Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., la apasionante historia de Los Tres Mosqueteros, cuyo lema fue: "Uno para todos y todos para uno", que lo practicaron sus constantes aventuras personales, como al servicio del ejército donde ellos servían.
Dentro de la Novela de Alejandro Dumas: Los Tres Mosqueteros, destaca el jefe quien fue :Charles de Batz-Castelmore, conocido como d’Artagnan.
NATIONAL GEOGRAPHIC.- narra : "........d’Artagnan.....
es de los cuatro mosqueteros, el más fiel a su homónimo literario. Era
el cuarto hijo de una familia de la pequeña nobleza de Gascuña, de
recursos relativamente modestos para su rango, por lo que él y dos de
sus hermanos emprendieron la carrera militar. En 1630, cuando tenía
alrededor de 20 años, se marchó a París para ingresar en el cuerpo de
las Guardias Francesas por recomendación de un pariente de su madre, el
señor de Tréville (quien aparece también en las novelas de Dumas como su
protector). En ese momento comenzó a usar el apellido d’Artagnan, una familia noble relacionada con los Castelmore: en realidad sus padres eran de orígenes burgueses, por lo que prefirió usar un apellido que le diera más prestigio...."
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/verdadera-historia-dartagnan-y-tres-mosqueteros_15043
El "uno para todos y todos para uno" que hiciera famosos a los mosqueteros de Dumas tiene bien poco de real. Aunque d’Artagnan y sus tres fieles camaradas están basados en personajes que realmente existieron, tienen mucho de ficción literaria y puede que ni siquiera se llegasen a conocer entre ellos.
Maurice Leloir
Abel de Medici
· Lectura: 5 min
Los tres mosqueteros es una de las obras más conocidas y
amadas de la literatura francesa. Para su creación, Alejandro Dumas se
inspiró en personajes y hechos reales, aunque añadiendo mucha ficción e
incluso algunos anacronismos. Las aventuras de d’Artagnan y sus tres camaradas están basadas en un manuscrito de Gatien de Courtilz, señor de Sandras,
quien fue a su vez mosquetero y conoció a un compañero de armas del
d’Artagnan histórico. Tras retirarse de la carrera militar, se dedicó a
la escritura y en 1700 publicó las Memorias de Monsieur d'Artagnan, una primera novelización de la vida del personaje.
Esta
versión, escrita en forma de pseudo-memorias, ya contenía elementos de
ficción y fue usada por Alejandro Dumas como punto de partida para su
novela Los tres mosqueteros publicada en 1844. Dumas añadió más
contenido de su propia creación, cayendo igualmente en algunos
anacronismos y añadiendo hechos y personajes tan ficticios como
carismáticos, como la pérfida Milady de Winter. De hecho los
otros tres mosqueteros -Athos, Porthos y Aramis- están basados en
personas reales, pero si conocieron a d’Artagnan fue por mera
casualidad.
Las aventuras de d’Artagnan y sus tres camaradas están basadas en un manuscrito de Gatien de Courtilz: Memorias de Monsieur d'Artagnan.
Una vida de aventuras
Charles de Batz-Castelmore, conocido como d’Artagnan,
es de los cuatro mosqueteros, el más fiel a su homónimo literario. Era
el cuarto hijo de una familia de la pequeña nobleza de Gascuña, de
recursos relativamente modestos para su rango, por lo que él y dos de
sus hermanos emprendieron la carrera militar. En 1630, cuando tenía
alrededor de 20 años, se marchó a París para ingresar en el cuerpo de
las Guardias Francesas por recomendación de un pariente de su madre, el
señor de Tréville (quien aparece también en las novelas de Dumas como su
protector). En ese momento comenzó a usar el apellido d’Artagnan, una familia noble relacionada con los Castelmore: en realidad sus padres eran de orígenes burgueses, por lo que prefirió usar un apellido que le diera más prestigio.
El único retrato que existe del famoso mosquetero es esta ilustración
del libro Memorias de Monsieur d'Artagnan, de Gatien de Courtilz de
Sandras.
Tras casi 15 años de servicio militar, el cardenal Mazarino
-sucesor de Richelieu como primer ministro del rey de Francia- lo tomó
bajo su protección en la compañía de Mosqueteros de la Guardia en 1644,
aunque dos años más tarde el propio Mazarino disolvería el cuerpo. Fue
en ese breve periodo cuando pudo haber conocido a los mosqueteros en los
que se basaron los personajes de Athos, Porthos y Aramis, aunque no hay
pruebas de ello y la única base para establecer dicha relación es que
pudieron combatir juntos y eran naturales del Béarn, la región que
colinda con la Gascuña.
D’Artagnan siguió sirviendo a Mazarino como hombre de armas durante
los años siguientes, en encargos que hoy llamaríamos de agente secreto:
misiones que consistían en el espionaje, la captura y la custodia de
enemigos políticos o nobles rebeldes. El cardenal le premió con
su absoluta confianza y en 1657, cuando se formó el nuevo cuerpo de los
Grandes Mosqueteros, dio su control efectivo a d’Artagnan como capitán
teniente. Mazarino murió en 1661, pero el rey Luis XIV le
extendió su protección hasta el final de su vida, como demuestra el
hecho de que lo nombrara gobernador de Lille, una ciudad de gran
importancia estratégica por su proximidad a la frontera con las
Provincias Unidas de los Países Bajos. Fue precisamente en guerra con
estos territorios cuando murió d’Artagnan, alcanzado por una bala
durante el asedio de Maastricht en junio de 1673.
El hecho de que Dumas diera a Athos, Porthos y Aramis un papel destacado junto a d'Artagnan en sus novelas se debe probablemente a que, en conjunto, los cuatro encarnaban las virtudes de un caballero.
Los tres mosqueteros
De los compañeros de aventuras de d’Artagnan se sabe bastante menos: Armand
de Sillègue d’Athos d’Hauteville, llamado simplemente Athos; Isaac de
Portau, apodado Porthos; y Henri d’Aramitz, conocido como Aramis.
Los tres tenían aproximadamente la misma edad que d’Artagnan y, como
él, entraron en distintas compañías de la guardia real por recomendación
del señor de Tréville, con el que además Athos y Aramis estaban
emparentados. Como personajes literarios aparecen ya en la novelización
de Gatien de Courtilz, aunque con un rol muy secundario; Dumas les daría
un mayor papel, ficticio casi en su totalidad.
Athos pertenecía a la pequeña nobleza del Béarn y
poco se sabe de él. Murió joven, posiblemente a consecuencia de un
duelo, una costumbre entre hombres de espada que Richelieu había
intentado sin éxito erradicar: fue en 1645, sólo un año después de que
d’Artagnan ingresara en el cuerpo de mosqueteros, por lo que la
posibilidad de que se conocieran sería fruto de la casualidad.
Porthos y Aramis ingresaron en el cuerpo más tarde, en 1640, el
primero en las Guardias Francesas y el segundo en los Mosqueteros del
Rey. Se sabe que participaron en varios asedios durante la Guerra de los
Treinta Años, en los que también combatió d’Artagnan, aunque no hay
pruebas de que tuvieran una relación personal o incluso de que se
llegaran a conocer. De Aramis se conoce algo más que de sus compañeros,
ya que tras la primera disolución del cuerpo heredó de su padre el cargo
de abad de Aramitz, la señoría de su familia.
Las virtudes de un gentilhombre
El
hecho de que Dumas diera a los estos últimos un papel destacado en sus
novelas se debe probablemente a que, en conjunto, los cuatro encarnaban
las virtudes de un caballero: la valentía (d’Artagnan), la nobleza de
espíritu (Athos), la fuerza (Porthos) y la inteligencia (Aramis). Los tres mosqueteros no pretende tener un valor histórico sino moral: heredero del romanticismo, Dumas proyecta en sus novelas la imagen idealizada del gentilhombre y de la época dorada de Francia, y transforma en héroes literarios a quienes posiblemente fueran soldados como otros.
A
la postre, el hecho de que d’Artagnan y los mosqueteros hayan perdurado
con tanta fuerza en el arte y en el imaginario colectivo puede ser una
prueba de que los mitos caballerescos, en cualquier época y lugar,
sobreviven a aquellos en quienes están basados.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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