreforma.
La creación de Adán
Miguel Ángel presenta el diseño de San Lorenzo al Papa Leon X
La Piedad Rondanini
Savonarola
El saco de Roma
Artista de papas
Genio artístico por antonomasia, Miguel Ángel Buonarroti fue también un testigo privilegiado de su época. Su larga vida –89 años, de 1475 a 1564– coincidió con un período crucial de la historia de Europa. Eran los tiempos en que la fe católica se desmoronaba ante el ímpetu de la Reforma protestante (iniciada por Martín Lutero en 1517), tiempos en los que el astrónomo Copérnico revelaba a sus contemporáneos la verdadera posición de la Tierra en un sistema heliocéntrico, en que los relatos de viajes y el descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492 generaban otra visión del universo, con nuevos lugares, razas y especies que no aparecían en la Biblia y que harían cuestionar muchas verdades asentadas. Por otro lado, el desarrollo comercial y burgués y el pensamiento laico y científico fomentaron una nueva valoración del individuo y de la figura del artista. De todo ello se hizo eco el arte de Miguel Ángel, que evolucionó con el mundo que le rodeaba, reflejando sus expectativas, sus incertidumbres y sus crisis.
En 1489, un año después de ingresar en el taller de Ghirlandaio, Lorenzo de Médicis, gran mecenas de las artes, lo invitó a vivir y a formarse en su palacio. La corte de Lorenzo el Magnífico estaba compuesta por los más famosos poetas, filósofos y artistas de la época, y se convirtió para Miguel Ángel en su gran fuente de aprendizaje. Las tertulias filosóficas que se celebraban con frecuencia en el palacio, presididas por Marsilio Ficino -artífice de la resurrección del platonismo en unión con el cristianismo-, marcaron al joven aprendiz.
Al mismo tiempo, su estancia en la corte del Magnífico permitió a Miguel Ángel empaparse en el arte de la Antigüedad clásica, que desde hacía decenios se había convertido en el modelo inspirador de todos los artistas florentinos. Los jardines del palacio de Lorenzo albergaban una valiosa colección de escultura romana, que el joven Buonarroti pudo estudiar a fondo. Fue allí, de la mano de Bertoldo di Giovanni, un anciano discípulo de Donatello, donde tomó contacto con la escultura, que consideraría un arte «superior» desde entonces.
Las primeras obras de Miguel Ángel dan fe de esta influencia clásica. Entre ellas se cuentan los relieves de Lucha de centauros y lapitas, inspirados en los sarcófagos romanos.Ya en estos años su virtuosismo artístico era tal que se cuenta que una estatua suya fue vendida a un coleccionista haciéndola pasar por antigua. El engaño fue pronto delatado, pero el comprador, el cardenal Raffaele Riario, lejos de indignarse, se convirtió en mecenas del joven artista florentino.
Al mismo tiempo, cabe ver la tensión de muchas de las creaciones de Miguel Ángel como una reacción frente a los acontecimientos históricos que vivió directamente y que determinaron su carrera. Así, en 1492 el monje Savonarola empezaba sus violentas predicaciones contra el lujo y la corrupción que reinaban en Florencia, prédicas que estimularon las inquietudes religiosas de Miguel Ángel. Dos años después, Carlos VIII invadía Italia –tal como había pronosticado Savonarola–, obligando alos Médicis a abandonar Florencia. Buonarroti marchó entonces a Venecia y Bolonia.
En 1496 el artista viajó por primera vez a Roma, donde permaneció cinco años. La ciudad papal, en pleno pontificado de Alejandro VI, el fastuoso papa Borgia, se había convertido en un centro de atracción de artistas, que ofrecía generosas perspectivas de mecenazgo y de celebridad. Para acreditar su talento, Miguel Ángel realizó su primera obra maestra, la Piedad del Vaticano. La perfección clásica de las figuras llenó de asombro a sus contemporáneos.
En 1501 el artista retornó a su ciudad natal. Tres años antes Savonarola había sido ejecutado, pero la República que había contribuido a fundar se mantuvo, pese a las maniobras de los Médicis para restaurar su principado. En el momento del retorno de Miguel Ángel una serie de reformas constitucionales consolidaron el nuevo régimen. El artista, pese a los favores que había recibido de los Médicis, se identificó plenamente con el orden republicano y por un momento creyó en un futuro de libertad.
En 1505, Miguel Ángel volvió a Roma. El papa Julio II (1503-1513) le encomendó el ambicioso proyecto de la realización de su sepulcro. Este encargo, que tanto fascinó al artista, se convertiría en su peor tormento a causa de las demoras en su realización. En efecto, por orden de Julio II, Miguel Ángel muy pronto hubo de viajar a Bolonia, donde pasaría dos años. Sus escritos de esta época revelan una gran amargura ante un trabajo que le daba pocas satisfacciones. Hasta 1508 no regresó a Roma, pero tampoco entonces pudo ponerse a trabajar en el mausoleo que tanto le obsesionaba, pues un nuevo y colosal proyecto le fue asignado: la ejecución de los frescos de la capilla Sixtina.
Hasta octubre de 1512 Buonarroti estuvo consagrado a la realización de estos frescos, que están compuestos por más de 300 figuras. La apertura al público de la capilla fue un verdadero acontecimiento. De inmediato la fama de su creación se difundió por toda Europa, sobre todo por medio de grabados. Desde entonces quedó establecido y aceptado el primado artístico de Miguel Ángel en su época, por encima incluso de su contemporáneo Rafael.
Pese a su dependencia del patronazgo papal para la realización de sus grandes obras, Miguel Ángel se resistía a abandonar el ideal de libertad de la República. Ello se pondría de manifiesto durante el pontificado de Clemente VII (1523-1534). En 1527, el Saco de Roma, en el que las tropas del emperador Carlos V asaltaron y saquearon brutalmente durante varios días la capital de la Cristiandad, hizo pensar a muchos que la época gloriosa del Renacimiento había llegado a su fin. Miguel Ángel se hallaba entonces en Florencia, donde los enemigos de los Médicis aprovecharon el acontecimiento para expulsarlos del poder y restaurar la República. Pero el régimen de libertad sucumbió definitivamente tres años después, en 1530.
El desencanto de Miguel Ángel ante este hecho quedó plasmado en un nuevo David, el llamado David Apolíneo del Museo Bargello de Florencia, realizado para Baccio Valori, el odiado gobernador principal de la ciudad en nombre de los restaurados Médicis. Nada recuerda en este David al que realizara en 1504: donde antes había fortaleza e ira, ahora vemos melancolía y pesar; el héroe vencedor no celebra su triunfo, a pesar de haber decapitado ya al gigante.
Clemente VII, antes de morir, encargó a Miguel Ángel la representación del Juicio Final para el muro de entrada de la capilla Sixtina. Su sucesor, Pablo III Farnesio (1534- 1549), ratificó el encargo. Se trata de la obra de un hombre sumido en una profunda crisis espiritual, que plasma su propia personalidad en la pintura, así como también la del Papa que la patrocinó. Admiradores ambos de Dante y de su Divina Comedia, artista y mecenas buscaban representar el terror de los condenados y el destino de los bienaventurados, sobre los que recaía inexorablemente la justicia divina. En cierto modo, tal era la visión del mundo que se impondría en toda la Europa católica con el Concilio de Trento (1545-1564) –inaugurado por el mismo Pablo III– y con el movimiento de la Contrarreforma.
En todo caso, una especie de arrepentimiento empezó a dominar al artista, el cual dejó de pensar que la belleza del cuerpo humano en el arte era una expresión de la Divinidad. El miedo a la muerte, y a la condenación eterna que ésta podía acarrear, le llevó a renegar del hedonismo de las formas perfectas que dominaran antiguamente su creación. A partir del fallecimiento de su gran amiga Vittoria, la idea de la muerte será el tema predominante en su poesía.
Esta nueva sensibilidad se reflejó sobre todo en su escultura, que sufrió un profundo cambio en la fase final de su vida.Testimonio de ello son sus últimas obras, una serie de representaciones de la Piedad, tema que tendría para Miguel Ángel el significado de un réquiem. Así, en la dramática Piedad Rondanini los cuerpos de madre e hijo se funden en su agonía. Se dice que el escultor trabajó en esta obra hasta el día antes de morir. Vida y obra fueron así, para Buonarroti, una sola cosa, pues al tiempo que su vida determinaba su creación, sería su obra la razón de su existencia.
Descubre aquí todo sobre Miguel Ángel, uno de los maestros del Renacimiento
La cúpula de San Pedro del Vaticano, diseñada por Miguel Ángel.
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
Detalle del Juicio Final, con Jesucristo y su madre, María.
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
La Embriaguez de Noé.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Pecado original y expulsión del Paraíso.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Creación de Eva.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Creación del sol y las plantas.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Uno de los ignudi de Miguel Ángel.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Detalle del rostro de Dios en la Creación del sol y las plantas, que ha quedado como iconografía de la representación del Dios creador.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Bóveda de la Capilla Sixtina (1508-12). Para Goethe, al contemplarla se comprende de lo que es capaz el hombre. (Para ver esta imagen en formato panorámico, pulse con el ratón sobre la imagen y vuelva a hacerlo sucesivamente sobre las nuevas imágenes que aparecerán. Si vuelve y no aumenta la imagen, vuelva a pulsar. Para desplazar la imagen emplee el cursor en los bordes de la pantalla).
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El David, Galería de la Academia, Florencia.
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La Piedad de la basílica de San Pedro del Vaticano, de 1,74 m de altura x 1,95 m de longitud en la base (1496).
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Renacimiento
La creación de Adán es una de las escenas de los frescos de la bóveda de la capilla Sixtina pintados por Miguel Ángel entre 1508 y 1512 en los Palacios Vaticanos.
Foto: Scala
Miguel Ángel presenta el diseño de San Lorenzo al Papa Leon X
La basílica de San Lorenzo se encuentra ubicada en la ciudad de Florencia, en la plaza del mismo nombre. La culminación de su construcción fue debida al mecenazgo de Cosme de Médici, quién la adquirió ante la imposibilidad de los anteriores mecenas de hacer frente a los grandes gastos de su construcción.
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/miguel-angel-buonarroti-genio-del-renacimiento_11177/2
Foto: Scala
Santa Maria de Fiore y la torre de la Signoria
La cúpula de Santa Maria de Fiore y la torre de la Signoria, a la izquierda, marcaron la infancia de Miguel Ángel.
Foto: Giovanni Simeones / Fototeca 9x12
La Piedad Rondanini
La escultura inacabada, última obra de Miguel Ángel (1552-1554), se encuentra en el Castillo de Sforza, en Milán.
Foto: Scala
Savonarola
Savonarola, el monje ajusticiado en Florencia en 1498, cautivó por un momento al joven Miguel Ángel.
Plaza del Campidoglio
Foto: Art Archive
La Plaza del Campidoglio fue enteramente diseñada por Miguel Ángel siguiendo un encargo del Papa Pablo III en 1538. en el centro se alza la estatua de bronce del emperador Marco Aurelio.
Foto: Givanni Rinaldi
El saco de Roma
El saco de Roma en mayo de 1527 produjo una sacudida en toda la cristiandad.
Óleo de Johanne Ligenbach. Siglo XVII.
Óleo de Johanne Ligenbach. Siglo XVII.
Foto: Bridgeman
Artista de papas
Miguel Ángel muestra a Julio II su plano de San Pedro de Roma.
E. Vernet, 1827.
El Concilio de TrentoE. Vernet, 1827.
Foto: Aisa
El Concilio de Trento, entre 1545 y 1563, marcó el inicio de la contrarreforma católica.
Óleo de escuela italiana, 1630.
Miguel Ángel Buonarroti: el genio del RenacimientoÓleo de escuela italiana, 1630.
Foto: Bridgeman
Genio artístico por antonomasia, Miguel Ángel Buonarroti fue también un testigo privilegiado de su época. Su larga vida –89 años, de 1475 a 1564– coincidió con un período crucial de la historia de Europa. Eran los tiempos en que la fe católica se desmoronaba ante el ímpetu de la Reforma protestante (iniciada por Martín Lutero en 1517), tiempos en los que el astrónomo Copérnico revelaba a sus contemporáneos la verdadera posición de la Tierra en un sistema heliocéntrico, en que los relatos de viajes y el descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492 generaban otra visión del universo, con nuevos lugares, razas y especies que no aparecían en la Biblia y que harían cuestionar muchas verdades asentadas. Por otro lado, el desarrollo comercial y burgués y el pensamiento laico y científico fomentaron una nueva valoración del individuo y de la figura del artista. De todo ello se hizo eco el arte de Miguel Ángel, que evolucionó con el mundo que le rodeaba, reflejando sus expectativas, sus incertidumbres y sus crisis.
Hijo de Florencia
Miguel Ángel Buonarroti procedía de una vieja familia de mercaderes y banqueros de Florencia. Su padre era un funcionario con una posición acomodada en la ciudad. Sin embargo, desde muy joven, Miguel Ángel se inclinó por la carrera artística, contra el deseo de sus padres. A los 13 años, un amigo de la familia lo llevó al taller de Domenico Ghirlandaio, para que se iniciara en las diversas técnicas de la pintura, entre ellas la del fresco, que más tarde aplicaría con excepcional maestría en la capilla Sixtina. El artista se referiría posteriormente con un cierto menosprecio a estos años de formación, ya que creía en su arte como un don divino, y no como fruto de la instrucción.En 1489, un año después de ingresar en el taller de Ghirlandaio, Lorenzo de Médicis, gran mecenas de las artes, lo invitó a vivir y a formarse en su palacio. La corte de Lorenzo el Magnífico estaba compuesta por los más famosos poetas, filósofos y artistas de la época, y se convirtió para Miguel Ángel en su gran fuente de aprendizaje. Las tertulias filosóficas que se celebraban con frecuencia en el palacio, presididas por Marsilio Ficino -artífice de la resurrección del platonismo en unión con el cristianismo-, marcaron al joven aprendiz.
Al mismo tiempo, su estancia en la corte del Magnífico permitió a Miguel Ángel empaparse en el arte de la Antigüedad clásica, que desde hacía decenios se había convertido en el modelo inspirador de todos los artistas florentinos. Los jardines del palacio de Lorenzo albergaban una valiosa colección de escultura romana, que el joven Buonarroti pudo estudiar a fondo. Fue allí, de la mano de Bertoldo di Giovanni, un anciano discípulo de Donatello, donde tomó contacto con la escultura, que consideraría un arte «superior» desde entonces.
Las primeras obras de Miguel Ángel dan fe de esta influencia clásica. Entre ellas se cuentan los relieves de Lucha de centauros y lapitas, inspirados en los sarcófagos romanos.Ya en estos años su virtuosismo artístico era tal que se cuenta que una estatua suya fue vendida a un coleccionista haciéndola pasar por antigua. El engaño fue pronto delatado, pero el comprador, el cardenal Raffaele Riario, lejos de indignarse, se convirtió en mecenas del joven artista florentino.
La obsesión por la representación del cuerpo humano fue una constante de su carreraDesde esta fase juvenil, el arte de Miguel Ángel presentaba rasgos originales, que iban más allá de la simple imitación de lo antiguo. Sus figuras traslucían una intensa fuerza, y aparecían como agarrotadas por una tensión interna. La obsesión por la representación del cuerpo humano fue una constante de su carrera. Ello no deja de ser paradójico tratándose de un hombre que fue un reconocido misántropo, pues a lo largo de su vida mantuvo malas relaciones con su familia, tal y como se deduce de las cartas a sus hermanos, y no aceptó nunca ayudantes en su trabajo, por grandes que fueran sus obras. Sin duda, su personalidad fue tan áspera como dúctil su pincel.
El sueño de la República
Este interés por la figura humana, y más concretamente masculina, ha sido explicado a través de la homosexualidad del artista, pues está documentada su relación con el joven patricio Tommaso dei Cavalieri durante sus años de madurez. Lo cierto es que la anatomía masculina aparece en su arte como la más alta creación, e incluso las figuras femeninas, menos numerosas, revisten rasgos masculinos.Al mismo tiempo, cabe ver la tensión de muchas de las creaciones de Miguel Ángel como una reacción frente a los acontecimientos históricos que vivió directamente y que determinaron su carrera. Así, en 1492 el monje Savonarola empezaba sus violentas predicaciones contra el lujo y la corrupción que reinaban en Florencia, prédicas que estimularon las inquietudes religiosas de Miguel Ángel. Dos años después, Carlos VIII invadía Italia –tal como había pronosticado Savonarola–, obligando alos Médicis a abandonar Florencia. Buonarroti marchó entonces a Venecia y Bolonia.
En 1496 el artista viajó por primera vez a Roma, donde permaneció cinco años. La ciudad papal, en pleno pontificado de Alejandro VI, el fastuoso papa Borgia, se había convertido en un centro de atracción de artistas, que ofrecía generosas perspectivas de mecenazgo y de celebridad. Para acreditar su talento, Miguel Ángel realizó su primera obra maestra, la Piedad del Vaticano. La perfección clásica de las figuras llenó de asombro a sus contemporáneos.
En 1501 el artista retornó a su ciudad natal. Tres años antes Savonarola había sido ejecutado, pero la República que había contribuido a fundar se mantuvo, pese a las maniobras de los Médicis para restaurar su principado. En el momento del retorno de Miguel Ángel una serie de reformas constitucionales consolidaron el nuevo régimen. El artista, pese a los favores que había recibido de los Médicis, se identificó plenamente con el orden republicano y por un momento creyó en un futuro de libertad.
El David de Miguel Ángel se concibió como la máxima expresión del ideal republicanoFue en esta época cuando Buonarroti expresó en sus obras un mayor compromiso político. Así, nada más llegar a Florencia, precedido por la fama adquirida en Roma, recibió el encargo de una escultura que representara a David, el vencedor sobre Goliat. La obra fue concebida como la máxima expresión del ideal republicano que dominaba Florencia en ese momento.
En 1505, Miguel Ángel volvió a Roma. El papa Julio II (1503-1513) le encomendó el ambicioso proyecto de la realización de su sepulcro. Este encargo, que tanto fascinó al artista, se convertiría en su peor tormento a causa de las demoras en su realización. En efecto, por orden de Julio II, Miguel Ángel muy pronto hubo de viajar a Bolonia, donde pasaría dos años. Sus escritos de esta época revelan una gran amargura ante un trabajo que le daba pocas satisfacciones. Hasta 1508 no regresó a Roma, pero tampoco entonces pudo ponerse a trabajar en el mausoleo que tanto le obsesionaba, pues un nuevo y colosal proyecto le fue asignado: la ejecución de los frescos de la capilla Sixtina.
Al servicio de los Papas
Esta monumental obra iba a estar compuesta, en un principio, por una simple representación de los Apóstoles. Sin embargo, parece como si Julio II se hubiera dejado arrastrar por la furia creadora de Miguel Ángel, pues el proyecto cambiaría completamente de modo progresivo. Este fresco prodigioso, admirado a través de los años, hace difícil comprender que su autor se dedicara a la pintura sólo por obligación, como él mismo decía, y que al recibir el encargo respondiese que él era, ante todo, escultor.Hasta octubre de 1512 Buonarroti estuvo consagrado a la realización de estos frescos, que están compuestos por más de 300 figuras. La apertura al público de la capilla fue un verdadero acontecimiento. De inmediato la fama de su creación se difundió por toda Europa, sobre todo por medio de grabados. Desde entonces quedó establecido y aceptado el primado artístico de Miguel Ángel en su época, por encima incluso de su contemporáneo Rafael.
Pese a su dependencia del patronazgo papal para la realización de sus grandes obras, Miguel Ángel se resistía a abandonar el ideal de libertad de la RepúblicaJulio II no fue sino el primero de una serie de papas que alentaron la carrera de Miguel Ángel durante más de medio siglo. Así, en 1513 subió al trono papal Juan de Médicis, hijo de Lorenzo el Magnífico, con quien Miguel Ángel había vivido entre 1489 y 1492. La familia de los Médicis había recuperado el poder en Florencia un año antes, gracias al apoyo de las tropas españolas, y el papa León X quiso conmemorar ese éxito mediante una serie de grandes proyectos arquitectónicos que confió a Miguel Ángel. Desde 1519, éste trabajó en Florencia, en la fachada de la iglesia de San Lorenzo, las tumbas Mediceas y la biblioteca Laurenciana, pertenecientes al complejo de la misma iglesia. De esta forma el Papa lo apartaba de la realización del sepulcro de Julio II, ya que los Médicis estaban enfrentados con la familia Della Rovere.
Pese a su dependencia del patronazgo papal para la realización de sus grandes obras, Miguel Ángel se resistía a abandonar el ideal de libertad de la República. Ello se pondría de manifiesto durante el pontificado de Clemente VII (1523-1534). En 1527, el Saco de Roma, en el que las tropas del emperador Carlos V asaltaron y saquearon brutalmente durante varios días la capital de la Cristiandad, hizo pensar a muchos que la época gloriosa del Renacimiento había llegado a su fin. Miguel Ángel se hallaba entonces en Florencia, donde los enemigos de los Médicis aprovecharon el acontecimiento para expulsarlos del poder y restaurar la República. Pero el régimen de libertad sucumbió definitivamente tres años después, en 1530.
El desencanto de Miguel Ángel ante este hecho quedó plasmado en un nuevo David, el llamado David Apolíneo del Museo Bargello de Florencia, realizado para Baccio Valori, el odiado gobernador principal de la ciudad en nombre de los restaurados Médicis. Nada recuerda en este David al que realizara en 1504: donde antes había fortaleza e ira, ahora vemos melancolía y pesar; el héroe vencedor no celebra su triunfo, a pesar de haber decapitado ya al gigante.
Clemente VII, antes de morir, encargó a Miguel Ángel la representación del Juicio Final para el muro de entrada de la capilla Sixtina. Su sucesor, Pablo III Farnesio (1534- 1549), ratificó el encargo. Se trata de la obra de un hombre sumido en una profunda crisis espiritual, que plasma su propia personalidad en la pintura, así como también la del Papa que la patrocinó. Admiradores ambos de Dante y de su Divina Comedia, artista y mecenas buscaban representar el terror de los condenados y el destino de los bienaventurados, sobre los que recaía inexorablemente la justicia divina. En cierto modo, tal era la visión del mundo que se impondría en toda la Europa católica con el Concilio de Trento (1545-1564) –inaugurado por el mismo Pablo III– y con el movimiento de la Contrarreforma.
Una vejez atormentada
En esa época, Miguel Ángel se puso al servicio de la política de reafirmación del poder papal, que llevó a un ambicioso programa de renovación urbanística de Roma, la capital del orbe católico. Fue así como, en su faceta de arquitecto, se consagró a obras tan imponentes como la ampliación de la basílica de San Pedro y la realización de la plaza del Campidoglio y la Porta Pía.Pese a actuar como fiel servidor del Papado, en sus últimos años Miguel ángel sufrió una profunda crisis religiosa, en la que se aprecia la influencia del círculo heterodoxo de Juan ValdésSin embargo, en esos mismos años Miguel Ángel experimentó una profunda crisis espiritual y religiosa. El artista entró en relación con Vittoria Colonna, una bella y piadosa aristócrata, para la que compuso numerosos sonetos. Ligada con el círculo de Juan de Valdés, un humanista español residente en Nápoles que propugnaba una profunda reforma de la Iglesia católica,Vittoria Colonna pudo influir en el cuestionamiento religioso de Miguel Ángel.
En todo caso, una especie de arrepentimiento empezó a dominar al artista, el cual dejó de pensar que la belleza del cuerpo humano en el arte era una expresión de la Divinidad. El miedo a la muerte, y a la condenación eterna que ésta podía acarrear, le llevó a renegar del hedonismo de las formas perfectas que dominaran antiguamente su creación. A partir del fallecimiento de su gran amiga Vittoria, la idea de la muerte será el tema predominante en su poesía.
Esta nueva sensibilidad se reflejó sobre todo en su escultura, que sufrió un profundo cambio en la fase final de su vida.Testimonio de ello son sus últimas obras, una serie de representaciones de la Piedad, tema que tendría para Miguel Ángel el significado de un réquiem. Así, en la dramática Piedad Rondanini los cuerpos de madre e hijo se funden en su agonía. Se dice que el escultor trabajó en esta obra hasta el día antes de morir. Vida y obra fueron así, para Buonarroti, una sola cosa, pues al tiempo que su vida determinaba su creación, sería su obra la razón de su existencia.
Descubre aquí todo sobre Miguel Ángel, uno de los maestros del Renacimiento
La cúpula de San Pedro del Vaticano, diseñada por Miguel Ángel.
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
Detalle del Juicio Final, con Jesucristo y su madre, María.
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
La Embriaguez de Noé.
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Pecado original y expulsión del Paraíso.
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Creación de Eva.
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Creación del sol y las plantas.
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Uno de los ignudi de Miguel Ángel.
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Detalle del rostro de Dios en la Creación del sol y las plantas, que ha quedado como iconografía de la representación del Dios creador.
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https://es.wikipedia.org/wiki/B%C3%B3veda_de_la_Capilla_Sixtina
Bóveda de la Capilla Sixtina (1508-12). Para Goethe, al contemplarla se comprende de lo que es capaz el hombre. (Para ver esta imagen en formato panorámico, pulse con el ratón sobre la imagen y vuelva a hacerlo sucesivamente sobre las nuevas imágenes que aparecerán. Si vuelve y no aumenta la imagen, vuelva a pulsar. Para desplazar la imagen emplee el cursor en los bordes de la pantalla).
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
El David, Galería de la Academia, Florencia.
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https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel
La Piedad de la basílica de San Pedro del Vaticano, de 1,74 m de altura x 1,95 m de longitud en la base (1496).
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El Juicio Final El Juicio Universal (Il Giudizio Universale) | ||
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Autor | Miguel Ángel, 1537-1541 | |
Técnica | Fresco | |
Estilo | Renacimiento | |
Tamaño | 13,70 m × 12,20 m | |
Localización | Capilla Sixtina, Roma, Ciudad del Vaticano | |
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https://es.wikipedia.org/wiki/El_Juicio_Final_(Capilla_Sixtina)
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Renacimiento
Antes de la restauración
El Dios fluvial de Miguel Ángel (1526-1527) antes de su restauración. Desde diciembre de 1965 permaneció olvidado en un depósito de la Casa Buonarroti, en Florencia.
Foto: Accademia delle Arti del Disegno, Firenze
Después de la restauración
La pieza, una vez restaurada por el Opificio delle Pietre Dure. La restauración se ha centrado en recuperar el color original de la pieza, que imitaba el mármol.
Foto: Accademia delle Arti del Disegno, Firenze
Tamaño casi real
El imponente torso de tamaño casi real representa a un dios fluvial de la mitología griega, un anciano barbudo y corpulento.
Foto: Accademia delle Arti del Disegno, Firenze
Sepulcro del Papa Julio II
Sepulcro del Papa Julio II, en la iglesia de San Pietro in Vincoli, 1505-1545, Roma.
Foto: Leemage / Aisia
La Piedad del Vaticano
Poco después de llegar a Roma, en 1498, Miguel Ángel recibió un encargo que despertó todo su genio creador. Se trataba de una estatua funeraria para el cardenal francés Jean de Billheres, un miembro de la corte papal de Alejandro VI, el papa Borgia. El tema era el de la Piedad, recurrente en la época, pero Miguel Ángel lo planteó de forma original. Frente al patetismo de las piedades nórdicas, el florentino plasmó la idea de redención sin ahondar en el sufrimiento de Jesucristo y su madre. Las figuras encarnan una belleza inmaculada e inalterable, expresión de la salvación de la humanidad propiciada por el sacrificio de Cristo.
Foto: AP / Gtres
El David de Florencia
Una cofradía ligada a la catedral de Florencia, formada principalmente por miembros del influyente gremio de la lana, encargó a Miguel Ángel, en 1501, una estatua que representara a David derrotando a Goliat. Buonarroti rompió con la iconografía habitual en la que el héroe aparece como vencedor con la cabeza de Goliat. Prefirió representar el momento previo a la acción, cuando el joven se prepara para el desigual combate. Destaca la desproporción de las manos y la cabeza respecto al cuerpo, expresión quizá de la idea de República: la cabeza simbolizaría el ideal, y las manos, el instrumento para el cambio de régimen.
Foto: AP / Gtres
El sepulcro de Julio II
Cuando el Papa Julio II encargó a Miguel Ángel, en 1505, la realización de su monumento funerario, poco podía imaginar el artista que sólo podría dar conclusión a su obra cuatro décadas más tarde. Fue éste uno de los proyectos más ambiciosos del genio florentino. El centro del conjunto lo ocupa una estatua de Moisés, en la que se ha visto un retrato idealizado de Julio II, aunque también contiene rasgos del propio artista. Se le representa en un momento de quietud previo a la acción, con el pie retrasado, el brazo que señala las tablas de la Ley, el movimiento ondulante de las barbas y la profundidad de la mirada.
Foto: AP / Gtres
La tumba de los Médicis - Estatua de Moisés
Durante su larga etapa de residencia en Florencia (1519-1534), Miguel Ángel recibió el encargo de realizar las dos tumbas de los Médicis en la sacristía nueva de San Lorenzo. La tumba de Lorenzo de Médicis está presidida por una figura central, que lo representa en actitud contemplativa, instrospectiva. Como atributos lleva una piel de león, un cofre con monedas (símbolo del tributo a pagar para entrar en el reino de los cielos) y un pañuelo. El personaje viste una armadura de tipo clásico. No hay emblemas familiares, ni ningún epitafio alude a sus hazañas, lo que indica una intención idealizante más que conmemorativa.
Vittoria Colonna. Pintura de Francesco Bachiacca. Siglo XVI. Museo Fuji, Tokio
Nápoles
En manos de reyes españoles desde mediados del siglo XV, Nápoles no dejó por ello de participar en el movimiento cultural renacentista.Vittoria Colonna, por ejemplo, reunió en Ischia un notable grupo de artistas y escritores antes de trasladarse a Roma y entablar allí relación con Miguel Ángel.
En manos de reyes españoles desde mediados del siglo XV, Nápoles no dejó por ello de participar en el movimiento cultural renacentista.Vittoria Colonna, por ejemplo, reunió en Ischia un notable grupo de artistas y escritores antes de trasladarse a Roma y entablar allí relación con Miguel Ángel.
Foto: Bridgeman
«El 'San Juanito' recuperado. Una escultura de Miguel Ángel en España»
San Juan Bautista niño (hacia 1495-1496), de Miguel Ángel.
© FUNDACIÓN CASA DUCAL DE MEDINACELI / MUSEO NACIONAL DEL PRADO
«El 'San Juanito' recuperado. Una escultura de Miguel Ángel en España»
San Juan Bautista niño (hacia 1495-1496), de Miguel Ángel.
© FUNDACIÓN CASA DUCAL DE MEDINACELI / MUSEO NACIONAL DEL PRADO
La capilla Sixtina
Los frescos de la Capilla Sixtina
La complejidad iconográfica de la obra es extraordinaria. La parte central la componen una selección de escenas del Antiguo Testamento: La creación del mundo, La creación de Adán y Eva, El pecado original, El sacrificio de Noé, El Diluvio y, por último, La ebriedad de Noé, que representa la expresión más vil del ser humano contaminado por el pecado. En ambos lados, conectando con los frescos de los muros laterales, aparecen representaciones de las Sibilas y los Profetas, que flanquean la bóveda como precursores de la llegada del Mesías. Los ángulos, ocupados por las pechinas, contienen escenas de los milagros de la salvación de Israel que prefiguran la venida de Cristo.
Capilla Sixtina, Ciudad del Vaticano
Foto: Scala
Miguel Ángel realizó los frescos de la Capilla Sixtina entre 1508 y 1512. La restauración que se realizó en la década de 1990 mostró el increíble dominio técnico del pintor, que además no contó con ayudantes para la realización de las pinturas, tan solo unos obreros que prepararon la techumbre. El tamaño gigantesco de las figuras y la dificultad de aplicar la pintura en los techos curvos convierten este fresco en una creación excepcional. El propio artista comentó en sus escritos el dolor que le provocaba trabajar desde los andamios.
Foto: Antoine Taveneaux
La creación de Adán
La creación de Adán es una de las escenas de los frescos de la bóveda de la capilla Sixtina pintados por Miguel Ángel entre 1508 y 1512 en los Palacios Vaticanos.
Foto: Scala
Colores depurados
El restaurador Gianluigi Colalucci, en 1993, limpia la cabeza de san Bartolomé en una sección del fresco del juicio final de Miguel Ángel.
Cristo y la Virgen
Foto: Vittoriano Rastelli / Corbis
Cristo, como juez supremo, aplaca con su gesto la agitación de su alrededor. Su rostro podría estar inspirado en la cabeza del Apolo del Belvedere, hoy en el Museo Pío-Clementino.
Foto: Bridgeman / Index
Cúpula de San Pedro
Tras la muerte de Miguel Ángel, la finalización de la cúpula de San Pedro recayó en Domenico Fontana y Giacomo de la Porta, que apenas variaron el proyecto original.
Foto: Johanna Huber / Fototeca 9x12
«Miguel Ángel. Encuentro con un artista universal»
Bruto (posterior a 1539), de Miguel Ángel, con la colaboración de Tiberio Calcagni.
© MUSEO NAZIONALE DEL BARGELLO, FIRENZE / MUSEI CAPITOLINI
© MUSEO NAZIONALE DEL BARGELLO, FIRENZE / MUSEI CAPITOLINI
Miguel Ángel
La Pietà de Miguel Ángel, en la Basílica de San Pedro, en Roma.
Foto: AP / Gtres
La obra maestra de Miguel Ángel
Vista general del techo de la Capilla Sixtina, donde se despliegan los frescos realizados por Miguel Ángel.
INGOLF POMPE / GTRES
El final de Cleopatra
En este dibujo, Miguel Ángel imaginó que el áspid mordió mortalmente a Cleopatra en un pecho, aunque los autores antiguos aventuran que fue en un brazo.
Foto: SCALA
Capilla Sixtina
Dios crea a Adán, de Miguel Ángel.
INGOLF POMPE / LOOK-FOTO / GTRES
Capilla Sixtina
Bóveda de la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel.
INGOLF POMPE / LOOK-FOTO / GTRES
David
En la famosa escultura de Miguel Ángel, el joven guerrero adopta una postura heroica mientras se dispone a enfrentarse con el gigante Goliat, un filisteo enemigo de Israel. Si David fue un monarca poderoso o un simple jefe local es hoy objeto de una encendida controversia entre los expertos.
Fotografiado en la Galería de la Academia de Florencia, con permiso del Ministerio de Patrimonio y Cultura
Foto: Greg Girard
La gran decepción de Miguel Ángel La realización del sepulcro del papa Julio II fue definida por el artista como la mayor tragedia de su vida
Sepulcro del Papa Julio II
Pero Julio II tenía en mente una obra aún más ambiciosa: la remodelación de la basílica de San Pedro, por la que tuvo que renunciar a los demás proyectos. Así, Miguel Ángel, que durante ocho meses seleccionó y preparó los bloques de mármol en Carrara, no recibió el pago de estos materiales. Irritado, intentó en vano conseguir una audiencia con el Papa llegando, incluso, a ser expulsado del palacio debido a su insistencia. Este proyecto le marcó profundamente, ya que lo concibió como la gran obra de su vida y se vio frustrado. Una larga lista de contratos con los herederos del pontífice, que modificaban los anteriores, y los compromisos del artista hicieron que la obra se dilatara 40 años, siendo, al final, un pálido reflejo de su idea original. De ella cabe destacar la magnífica estatua de Moisés.
Descubre aquí todo sobre Miguel Ángel, uno de los maestros del Renacimiento
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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