Hola amigos:A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., los aficionados tal como éste editor, somos sensibles a las informaciones de las antiguas tumbas egipcias, sobretodo a la más famosa: como fue la Tumba del Joven Faraón Tutankamón, que sucedió el 04 de noviembre de 1,922 en el Valle de los Reyes en Luxor, Egipto.
Pero, se creó un enigma de una Supuesta Maldición de la tumba del Faraón Tutankamón, a quienes o quien se atrevió a profanarla, que empezó con la repentina muerte del lord Carnarvon, le siguió su hermano Archibald Douglas Reid, encargado de radiografiar la momia de Tutankamón, le siguió arqueólogo Arthur Mace, que abrió la cámara funeraria junto con Carter, igual murió George Jay
Gould, el magnate de los ferrocarriles, que murió de una neumonía en
1923, quien estuvo presente en la apertura de la tumba. Todos estos muertos son parte de los 58 personas que estuvieron presentes al momento de abrir el sarcófago del Faraón Tutankamón.
La Maldición se atribuye a una inscripción que decía: "La muerte extenderá sus alas sobre todo aquel que se atreva a entrar en la tumba sellada de un faraón". Esta antigua maldición, que supuestamente estaba escrita en un antiguo texto árabe.
La ciencia, siempre reacia a aceptar supuestas maldiciones, por medio del microbiólogo Raúl Rivas cree que ciertos
hongos(esporas de Aspergillus) que pudieron ser los causantes de la muerte de algunos de los
presentes en la apertura de la tumba, como la del lord Carnarvon.
National Geographic .- narra : " La tumba del faraón Tutankamón fue descubierta en el Valle de los Reyes el 4 de noviembre de 1922. A pesar de haber sufrido algún robo en la antigüedad, el sepulcro estaba casi intacto y conservaba
la mayor parte del ajuar funerario del monarca. Cuando terminó la
excavación, diez años después, se documentaron nada menos que 5.397
objetos, incluyendo la famosa máscara funeraria del rey. A la fama internacional que obtuvo el hallazgo contribuyó también la historia de la maldición, y el hecho de que algunos de sus descubridores empezaran a morir en extrañas circunstancias
(incluso Arthur Conan Doyle, el padre del legendario detective Sherlock
Holmes, contribuyó a propagar la creencia de que una terrible maldición
perseguiría a quienes se habían atrevido a profanar la tumba del
faraón)....."
National Geographic .- agrega : "Esto explicaría por ejemplo, la muerte de lord Carnarvon. El aristócrata tenía muy mala salud desde que sufrió un grave accidente automovilístico en su juventud. La explicación tradicional dice que murió a causa de una infección cuando por error se afeitó una picadura de mosquito que se infectó y acabó causando su muerte por septicemia. Pero
Rivas abunda en las explicaciones establecidas por otros investigadores
que piensan que la causa de la muerte podría haber sido una infección
fúngica cuando el aristócrata inhaló esporas de Aspergillus en la tumba de Tutankamón,
lo que le habría provocado una aspergilosis pulmonar de tipo invasivo,
una enfermedad muy grave de la que no pudo recuperarse debido a su ya de
por sí precaria salud....."
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/hongos-podrian-estar-detras-maldicion-tutankamon_14383/1
Poco después del descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922, una serie de muertes desataron la idea de una maldición oculta que perseguiría a quienes habían osado profanar la tumba del rey. Sin embargo, el microbiólogo Raúl Rivas cree que ciertos hongos pudieron ser los causantes de la muerte de algunos de los presentes en la apertura de la tumba, como lord Carnarvon
Luxor, Egipto, el hogar de Tutankamón
Fotografía no fechada en la que
aparece del arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter, de pie con las
manos detrás de su espalda izquierda, observando como es levantada la
cubierta de la entrada a la tumba del rey Tutankamón, en Luxor, Egipto.
Foto: AP
Entrando en la sala donde se encontró el sarcófago de Tutankamón
Entre 1922 y 1929, el fotógrafo Harry Burton documentó meticulosamente el descubrimiento de la tumba de Tutankamón.
Foto: GRIFFITH INSTITUTE / UNIVERSITY OF OXFORD / MUSEU EGIPCI DE BARCELONA
Tutankamón
Las últimas investigaciones sobre la momia cuestionan la imagen de Tutankamón como un faraón endeble y enfermizo.
Foto: Gtres
Pies de la momia de Tutankamón, en el Museo Egipcio de El Cairo
La tumba KV62 está situada en el
Valle de los Reyes y contiene a la momia de Tutankamón. Aquí se puede
ver en una fotografía tomada el 28 de noviembre de 2015.
Foto: Gtres
La máscara funeraria de Tutankamón en el Museo Egipcio de El Cairo, en una imagen del 16 de diciembre de 2015
Trabajos de conservación en la cámara funeraria de la tumba de Tutankamón, durante la primavera de 2016.
Foto: J. Paul Getty Trust
Foto: J. Paul Getty Trust
Vida y muerte de Tutankamón
En el muro norte de la cámara
funeraria de Tutankamón se pueden observar 7 figuras, en tres escenas
separadas. De derecha a izquierda: ceremonia de apertura de la boca
practicada a la momia de Tutankamón por el faraón Ay, su sucesor,
quien sostiene un instrumento especial (azuela) y está vestido como un
sacerdote; Nut, la diosa del firmamento, da una pacífica bienvenida a
Tutankamón, y, por último, Osiris, dios del Inframundo, abraza a
Tutankamón, que aparece seguido por su ka o fuerza vital.
Foto: Carleton Immersive Media Studio; Carleton University / J. Paul Getty Trust
Foto: Carleton Immersive Media Studio; Carleton University / J. Paul Getty Trust
Carme Mayans
Los hongos podrían estar detrás de la maldición de Tutankamón
"La muerte extenderá sus alas sobre todo aquel que se atreva a entrar en la tumba sellada de un faraón". Esta antigua maldición, que supuestamente estaba escrita en un antiguo texto árabe, se encontraba en poder de la novelista Marie Corelli, que la recordó al enterarse de la muerte de lord Carnarvon en su hotel de El Cairo en 1923. La escritora, muy popular en Gran Bretaña por sus obras góticas, ya había
avisado de que posiblemente la tumba recién descubierta del faraón niño
pudiera hallarse bajo algún tipo de protección mágica, y
cuando supo de la enfermedad de lord Carnarvon afirmó: "No puedo dejar
de pensar que ha corrido algún riesgo al perturbar el descanso final de
un rey de Egipto cuya tumba estaba especial y solemnemente custodiada y
robarle sus posesiones". Cuando el aristócrata murió poco después, sus
palabras fueron consideradas proféticas.
La escritora Marie Corelli, autora de novelas góticas, estaba convencida de que la tumba de Tutankamón se hallaba bajo el influjo de algún tipo de protección mágica
Pero ¿había una maldición en la tumba de Tutankamón?
¿Estaba realmente protegida por algún tipo de fuerza mágica que acabó
con la vida de todos los que estuvieron relacionados con su
descubrimiento? Parece que la ciencia, como suele ser habitual, ha
encontrado la solución al enigma.
¿Hubo de verdad una sucesión de muertes?
La tumba del faraón Tutankamón fue descubierta en el Valle de los Reyes el 4 de noviembre de 1922. A pesar de haber sufrido algún robo en la antigüedad, el sepulcro estaba casi intacto y conservaba
la mayor parte del ajuar funerario del monarca. Cuando terminó la
excavación, diez años después, se documentaron nada menos que 5.397
objetos, incluyendo la famosa máscara funeraria del rey. A la fama internacional que obtuvo el hallazgo contribuyó también la historia de la maldición, y el hecho de que algunos de sus descubridores empezaran a morir en extrañas circunstancias
(incluso Arthur Conan Doyle, el padre del legendario detective Sherlock
Holmes, contribuyó a propagar la creencia de que una terrible maldición
perseguiría a quienes se habían atrevido a profanar la tumba del
faraón).
Algunos periódicos ingleses llegaron a atribuir a la
maldición la muerte de unas treinta personas, entre ellas la del propio
lord Carnarvon. Ese mismo año, 1923, murió el hermano de Carnarvon y Archibald Douglas Reid, encargado de radiografiar la momia de Tutankamón. Poco después murió el arqueólogo Arthur Mace, que abrió la cámara funeraria junto con Carter. También murió Richard Bethell, secretario de Carter, en 1929; el arqueólogo Alby Lythgoe, del Museo Metropolitano de Nueva York, en 1934; los directores del departamento de antigüedades del Museo Egipcio de El Cairo... A pesar de lo que pueda parecer, lo
cierto es que estudios posteriores revelaron que de las 58 personas
presentes en la apertura de la tumba y del sarcófago del rey, sólo
murieron ocho en los doce años siguientes.
Algunos periódicos ingleses llegaron a atribuir a la maldición la muerte de unas treinta personas, entre ellas la del propio lord Carnarvon
El descubridor de la tumba, el arqueólogo Howard Carter, harto de las especulaciones sobre la supuesta maldición,
declaró: "Si no es una difamación como tal, apunta en ese sentido tan
despreciable, y toda persona sensata debería desechar tales invenciones
con desdén". Pero perdía el tiempo. Las especulaciones fueron en
aumento, e incluso llegaron a acusarle de estar en convivencia con las autoridades para "tapar" las pruebas.
Los hongos, posibles culpables
En relación a estas muertes y sobre si es posible que estuvieran relacionadas con la tumba, aunque por supuesto no con una maldición, el microbiólogo Raúl Rivas sugiere que la explicación podría encontrarse en microorganismos dormidos durante milenios, como algunos hongos de la especie Aspergillus, cuyas esporas pueden permanecer viables durante siglos o incluso milenios.
Esto explicaría por ejemplo, la muerte de lord Carnarvon. El aristócrata tenía muy mala salud desde que sufrió un grave accidente automovilístico en su juventud. La explicación tradicional dice que murió a causa de una infección cuando por error se afeitó una picadura de mosquito que se infectó y acabó causando su muerte por septicemia. Pero
Rivas abunda en las explicaciones establecidas por otros investigadores
que piensan que la causa de la muerte podría haber sido una infección
fúngica cuando el aristócrata inhaló esporas de Aspergillus en la tumba de Tutankamón,
lo que le habría provocado una aspergilosis pulmonar de tipo invasivo,
una enfermedad muy grave de la que no pudo recuperarse debido a su ya de
por sí precaria salud.
Algunos investigadores creen que lord Carnarvon inhaló esporas del hongo Aspergillus que le provocaron una grave enfermedad pulmonar de la que no se recuperó
Estudios recientes han constatado la presencia de este tipo
de hongos sobre diversas momias en todo el mundo, lo que, según Rivas,
haría factible que algunos de los visitantes de la tumba de
Tutankamón –posiblemente quienes tuviesen una salud más débil– hubieran
podido contraer una infección, como lord Carnarvon o como George Jay
Gould, el magnate de los ferrocarriles, que murió de una neumonía en
1923 y que había estado presente en la apertura de la tumba.
Afortunadamente, hoy ya nadie (o casi nadie) cree en maldiciones faraónicas ni teme a la momia de Tutankamón,
que descansa en su tumba en un sarcófago de cristal sellado en un
ambiente controlado, a la vista de los miles de turistas que la visitan a
diario sin que ningún percance les suceda. Pero a pesar de ello, no cabe duda de que la
historia del descubrimiento de la tumba del faraón niño y de la
maldición que la acompaña ha adquirido tintes novelescos y sigue
despertando pasiones entre los amantes del Egipto faraónico.
Para saber más
Raúl Rivas. La maldición de Tutankamón y otras historias de la microbiología. Gaudalmazán, Córdoba, 2019.
Joyce Tyldesley. La maldición de Tutankamón: la historia de un rey egipcio. Ariel, Barcelona, 2012.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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