Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., realmente el ser humano es una bestia, que se dice racional, pero que sigue actuando desde la etapa primigenia, actuaba por instinto, y que gracias a la educación se volvió un ser inteligente pensante, diferenciándose de los animales llamados irracionales, que siguen actuando por instinto.
Pero, ahora con la tecnología de punta en ascenso, en nuestra vida íntima, seguimos tan atrasados que deberíamos ver a los animales, que solamente una vez durante el año hacen sexo y solamente para lograr la continuación de la especie, pero las hembras no escogen a cualquier macho; "su pareja" tiene que batirse con otros pretendientes y si gana recién ella le ofrece sus bondades femeninas y es digno para empreñarla.
La agencia de noticias BBC Mundo Noticias, ha elaborado un amplio reportaje, sobre los deseos y apetitos sexuales del ser humano considerando al hombre y la mujer, y los graves problemas emocionales que impiden una relación sexual armoniosa; hay hombres y mujeres en hogares muy formados que no mantienen relaciones sexuales, simplemente por la no apetencia de uno de ellos y el sufrimiento emocional del otro que si quiere; dando inicio a la búsqueda afuera de alguien que supla a su pareja.
BBC Mundo Noticias :- dice: " ...El Trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH) consiste, básicamente, en la falta persistente de interés por realizar ningún tipo de actividad sexual. Una persona afectada por este trastorno tampoco tiene —o si tiene, le ocurre con muy poca frecuencia— pensamientos ni fantasías sexuales, y está preocupada por ello. La falta de deseo es relativamente común: se estima que una de cada cinco personas pierde el interés por el sexo en algún momento de su vida y, en las mujeres, el problema es aún más pronunciado (tres de cada diez), según el Servicio de salud de Reino Unido, más conocido por sus siglas, NHS.,.."
BBC Mundo Noticias .- añade : "..Por esta razón, las causas que pueden dar lugar a la falta de deseo sexual son muchas.Las enfermedades como la artritis, el cáncer, la diabetes, la presión arterial alta o los trastornos neurológicos, por ejemplo, pueden causar la disminución del deseo sexual, explica en su página la Clínica Mayo...."
Amigos lectores, les invito a leer abajo una ampliación información de los problemas sexuales, que afectan a miles de familias...
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45222325
https://www.bbc.com/mundo/noticias-41323534
https://www.bbc.com/mundo/noticias-41484043
https://www.bbc.com/mundo/noticias-40890775
https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-39900429https://www.bbc.com/mundo/noticias-39500621https://www.bbc.com/mundo/noticias-44980433https://www.bbc.com/mundo/noticias-44807231
El Trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH) consiste, básicamente, en la falta persistente de interés por realizar ningún tipo de actividad sexual.
Una persona afectada por este trastorno tampoco tiene —o si tiene, le ocurre con muy poca frecuencia— pensamientos ni fantasías sexuales, y está preocupada por ello.
La falta de deseo es relativamente común: se estima que una de cada cinco personas pierde el interés por el sexo en algún momento de su vida y, en las mujeres, el problema es aún más pronunciado (tres de cada diez), según el Servicio de salud de Reino Unido, más conocido por sus siglas, NHS.
Esto no quiere decir que la falta de deseo constituya en sí un trastorno.
Depende y varía según cada persona, y, para poder hacer un diagnóstico, esta situación debe prolongarse por al menos seis meses, y estar asociada a sensaciones de ansiedad, angustia y dificultades en las relaciones interpersonales, le explicó la médica española especialista en sexología María José Tijeras a EFE.
Causas físicas
El deseo sexual está basado en una interacción compleja de muchos factores que pueden ser tanto físicos como psicológicos.
Por esta razón, las causas que pueden dar lugar a la falta de deseo sexual son muchas.
Las enfermedades como la artritis, el cáncer, la diabetes, la presión arterial alta o los trastornos neurológicos, por ejemplo, pueden causar la disminución del deseo sexual, explica en su página la Clínica Mayo.
Lo mismo pasa con algunos medicamentos, sobre todo con los antidepresivos. También influyen el consumo de drogas, el consumo excesivo de alcohol.
En las mujeres, los cambios hormonales pueden influir directamente en el deseo sexual.
Durante la menopausia (y también en la perimenopausia y postmenopausia) se reducen los niveles de estrógeno. Como consecuencia, disminuye el deseo sexual y también se producen cambios físicos (como la sequedad del tejido vaginal que puede dar lugar a relaciones sexuales dolorosas).
Sin embargo, destaca Tijeras, "aunque tanto los cambios anatómicos como fisiológicos ocurren de forma universal, no tienen la misma relevancia en todas las mujeres".
La libido también puede reducirse durante el embarazo, sobre todo en el primer trimestre, y la lactancia.
Causas psicológicas
El estado de ánimo es un factor crucial en el deseo sexual.
La ansiedad, la depresión, el estrés, la baja autoestima, todos ellos son factores que reducen la libido.
Igualmente afectan el deseo las experiencias sexuales previas negativas, así como los antecedentes de maltrato físico o abuso sexual.
Los problemas de pareja (ya sea un conflicto abierto o la falta de comunicación) también son otro factor importante, sobre todo para muchas mujeres, en las que la cercanía emocional es vital para crear una situación de intimidad.
Tratamiento
Dado que las causas pueden ser tan diversas no hay un tratamiento específico para tratar esta condición.
Si las razones detrás de la pérdida de la libido son principalmente psicológicas, se recomienda terapia que puede ser individual o de pareja o lo que se conoce en inglés como councelling, que son algo así como sesiones de apoyo psicológico de tendencia práctica.
No se trata de aconsejar al paciente en las sesiones de councelling, dice Tijeras, sino de "facilitarle información y las herramientas necesarias para tomar sus propias decisiones".
Por otra parte, dice, hablar de sexualidad hace que los pacientes mejoren hasta en un 80% sus problemas de sexualidad.
En cuanto a medicación, por el momento no hay un fármaco aprobado para su tratamiento, aunque se han hecho pruebas con medicamentos no específicos.
Según el NHS ciertos fármacos empleados actualmente para tratar otras condiciones han demostrado en investigaciones y ensayos clínicos ser efectivos para tratar el TDSH.
Uno de estos tratamientos consisten en la aplicación de un gel con testosterona, una hormona que cumple un rol importante en el deseo sexual, para aumentar sus niveles.
En todo caso, los especialistas recomiendan consultar con un médico si existe preocupación por la falta de deseo sexual.
En muchos casos, dice la Clínica Mayo, la solución puede ser tan simple como cambiar un medicamento que el paciente esté tomando por otro, o mejorar una enfermedad crónica que pueda estar afectando la vida sexual.
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¿Por qué las mujeres son más propensas a perder el apetito sexual que los hombres y cómo recuperarlo?
La falta de deseo sexual es un tema que puede generar tensiones o angustia en una pareja.
Y aunque esto es algo que le ocurre tanto a hombres como a mujeres, a veces el problema afecta más a un género que otro.
Esto es lo que reveló una investigación sobre actitudes sexuales en Reino Unido, que mostró que las británicas son dos veces más propensas a perder el apetito sexual cuando conviven con su pareja, en comparación con los hombres.
El estudio halló que si bien ambos sexos van perdiendo la pasión con la edad, a las mujeres les afecta más estar en relaciones largas.
En reglas generales, el trabajo encontró que los problemas de salud y de cercanía emocional afectan el deseo sexual tanto de hombres como de mujeres.
Estos hallazgos fueron realizados por investigadores de la Universidad de Southampton y el University College London, que se basaron en la experiencia de cerca de 5.000 hombres y 6.700 mujeres en el Reino Unido.
Los resultados de la Encuesta Nacional Británica sobre Actitudes Sexuales y Estilos de Vida (Natsal, en inglés) fueron publicados en el sitio científico BMJ Open.
Los investigadores resaltaron que los problemas de deseo sexual deben ser tratados analizando a las personas como un todo, más que simplemente recurriendo a las drogas.
"Dolor y miseria"
La terapeuta sexual Ammanda Major señaló que perder el interés en el sexo no es algo necesariamente anormal y dijo que existen muchas razones diferentes por las cuales las necesidades de los hombres y de las mujeres pueden cambiar.
"Para algunos es un proceso natural y normal, para otros es causa de dolor y miseria", señaló.
En total, el 15% de los hombres y el 34% de las mujeres encuestadas dijo que había perdido el deseo sexual durante tres meses o más en el pasado año.
En el caso de los hombres, la falta de interés fue más alta entre los 35 y 44 años. Para las mujeres el pico fue entre los 55 y 64 años.
Pero los investigadores resaltaron que no hubo evidencias de que la menopausia fuera un factor para las mujeres.
En cambio sí hallaron que tener hijos pequeños en la casa era algo que reducía el deseo sexual femenino.
No obstante, las principales causas por las que hombres y mujeres perdían el apetito sexual eran la mala salud física y mental, la mala comunicación y la falta de conexión emocional durante el sexo.
Según lo que reveló la encuesta Natsal, aquellos que encontraban "fácil hablar sobre sexo" con su pareja eran menos propensos a perder el apetito sexual.
Sin embargo, las personas cuyas parejas habían tenido dificultades sexuales y aquellos que eran menos felices en su relación tenían mayor tendencia a afirmar que habían perdido su interés en el sexo en algún momento.
Otro factor determinante para las mujeres era "no compartir el mismo nivel de interés sexual con una pareja y no compartir los mismos gustos sexuales".
"Más allá de los antidepresivos"
Cynthia Graham, profesora de salud sexual y reproductiva en la Universidad de Southampton, afirmó que los resultados aumentan el entendimiento de lo que hay detrás de la falta de deseo sexual en hombres y mujeres, y ayuda a tratarlo.
"Esto resalta la necesidad de evaluar y -si hace falta- tratar problemas de deseo sexual de manera holística y tomando en cuenta esa relación en particular, además de considerar los temas específicos de cada género", señaló.
Graham destacó que este no es un problema que pueda resolverse únicamente con una píldora.
"Es importante mirar más allá de los antidepresivos", dijo.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) aprobó hace un par de años la primera droga que busca aumentar la libido en mujeres.
"El sexo es algo muy personal y hablar sobre ello puede dar vergüenza. Pero el diálogo es muchas veces lo mejor que puedes hacer para mejorar tu vida sexual", aseguró la experta.
Cinco consejos para recuperar el deseo sexual:
- Empieza a hablar del tema apenas surja en vez de dejar que pase el tiempo y se agrave. Ignorarlo podría resultar en otros problemas y puede generar resentimiento. Si eso no funciona, afronta el motivo de por qué no quieres hablarlo.
- Explora otras formas de intimidad como sostenerse la mano, hablarse dulcemente, abrazarse y acariciarse, en vez de sexo de lleno.
- Sentir que no te están escuchando es una barrera para el sexo así que asegúrate de que tu pareja se sienta respetada e importante.
- Busca ayuda adicional consultando a un terapeuta sexual, un consejero de parejas, un psicólogo o a tu médico.
- Relájate: muchas parejas funcionan muy bien sin sexo, si es algo en lo que hay acuerdo.
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"Por qué no quiero tener sexo con el hombre que amo": así vive su matrimonio una mujer asexual
Se estima que entre un 1 y un 3% de la población es asexual. Eso significa que no siente ninguna atracción sexual por otras personas.
Durante años Stacey se sintió desconcertada porque no quería acostarse con nadie, ni siquiera con su marido.
"Durante mucho tiempo pensé que tenía algún problema físico o mental. Pensé que no era normal no tener deseo alguno por acostarme con alguien.
"Mis amigas hablaban sobre sus novios y sobre los famosos que deseaban, pero yo nunca pensé en alguien de esa manera, con deseo sexual.
"Cuando llegué a la veintena eso se volvió más evidente, pero no lo hablé con nadie porque pensé que iban a pensar que era una rara. Así que lo guardé en secreto.
"Pero la asexualidad tiene un espectro bastante grande, así que aunque a mi no me atraiga sexualmente una persona, sí puedo sentir una atracción romántica".
"Adoro totalmente a este hombre"
"Conocí al que ahora es mi marido con 19 años, cuando yo no sabía qué era eso de la asexualidad.
"Yo pensé que estaba un poco loca o atrasada en la curva de aprendizaje o algo así...
"Pensaba: ´adoro totalmente a este hombre y si me propone matrimonio le diré 100% que sí porque sé que quiero pasarme el resto de mi vida con él. Pero ¿por qué no quiero acostarme con él? Es una locura´.
"Mi marido y yo nos embarcamos juntos en una especie de viaje a lo desconocido.
"Él me dio mucho apoyo, nunca me pidió que hiciera nada con lo que no me sentía cómoda. Su actitud era ´estoy enamorado de ti y esperaré lo que haga falta, si es que sucede algún día´.
"Pero las normas sociales sugieren que tener relaciones sexuales e hijos es la manera en como progresan las relaciones y eso era todo lo que hacían mis amigos. Yo pensaba, ´hay esta expectativa de que yo me acueste con mi marido y tenga hijos´.
"Empecé a tener una pesadilla recurrente en la que mi marido me dejaba por alguien que era igual que yo pero que se acostaba con él, y llegué a un punto en el que mis propias ansiedades me hacían estar insoportable y decidí averiguar qué me pasaba para solucionarlo.
"Para entonces tenía 27 o 28 años.
"Y entonces cometí el grave error de buscar en Google razones médicas por las que una persona tiene una libido baja.
"Había muchas cosas pequeñas de fácil solución, como niveles hormonales raros, pero en lo que yo me fijé fue en un tumor cerebral.
Pensé: ´Dios mío, me estoy muriendo de un tumor cerebral´.
Pero cuando se lo consulté a la médica me dijo: ´Tranquila, probablemente solo sea que eres asexual´.
"Yo nunca había escuchado ese término antes.
"Es una orientación"
Las personas asexuales no experimentan atracción sexual hacia otras, describe Joseph De Lappe, investigador sobre la asexualidad de la Open University de Reino Unido.
La prevalencia de entre un 1 y un 3% de la población viene de un estudio científico británico realizado en los años 90, que concluyó que ese porcentaje de personas "tenían algún tipo de orientación asexual", le dijo a la BBC.
Según De Lappe las personas asexuales pueden físicamente sentir excitaciónpero "la característica clave típica que tienen es que no son otras personas las que los excitan".
Es como si fueran naturalmente célibes, sin escogerlo como una opción de vida.
El experto dice que no existe una razón por la que algunas personas son asexuales.
En los dos grandes estudios científicos recientes que analizaron la asexualidad, los investigadores estudiaron muchos factores para explicar la condición: psicológicos, hormonales, depresión, etc.
Al final, según De Lappe, la conclusión que es una orientación, de la misma manera que la homosexualidad o la heterosexualidad lo son.
"Es increíblemente difícil de entender para la gente que tiene un impulso sexual típico", dice De Lappe.
"Es un tema muy difícil que presenta muchos desafíos para la gente", explica el experto, porque algunos asexuales, no todos, sí tienen expectativas románticas".
Muchas personas asexuales sienten que desde la adolescencia no encajan en la sociedad, sienten que decepcionan a sus familias cuando rechazan formar relaciones y sufren cuando las personas de su entorno insisten en ayudarlos a ir a citas o a tener relaciones sexuales, según los testimonios de varias personas asexuales que se pusieron en contacto anónimamente con la BBC.
Hacemos "todo lo que hace una pareja menos las relaciones sexuales", según le describió a la BBC un hombre asexual casado con otra persona asexual.
"No quieres ir más allá de cenar juntos y darte unos besos".
"No se te pasa por la cabeza querer hacerle cosas sexuales a otra persona", describió.
"Nunca sentí eso que la mayoría de la gente describe como "estar caliente""
Cuando la doctora le sugirió a Stacey que visitara varias páginas web sobre la asexualidad, ella descubrió un mundo que le pareció "emocionante".
"De repente es como si encontrara a mi gente.
"Investigué un poco y empecé a sentirme mucho más cómoda conmigo misma. Hablé con mi marido y le dije ´esta categoría digamos que apaga las posibilidades para siempre´.
"Y él, me dio entender que ´más o menos ya lo había asumido así, que lo aceptaba´.
"El ha sido absolutamente genial, súper comprensivo. Me gusta pensar que es por mi personalidad arrolladora que él piensa ´tengo que quedarme con esta´.
"Yo nunca sentí eso que la mayoría de la gente describe como estar "caliente", y si alguna vez sí siento algo que se le pueda parecer, es muy, muy pequeño, como algo que me pica y tengo que rascar.
"Para mi es un proceso muy biológico, no lo vivo como excitación, no sé si eso tiene sentido, y no quiero involucrar a otra persona en eso, ni siquiera a mi marido.
"Es algo así como ´aquí hay una sensación, la resuelvo´.
"Es como si me desvinculara de ella.
"Para mi es casi un consuelo"
"La asexualidad es un espectro y algunas personas asexuales, una vez que han establecido una relación con una persona, se sienten cómodas teniendo relaciones sexuales.
"Pero para mí, cada vez que me acercaba a eso, mi cuerpo entero decía ´no gracias, para eso ahora, no me interesa´.
"En cuanto a hijos, bueno, hay muchas maneras de tenerlos si los quisiera, no es algo que esté totalmente fuera de las posibilidades.
"Solo hace tres o cuatro años que soy consciente de lo que es la asexualidad, pero para mi es casi un consuelo: me ha ayudado mucho a entender quien soy, cómo me comporto y cómo funciona mi mente.
"Celebro ser asexual, me siento orgullosa y hablo del tema porque me gustaría que más gente lo entienda y no juzgue a las personas por no querer tener relaciones sexuales.
"Creo que si hubiera sabido a los 18 o 19 años lo que era la asexualidad mi salud mental habría sido mucho mejor durante la mayor parte de la veintena".
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"Los orgasmos son mejores a los 80 años": así viven las mujeres su sexualidad pasados los 60
Joyce, Shirley y Dee son tres británicas de 82, 61 y 69 años respectivamente que hablaron con el programa Daily , de la emisora5 Livede la BBC sobre un tabú casi universal: el de la sexualidad en la tercera edad.
La charla radiofónica surgió a raíz de una encuesta organizada por el propio programa en Reino Unido cuyos resultados sugieren que las personas entre los 60 y los 70 años tienen relaciones sexuales varias veces al mes.
Además, según el sondeo, ese número se mantiene relativamente alto a medida que las personas envejecen: una de cada seis personas de más de 70 años dice que tiene relaciones sexuales varias veces al mes, o incluso con mayor frecuencia.
A continuación transcribimos algunos de los momentos más interesantes de la conversación.
¿Cómo son los orgasmos cuando eres mayor?
Esa fue una de las preguntas que les hizo la presentadora del programa, Emma Barnett. Y las tres coincidieron en la respuesta:
"Probablemente mejor, diría yo", respondió Shirley.
"Yo también lo creo", dijo Dee.
Entonces Barnett concretó aún más la pregunta: ¿mejor a los 80 que a los 20?
Y Joyce respondió convencida: "Sí, yo de verdad creo que sí".
Una de las razones por las que estas tres mujeres coinciden en que las relaciones sexuales con la edad son mejores es porque con los años dicen conocerse mejor a sí mismas y sus cuerpos.
Según Dee, con la edad no te preocupas por lo que piensan los otros. "Yo ya crecí, ya cometí mis errores y ya aprendí mis lecciones. Te sientes más cómoda con la persona que eres. Yo no he tenido tanta confianza en mi misma en la vida", dijo.
Con la edad "estás más en control de lo que quieres", dice Shirley.
Las tres coinciden en que al conocer mejor sus cuerpos saben cómo buscar el placer y tienen la confianza de decírselo o "mostrárselo" a sus parejas.
Además en general tienen menos estrés y no hay preocupación por quedarse embarazadas.
¿Cual es la diferencia con las relaciones sexuales a una edad más joven?
"Nos reímos mucho. Hay muchos crujidos y quejidos y algunas posiciones son incómodas pero nos lo tomamos con humor", dice Joyce, que vive felizmente con su marido también octogenario, con el que ha llegado a tener relaciones dos veces en el mismo día.
"No tienes la ansiedad de tener que hacer un show", bromea.
Según Joyce, la gente joven concibe el sexo como algo que gira en torno a la belleza, al glamour, a una barriga con buenos abdominales, a una piel perfecta y los empujones del coito, pero "cuando te haces mayor te das cuenta de que lo importante es el contacto humano".
Las tres mujeres coinciden en que la sensibilidad ante el placer es la misma. "La sensualidad no cambia con la edad. Es la misma excitación y el mismo placer. Es igual de agradable. Aunque quizás los niveles hormonales sean más bajos".
"La gran diferencia sin duda es el tiempo", apunta Joyce. "Cuando estás jubilado tienes tiempo".
"Tienes tiempo para darte placer mutuo y puedes escoger cuándo quieres pasar un rato feliz. Tienes el tiempo que no tenías cuando eras más joven, porque no tienes las mismas presiones", añade.
"Puedes levantarte, tomar una taza de té y quedarte en la cama... Después alguien llama a la puerta y tú puedes decir "uy, perdona, estaba descansando...", cuando en realidad estabas haciendo otra cosa", bromea la octogenaria.
Joyce apunta que "la libido puede ser más baja, pero eso no quiere decir que no busques las caricias, los abrazos, los mimos, todas esas cosas que crean una relación íntima entre dos personas que quieren darse placer".
"Y eso es igual de agradable cuando eres mayor que cuando eres joven".
Las relaciones sexuales ya no son "algo que te hacen"
Cuenta Dee -que se casó tres veces-, que cuando era joven en los años 60 creció con la idea de que en las relaciones sexuales "las chicas buenas no toman la iniciativa".
Perdió la virginidad con su primer marido con quien ella nunca inició el contacto sexual.
Con su segundo marido descubrió el sexo de una manera "explosiva" y dice que fue ahí cuando se dio cuenta "de cuan placentero el sexo podía llegar a ser".
"Cuando era joven el sexo era algo que los hombres le hacían a las mujeres", describe ahora, con 69.
"Tuve que llegar casi a los 40 para darme cuenta de que es una relación para el placer mutuo".
En su tercer marido, con el que estuvo casada 28 años, encontró el compañero ideal: un gran padre y compañero emocional y sexual.
La pareja se mantuvo sexualmente activa hasta poco antes de que su marido enfermara y muriera hace un par de años.
¿Por qué evitamos hablar de sexo entre las personas mayores?
"Creo que todo empieza cuando eres una niña y no puedes ni imaginarte la idea de que tus padres tengan relaciones sexuales", dice Shirley.
"Piensas oh, no, y te da náuseas".
Según Shireley la sociedad actual está tan obsesionada con la apariencia y la belleza que en ese contexto la gente mayor se vuelve invisible. Por eso el sexo entre personas de edad se vuelve una especie de tabú, pero las tres mujeres coinciden en que sus amigas en general se mantienen sexualmente activas también.
Shirley no tiene pareja desde el año 2000 pero dice que tiene una vida feliz y plena.
"Yo me masturbo".
Con 61 años dice que no extraña tener pareja porque no ha encontrado a la persona adecuada.
"Puedo darme placer a mi misma y no necesito tener que hacer concesiones", dijo.
Dice que recibe atención de los hombres pero que a ella ahora no le interesa tener unas relaciones sexuales desenfrenadas y rápidas, como cuando era más joven.
"No estoy buscando ninguna solución rápida. Lo que quiero es tener una vida plena".
¿Cómo te sientes al desnudarte en frente de alguien por primera vez a los 70?
"Quizás deba tomarme antes un par de vasos de vino", bromea Dee.
Pero luego cuenta que se dice a sí misma "¿sabes qué, Dee? Está todo bien, no eres perfecta, tienes tu barriga y tus arrugas, pero está todo bien".
"Y si alguien no puede ver lo genial que soy, ese es su problema", añade.
Shirley puntualiza que las mujeres jóvenes tienen muchas inseguridades sobre su aspecto. "Eso mejora con los años".
Y un mensaje para las jóvenes: el espíritu sigue teniendo 18
"A medida que creces tú te sigues sintiendo joven, muy joven, eso no cambia", dice Joyce.
"Cuando tienes 80 es como cuando tienes 18 pero tu cuerpo está arrugado y tienes algunas partes raras por ahí, pero eres la misma persona".
"Yo le diría a las jóvenes que no se preocupen por las arrugas. El atractivo sexual está en como eres, en el brillo que tienes en los ojos, en la alegría de vivir que irradias...".
"Y eso dura hasta los 90".
"Quizás pasados los 90 se empiece a debilitar un poco", concede.
"O quizás no", apunta Shirley. "Si, quizás no", concuerda Joyce con una sonrisa.
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En lo que a sexo se refiere, vivimos en una de las épocas más liberales de la historia de la humanidad. El acceso a nuevas tecnologías desarrolladas en los últimos 40 años, inventos como la píldora anticonceptiva o aplicaciones de citas como Grindr o Tinder, han abierto un nuevo mundo de posibilidades.
La maduración de la revolución sexual nacida en la década de 1970 flexibilizó muchas normas sociales.
En la actualidad, crece la aceptación del sexo prematrimonial, el divorcio, la homosexualidad e incluso prácticas más controvertidas, como el poliamor -tener más de una relación de manera simultánea- o el intercambio de parejas.
A pesar de todo ello, muchos investigadores sugieren que tenemos menos relaciones sexuales que hace unas décadas.
En marzo los investigadores estadounidenses Jean Twenge, Ryne Sherman y Brooke Wells publicaron un artículo en la revista académica de sexología Archives of Sexual Behavior en el que demostraban que, de media, los estadounidenses practicaban sexo nueve veces menos a principios de la década de 2010 que a finales de la de 1990.
Según la investigación, en un lapso de poco más de 10 años pasaron de tener un promedio de 62 relaciones sexuales por año a 53, lo que supuso un descenso del 15%.
A pesar de que este deterioro de la actividad sexual no estuvo influido por factores como el género, la raza, los niveles educacionales o la posición social, aunque las relaciones matrimoniales sí experimentaron una mayor caída a principios de la presente década.
Pero parece que el fenómeno es global.
En 2013, la Encuesta Nacional de Actitudes Sexuales y Estilos de vida (Natsal, por sus siglas en inglés) encontró que los británicos con edades comprendidas entre los 16 y los 44 años practican sexo menos de 5 veces al mes en promedio.
Este dato supuso una caída con respecto a la última encuesta, realizada en el año 2000. En ese entonces el promedio era de 6,2 veces al mes en el caso de los hombres y de 6,3 para las mujeres.
Otro estudio realizado en Australia en 2014 aseguró que las personas implicadas en una relación heterosexual practican sexo 1,4 veces por semana (1,8 en 2004), mientras que en Japón datos publicados recientemente revelan que el 46% de las mujeres y el 25% de los hombres con edades comprendidas entre 16 y 25 años "desprecian" el contacto sexual.
Viendo este tipo de resultados surge la siguiente pregunta: ¿qué cambió?
El porno y las redes sociales tienen la culpa
Lo más sencillo es echarle la culpa a la tecnología. Los principales acusados son la pornografía en internet y las redes sociales.
En este sentido, muchos investigadores enfocan sus estudios en el aumento de la pornografía online y en su potencial adictivo.
De hecho, hay quienes han llegado a calificar la "adicción al sexo en internet" como un desorden psiquiátrico o una enfermedad mental.
Asimismo, especialistas en sexología reconocen que muchas personas ven en el porno un reemplazo al sexo real, algo que limita el deseo sexual en las relaciones de pareja.
La pornografía, además, está acusada de proyectar una imagen irreal del sexo, lo que provoca síntomas como la "anorexia sexual" (bajo nivel de interés sexual) o la "disfunción sexual inducida", que impide mantener relaciones íntimas con normalidad.
En 2011, una encuesta realizada a 28.000 consumidores de porno en Italia reveló que muchos de ellos visitaban páginas de este tipo de forma "excesiva".
Y es que, según el investigador Carlo Foresta, el consumo diario de porno provoca que muchas personas se acostumbren a ver escenas "muy violentas" y nada habituales en las relaciones sexuales normales.
De acuerdo con esta teoría, estas imágenes "irreales" y tan habituales en el porno dificultarían que muchos hombres logren excitarse cuando mantienen sexo con sus parejas.
Hay investigadores que, incluso, establecen un vínculo entre el porno y las relaciones matrimoniales.
En 2014, Michael Malcolm y George Naufal llevaron a cabo un estudio en Estados Unidos en el que participaron 1.500 usuarios de internet de entre 18 y 35 años.
Los resultados, publicados en la revista académica Eastern Economic Journal, revelaron una fuerte relación entre niveles de uso de internet elevados y tasas bajas de relaciones matrimoniales.
Pero la culpa no es sólo de la pornografía. Del deterioro de nuestra vida sexual también son responsables las redes sociales.
Mientras que en el pasado muchos estudios aseguraban que tener una televisión en el dormitorio reducía de forma significativa la actividad sexual, hoy en día no faltan los investigadores que señalan que interactuar en redes sociales en la cama provoca efectos similares.
Una visión diferente
Existen, sin embargo, muchas y buenas razones para cuestionar estas dos conclusiones.
Los investigadores especializados en la influencia de la pornografía en nuestra vida sexual están divididos.
A pesar de que muchos consideran que la "adicción al sexo en internet" es culpable del descenso de la actividad, otros realzan el potencial de la pornografía como acicate de la vida sexual.
En 2015, por ejemplo, un artículo publicado en la revista Sexual Medicine sostenía que visualizar porno durante al menos 40 minutos dos veces por semana estimula la libido y el deseo sexual.
Lo mismo ocurre en el caso de las redes sociales.
A pesar de que muchos dispositivos electrónicos son capaces de provocar distracción, su uso ha generado un aumento de las posibilidades para mantener sexo.
De hecho, varias investigaciones han revelado que aplicaciones como Grindr o Tinder aceleran la vida sexual de muchas personas, permitiéndolas tener sexo con otros individuos y con mayor regularidad.
Por tanto, si bien la tecnología tiene un impacto considerable en nuestra vida sexual, no es la única culpable de la reducción de la actividad.
Encadenados al escritorio
En el mundo occidental las jornadas de trabajo son extremadamente largas. En Estados Unidos, por ejemplo, un empleado a tiempo completo trabaja 47 horas de media a la semana.
Es lógico, por tanto, que la fatiga y el estrés provocados por la actividad laboral influyan en la caída de la actividad sexual.
Pero, una vez más, no hay que precipitarse a la hora de sacar conclusiones.
En 1998, un estudio publicado por Janet Hyde, John DeLamater y Erri Hewitt en la revista Journal of Family Psychology encontró relación entre la actividad laboral y la sexual.
Según los investigadores, la satisfacción, el deseo y la vida sexual de las amas de casa no es inferior al de las mujeres que trabajan a tiempo parcial o completo.
Es más, en contraposición al resto de sus hallazgos, Twenge, Sherman y Wells encontraron una relación sólida entre una vida laboral intensa y una frecuencia sexual elevada.
Pero esto no quiere decir que el trabajo no influya en la actividad sexual. De hecho, es más un tema de calidad que de cantidad.
Tener un mal trabajo puede ser peor para la salud mental que no tener trabajo. Algo que puede extenderse a la vida sexual.
El estrés, en particular, es cada vez más visto como un indicador de la actividad y la felicidad sexual.
El estilo de vida moderno
Hay muchas razones que justifican la influencia de la salud mental en la vida sexual.
Las sociedades occidentales en particular han sufrido una epidemia de enfermedades mentales en las últimas décadas, con especial influjo de las depresiones y los desórdenes de ansiedad.
La inseguridad laboral e inmobiliaria, el miedo al cambio climático y otros factores como la destrucción de los espacios comunes o el deterioro de la vida social influyen y provocan problemas relacionados con la salud mental.
La ciencia conecta esta epidemia con el creciente aumento de la inseguridad, muy presente en la naturaleza de la vida moderna.
En este sentido, la mayoría de investigadores coincide en que son los jóvenes los que más sufren la caída de la actividad sexual.
Un estudio de Jean Twenge, por ejemplo, concluye que los millennials (personas nacidas entre los años 1980 y 2000) tienen menos encuentros sexuales que los jóvenes de la Generación X (1960-1984) y los del Baby Boom (1946-1965).
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Las mujeres que tienen sexo con extraños para salvar sus matrimonios
En Reino Unido, el llamado matrimonio "halala" se negocia por miles de dólares en internet, según reveló una investigación de la BBC.
En palabras simples, este tipo de unión es una interpretación mayoritariamente prohibida de la ley islámica que le permite a una mujer divorciada volver a casarse con su ex, luego de que ambos se arrepintieran de la separación.
Para ello tienen que casarse con otro, consumar el matrimonio (tener sexo) y que el otro se "divorcie" de ella repitiendo tres veces la palabra "talaq" ("divorcio").
Sólo entonces, bajo esta interpretación, la mujer puede volver a casarse con su ex quien, usualmente, se divorció de ella de la misma manera y luego se arrepintió.
Pero hoy el "servicio" de casarse y tener sexo con divorciadas en estas condiciones se volvió un negocio en Reino Unido.
La Red Asiática de la BBC, junto con el programa de Victoria Derbyshire, investigaron el fenómeno.
Farah -nombre ficticio- conoció a su marido después de que se lo presentara un amigo de la familia cuando tenía 20 años. Se casaron y tuvieron hijos, pero el abuso no tardó en llegar.
"La primera vez que fue abusivo fue por dinero", le dice a la red asiática de la BBC junto al programa de Victoria Derbyshire.
"Me arrastró del pelo por dos habitaciones y trató de echarme de la casa".
A pesar del abuso, Farah esperaba que las cosas cambiaran. La conducta de su marido se volvió cada vez más errática, y finalmente se "divorció" de ella a través de un mensaje de texto.
"Yo estaba en casa con los niños y él estaba en el trabajo". Durante una acalorada discusión me envió un texto diciendo, 'talaq, talaq, talaq'".
El "triple talaq" -donde un hombre dice tres veces seguidas la palabra 'divorcio' en árabe- es una práctica que termina un matrimonio islámico instantáneamente, según la creencia de algunos musulmanes.
Está prohibida en la mayoría de los países musulmanes, pero todavía sucede, aunque es imposible saber exactamente cuántas mujeres están "divorciadas" de esta forma.
"Le pasé el teléfono a mi papá y él dijo: 'Tu matrimonio ha terminado, no puedes volver con él'".
Capaz de todo
Farah dice que estaba "absolutamente angustiada", pero dispuesta a volver con su exmarido porque era "el amor de mi vida".
Y él también estaba arrepentido, dice Farah.
Esto llevó a Farah a buscar un halala, práctica aceptada por una pequeña minoría de musulmanes que se suscriben al concepto del triple talaq.
Ellos creen que halala es la única manera en que una pareja divorciada que desea reconciliarse puede volver a casarse.
Halala implica una mujer "divorciada" casándose con otra persona, consumando el matrimonio y luego divorciándose de esta persona. Después de este proceso, ella puede volver a casarse con su primer marido.
Pero en algunos casos, las mujeres que buscan servicios de halala quedan en riesgo de ser explotadas financieramente, chantajeadas e incluso abusadas sexualmente.
Es una práctica que la gran mayoría de los musulmanes están fuertemente en contra y se atribuye a una mala interpretación de las leyes islámicas en torno al divorcio.
Una investigación de la BBC encontró una serie de cuentas en línea que ofrecen servicios halala, varias de las cuales están cobran miles de dólares para participar en los matrimonios temporales.
Desesperación
Un hombre que anunciaba sus servicios halala en Facebook le dijo a una reportera de la BBC que se hizo pasar por una mujer musulmana divorciada que debía pagarle unos US$3.120 y tener relaciones sexuales con él para que el matrimonio se consumara. Entonces, él se divorciaría y el servicio finalizaba.
El hombre también aseguró que hay varios otros trabajando con él. Uno de ellos inicialmente se negó a divorciarse de una de sus "clientas" luego de que el servicio se completara, según contó el hombre.
Sin embargo, no hay nada que sugiera que esto sea ilegal.
Tras la reunión, la BBC contactó al hombre quien rechazó cualquier acusación en su contra, alegando que nunca ha realizado o estado involucrado en un matrimonio halala y que la cuenta de Facebook que creó fue por diversión, como parte de un experimento social.
En su desesperación por volver con su marido, Farah comenzó a tratar de encontrar hombres que estuvieran dispuestos a un matrimonio halala.
"Sé de mujeres que lo hicieron a espaldas de sus familias y fueron usadas durante meses", cuenta.
"Fueron a la mezquita, donde aparentemente había una habitación designada para esto y el imán, o quien ofrece estos servicios, se acostó con ella y luego permitió que otros hombres también durmieran con ella".
Pero el Consejo islámico de la Sharia en el este de Londres, que aconseja regularmente a las mujeres sobre cuestiones relacionadas con el divorcio, condena enérgicamente los matrimonios halala.
"Es un matrimonio falso, se trata de ganar dinero y abusar de personas vulnerables", dice Khola Hasan, de la organización.
"Es haram, está prohibido, no hay una palabra más fuerte que pueda usar. Hay otras opciones, como obtener ayuda o terapia, pero nadie debiera pasar por eso. Pase lo que pase, nadie necesita un halala", añade .
Farah finalmente decidió no volver con su marido ni pasar por los riesgos de un matrimonio halala. Pero ella advierte que hay otras mujeres por ahí, como ella, que están desesperadas por una solución.
"A menos que estés en esta situación, divorciada, y sintiendo este dolor, nadie va a entender la desesperación", asegura.
"Si me preguntas ahora que estoy sana, nunca lo haría, no voy a dormir con alguien para volver con un hombre. Pero en ese momento estaba desesperada por volver con él".
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En una época en la que basta deslizar el dedo hacia la derecha en la pantalla del celular para decirle a alguien que te gusta, hacer 10 preguntas "críticas" puede ahorrarte mucho tiempo.
O al menos eso es lo que recomiendan la baronesa Fiona Shackleton, una abogada especializada en divorcios, y un grupo de académicos de la Universidad de Exeter, quienes colaboraron en un estudio que analiza las cuestiones clave que los potenciales amantes deben hacerse el uno al otro antes de embarcarse en una relación seria.
Según la encuesta, realizada entre parejas exitosas, abogados de familia y conciliadores, las relaciones duran más cuando se construyen sobre una base de amistad, respeto, intereses compartidos y expectativas realistas.
Y Shackleton, quien ha representado a numerosas estrellas, como Paul McCartney, dice que hacerse las preguntas adecuadas en una etapa temprana puede ahorrarte dolores de cabeza futuros.
"Más del 50% de las personas que me consultan sobre divorcio me dicen que se dieron que eran básicamente incompatibles con sus parejaspoco antes o en los primeros momentos de sus matrimonios", dice la abogada, con una experiencia de más de 40 años en el tema.
Podría decirse que ese no es el mejor momento para llegar a esa conclusión.
Para Shackleton, las mejores relaciones a largo plazo tienen lugar cuando las dos personas tienen ideas realistas sobre lo que constituye una relación feliz, formada por matrimonios que han visto a través de sus padres u otros miembros de la familia.
"Los buenos amigos son los mejores amantes"
Los investigadores entrevistaron a 43 parejas que estuvieron casadas durante 10 años, o que se separaron durante este período, y otras 10 parejas —homosexuales y heterosexuales—, que vivieron juntas por lo menos 15 años.
El estudio halló que es importante para las parejas hacerse continuamente las siguientes 10 preguntas para construir la relación.
1. ¿Somos compatibles? Según la encuesta, muchas de las parejas exitosas empezaron como "amigos" primero, con una relación íntima desarrollándose lentamente. Por eso, los investigadores creen que las parejas deben cuestionarse si son "compatibles" basándose principalmente en la amistad.
2. ¿Tenemos una fuerte base de amistad? Los expertos dicen que una amistad subyacente había ayudado a las parejas a enfrentar algunos eventos negativos, como un duelo o una aventura amorosa. El estudio también encontró que las parejas separadas a menudo carecían de una base sólida de amistad.
3. ¿Queremos las mismas cosas? Según el estudio, las parejas duraderas comparten valores, esperanzas, sueños y expectativas del otro y de la relación.
4. ¿Nuestras expectativas son realistas? Al analizar las muestras, los expertos encontraron que las parejas exitosas tenían expectativas realistas sobre el matrimonio y las relaciones. Sabían que no sería sencillo y estaban dispuestas a buscar ayuda profesional, así como a trabajar arduamente en la relación.
5. ¿Generalmente vemos lo mejor el uno del otro? Los expertos creen que la compasión es clave y dicen que, aunque construir el amor compasivo puede tomar tiempo, cuando sucede, estas parejas tienden a ver lo mejor en el otro y a hacer concesiones cuando es necesario.
6. ¿Los dos trabajamos para mantener nuestra relación vibrante? Las parejas en relaciones duraderas mostraron que se ocupaban el uno del otro en los rituales diarios y pequeños actos de atención, de una manera que era significativa para el otro.
7. ¿Creemos que podemos discutir cosas y plantear problemas entre nosotros? Es necesario tener tiempo para hablar de tu día, o de problemas de nivel más profundo para tener una relación exitosa, ya que la comunicación abierta fomenta la intimidad.
8. ¿Estamos comprometidos a trabajar en tiempos difíciles? La capacidad de las parejas para adaptarse al cambio es esencial para tener una relación duradera. Cuando las parejas permanecen juntas durante períodos de adversidad, a menudo hablan de un fortalecimiento de la relación como resultado.
9. ¿Nos uniríamos para superar las etapas demandantes? Los investigadores descubrieron que la forma en que las personas enfrentan las presiones de la vida, como la pérdida de un ser querido, una aventura amorosa, dificultades financieras o la paternidad, especialmente cuando la pareja tiene diferentes estilos de crianza, es clave y requiere buenas habilidades para relacionarse.
10. ¿Tenemos cada uno de nosotros a personas de apoyo alrededor? Todos queremos que a nuestra familia y amigos les guste la persona con la que hemos decidido comprometernos. Los expertos hallaron que las redes de apoyo de familiares y amigos enriquecieron la vida de las parejas. Las mujeres, en particular, obtuvieron un apoyo sustancial de sus madres, hermanas y/o amigos.
Entonces, ¿hay esperanza para tu relación?
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Hay pocas cosas peores a que te rompan el corazón. Quienes han pasado por ello lo saben.
La última vez que me ocurrió a mí fue exactamente hace un año.
En mi caso, un amor lleno de promesas para toda la vida llegó abruptamente a su fin.
Yo estaba a punto de mudarme con la persona que amaba pero, de repente, él cambió de idea.
Fue un duro golpe y sentí que ya nunca sería la misma.
De la ciudad al campo
No era la primera vez que sufría una ruptura. Mi estrategia habitual para lidiar con ello distaba poco de ser original: salir, emborracharme, olvidarme de todo por un momento, y volver a repetir lo mismo.
Pero esto había demostrado ser un remedio ineficaz porque, realmente, uno nunca puede olvidar. Al menos de verdad.
Así que el año pasado, decidí probar algo distinto. Con 32 años dejé Londres —donde viví durante 27 años de mi vida— y me mudé al campo.
La idea de tener que vivir en ese estado en el que uno trata de superar la relación, mientras tienes el temor constante de encontrarte con tu ex —en el autobús, en la calle, en cada esquina— me parecía intolerable.
Estaba segura de que un nuevo comienzo en un lugar completamente diferente a la ciudad me curaría.
Puede que no tuviese mucho dinero (tan solo unos US$200 en mi cuenta de ahorros), pero tenía un proyecto que realizar y soy buena administrando mis recursos. Estaba decidida a hacerlo durar lo más que pudiese.
Aislada y sin amigos
Por los siguientes ocho meses, me metí de lleno en una —por falta de un mejor nombre— "terapia del corazón".
Caminé kilómetros, nadé en el mar, lloré y trabajé como nunca antes lo había hecho.
Aún así, una profunda tristeza seguía acompañándome.
Me di cuenta de que la vida en el campo, para alguien que vivió la mayor parte de su vida en la ciudad como yo, me dejaba completamente aislada.
Tuve la fortuna de contar con el apoyo de mi familia, pero descubrí que necesitaba mucho a mis amigos.
Después de un tiempo, la mayoría dejó de llamar, porque la vida continúa, ¿no?
Las promesas de visitas nunca se cumplieron y me sentí más sola que nunca.
¿Qué es tener el corazón roto?
"Básicamente, es un estado provocado por una pérdida emocional devastadora", explica Jo Hemmings, psicóloga conductista y experta en relaciones de pareja.
"Si bien es diferente para cada uno de nosotros, el sentimiento intenso de tristeza, pena y la sensación abrumadora de que nunca vamos a poder superar el dolor es común (en todos los casos)".
"En términos del cerebro, las zonas que registran el dolor físico se activan de la misma manera que con el dolor real. También puede generar síntomas de abstinencia, muy similares a los que sufren los adictos a las drogas".
Para mí, se sentía como si mi cuerpo se hubiese quemado por dentro.
Controlar esos síntomas de abstinencia es el verdadero desafío. La tentación de intentarlo una vez más —llamar a un ex, rogarle, recordarle sobre la relación— puede ser irresistible.
"En términos emocionales, una mala ruptura te hará pasar por cinco etapas de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación", explica Hemmings.
"Por lo general, hay recaídas en este proceso".
Cómo recuperarse
Superar esta situación es, en mi opinión, un arte. Pero eso no quiere decir que no podamos aprender nada de la ciencia.
Una serie de estudios han analizado que pasa realmente cuando nos rompen el corazón y cómo lidiar con ello.
Un estudio publicado recientemente en el Journal of Experimental Psychology, por ejemplo, investigó la efectividad de tres estrategias de superación: pensar en cosas malas de tu ex, aceptar y hacerse cargo de los sentimientos de amor por tu expareja y distraerte con buenos pensamientos que no tengan nada que ver con tu ex.
Aunque ninguna es perfecta, las tres sirvieron para reducir la respuesta emocional de los participantes a sus exparejas, así que una combinación de estos tres métodos es un buen lugar para empezar.
Por ejemplo: "Tu ex tenía un aliento muy feo por la mañana y una admiración poco sana por el sonido de su propia voz. Horrible".
Luego: "Está bien haber amado a alguien, eso es bueno aunque ahora veas que esa persona es horrible".
Y finalmente: "¿No está hoy hermoso el tiempo?".
Dee Holmes, experto en relaciones de pareja, sugiere otra buena forma de empezar.
"Date tiempo para regodearte (en ello). No creo que sea poco razonable tomarte un día libre en el trabajo. Si estás en shock, puede que sea lo más seguro, dependiendo de tu trabajo".
"Habla con tus amigos y lleva un diario de cómo te sientes. Pero no dejes que eso domine tu vida. Y no tomes decisiones apresuradas".
"Puede que pienses que no puedes vivir en la casa sin tu ex, pero una vez que cambias las cosas de lugar y si quizás pintas las paredes, puedas sentir que puedes quedarte".
Hemmings recomienda dejar de seguir a tu ex en las redes sociales. "Elimina o borra todo lo que te despierte recuerdos dolorosos, como fotos, textos, etc.", dice.
"Suena drástico, pero ayuda a sanarse".
"No lo llames ni le envíes textos, sobre todo por la noche. Escribe borradores y luego elimínalos, o escribe lo que sientes en un lugar privado. No lo sigas ni controles qué está haciendo".
Con la mirada hacia el futuro
En cuanto a las etapas del duelo, la ira puede jugar un papel. De hecho, la furia que sentí por momentos era "volcánica".
La rabia tiene sin duda sus beneficios. Por ejemplo, es difícil extrañar a alguien a quien detestas.
Pero algunos expertos no recomiendan esta forma de psicología invertida.
Un video de coaching personal llamado "Cómo olvidarse de alguien" dice que, en primer lugar, no hay que convencerse de que nunca nos gustó, sino analizar qué era lo que no gustaba de esa persona.
Luego, dice, hay que preguntarse: "¿sería posible encontrar esas cualidades en una futura pareja?
Estrategia
En mi caso ¿qué era lo que me gustaba de mi ex? Sobre todo, que era amable.
¿Hay otras personas amables en el mundo? Claro que sí.
Descubrí que diseccionar mi relación de esa manera me era muy útil. No al principio: la teoría de que "hay muchos peces en el mar" no tenía mucha fuerza en la primera etapa y cuando la gente me decía esa frase, solo aumentaba mi creencia de que no me entendían.
Pero con el tiempo, aceptar la idea de que mi ex no era perfecto y que algunas características de él que yo encontraba atractivas podían encontrarse en otros, fue un logro importante para mi.
Si combinas todo esto, aparece un plan: acepta la forma en que te sientes y permítete atravesar el duelo, habla con tus amigos y tu familia y, si es necesario con un terapeuta, escribe un diario, evita las redes sociales, borra detonantes dolorosos, distráete, no tomes decisiones apresuradas, no te comuniques con tu ex, piensa en lo que no te gusta de él y, después de un tiempo, piensas en sus cosas buenas y considera si estas cualidades pueden encontrarse en otra persona.
Después, ya es cuestión de tiempo.
¿Cuánto dura el proceso de sanación?
"No puedes apurar al amor", canta el grupo The Supremes y, lamentablemente, tampoco puedes apurar la superación de una ruptura.
Un estudio dice que a una persona le toma cerca de tres meses (11 semanas, para ser precisos) sentirse más positiva sobre su separación.
Como dije, no es algo científico.
Personalmente, me demoré seis meses hasta que sentí que podía pasar a otra cosa. Para ese entonces, estaba realmente lista.
Y, para mi sorpresa, la persona que encontré renovó mi fe en el poder de una relación seria.
Desde entonces, no he derramado ni una lágrima por mi ex.
Lo que me lleva a concluir con una reflexión personal: superar una ruptura es un desafío paradójico, muy difícil por su simplicidad.
El truco, en esencia, es este: recordar que eres digno de recibir amor. Y, con el tiempo, lo volverás a encontrar.
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Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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