domingo, 24 de noviembre de 2019

La Casa de la Loma tiene un Fantasma: Capítulo DXXXII.- El bandolero Gresmildo y sus hombres, quienes estaban acaramelados con las damas anfitrionas de la cantina, deciden salir, pero Fermín no encontró los caballos..............

Hola  amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Gresmildo y sus compinches estaban viniendo hacia Socchabamba, teniendo como su plan era: Asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, pero Satanás se preparó para impedir dicho asalto, sin que ellos lo supieran; él encargó a Damián para ese cometido, y éste como jefe de los huestes satánicos, hizo instalar una cantina en la parte baja de Pacainio, con la intención de tender una trampa a los asaltantes y detener su marcha; dicho antro estaba lleno de mujeres bonitas vestidas de trajes largos, incluso un grupo de otros viajeros que venían desde Niebros, ya cayeron en la cantina; Gresmildo y sus hombres ya están muy cerca a la cantina y como un caballo relinchó, alertó a los cantineros y salieron las mujeres quienes se aprestan a recibir a Gresmildo y sus compañeros, era justo el objetivo encomendado por Damián; Gresmildo ordenó a sus hombres pasar de largo sin bajar en la cantina, pero: ¿Pero, las mujeres bonitas los dejarán pasar?........

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.

Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

Damián, como discípulo de Satanás en la tierra, tuvo rotundo éxito en detectar con precisión la ruta de entrada de los asaltantes hacia Socchabamba; estos, bandoleros pretenden asaltar a la Familia Sánchez Calderón y Mulatillo, y los huestes satánicos están allí para impedirlo.
Al escuchar el relincho de un caballo, alertó a los huestes satánicos, quienes disfrazados como mujeres bonitas, salieron a recibir a los viajeros, pero Gresmildo y sus compinches picaron a sus caballos para pasar de largo, empero los equinos adormecidos y temerosos por el terror de presenciar espíritus de el más allá, se negaron a trotar, por coincidencia los cuatro caballos se pararon y muy plantados que ni los espolazos que les aplicaban los jinetes a sus panzas los impulsaba avanzar y las mujeres vestidas de trajes largos avanzaban hacia ellos....
Entonces, Gresmildo quien era un bandolero muy corajudo(forajido) y no tenía miedo a nada, pero si, se doblegaba antes las mujeres, ordenó:
--- Muchachos, en vista que los caballos torpes se niegan avanzar, vamos apearnos y saludar a estas huambritas(mujeres bonitas) que vienen por nosotros, estamos un rato con ellas y continuamos nuestro viaje.
Los demás hombres, casi hipnotizados por la aparente belleza de las mujeres, quienes los sedujeron sin decir palabra alguna; ellos se apearon y cogiendo la rienda de sus caballos esperaron a las mujeres hermosas que brillaban en la penumbra de la noche.
Los cuatro bandoleros, tres de ellos ya habían bebido dos botellas de licor macerado en Asiayaco; que aún les duraba el efecto alcohólico, y ahora podían beber algo más en compañía de mujeres, por lo que era aceptable la idea del jefe de atender a las mujeres y justo una de ellas se dirigió a Gresmildo y le dijo:
--- ¿Cómo estás buen hombre? Has venido justo a la cantina que te hemos preparado, seas bienvenido junto con tus compañeros; dejen sus caballos a mis hombres para que los cuiden y ustedes y nosotras nos divertiremos un rato, y después, si ustedes no están a gusto se van continuando su viaje.
La mujer que hacía las veces de anfitriona, le dio la mano a Gresmildo, quien al apretarla correspondiendo el saludo, captó una muñeca huesuda, fría y casi helada como un témpano que aparentaba sin vida; pero ella y las otras mujeres se reían y pelaban las muelas(dientes) blancos que brillaban con el reflejo de la luz que iluminaba la cantina.
Con la rapidez de un rayo, aparecieron cuatro individuos vestidos de negro todo su cuerpo y cogieron las riendas de los caballos y casi empujando a los jinetes se adueñaron de los cuadrúpedos y estos animales detectaron a los espíritus malévolos y empezaron a corcovear y resonar las narices logrando desprenderse de los espíritus negros y salieron disparados en loca carrera por la ladera adentro abandonando a sus dueños jinetes, quienes estaban siendo seducidos por las supuestas mujeres hermosas....
Gresmildo y sus hombres, cogidos de la mano por las mujeres las siguieron y entraron a la cantina; allí estaban y habían un grupo de otros hombres bebiendo licor, quienes al ver llegar a cuatro más gritaron avivando a la jarana.
Las mujeres, que hacían de anfitrionas se acercaron al cantinero y le pidieron cuatro botellas de licor, luego hicieron sentar a los recién llegados, ellas mismas abrieron las botellas del licor y haciéndolo a pico de botella brindaron con ellos y ellas se sentaron sobre las piernas de los invitados, algunos de ellos como Bandolero, si llegó a detectar que había algo raro en las mujeres de cuerpo frío.
Fermín, quien no había bebido licor en Asiayaco, esta vez si aceptó y fue el más entusiasta y le desaparecieron los presentimientos de cosas funestas que podrían impedir el viaje; pues sin saberlo, ellos ya fueron detenidos justamente por los huestes satánicos; se creía que el carácter indomable de Gresmildo no iba ser fácil detenerlo, pero gracias a la presencia de las mujeres hermosas, fue él, quien ordenó a su gente atender a las mujeres, seducido como borrego degollado.
Mientras tanto. los caballos asustados por la presencia de espíritus malignos seguían corriendo sin rumbo, y como lo hacían corcoveando, por el camino se iban cayendo los ponchos, los bolsicos y otros enseres de los aperos que nadie controlaba; sus jinetes que habían olvidado a sus cuadrúpedos estaban ensimismados con las mujeres anfitrionas.
Entonces, los músicos que no se cansaban tocando sus instrumentos, esta vez estaban más animados con la presencia de Gresmildo y sus hombres, ellos siguieron tocando música agradable para el oído de los recién llegados; quienes animados por las bebidas del licor y las insinuantes mujeres las sacaron a bailar, formando cuatro parejas que lo hacían en frenética danza; pero este espectáculo bailable creó celos a los otros viajeros de Niebros.
Estos que ahí estaban allí desde hacía mucho rato, justo que el que hacía de jefe fue directo a la mujer que bailaba con Gresmildo y le arranchó la pareja halándola del brazo y logró su objetivo de apartarlos, lo que originó la reacción de Gresmildo, quien resolvía sus pleitos con puñetazos, que fue justamente lo que aplicó en la quijada al atrevido que le quitó la mujer, tirándolo de espaldas al piso y allí se quedó, de inmediato se levantaron los compañeros del atrevido caído y se abalanzaron contra el cuerpo de Gresmildo, quien respondió con otro puñetazo múltiple tirándolos a todos al suelo.
Ante la bronca, los compañeros de Gresmildo, dejaron a sus bailarinas y se unieron a defender a su jefe, pero ya no era necesario, por que estaban tan borrachos los agresores que no lograron levantarse del suelo y allí quedaron tendidos.
El pleito alertó a los huestes satánicos anfitriones, que sacaron en peso a los agresores hacia afuera y los tiraron como sacos de granos uno sobre otro, y allí los dejaron, y todos se dedicaron a atender a Gresmildo y su gente.
Pero, Gresmildo se dio cuenta que ellos ya habían hecho mucho en atender a las mujeres anfitrionas, y prácticamente no les causaban ya ningún interés como posibles parejas, por lo que ya era tiempo de continuar el viaje hacia las pampas de Socchabamba; él separándose de su dama anfitriona y dirigiéndose a Fermín quien estaba muy acaramelado abrazando amorosamente a su compañera y le dijo:
--- Fermín, deja a  tu compañera y ve afuera y trae los caballos;  ya estuvo bien la diversión, nosotros no hemos venido aquí para estar en cantinas, tenemos trabajo por hacer.
Fermín, obedeció soltando a su pareja que ella estaba muy acaramelada y salió en busca de los caballos, él habrá caminado unos 200 metros en dirección a la ladera después de la cantina, y no encontró ningún caballo, pero si encontró su bolsico tirado sobre el suelo, y a unos 10 metros hacia adelante estaba su poncho, él recogió sus cosas.
Entonces, recapacitando regresó a su mente sus presentimientos que lo agobian de algo malo les esperaba en este viaje. Como él, recién empezó a beber licor, aún se mantenía ecuánime y siguió avanzando, pensando que más adelante los caballos habían parado su trote y  estaban esperando a sus jinetes, pero no encontró nada, él siguió avanzando y encontró tirado al suelo el poncho de su jefe, pero ningún caballo.
La noche estaba oscura y con aspecto de ser un funesto lugar, los perros comenzaron a aullar y lo hacían tan lastimosamente que horrorizaba escucharlos; quien haciendo oídos sordos, avanzó unos pasos más y encontró el poncho y bolsico de Baldomero tirados sobre el suelo.
Fermín, se horrorizó y para si mismo dijo:
--- "Creo que el diablo se llevó a los caballos".
Continuaremos..........................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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