Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., el arte como la pintura, es quizás lo más hermoso de la creación humana, que mediante retratos plasman sus ideas, sus deseos, sus ansias y tal vez su futuro; justamente uno de los grandes pintores de la Edad de Oro de España, destaca Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, más conocido como Diego Velázquez, que gran pintor francés Édouard Manet lo llamó : "Pintor de Pintores".
National Geographic .- narra así: "En 1865, Manet permaneció dos semanas en España, donde visitó el Museo del Prado y contempló la obra de Velázquez. "Velázquez es decididamente el pintor de los pintores. No me ha sorprendido, me ha extasiado",
escribió el artista parisino. Nacido en Sevilla en 1599, Diego
Velázquez es una de las principales figuras de la historia del arte,
perteneciente al Siglo de Oro, cuando España alcanzó prestigio internacional, y equiparable a otros artistas como Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano, Caravaggio o Rembrandt. La magnífica exposición Velázquez,
celebrada en julio de 2015 en el Grand Palais de París, fue la primera
muestra monográfica sobre este artista que se organizaba en Francia,
coproducida por la Réunion des Musées Nationaux-Grand Palais y el Museo
del Louvre, en colaboración con el Kunsthistorisches Museum de Viena.
"La rareza de sus cuadros, poco más de un centenar, y su legítima
concentración en el Museo del Prado hacen que la organización de una
retrospectiva completa sea especialmente difícil", expresó el Grand
Palais en un comunicado, a la vez que agradeció "el apoyo generoso del
Museo del Prado".
Hemos enriquecido este reportaje con una visita a la Enciclopedia Wikpedia, de la que incluimos retratos de Diego Velázques y la historia de su vida.
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/velazquez-el-pintor-de-los-pintores_9294
Una magnífica exposición en el Grand Palais de París recorrió la trayectoria artística de Diego Velázquez, desde sus inicios en Sevilla hasta sus últimos años y la influencia que ejerció en otros artistas de su época
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/rendicion-breda-segun-velazquez_14335El genio sevillano retrató en 1635 el episodio de la rendición de la ciudad de Breda tras 9 meses de asedio de manera hipnótica, con todo lujo de detalles. Analizamos una de las obras maestras del autor para comprobar el valor histórico de la obra.
La Rendición de Breda pintada por Diego Velázquez
Foto: CordonPress
En 1635 Diego Velázquez, sin duda uno de los pintores más importantes de la historia de España,
compuso esta célebre obra que debía decorar, junto a otras, un salón
del palacio del Buen Retiro. Sus enormes proporciones (más de 3 metros
de alto y ancho, dan buena cuenta de la importancia concedida al
episodio, así como de la confianza puesta en el pintor andaluz para
ejecutarla. Estos son algunos de los elementos esenciales que hacen de esta pintura un auténtica maravilla tanto artística como histórica:
- El sitio de la ciudad: Al fondo del cuadro se pueden observar la ciudad asediada y las humaredas por los ataques de la artillería todavía elevándose hacia el cielo
- La rendición: Justino de Nassau entrega las llaves de la ciudad a Spínola como símbolo de la rendición de la urbe a los españoles. En realidad no ocurrió así, pues acaeció en una tienda de campaña, pero Velázquez lo representó en el exterior.
- Los españoles: tras Spínola, provisto de una bengala de mando, se sitúan los soldados españoles que alzan sus picas, mal llamadas lanzas.
- Los holandeses: los soldados contrarios se representan con aspecto de inexpertos, pero sin que trasluzca la impresión de la derrota sufrida.
Velázquez, "el pintor de los pintores"
Una magnífica exposición en el Grand Palais de París recorrió la trayectoria artística de Diego Velázquez, desde sus inicios en Sevilla hasta sus últimos años y la influencia que ejerció en otros artistas de su época
Autorretrato
Autorretrato (1640-1650), del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Foto: Museo de Bellas Artes, Valencia / RMN-Grand Palais
Velázquez, "el pintor de los pintores"
En 1865, Manet permaneció dos semanas en España, donde visitó el Museo del Prado y contempló la obra de Velázquez. "Velázquez es decididamente el pintor de los pintores. No me ha sorprendido, me ha extasiado",
escribió el artista parisino. Nacido en Sevilla en 1599, Diego
Velázquez es una de las principales figuras de la historia del arte,
perteneciente al Siglo de Oro, cuando España alcanzó prestigio internacional, y equiparable a otros artistas como Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano, Caravaggio o Rembrandt. La magnífica exposición Velázquez,
celebrada en julio de 2015 en el Grand Palais de París, fue la primera
muestra monográfica sobre este artista que se organizaba en Francia,
coproducida por la Réunion des Musées Nationaux-Grand Palais y el Museo
del Louvre, en colaboración con el Kunsthistorisches Museum de Viena.
"La rareza de sus cuadros, poco más de un centenar, y su legítima
concentración en el Museo del Prado hacen que la organización de una
retrospectiva completa sea especialmente difícil", expresó el Grand
Palais en un comunicado, a la vez que agradeció "el apoyo generoso del
Museo del Prado".
Préstamos excepcionales
Para esta exposición se obtuvieron algunos préstamos totalmente excepcionales como La fragua de Vulcano (Museo del Prado), La túnica de José (Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial), La Venus del espejo (National Gallery de Londres) o el Retrato de Inocencio X
(Galería Doria Pamphilj de Roma), una obra que inspiró las diferentes
versiones de Francis Bacon, cargadas de angustia y dolor. Otros museos
españoles aportaron sendas obras, por ejemplo el Museo de Bellas Artes
de Valencia con el Autorretrato de Velázquez o el Museu Nacional d'Art de Catalunya con San Pablo. La muestra exploró la trayectoria artística de su obra, desde sus inicios en Sevilla hasta sus últimos años y la influencia que ejerció en sus contemporáneos. Planteó, además, ciertos interrogantes y presentó algunas de las obras descubiertas en los últimos años como La educación de la Virgen (Yale University Art Gallery de New Haven) o el Retrato del inquisidor Sebastián de Huerta
(colección privada). Al final del recorrido expositivo se exhibieron
los retratos reales realizados por el maestro español, frente a los de
su yerno y más fiel discípulo, Juan Bautista Martínez del Mazo.
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ENCICLOPEDIA WIKIPEDIA:
Velázquez se autorretrató, pintando, en 1656 en su cuadro más emblemático: Las meninas.
En las mangas de su vestido y en su mano derecha se aprecia su estilo
final rápido y abocetado. En su paleta distinguimos los pocos colores
que utilizaba en sus pinturas. La cruz de la Orden de Santiago que lleva en su pecho fue añadida al cuadro posteriormente.
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, bautizado el 6 de junio de 15991-Madrid, 6 de agosto de 1660), conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco español considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista, por influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de cámara,
el cargo más importante entre los pintores de la corte. A esta labor
dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos
del rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar
las mansiones reales. Su presencia en la corte le permitió estudiar la
colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer
viaje a Italia,
donde conoció tanto la pintura antigua como la que se hacía en su
tiempo, fueron influencias determinantes para evolucionar a un estilo de
gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su madurez, a
partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se hizo más esquemático y abocetado, alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este período se inauguró con el Retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las meninas y Las hilanderas.
Su catálogo consta de unas 120 o 130 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850.2 Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con la época de los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet
se sintió maravillado con su obra y le calificó como «pintor de
pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido». La parte
fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva
en el Museo del Prado en Madrid.
WIKIPEDIA.
Inmaculada Concepción, c. 1618 (National Gallery de Londres)
WIKIPEDIA.
Adoración de los Magos, 1619. Se estima que sus modelos fueron su familia: así el Niño Jesús sería su hija Francisca, la Virgen su esposa Juana, Melchor su suegro Pacheco y Gaspar sería el mismo Velázquez.
WIKIPEDIA.
El triunfo de Baco, (1628-29), conocida como Los borrachos
y considerada la obra maestra de este periodo. Los adoradores de la
derecha están modelados con un empaste denso y en unos colores que
corresponden a su etapa juvenil. Sin embargo, la luminosidad del cuerpo
desnudo y la presencia del paisaje de fondo muestran una evolución en su
técnica.
WIKIPEDIA.
La fragua de Vulcano,
(1630). Obra esencial para entender su evolución en su primer viaje a
Italia. La atmósfera ha superado las limitaciones del tenebrismo y los
cuerpos se modelan en un espacio real y no emergen en una sombra
envolvente. La preocupación por el desnudo y la riqueza de las
expresiones sugieren el estudio del clasicismo romano-boloñés.
WIKIPEDIA.
La túnica de José,
(1630). En este primer viaje a Italia el conocimiento de los maestros
italianos perfecciona su técnica. En este cuadro se evidencia; en sus
modelados anatómicos, en los juegos de luces, en la armónica claridad de
color y en una composición más estructurada y compleja.
WIKIPEDIA.
Según Gudiol, este retrato de Felipe IV de castaño y plata,
pintado hacia 1631-1636, es de los primeros donde cambió su técnica
buscando la impresión visual. El conjunto parece plasmado
meticulosamente pero consiguió los efectos del vestido y de las mangas
mediante manchas y toques irregulares.
WIKIPEDIA.
La reina Isabel de Francia a caballo (1628-1636)
WIKIPEDIA.
Las hilanderas
(1658). La composición se organiza en distintos planos de luz y de
sombra muy contrastados entre ellos. Para López-Rey es en este cuadro
donde alcanzó mayor dominio de la luz. La mayoría de las figuras están
difuminadas, definidas con toques rápidos que provocan esa borrosidad.
WIKIPEDIA.
El bufón Calabacillas (1637-39). Uno de los retratos más angustiosos de Velázquez. Se representa al bufón de forma realista con sus manos de epiléptico, el estrabismo evidente en su mirada y su sonrisa provocada por un gesto deforme y asimétrico
WIKIPEDIA.
Príncipe Baltasar Carlos a caballo
(detalle, 1635). Considerada una de sus obras maestras. Sus pinceladas
rápidas, abocetadas y de enorme precisión, anteceden en dos siglos los
modos impresionistas.
WIKIPEDIA.
La Villa Médici en Roma, Pabellón de Cleopatra-Ariadna
(1630). Captó con insólita modernidad el movimiento fluctuante de los
reflejos, una técnica que desarrollarán los impresionistas
WIKIPEDIA.
Pablo de Valladolid (1636-37). Sin suelo, ni fondo, crea el espacio por medio de la sombra, realzada por la diagonal en profundidad.80 Este retrato fue de los más admirados por Manet que dijo: «... el fondo desaparece. Es aire lo que rodea al hombrecillo...»
WIKIPEDIA.
Cristo crucificado (1632)
WIKIPEDIA.
IMÁGENES DE NATIONAL GEOGRAPHIC:
Señas convenidas
Damas y galanes concertaban citas mediante todo tipo de signos mientras el cura oficiaba la misa. En la imagen, La dama del abanico, óleo de Diego Velázquez, Collección Wallace, Londres.
FOTO: Wallace Collection / Bridgeman / ACI
'Retrato de Felipe III'
Retrato de Felipe III (1627), óleo sobre lienzo de Diego Velázquez.
Foto: American Friends of the Prado Museum, donado por William B. Jordan
Depósito temporal prorrogable
El Retrato de Felipe III de
Diego Velázquez fue adquirido por William B. Jordan en el mercado del
arte londinense. La obra será expuesta en las salas del Prado como
depósito temporal prorrogable.
Foto: Museo Nacional del Prado
William B. Jordan
Jaime García-Máiquez, técnico del Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado durante la presentación de la obra.
Foto: Museo Nacional del Prado
Sala de retratos
Sala de retratos realizados por Velázquez.
Foto: Didier Plowy pour la RMN-Grand Palais, Paris 2015
Sala de la exposición
Una de las salas de la exposición, con la escenografía del Atelier Maciej Fiszer.
Foto: Didier Plowy pour la RMN-Grand Palais, Paris 2015
Inocencio X
Autorretrato (1640-1650), del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Foto: Museo de Bellas Artes, Valencia / RMN-Grand Palais
El huerto en Éragny
Pissarro (1830-1903) mostró en su obra los paisajes que lo rodeaban y que fueron los escenarios de su vida. El huerto en Éragny
(1896), en la imagen, refleja el entorno de Éragny-sur-Epte, a dos
horas de París, la última residencia permanente del pintor.
Obra Social «la Caixa»
Infanta Margarita
La exposició sobre los retratos de Velázquez muestra cinco obras que se exhiben por primera vez en España, como la de la Infanta Margarita (1659), procedente del Kunst Historisches Museum de Viena.
Museo del Prado
El retrato de Felipe IV
En 1654, Velázquez pintó este retrato
del monarca, una de las obras que se pueden contemplar en la exposición
«Velázquez y la familia de Felipe IV» en el Museo del Prado de Madrid
hasta febrero de 2014.
Museo del Prado
Las meninas, 1660
Óleo sobre lienzo de Juan Bautista
Martínez del Mazo. Es una de las obras de mayor tamaño de Velázquez y en
la que puso un mayor empeño para crear una composición a la vez
compleja y creíble, que transmitiera la sensación de vida y realidad, y
al mismo tiempo encerrara una densa red de significados, lo que la ha
convertido en una de las obras maestras de la pintura occidental que ha
sido objeto de una mayor cantidad y variedad de interpretaciones.
Foto: © DORSET-KINGSTON LACY, THE BANKES COLLECTION (THE NATIONAL TRUST) / MUSEO DEL PRADO
Felipe IV, 1654
Óleo sobre lienzo de Diego
Velázquez. Este retrato y el que se encuentra en la National Gallery de
Londres generaron un gran número de versiones, convirtiéndose en la
imagen oficial de la última parte del reinado de Felipe IV. La paradoja
es que, a pesar de la renuncia declarada del rey a verse envejeciendo,
estas obras constituyen el grupo de retratos del monarca más numeroso
que nos ha quedado.
Foto: © MUSEO DEL PRADO
La infanta Margarita, en traje azul, 1659
Se trata de uno de
los retratos realizados por el pintor español Diego Rodríguez de Silva y
Velázquez más conocidos. Está realizado al óleo sobre lienzo y es uno
de los numerosos retratos de corte que ejecutó Velázquez, quien pintó en
otras ocasiones a la Infanta Margarita, casada a los quince años con su
tío, Leopoldo I de Habsburgo, emperador de Austria. Los cuadros que se
iban pintando de ella la muestran en diversas etapas de su niñez y
adolescencia, y a través de ellos se informaba a Leopoldo de cuál era el
aspecto de Margarita y cómo iba madurando, razón por la cual se
enviaban a Viena.
Foto: © KUNSTHISTORISCHES MUSEUM WIEN, GEMÄLDEGALERIE / MUSEO DEL PRADO
La infanta María Teresa, 1653
Óleo sobre lienzo de Diego
Velázquez. La infanta María Teresa del Metropolitan Museum de Nueva York
o revela la vuelta al hieratismo y distancia que el pintor había
empleado en sus retratos con anterioridad, antes de su expresiva época
romana.
Foto: © LENT BY THE METROPOLITAN MUSEUM OF ART, THE JULES BACHE COLLECTION, 1949 / MUSEO DEL PRADO
Camillo Massimo, 1650
Óleo sobre lienzo de Diego Velázquez,
que se exhibe en la primera parte de la muestra. Hombre culto y gran
protector de las artes, Camillo Massimi se consideraba amigo personal de
Velázquez. En los momentos en que fue retratado contaba con 30 años de
edad y era merecedor del cargo de Camarero Secreto o de Honor del Papa,
por lo que le vemos con un hábito y bonete de color azul eléctrico.
Foto: © DORSET-KINGSTON LACY, THE BANKES COLLECTION (THE NATIONAL TRUST) / MUSEO DEL PRADO
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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