Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Olzagon se ofreció en llevar a los hijos de Clariza al colegio(la dueña de la pensión), en el trayecto ambos niños le hicieron conocer su aprecio al joven vendedor, incluso Jano(Alejandro) le pidió que se case con su mamá; efectivamente Olzagon vivió un romance clandestino con la dueña de la pensión, pero lo que Clariza creía que era un secreto ese romance; pues no lo era, por que Jano la sentía cuando ella se levantaba en la madrugada para ir al dormitorio de Olzagon, ella intentó aclarar que efectivamente fue a ese aposento para curar una herida que tenía el joven vendedor, no se sabe si los niños le creyeron a su madre con esa respuesta; Olzagon después de dejar a los niños en el Colegio, fue al paradero tomó el bus rumbo a su trabajo.
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Olzagon, después de casi 40 minutos que demoró su trayecto sobre el bus, llegó a su trabajo a la hora puntual; marcó la tarjeta de ingreso y fue a su oficina que estaba contigua a la del Gerente General señor Rudecindo Guevara Gálvez; tomó asiento y comenzó a revisar los documentos pendientes de despacho, y cuando estaba en pleno trabajo, observó que llegó el Gerente.
Olzagon, se iba a levantar para ir a saludar al Gerente y a la vez recibir instrucciones de lo que se hará durante el día; el Gerente se dio cuenta que ya había llegado su asistente y fue él, quien fue a la oficina de Olzagon, al llegar lo saludó y le preguntó:
--- Hola Olzagon, dime: ¿Cómo te fue con tu amiga María Elena?
Para Olzagon, era una pregunta de rutina, que casi no tenía mayores novedades y que incluso terminó en pleito con ella y le contestó:
--- Muy bien señor Gerente, ella me invitó a su departamento y la pasamos por un buen rato, al final decidimos era la última vez que nos encontrábamos, fue ella quien lo quiso así.
El Gerente, algo preocupado por que las emociones amorosas rotas afectan el rendimiento en el trabajo y le respondió:
--- Cuanto lo siento Olzagon que hayan terminado. Yo vi a ella con mucha fuerza amorosa hacia tu persona, pero se pelearon; pero creo que será por un rato y seguro muy pronto habrá una reconciliación, por que ambos se quieren...
Olzagon, ya tomó una decisión, nunca más amistarse con María Elena y le replicó así:
--- Señor Gerente, esos pequeños tropiezos no afectan en el trabajo, Yo estuve de acuerdo con María Elena de no vernos nunca más y se terminó el asunto amoroso.
El Gerente escuchando las palabras muy seguras y terminantes de Olzagon se sintió muy feliz y le recordó:
--- Olzagon, vamos a trabajar duro hoy día, en todos los trámites para lograr la importación de mercaderías desde París y poder atender y cumplir lo antes posible a la tienda mayorista de la señorita Elsa Martinez Linares, no olvides que ella pidió tu presencia hoy por la tarde; tal vez se le ocurra alguna modificación, es bueno saberlo para ordenar la importación, que gran parte será para ella sola.
Olzagon, sabía que la empresaria, quería otro encuentro con él, por esa razón lo pidió que vaya por la tarde, y como hubo un encuentro muy clandestino. le contestó:
--- Efectivamente señor Gerente, la señorita Elsa Martinez, me pidió, que vaya para realizar algunos chequeos de las existencias y como usted lo dice podría haber alguna modificación para bien de nosotros.
Entonces, el Gerente cogió el teléfono y marcó un número anexo y cuando le contestaron, él pidió una camioneta con chofer disponible para hacer gestiones en el centro de la Ciudad y siguió conversando con Olzagon y l ordenó lo siguiente:
--- Olzagon, he pedido la camioneta chica, que suele ser empleada para tramites administrativos, pues la vamos emplear en el Centro de la Ciudad, irás en ella para gestionar las licencias de importación, permisos de transporte, pagos por derechos y otros trámites administrativos que los puedas realizar durante esta mañana, y si te falta tiempo lo pasamos hasta mañana; Yo te ayudaré desde el teléfono, conozco algunos funcionarios que nos ayudarán en la aceleración de la gestión de los trámites, creo que con un poco de suerte, hoy mismo alistaremos esos documentos para enviarlos a París.
Llegó el chofer manejando la camioneta y se estacionó en las inmediaciones de la Gerencia General, el conductor ingresó al despacho de la Gerencia, se hizo presente y dijo:
--- Señor Gerente, me enviaron a atender su llamado, para llevar a alguien al centro de la Ciudad.
Don Rudecindo, confirmó el pedido y le contestó:
--- Si señor, efectivamente pedí a un ayudante con camioneta, para realizar gestiones en el Centro, tu irás con el vendedor Olzagon, y por favor toma las rutas libres para evitar congestión de tránsito, se necesita con urgencia realizar los trámites durante la mañana, y estos momentos estamos llenando los formularios, por favor espera afuera.
El chofer salió de la oficina Gerencial y fue hasta la camioneta y se sentó a esperar; al mismo tiempo Olzagon había llenado los formularios y los llevó a la Gerencia para la firma respectiva.
Enseguida el Gerente firmó todos los documentos y le dijo:
--- Olzagon, sácale provecho a la mañana y trata de avanzar todo lo que puedas, no llamé a Conrado, quien es un experto en estos trámites, hoy lo harás tu; espero que apliques tu agilidad y Yo te apoyaré llamando a los funcionarios.
Luego, Olzagon salió de la Gerencia General con un maletín lleno de documentos, saludó al chofer y le ordenó salir hasta el Centro, en el trayecto hubo conversación fluida al comienzo, ya que Olzagon iba en asiento del copiloto; pero después el conductor le preguntó algo que le incomodó, algo así:
--- Señor Olzagon, dicen por allí las lenguas que usted tuvo un romance con la hija de los dueños de la empresa, y se rompió ese romance por que llegó desde París el amante de la señorita: ¿Es cierto ese chisme?
Olzagon, quien era muy cuidadoso con los: "Asuntos de Faldas" ; esta pregunta era totalmente inoportuna, aún siendo verdad esa versión que la conocía el conductor, el joven pensó unos segundos, antes de contestar así:
--- La imaginación de los trabajadores no tiene límites, le respondo que nunca existió esa supuesta relación, por que tengo muy claro el lugar que me corresponde en esta empresa, jamás esa señorita de alta aristocracia se acostaría con un simple empleado, le repito lo niego rotundamente y menos conozco a su novio por que ella siempre camina sola.
Pero, el conductor sabía de fuentes muy fidedignas todo lo contrario y que Olzagon estaba mintiendo, y él trató de enfocar una nueva pregunta de otra manera, ya como chofer era chismoso y repitió la interrogación así:
--- Señor Olzagon, soy un chofer, pero no soy chismoso, como suele acusarse que somos los choferes los que difundimos las intimidades de los funcionarios; pero usted no puede negar, que salió ese día del almuerzo con ella y nunca más regresó y dejó tirando cintura a la mesera cantante que le declaró su amor.
Olzagon, por primera vez en su vida se llenó todo su cuerpo de ira, y estuvo a punto de atacar al impertinente chofer, que en un atrevimiento osado trató de arrinconarlo con la insolencia extrema, él se iba a callar, pero reaccionó por ese famoso refrán: "El que calla otorga" y respondió así:
--- Por favor señor chofer, no le permito tanta insolencia, usted sobrepasó el respeto mutuo entre trabajadores, todo lo que usted habló sucedió pero con ordenes del Gerente General y efectivamente acompañé a la señorita Clorinda al Centro de la Ciudad, tal como vamos hoy; y después de hacer las gestiones que ella necesitaba con sus padres en París, cada quien se fue a su domicilio y como estaba muy lejos para regresar al Restaurante, me fue imposible hacerlo, pues no dejé ni desairé a la señorita María Elena Ramos, al siguiente día le pedí disculpas y todo se aclaró, espero que mi última respuesta haya satisfecho su curiosidad impertinente de chofer chismoso.
El chofer, muy arrepentido y avergonzado, solo respondió así:
--- Por favor disculpe señor Olzagon, no fue mi intención ofenderlo..
Se rompió el dialogo entre ellos, tan solo para indicar que se estacione o salga de nuevo y Olzagon con mucha suerte y astucia propia de su personalidad logró realizar todos los trámites para la importación...............
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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