Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Ciro, uno de los compinches de la banda de bandoleros de Matalacas, lideradas por Azael, éste hombre (Ciro), sufría de sonambulismo y durante ese trastorno de sueño y en estado inconsciente ocasionaba incendios, y en su niñez los hizo muchas veces estas "travesuras oníricas", y le pusieron el apodo de "prende fuegos", no sabemos como lo supieron los huestes satánicos, que lo sedujeron mediante el sueño a Ciro, para que prenda luz a un mechero de lámpara que servía para iluminar durante las noches, quien después de encender el mechero al salir colocó el mechero al filo de una mesita y por inercia se cayó el mechero al suelo, desparramando el combustible y se expandió llegó hasta los aperos de los individuos que dormían afuera a la intemperie; el incendio tomó fuerza con el nuevo combustible de aperos, bolsicos y ponchos; el calor despertó a los bandoleros, pero era muy tarde nada pudieron hacer para salvar algo, Azael, si supo quien lo ocasionó, y en un aparte se lo preguntó a Ciro, pero él no sabía que responder.
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Azael, un viejo bandolero, cuajado en mil y una aventuras, no lo podía creer que un incendio de una choza y que les servía de abrigo temporal, se haya efectuado durante la noche, perdieron todo a excepción de algunas jergas y mantas que las estuvieron usando como abrigo para dormir.
Entonces, Azael como un consuelo a su curiosidad, ya que nada podía hacer, llamó a un aparte a Ciro y le preguntó, así:
--- Ciro: ¿Por qué prendiste fuego a la Choza?
Ciro, que actuó en estado de sonambulismo y por lo tanto inconsciente de lo que hacía, no supo responder a la pregunta directa que le hizo su jefe, él se quedó mudo, aceptando tácitamente que fue él, el incendiario; y como también lo sabía Azael, solo le puso la mano derecha sobre el hombro y le dijo:
--- No te preocupes amigo, tu no eres culpable, sino el demonio que estuvo en tu interior, pero aún estamos vivos.
Después, Azael se unió de nuevo con los otros restantes y estando juntos los cuatro bandoleros, les ordenó arroparse con las jergas y mantas para abrigarse y esperar el amanecer, que esperaban lleguen los otros dos que fueron por las acémilas.
Mientras; Azael y sus hombres esperaban a Marcelo y Mauricio, se consolaban abrigándose con la único que salvaron del incendio; estos últimos(Marcelo y Mauricio) tenían sus propios problemas, ellos perdieron por completo el rastro de los caballos; desde el floreciente valle que ubicaron en su búsqueda, salieron y continuaron hacia adelante y encontraron algunos rastros de las acémilas, pero no estaban seguros si eran de sus caballos o de otros viajeros, y como anocheció, comentaron en continuar y seguir adelante o retroceder y llegar la choza sin nada.
Entonces, Mauricio que fue quien detectó que ellos fueron presas de una trampa, caminando a tientas en una noche oscura y por senderos desconocidos, le dijo a Marcelo:
--- Marcelo, creo que debemos descansar en algún lugar, por que la noche está muy oscura y podemos tropezarnos y caer al suelo con alguna herida y será peor para nosotros...
Marcelo, que pensaba lo mismo, le contestó:
--- Tienes razón amigo, pero:¿Dónde nos metimos? Estamos por caminos desconocidos, no sabemos donde entrar o encontrar alguna casa y pedir posada hasta el amanecer.
Justamente, atrás de ellos iba un grupo de huestes satánicos, satisfechos de haber ocasionado el peor daño a Azael con el incendio de la choza, y estos elementos de ultratumba, deseaban continuar con sus "travesuras diabólicas", por lo que tenían que cruzar el camino de los dos bandoleros y al escucharlos que buscaban una posada en una casa del camino; ellos mismos hicieron la supuesta vivienda al filo de un precipicio que justamente estaba a pocos metros del camino con la intención que los viajeros terrestres sean seducidos a descansar, pero iban directo a precipicio, que irremediablemente iban a la muerte, al rodarse y caer al abismo.
Marcelo que iba adelante de Mauricio, alcanzó a ver una vivienda iluminada a pocos metros hacia adelante y le dijo a Mauricio:
--- Amigo, veo una casa iluminada hacia adelante, creo que ya tenemos donde descansar...
Pero, Mauricio no veía nada, solo la oscuridad de la noche, y le replicó así:
--- Marcelo, creo que estás viendo visiones en la oscuridad, yo no veo nada hacia adelante...
Pero, Marcelo se limpió las legañas de los ojos, creyendo lo que escuchaban sus oídos, y volvió a otear hacia adelante del camino y allí estaba la casa iluminada con mechones de linternas y le aseguró así:
--- Mauricio, creo que te quedaste ciego, la casa está más o menos a 50 metros y hay iluminación, eso quiere decir que hay gente en pie que nos pueden atender.
Mauricio, ya muy preocupado por el estado anímico de su compañero que se empeñaba en seguir viendo visiones, ya no le contestó y optó por caminar muy ligero y se colocó adelante de Marcelo y trató de identificar la supuesta vivienda, pero no era eso, efectivamente alcanzó a ver bultos oscuros que eran humanos o fantasmas: ¿Cómo saberlo? Que se movían tal como lo hacen las banderas que flamean al paso del viento y le pareció que iban directo a una trampa y detuvo la marcha así:
--- Detente Marcelo, adelante no hay viviendas, son fantasmas que quieren hacernos daño..
Pero, Marcelo no se detuvo seguía caminando, por lo que Mauricio se abalanzó contra él, y lo tiró al suelo, justo en la misma orilla de un desfiladero que se perdía cuesta abajo en la oscuridad.
Entonces, se levantaron los individuos y se abrazaron por continuar con vida, que si avanzaban tan solo medio metro más, ya serían cadáveres tirados por un despeñadero empinado.
Después del susto, ellos retrocedieron y se dieron cuenta, que se habían desviado del camino y estaban andando sobre suelo duro, que no llegaron a detectar...
Mauricio, que presumía de "pitonisa" y tenía conocimiento de los espíritus errantes nocturnos que vagaban por doquier, conquistando a desprevenidos humanos noctámbulos para llevárselos al infierno y con la tranquilidad de estar vivos, le dijo a su compañero:
--- Marcelo, tuvimos suerte esta noche, ya habíamos caído en una trampa de los espíritus de
el más allá, al servicio del diablo; felizmente mi cerebro fue más fuerte y no llegó a nublarse con las visiones diabólicas y pude detectar el peligro.
el más allá, al servicio del diablo; felizmente mi cerebro fue más fuerte y no llegó a nublarse con las visiones diabólicas y pude detectar el peligro.
Marcelo, ya repuesto del susto, le contestó:
--- Amigo, usted tiene poderes para conocer esos fantasmas; hemos caminado a tientas en esta noche oscura, creo que ya no sabemos a donde estamos yendo, será un despropósito continuar hacia adelante y sin saber a donde conduce este camino, te sugiero regresar y llegar sin las acémilas, tal vez siendo de día los seis caminaremos en un lugar seguro.
Mauricio, que escuchó atentamente a su amigo, le contestó:
--- Creo, que es la mejor idea que acabo de escuchar, regresemos no hemos podido ubicar a las acémilas, ya Azael sabrá lo que hay que hacer.
Los dos hombres retrocedieron y comenzaron a desandar toda la ruta que caminaron infructuosamente, y ellos tanto habían andado que ya escucharon a los gallos en lomas lejanas los quiquiriquis anunciando el pronto amanecer...
Ciertamente, la expedición de los viajeros y bandoleros de Matalacas hacia Socchabamba para asaltar la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, fracasó rotundamente; ellos fueron emboscados por los huestes satánicos, que se adelantaron, pero que estos bandoleros no lo sabían, se culpaban entre ellos y a la mala suerte y al desconocimiento de los caminos que los condujo a rutas equivocadas.
Al amanecer en el grupo de Azael y los tres restantes, tenían: sueño, hambre, sed y cansancio, y como ya estaba completamente claro, seguramente eran las 06:00 horas de la mañana, Azael aceptando su derrota les dijo:
--- Muchachos hemos sido presas del infortunio y la mala suerte, no sabemos donde estamos, solo nos queda esperar a Marcelo y Mauricio y regresar a Matalacas, nadie nos juzgará si llegamos a pie por las acémilas que se perdieron...
Pero, ellos tendrán una nueva sorpresa cuando lleguen a Matalacas, por que las seis acémilas regresaron antes que ellos y ya están en manos de sus dueños................
Continuaremos..................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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