Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., nuestro Blog, siguiendo su línea de información verás, ha destinado este reportaje cedido por la Revista National Geographic, donde nos detalla en forma didáctica los diferentes temas del ataque de la pandemia del Covid-19, más conocido como coronavirus. Seguramente que nuestros lectores encontrarán información que será muy útil sobre este flagelo que ataca sin piedad a la humanidad.
https://www.lecturas.com/actualidad/coronavirus-ultimas-noticias-directo_80468?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=coronavirus
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/confinamiento-total-para-evitar-colapso-sanitario-unica-solucion-segun-nuevo-modelo-matematico_15357?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=coronavirus
El confinamiento total para evitar el colapso sanitario, la única solución según un nuevo modelo matemático
Con las condiciones actuales no será suficiente para parar la pandemia en España afirma este nuevo modelo. Según los científicos Madrid colapsará próximamente sin remedio y, si no se toman más medidas, el siguiente lugar donde puede colapsar el sistema sería Euskadi seguida de Cataluña, encabezada por Barcelona. De hecho la nueva estimación predice 600 muertes en Barcelona en torno al 3 de abril si se mantiene la movilidad actual.
La Plaza de España en Barcelona aparece desierta como consecuencia del coronavirus.
Foto: Cordon Press.
Redacción
De mantenerse las restricciones actuales de movilidad, Barcelona
registrará un crecimiento de defunciones por coronavirus que el 3 de
abril podría situarse cerca de las 600. Esta es la cifra estimada por investigadores de la Universitat Rovira i Virgili y la Universidad de Zaragoza aplicando el modelo matemático en el que hace semanas que trabajan. Su objetivo es hacer predicciones para prever el avance de la enfermedad, por lo que permite evaluar el impacto esperado de cada una de las medidas de contención posibles.
El modelo proporciona datos fiables para que se puedan tomar decisiones informadas al decretar nuevas medidas para evitar el colapso sanitario.
El cálculo de esta nueva predicción se ha hecho a petición del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunyateniendo
en cuenta la estadística de los casos reportados, el porcentaje de
aquellos que requerirán asistencia en Unidades de Cuidados Intensivos y
la estadística de mortalidad de estos casos más graves.
Reducir el número de contactos
Los
resultados que se han obtenido refuerzan el mensaje que los
investigadores llevan días intentando hacer llegar a las autoridades y
que pasa por el confinamiento total de la población, exceptuando aquellos servicios más esenciales. “El virus se
propaga porque aumenta nuestro número de contactos. Hay que parar la
cadena de transmisión para que el número de contactos de cada individuo
se mantenga por debajo de 4”, explica Àlex Arenas,
investigador principal del estudio. “Con la movilidad parcial que
tenemos actualmente se ralentiza la propagación pero sigue habiendo
fugas. Quedándonos en casa estamos aislando a gente sana que deja de hacer de combustible al proceso epidémico”, alerta.
El aumento de casos también está complicando la adopción de medidas preventivas efectivas, pues cuantos más infectados haya en la población, más difícil es que las contención funcionen.
Esto hará que la curva de contagios no baje lo suficiente y que la
sobrecarga hospitalaria se vea afectada. "Lo que está claro, es que si
no se hace el confinamiento total, se debe poder hacer al menos de los
focos principales, que ahora están en Madrid, el País Vasco, Cataluña,
Castilla la Mancha y Castilla y León", explica el investigador.“Con la movilidad parcial que tenemos actualmente se ralentiza la propagación pero sigue habiendo fugas" explica el investigador Àlex Arenas.
Más información
Los mapas del coronavirus en todo el mundo
Un manifiesto reclama el confinamiento total
En este sentido, Arenas y su equipo han firmado un manifiesto junto a setenta científicos de diversas áreas vinculadas al estudio de la evolución de la pandemia de toda España. El documento advierte del problema y avisa de que el 25 de marzo podría producirse el colapso del sistema sanitario.
Además, los científicos insisten en que las medidas aplicadas hasta
ahora no han sido suficientes para frenar la curva de crecimiento de la
enfermedad, y reclaman el confinamiento total de las áreas donde se
superen los 25 casos de infectados por millón de habitantes”.
Este manifiesto quiere poner sobre la mesa los resultados del modelo que predicen qué pasará de acuerdo con las condiciones actuales.
"No es ninguna opinión, son resultados científicos", insiste Arenas,
quien se muestra convencido de que el confinamiento total sería una decisión beneficiosa si se aplica con rapidez.
En España el 25 de marzo podría producirse el colapso del sistema sanitario, según los investigadores.
Ante
algunas voces que han discrepado sobre las demandas de este manifiesto,
Arenas deja claro que se trata de evidencias científicas. "Las predicciones hasta ahora no han fallado,
no estamos haciendo opinión ni hacemos política, nos encontramos ante
una situación de desbordamiento causada por una pandemia. Nosotros
ponemos los números de un estudio científico sobre la mesa y planteamos
cuál debería ser el escenario más favorable teniendo en cuenta el criterio de salvar el mayor número posible de vidas humanas" añade.
¿Estamos a tiempo de evitar el colapso?
En caso de que se decreten medidas más restrictivas que signifiquen el confinamiento total de la población, surgen dudas sobre si se conseguiría evitar el colapso sanitario.
“En algunas regiones estaríamos a tiempo, pero en ciudades como Madrid
esto ya es imposible, aunque ha mejorado el escenario después de
instalar nuevas camas y conseguir más respiradores”, lamenta Arenas. El
siguiente lugar donde puede colapsar el sistema, según el modelo
matemático, sería Euskadi y después vendrá Cataluña, encabezada por
Barcelona.La gran ventaja de este modelo es que es dinámico y permite adaptarlo
a las medidas que se van tomando, por lo tanto, los resultados pueden
variar si la disponibilidad de camas aumenta y si la gente deja de salir
a la calle. Sin embargo, Arenas insiste en que con las condiciones
actuales, no será suficiente para parar la pandemia en España.
Otros países ya se han fijado en el modelo
El modelo matemático desarrollado por este grupo de ocho investigadores ha despertado el interés de Portugal, Brasil, Argentina y Uruguay, que ya han pedido un mapa de predicción de riesgo de expansión de la pandemia en sus zonas. Para desarrollarlo han utilizado los mismos parámetros que usaron en el mapa de riesgo de expansión del Covid-19 en España: datos de movilidad y datos de procedencia de las personas infectadas en tiempo real.¿Cuándo llegará y cómo funcionará la vacuna del coronavirus? (COVID-19)
Aunque una vacuna no es algo que se
obtenga en poco tiempo, lo cierto es que la alarma mundial puede
acelerar el proceso. Hay signos de que la vacuna del nuevo coronavirus
puede estar pronto. China ya ha anunciado una. Dos de los principales
investigadores nos lo explican.
“El proceso de investigación va bien, pero las vacunas no son algo que se consiga de un día para otro.”
Nos los explican desde el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), uno de los laboratorios punteros a nivel mundial sobre coronavirus y donde llevan 25 años trabajando en vacunas para los diferentes tipos de coronavirus que aparecen.
China
ha anunciado que ya tiene un prototipo de vacuna que empieza a probar
en personas. De todas formas, sus resultados no se esperan para antes de
que acabe esta pandemia.
Hablamos con el investigador Luis Enjuanes, director del laboratorio de coronavirus del CNB.
¿Cuándo hay posibilidades de que se encuentre una vacuna para el coronavirus?
Creo que muy pronto. Hay que tener en cuenta que hay experiencias anteriores con otros coronavirus, los que provocaron el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo y Grave) y el MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio).
Ya ha habido muchas reuniones. Reuniones organizadas por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), con científicos de todo el mundo
y en especial con el Centro Nacional de la Salud de Estados Unidos.
Nuestro laboratorio ha participado en esas reuniones.
HAY DOS POSIBLES VACUnaS
¿Qué tipo de investigación hacen?
Hay muchos tipos de vacunas, aunque simplificando podemos decir que hay de dos extremos. Hay unas vacunas están basadas en una proteína del envoltorio del virus. Es la que mayor induce a la protección, en lo que se llama el fragmento S1. Esas vacunas se pueden generar muy rápidamente.
En 3 meses se puede tener ya un tipo de vacuna, aunque no muy efectiva
Según el Instituto Nacional de la Salud, en tres meses se puede tener esta vacuna. Es una vacuna sencilla y bastante segura, no parece que dé problemas secundarios.
¿Tienen algún problema?
Que no tiene una gran efectividad, porque no es un organismo replicativo, que se autoamplifique y aumente la respuesta inmune.
- Nosotros estamos implicados con el otro tipo de vacunas que son un poco más complicadas. Pero es una vacuna con una alta potencia y, al mismo tiempo, es muy segura.
¿Éstas pueden ser vacunas más efectivas?
Sí, nosotros ya hicimos vacunas de este tipo para prevenir nuevos casos del SARS del 2002 y para el MERS en el 2012. Tenían una eficacia del 100% cuando se testaban en animales.
SE BASA EN CREAR UN VIRUS MÁS ATENUADO
¿En qué consisten estas vacunas?
Está basada en lo que denominamos un replicón RNA, es decir en el ácido ribonucleico del virus.
- Los coronavirus son virus ARN, por el ácido ribonucleico cambian genéticamente cada vez que se replican. Billones de variaciones. Por eso a veces pueden saltar de una especie animal a otra o a los humanos.
- La clave es que los virus consiguen una variación en que las células humanas les dejen entrar. Los virus necesitan entrar en las células para replicarse.
Para crear este replicón hemos seleccionado cinco genes del virus (hemos cambiado al estructura cromosómica). Este replicón ha dejado de ser un virus y por tanto ya no se puede transmitir de célula a célula.
¿Qué ventajas tienen respecto al otro tipo de vacunas?
Al no poderse transmitir de célula a célula le da una gran seguridad, pues no puede revertir de un virus atenuado a uno más virulento.
La que preparamos será más segura y potente
Este replicón no sale de las células. Y tiene una gran potencia, porque el replicón cuando se mete en las células puede aumentar la dosis antigénica diez mil o veinte mil veces.
EN DOS MESES PUEDE HABER RESULTADOS
¿Para cuándo podremos contar con esta vacuna más eficaz?
La
vida va muy rápida y mi colaboradora Sonia Zúñiga ha aplicado
rápidamente las tecnologías que ya teníamos de ingeniería genética a
este virus.
- Ya tenemos reconstruidos siete coronavirus distintos. Luego lo convertimos en virus atenuado y ese virus atenuado es un candidato a vacuna.
¿Se puede hablar de algún plazo
A veces aparece algún inconveniente técnico. Si todo va bien, en 2 meses podemos tener un candidato, uno de esos virus atenuados.
- Luego hay que demostrar que ese candidato es seguro, que es genéticamente estable y que no provoca efectos secundarios.
- Hacemos lo que llevamos haciendo desde el 2000, cuando sacamos el primer clon infectivo de coronavirus, fuimos los primeros del mundo.
La investigadora Sonia Zúñiga del Centro Nacional de Biotecnología insiste también en este punto de prudencia pese a lo adelantado de su trabajo.
“El proceso de investigación de la vacuna va bien. Pero una vacuna no es algo que se consiga de un día para otro".
"No tenemos que pensar en una vacuna como algo para curar de inmediato, sino para prevenir en el futuro”.
qué tenemos ahora contra el coronavirus
En palabras del Dr. Enjuanes:- "Para curar nosotros y otros laboratorios del mundo hemos desarrollado medicamentos antivirales que para otros coronavirus similares al de Wuhan funcionan".
- "De manera que no se descartaría que en el futuro cuando se sepa algo más del coronavirus de Wuhan, pudiera comprobarse que alguno de los tratamientos sirve para curarlo".
COVID-19
10 síntomas que NO son de coronavirus
Pese a que la enfermedad COVID-19 lo
acapare todo, el resto de virus y bacterias no han desaparecido. Hay
muchas posibilidades de que lo que tengas sea un infección diferente.
Hay algunas señales que te pueden tranquilizar.
Una enfermedad, incluida el COVID-19, no siempre responde a los mismos síntomas. Varía de paciente en paciente.
Sin embargo, esas variaciones, que el médico debe conocer, suelen ser raras. La inmensa mayoría coinciden en los síntomas.
Como sabes, en la infección de coronavirus son fiebre alta y tos seca; más adelante falta de aire.
Síntomas del coronavirus son más habituales en otras enfermedadesHay otros síntomas que, en un porcentaje muy alto, son habituales en otras enfermedades y prácticamente descartan el coronavirus.
El primer gran estudio que se ha hecho sobre los síntomas, y que publica la prestigiosa The New England Journal of Medecine nos aclara qué síntomas no son habituales.
1. LAGRIMEO Y OJOS HINCHADOS
Menos del 1% de los afectados por el coronavirus tienen ojos hinchados, irritados o lagrimeo.Es un síntoma que se asocia a una alergia o un resfriado común. Es una de las señales más evidentes para empezar a descartar el COVID-19.
2. NARIZ CONGESTIONADA Y MOCOS
Un síntoma muy habitual de los resfriados comunes y, en menor medida, de la gripe, y que rara vez se ha detectado en el COVID-19.El coronavirus afecta menos a las vías altas respiratoriasEl coronavirus afecta menos a la parte alta del aparato respiratorio, a diferencia del constipado común.
Por eso estos síntomas de la parte alta de la cabeza son más propios de un resfriado.
3. ESTORNUDOS
Los estornudos son comunes de gripe, resfriados y alergias a los ácaros o al polen, por ejemplo.- La tos seca, propia del coronavirus, también puede ser señal de gripe o incluso de resfriado. Es decir, que tampoco pienses que es coronavirus seguro.
4. FEBRíCULA
La fiebre es uno de los factores más comunes de la infección del coronavirus. Incluso aunque tarde dos o tres días acaba apareciendo casi siempre.Sólo la fiebre alta se relaciona con el COVID-19Además es una fiebre que supera los 37,5 grados. La media suele estar entre 38 y 39 grados durante la enfermedad.
La febrícula leve, que es de décimas, puede ser causada por un catarro. No es habitual, pero cuando es intenso se acompaña febrícula y algo de malestar general.
5. DIARREA
Sólo un 4% de los enfermos de coronavirus llegan a tener este síntoma.- Es más común en un virus estomacal, un alimento en mal estado o incluso nervios.
6. NáUSEAS
Las náuseas y vómitos también se dan en muy pocas ocasiones entre los enfermos del COVID-19 (5%).Algunos virus aéreos pueden acabar en el tracto digestivo y provocar problemas digestivos. Pero no es lo normal.
Apenas un 5% de infectados siente náuseas por este virusUn virus estomacal o alimentos en mal estado son causas mucho más comunes.
7. FATIGA, DEBILIDAD, CANSANCIO
El cansancio es un síntoma muy habitual de la gripe. La sensación de debilidad y fatiga puede alargarse durante dos semanas.También las ganas de dormir y estar derrotado, que suelen aparecer desde los primeros momentos y de repente.
Es cierto que en el COVID-19 también se da fatiga pero en menor medida, se ha visto en un tercio de los contagiados por el coronavirus.
8. DOLOR MUSCULAR
El dolor de músculos o de articulaciones es síntoma habitual de la gripe. Además, por supuesto, de otro tipo de enfermedades no respiratorias.El dolor corporal es más propio de la gripeEn los infectados por coronavirus se han descrito pocos casos (menos del 15%) con dolores.
9. DOLOR DE CABEZA
En similar proporción al dolor muscular, es casi siempre un síntoma de gripe dentro de las enfermedades respiratorias.En este tipo de enfermedades, sea gripe o COVID-19 el dolor de cabeza se da junto a otros síntomas.
- Si solo estás sufriendo dolor de cabeza sin ningún otro síntoma (fiebre, tos...) probablemente sea migraña o dolor tensional.
10. PUEDES RESPIRAR HONDO
Si tienes otros síntomas, como tos y fiebre pero respiras bien no descartes que sea una gripe común.- Podría ser un coronavirus pero en una afectación leve.
Pero la enfermedad si se extiende y baja a los pulmones causa una sensación de falta de aire muy característica, propia de la neumonía.
NO siempre es lo mismo
Pese a que la gran mayoría de los casos estos síntomas coinciden con otras patologías que no son el COVID-19, hoy por hoy sin hacer el test del coronavirus no hay seguridad plena.La recomendación general es que, si tienes algún síntoma y dudas, extremes las precauciones y no expongas a los demás a riesgos innecesarios.
Si dudas y no te han hecho el test, mejor extrema el aislamientoLos datos han demostrado que la sintomatología del coronavirus puede ser leve, similar al de un catarro suave.
Más habitualmente son síntomas similares a los de una gripe y pueden engañar incluso a los propios sanitarios.
Ante todo, y a la espera a que se extiendan las pruebas de manera universal, aíslate lo más posible ante cualquier sospecha.
Efectos psicológicos del coronavirus
COVID19: la epidemia emocional
Más allá de los terribles efectos sobre nuestra salud, la epidemia del coronavirus nos trae consecuencias psicológicas y sociales. Por suerte, el miedo no es la única emoción que nos puede gobernar.
Todo el mundo se ha alterado con la epidemia del COVID19, el coronavirus.
Más, los países “desarrollados”, pero, en realidad, todo el mundo. Por
eso vale la pena reflexionar un poco sobre algunos temas menos tenidos
en cuenta por los medios, los tertulianos, los comentadores e incluso
los expertos: los asuntos y temas de salud mental y emociones en el caso de las epidemias. Porque toda epidemia biológica también conlleva una “epidemia emocional” y una “epidemia social”.
¿Cómo nos afecta una epidemia a nivel psicológico?
Toda epidemia supone alteraciones y peligros a nivel biológico, psicológico y social.
Ahora nos damos cuenta con más claridad que nunca. Hasta ahora, casi
treinta siglos después del nacimiento de la medicina científica,
pensábamos, y con razones, que los peligros eran ante todo biológicos. Y
es así: hay que circunscribir el término epidemia a sus realidades
biológicas, es decir, al peligro que representa para la vida y la salud
de los ciudadanos.
Pero también, toda epidemia conlleva una “epidemia emocional”, unos componentes emocionales, y unos componentes sociales, una “epidemia social”. Se pone en peligro la salud de los ciudadanos (si no, no hay epidemia). Pero también se pone más o menos en peligro la estabilidad mental o emocional tanto de las personas como de los grupos y colectivos. Además, algunas epidemias pueden producir graves alteraciones sociales o cambios sociales.
Una de las diferencias notables entre esta epidemia del COVID-19 y otras epidemias de la historia consiste precisamente en el peso que los componentes psicológicos y sociales están teniendo y en la rapidez de su influencia.
Al parecer, y por lo que sabemos hasta
el momento, la enfermedad que da lugar a su denominación como epidemia
(la enfermedad del coronavirus-2019), es una enfermedad relativamente
leve que se manifiesta por tos, fiebre, malestar general y dificultades respiratorias, y que solo si hay otras patologías previas o concurrentes puede resultar grave.
Sin embargo, tal vez como nunca en la historia, sus
repercusiones psicológicas y sociales a nivel mundial parecen mayores
(o, al menos, más conocidas) que nunca.
En esta situación hemos podido experimentar que lo más contagioso para la humanidad no son los virus, sino las emociones.
Venimos neurológicamente preparados para la comunicación emocional:
nuestros cerebros y nuestra psicología funcionan facilitando esa
transmisión masiva. Y la existencia de las redes sociales
informatizadas, de la web, no ha hecho sino multiplicar exponencialmente esas capacidades de comunicación emocional de la especie.
El coronavirus cambiará la visión del mundo
Por
eso la crisis del coronavirus, aparte de habernos hecho tomar
conciencia de la realidad de China como primera potencia mundial, nos obliga a repensar el planeta y la humanidad como globales, como un todo unitario.
Numerosos pensadores en estos días han reflexionado sobre esta aparente paradoja: menos peligro biológico pero mayor peligro social,
incluso con el peligro de una recesión económica generalizada. David
Trueba, por ejemplo, proponía fantasear sobre una distopía global:
Imaginemos
que la epidemia se extendiera y que los europeos y norteamericanos
quisiéramos huir de ella, aprovechando la aparente vulnerabilidad del
COVID-19 al calor, intentando entrar en los países del sur. ¿Y si estos
nos negaran entonces la entrada, como llevamos decenios haciendo con
ellos? ¿Y si nos pusieran muros, concertinas, policías, ejércitos,
obuses, disparos, campos de concentración…? ¿Qué sería de nosotros y de
nuestras posesiones, armas, riqueza, bienes de consumo, relaciones,
recuerdos, historia…? Con el agravante, encima, de que ellos, en buena
medida, huyen de una epidemia social, no precisamente biológica, sino
directamente causada por nuestros países “desarrollados”: las armas con
las que matan y se matan, las armas de las que huyen, están fabricadas
en nuestros países y contribuyen a nuestro “bienestar”. Y no nos da
vergüenza y nos horroriza.
Pero hay otra diferencia entre
esta epidemia y otras epidemias anteriores: que podemos enfocarla con
una perspectiva emocional y psicosocial diferente. En efecto, lo que
contribuye más a la gravedad de esta epidemia, lo que la convierte en
una crisis social, es la repercusión emocional de la misma y
cómo esa repercusión emocional ha invadido incluso esos entes
incorpóreos pero dominantes que son “los mercados” (al fin y al cabo, organizaciones y seres humanos dedicados a las finanzas y a las especulaciones vinculadas con los mismos).
El miedo y otras emociones durante la epidemia del coronavirus
Y,
cuando se habla de emociones, hoy en día, como en las epidemias
anteriores, nos solemos centrar en el miedo, realmente una de las
emociones básicas humanas, genéticamente pre-programadas de la especie.
Pero hoy sabemos algo más de ese tema, tanto por los avances
psicológicos y antropológicos como por los descubrimientos
neurocientíficos.
Hoy sabemos, por ejemplo, que al menos hay otros seis sistemas emocionales diferentes del miedo, y que en toda situación de catástrofe, estrés o duelo se ponen en marcha todos ellos. Veámoslos para el COVID-19:
- Miedo. Hemos podido observar la puesta en marcha del miedo y a veces del pánico.
- Ira. Pero también de la ira (de unos políticos hacia otros, de unos ciudadanos hacia los políticos o los sanitarios, y de unos ciudadanos hacia otros, como puede observarse en las redes sociales informatizadas).
- Solidaridad. Hemos podido ver destacados destellos del sistema emocional de la solidaridad, los cuidados y el apego (expansión de la solidaridad, atención a la solidaridad, dedicación de los profesionales del cuidado sanitario y otros trabajadores públicos…).
- Tristeza. Posiblemente, iremos viendo cada vez más la tristeza (por lo que perdemos, por nuestros errores anteriores, por los “pies de barro” y la vulnerabilidad extrema de parte de nuestro mundo).
- Deseo. También podremos ver (y disfrutar) de las delicias del deseo (al fin y al cabo, tras cada catástrofe o encerrona social no muy mortífera, nueve meses después ha habido más nacimientos).
- Indagación. Cada día vemos en acción el sistema emocional de la indagación, el interés en el conocimiento (en la investigación científica, en el deseo de saber sobre la enfermedad, la epidemia y el mundo en el que se desarrolló, cómo es China en realidad, cómo es el mundo que nos rodea…).
- Alegría. Incluso hemos visto desarrollarse el sistema emocional de la alegría y el juego (humor con respecto a nuestra situación, utilización del humor para expandir la solidaridad como en numerosos vídeos y comunicaciones en la web, posibilidades para otras formas de juego y alegría…).
DEM: Difusiones emocionales masivas
Todas esas difusiones emocionales masivas
se están dando, y más que en otras epidemias. Además, poseemos más
medios, tanto conceptuales como de comunicación, para tener en cuenta
ese hecho. No es útil pues utilizar términos estigmatizadores tales como
“histeria de masas” y “psicosis social”.
Hemos de enfocarlas como
“difusiones emocionales masivas” (DEM), lo que hemos llamado y
estudiado como DEM, un tema en el que precisamente en los países
mediterráneos tenemos una cierta experiencia y aportaciones renovadoras a
partir de fenómenos de ese tipo vividos en Barcelona y en otras
ciudades.
Usar esta otra perspectiva puede significar la posibilidad de preservar y desarrollar la salud mental incluso en una situación de crisis, como la que indudablemente estamos viviendo.
Por ejemplo, hemos de considerar que no es científicamente aplicable en estos casos la frase de “dejarse llevar por las emociones” a
nivel social, repitiendo una y otra vez que la población “se está
dejando llevar por las emociones”: será por las emociones
“desvinculatorias” (miedo, ira) en vez de por las vinculatorias.
O ni eso: el problema real es dejarse llevar por la manipulación de las emociones. En realidad, todos nos dejamos llevar por las emociones y más a nivel social.
Las emociones son muestro primer modo de conocimiento y reacción en el mundo y, por lo tanto, hemos de usarlas en el cuidado de la salud mental de las poblaciones.
Potenciar las emociones solidarias ante el coronavirus
Vamos a ver algunas consecuencias. Para orientar la respuesta social a la epidemia no basta con comunicaciones, conocimientos,
datos. No basta con cogniciones. No basta con atacar y criticar la
“emocionalidad” (de los otros). Esta sería una primera consecuencia.
Hemos de complementar el uso de las cogniciones, de las informaciones, conocimientos y datos, con el uso de las emociones vinculatorias, solidarias como son: apego-cuidados (la base de la solidaridad), interés, deseo, tristeza por los errores anteriores, alegría y humor…
Tal vez eso es más difícil que difundir datos y conocimientos solo, pero también es más realista, más eficaz y más basado en las perspectivas científicas actuales.
Eso lo saben bien, en sentido negativo, los manipuladores habituales de
la opinión pública y la publicidad en los medios de difusión.
Vincularse solidariamente es: cuidar a los cuidadores, destacar y cultivar la solidaridad, cuidar de los mayores y de los vulnerables...
Vincularse
en ese aspecto, y no sólo por el miedo. Es un buen momento para
acercarse a filmes (como HUMANA), juegos, libros y audiovisuales que
estimulen la solidaridad.
Fotografías reales del coronavirus bajo el microscopio
¿Cómo es realmente el mortífero SARS-CoV-2? ¿Cómo actúa nuestro sistema inmunitario? Visto bajo el microscopio todo adquiere una nueva dimensión. Las imágenes reales de tomografías computerizadas ampliadas y coloreadas nos ayudan a entender cómo actúan estos patógenos en nuestro organismo y por qué son tan peligrosos.
Imagen detallada de un coronavirus
El virus causante de la enfermedad de
Covid-19, visto en esta micrografía coloreada, es uno de los seis tipos
de coronavirus infectan a los humanos, algunos causan el resfriado
común y dos causan brotes peligrosos: SARS y MERS. El nuevo virus, el
SARS-CoV-2 es similar a sus primos hermanos: está compuesto por un
núcleo de ARN (la abreviatura de ácido ribonucleico, el material
genético del virus) y una membrana de proteínas que envuelve el material
genético del virus (el ARN). El nombre de coronavirus proviene de las
protuberancias (recuerda más bien a un en forma de corona ), que
sobresalen de su cobertura. El virus está envuelto en una burbuja de
moléculas de lípidos aceitosos, que se deshacen al contacto con el jabón.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Ataque inmimente
Un conjunto de coronavirus SARS-CoV-2
se traslada a través del torrente sanguíneo para atacar otras células.
Para ello, el virus encaja primero sus proteínas S en unos receptores
celulares denominados ACE2, como una llave que abre una cerradura.
Los científicos creen que manipulando esta proteína se podrían
desarrollar inhibidores contra la acción del virus, pero advierten de
que no se trata de una tarea sencilla, pues las ACE2 son unas proteínas
con un papel fundamental en la producción de angiotensina, una molécula
responsable, entre otras funciones, de regular la presión sanguínea,
presente en órganos vitales, como los pulmones, los riñones o los
intestinos.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Células al servicio del virus
Hasta cuatro coronavirus se
distinguen en esta imagen coloreada tomada de una muestra de un paciente
estadounidense el pasado 12 de febrero. Una vez dentro de la célula,
el virus empieza a replicar su material genético gracias a la maquinaria
celular humana. El patógeno deposita su ARN en el citoplasma de la célula,
y allí toma contacto con los ribosomas, la estructura celular encargada
de sintetizar las proteínas. La célula humana interpreta el ARN viral
como propio, y sigue las instrucciones para replicar miles de nuevos
virus que posteriormente saldrán a infectar nuevas células.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Réplicas en cadena
Un conjunto de coronavirus penetra en
el tejido adiposo de una muestra recogida de un paciente estadounidense
a finales de febrero. Cada virus puede llegar a crear de una sola vez entre 10.000 y 100.000 réplicas.
Además, este tipo de virus pueden infectar células cercanas o
desplazarse a través de pequeñas gotitas que escapan de los pulmones, de
ahí la enorme capacidad de contagio de estos virus. En cada proceso de
replicación el virus destruye la célula infectada, por lo que puede
acabar causando estragos a los pacientes, que pueden desarrollar
neumonía y llegar a morir.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El pulmón, un órgano vulnerable al coronavirus
Un grupo de coronavirus (coloreados
en esta imagen en color rosado) ataca el tejido celular circundante de
una muestra de un paciente aquejado de neumonía a principios de marzo.
La mayoría de las infecciones por SARS-CoV-2 causan fiebre a medida que
el sistema inmunitario lucha para eliminar el virus. En casos severos,
este puede reaccionar exageradamente y comenzar a atacar las células
pulmonares. Los pulmones se obstruyen con líquido y células moribundas,
lo que dificulta la respiración. Un pequeño porcentaje de infecciones
puede conducir al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y, en
ciertos casos puede incluso provocar la muerte.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El sistema inmunitario, a prueba
El coronavirus (coloreado aquí en
amarillo) no puede combatirse con antibióticos, pues estos medicamentos
únicamente funcionan para acabar con las bacterias. Sin embargo, los
investigadores están probando inhibidores que actúen contra las
proteínas víricas, inhabilitando así a los patógenos para entrar en las
células. Los científicos trabajan paralelamente para desarrollar vacunas
contra el patógeno, una solución mucho más efectiva, pero difícil de
conseguir en poco tiempo. De momento, un grupo de científicos chinos probará en humanos una vacuna de subunidades, compuesta por una parte del patógeno.
La clave sería ‘dirigir’ a nuestro sistema inmunitario para que sea
capaz de identificar y destruir con eficiencia el nuevo virus.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Carga viral elevada
Una persona con una carga viral alta
tiene más probabilidades de contagio. En esta imagen coloreada de un
paciente aquejado de coronavirus se aprecia un elevado cúmulo vírico
detectado en una muestra de tejido adiposo. Se estima que su tasa de
contagio es de entre 1,4 y 2,5 personas, aunque otras estimaciones
sitúan el rango entre 2 y 3, lo que significa que cada positivo podría
transmitir el virus a otras 2 y 3 personas. Un estudio reciente cifraba
en un más del 10% la tasa de pacientes que se infectan por alguien que no presenta síntomas, lo que da una idea de la extrema velocidad de transmisión que adquiere el coronavirus en muy poco tiempo.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El jabón, un gran aliado
Esta imagen de tomografía electrónica
realizada con microscopio desvela la presencia de coronavirus (en
amarillo) entre varias células humanas (en color azul, rosado y
turquesa). El jabón destruye la membrana lípida del virus,
por lo que es la primera barrera de lucha contra el virus y uno de los
mejores métodos para protegerse de este patógeno. Desprovisto de su
membrana, el virus queda completamente inactivo, incapaz de penetrar en
la membrana celular.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Células humanas rodeadas de virus
Esta imagen microscópica coloreada muestra el virus SARS-CoV-2 (en amarillo) invadiendo tejido celular humano. El virus fue aislado de una muestra de un paciente estadounidense infectado a finales de febrero. Uno de los debates más interesantes sobre los virus es si se trata o no de seres vivos.
Podría decirse que no están vivos, porque no pueden reproducirse por sí
mismos, pero tampoco están muertos, pues so capaces de entrar en
nuestras células y replicarse. Su evolución viene de lejos, pues se
remonta a hace unos 3.500 millones de años, cuando empezaron a prosperar
las primeras formas de vida, el debate sobre su naturaleza está
todavía vivo entre la comunidad científica.
Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Sergi Alcalde
Fotografías reales del coronavirus bajo el microscopio
Glosario del coronavirus: todos los términos que rodean al Covid-19
Pandemia, SARS, curva de contagio, paciente cero... Repasamos los términos que aparecen continuamente en las noticias y que son esenciales para entender mejor toda la información relacionada con el virus que ha puesto en jaque a medio mundo.
Muchos términos médicos relacionados con el coronavirus son desconocidos para la mayoría de la sociedad.
Foto: iStock
Mónica Artigas / Javier Flores
El coronavirus nos está dejando un diccionario nuevo. Decenas de
términos imprescindibles para entender mejor un tema de salud pública
que llena los periódicos y telediarios de todo el planeta y que hemos
recopilado en este glosario imprescindible sobre el coronavirus:
Antibióticos. Son aquellos
medicamentos eficaces contra las infecciones bacterianas. El coronavirus
está causado por un virus, de modo que los antibióticos no sirven para
luchar contra esta enfermedad.
Aplanar la curva. El objetivo para luchar contra el coronavirus es reducir el número de contagiados. La curva de la gráfica de contagio se aplana cuando deja de crecer el número de contagiados y se dibuja algo así como una 'meseta'. Es la forma gráfica de ver que durante un periodo de tiempo, el número de contagios se mantiene y no se incrementa, lo que significa que la velocidad de los contagios es menor y, por tanto, que se ha frenado la tendencia al alza. Esto es lo que se consiguió en China en su lucha contra el Covid-19 de forma rápida al optar por medidas extremadamente restrictivas de movilidad.
Coronavirus. Son una gran familia de virus que pueden provocar enfermedades tanto a animales como a humanos. Se sabe que en los humanos, todos los virus de esta familia pueden causar infecciones respiratorias, que pueden ir desde un resfriado normal a una enfermedad grave, como son la SRAS, la MERS o el Covid-19. La primera vez que se habló de este tipo de virus fue en la revista Nature el 16 de noviembre de 1968. Los investigadores lo llamaron 'coronavirus' porque la forma del virus al microscopio era como similar al de la corona solar.
Covid-19. Según define la OMS, "es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019". El origen léxico del Covid-19 proviene de 'co', en alusión la forma de corona solar del virus, 'vi' corresponde a la palabra virus y 'd' hace referencia a enfermedad ("disease" en inglés). Finalmente se le puso el número 19 por el año en que se detectó en seres humanos.
Cuarentena. Se trata de un aislamiento preventivo durante un tiempo determinado con el objetivo de evitar el contagio de ciertas enfermedades. No tienen por qué ser 40 días exactos.
Curva de contagio. Es la gráfica que cruza el número de casos con el tiempo durante el que se extiende la enfermedad, midiendo de este modo la velocidad con la que el virus se está contagiando. Si el número de casos sube de forma muy rápida en poco tiempo, la línea de la gráfica es cada vez más vertical, lo que indica un alto número de contagios en muy poco tiempo.
Enfermedades zoonóticas. Son las enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos y que son provocadas por virus, bacterias, parásitos y hongos. Son transmitidas por contagio directo con el animal enfermo y a través de algún fluido corporal como orina o saliva, o por la presencia de algún animal intermedio, como un mosquito en el caso de la malaria. También pueden transmitirse cuando se consumen productos de origen animal que no han pasado por los controles sanitarios correspondientes, o por el consumo de frutas y verduras mal lavadas.
Epidemia. es una enfermedad que se propaga en un país durante un tiempo determinado y que afecta simultáneamente a un gran número de personas. Llama la atención de las autoridades sanitarias porque se propaga de repente, de forma muy rápida, y afecta a mucha más gente de lo normal comparado con otras enfermedades.
Estado de alarma. En España, se declara en todo el país (o en parte de este) mediante un decreto del consejo de ministros en el caso de calamidades, desgracias públicas como inundaciones, terremotos o crisis sanitarias como la que vivimos por culpa del coronavirus. Esta disposición permite limitar la libre circulación de las personas, intervenir industrias, requisar temporalmente bienes, y limitar o racionar los servicios o el consumo de artículos de primera necesidad.
Gel hidroalcohólico desinfectante. Se trata de una solución líquida o en gel con un alto porcentaje de alcohol (entre el 60 y el 95 %) y que permite desinfectar de manera rápida la piel. Aunque es una buena alternativa si no se dispone de agua y jabón para lavarse las manos, hay que tener en cuenta que no tienen la misma efectividad para deshacerse del coronavirus.
Gripe española. Fue una pandemia de inusitada gravedad que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, en 1918 y se calcula que mató en un año entre 20 y 40 millones de personas, entre ellos gente joven y niños. Se originó en Estados Unidos pero recibió el nombre de 'gripe española' porque fue España la que, al no estar entre los países en guerra, informó más sobre esta enfermedad y sin censuras.
Incubación. Se trata del tiempo comprendido entre la exposición a un organismo patogénico y el momento en que los síntomas aparecen por primera vez. En el caso del coronavirus, el tiempo de incubación es de 5,4 días de media, aunque se han observado casos en que el periodo de incubación es de hasta 14 días.
Jabón. El jabón es una solución soluble al agua compuesta por la combinación de un álcali unido a los ácidos del aceite u otro cuerpo graso. Al lavarnos las manos, el jabón disuelve la membrana lipídica que rodea el coronavirus, inactivándolo y evitando su poder infeccioso.
Mascarillas. Las mascarillas son un producto sanitario que permite tapar la boca y las fosas nasales para evitar que entren agentes patógenos y contagiarse de enfermedades. Igualmente se pueden usar en sentido contrario, para evitar contagiar a otras personas en caso de estar infectado. Si no se presentan los síntomas respiratorios característicos del coronavirus (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído la enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica.
MERS. El Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS por sus siglas en inglés, Middle East Respiratory Syndrome) también está causado por otro coronavirus, en concreto el MERS-CoV. En este caso, involucra también el tracto respiratorio superior y causa fiebre, tos y dificultad para respirar, igual que ocurre con otros trastornos causados por el coronavirus. Este peligroso virus se detectó por primera vez en 2012 en Arabia Saudita y como otros virus de su familia, se transmite de animales a humanos. De hecho, el virus se encontró en camellos.
Paciente cero. Es el término que se usa para describir al primer humano infectado por un virus o una enfermedad infecciosa. Se infecta con un agente que el sistema inmunitario no anula y que es capaz de transmitirse a otras personas. Localizarlo facilita las investigaciones médicas ya que ayuda a analizar el potencial de contagio, la dispersión geográfica del agente infectante y por tanto permite tomar medidas para combatirlo. Recientemente se identificó al paciente uno del Covid-19 en Europa, un alemán de 33 años, según informó la publicación especializada New England Journal of Mediciney las autoridades sanitarias continúan buscando ese paciente cero en Europa que puede ser clave para frenar la pandemia.
Pandemia. Tal y como establece la OMS, se llama pandemia a la propagación a gran velocidad y a escala mundial de una nueva enfermedad. Lo que la diferencia de la epidemia es el grado en que aumentan los casos y su alcance internacional. La OMS declaró la pandemia cuando el coronavirus se extendió por los seis continentes y se certificaron contagios en más de 100 países de todo el planeta.
SARS. Se tratan de las siglas del Severe Acute Respiratory Syndrome (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) causado igualmente por un tipo de coronavirus distinto al COVID-19, el COVID-2. El SARS se originó en la región china de Cantón en 2003 y se expandió en dos docenas de países de Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia. El virus infectó a 8.422 personas y murieron 916 personas.
Vacuna. Se trata de una sustancia compuesta por microorganismos atenuados o muertos que se introduce para estimular la formación de anticuerpos y conseguir inmunidad frente a ciertas enfermedades. Hasta la fecha no existe ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar el Covid-19.
Wuhan. Es la capital de la provincia de Hubei, en China central. Tiene una población de 11 millones de personas. Es donde se produjo el primer contagio del coronavirus en humanos y el primer foco de la pandemia que comenzó a finales de 2019.
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/descubren-como-penetra-coronavirus-celulas-humanas_15274?utm_source=taboola&utm_medium=feed-recirculacion&utm_campaign=trafico&utm_term=nationalgeographic
Aplanar la curva. El objetivo para luchar contra el coronavirus es reducir el número de contagiados. La curva de la gráfica de contagio se aplana cuando deja de crecer el número de contagiados y se dibuja algo así como una 'meseta'. Es la forma gráfica de ver que durante un periodo de tiempo, el número de contagios se mantiene y no se incrementa, lo que significa que la velocidad de los contagios es menor y, por tanto, que se ha frenado la tendencia al alza. Esto es lo que se consiguió en China en su lucha contra el Covid-19 de forma rápida al optar por medidas extremadamente restrictivas de movilidad.
Coronavirus. Son una gran familia de virus que pueden provocar enfermedades tanto a animales como a humanos. Se sabe que en los humanos, todos los virus de esta familia pueden causar infecciones respiratorias, que pueden ir desde un resfriado normal a una enfermedad grave, como son la SRAS, la MERS o el Covid-19. La primera vez que se habló de este tipo de virus fue en la revista Nature el 16 de noviembre de 1968. Los investigadores lo llamaron 'coronavirus' porque la forma del virus al microscopio era como similar al de la corona solar.
Covid-19. Según define la OMS, "es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019". El origen léxico del Covid-19 proviene de 'co', en alusión la forma de corona solar del virus, 'vi' corresponde a la palabra virus y 'd' hace referencia a enfermedad ("disease" en inglés). Finalmente se le puso el número 19 por el año en que se detectó en seres humanos.
Cuarentena. Se trata de un aislamiento preventivo durante un tiempo determinado con el objetivo de evitar el contagio de ciertas enfermedades. No tienen por qué ser 40 días exactos.
Curva de contagio. Es la gráfica que cruza el número de casos con el tiempo durante el que se extiende la enfermedad, midiendo de este modo la velocidad con la que el virus se está contagiando. Si el número de casos sube de forma muy rápida en poco tiempo, la línea de la gráfica es cada vez más vertical, lo que indica un alto número de contagios en muy poco tiempo.
Enfermedades zoonóticas. Son las enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos y que son provocadas por virus, bacterias, parásitos y hongos. Son transmitidas por contagio directo con el animal enfermo y a través de algún fluido corporal como orina o saliva, o por la presencia de algún animal intermedio, como un mosquito en el caso de la malaria. También pueden transmitirse cuando se consumen productos de origen animal que no han pasado por los controles sanitarios correspondientes, o por el consumo de frutas y verduras mal lavadas.
Epidemia. es una enfermedad que se propaga en un país durante un tiempo determinado y que afecta simultáneamente a un gran número de personas. Llama la atención de las autoridades sanitarias porque se propaga de repente, de forma muy rápida, y afecta a mucha más gente de lo normal comparado con otras enfermedades.
Estado de alarma. En España, se declara en todo el país (o en parte de este) mediante un decreto del consejo de ministros en el caso de calamidades, desgracias públicas como inundaciones, terremotos o crisis sanitarias como la que vivimos por culpa del coronavirus. Esta disposición permite limitar la libre circulación de las personas, intervenir industrias, requisar temporalmente bienes, y limitar o racionar los servicios o el consumo de artículos de primera necesidad.
Gel hidroalcohólico desinfectante. Se trata de una solución líquida o en gel con un alto porcentaje de alcohol (entre el 60 y el 95 %) y que permite desinfectar de manera rápida la piel. Aunque es una buena alternativa si no se dispone de agua y jabón para lavarse las manos, hay que tener en cuenta que no tienen la misma efectividad para deshacerse del coronavirus.
Gripe española. Fue una pandemia de inusitada gravedad que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, en 1918 y se calcula que mató en un año entre 20 y 40 millones de personas, entre ellos gente joven y niños. Se originó en Estados Unidos pero recibió el nombre de 'gripe española' porque fue España la que, al no estar entre los países en guerra, informó más sobre esta enfermedad y sin censuras.
Incubación. Se trata del tiempo comprendido entre la exposición a un organismo patogénico y el momento en que los síntomas aparecen por primera vez. En el caso del coronavirus, el tiempo de incubación es de 5,4 días de media, aunque se han observado casos en que el periodo de incubación es de hasta 14 días.
Jabón. El jabón es una solución soluble al agua compuesta por la combinación de un álcali unido a los ácidos del aceite u otro cuerpo graso. Al lavarnos las manos, el jabón disuelve la membrana lipídica que rodea el coronavirus, inactivándolo y evitando su poder infeccioso.
Mascarillas. Las mascarillas son un producto sanitario que permite tapar la boca y las fosas nasales para evitar que entren agentes patógenos y contagiarse de enfermedades. Igualmente se pueden usar en sentido contrario, para evitar contagiar a otras personas en caso de estar infectado. Si no se presentan los síntomas respiratorios característicos del coronavirus (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído la enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica.
MERS. El Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS por sus siglas en inglés, Middle East Respiratory Syndrome) también está causado por otro coronavirus, en concreto el MERS-CoV. En este caso, involucra también el tracto respiratorio superior y causa fiebre, tos y dificultad para respirar, igual que ocurre con otros trastornos causados por el coronavirus. Este peligroso virus se detectó por primera vez en 2012 en Arabia Saudita y como otros virus de su familia, se transmite de animales a humanos. De hecho, el virus se encontró en camellos.
Paciente cero. Es el término que se usa para describir al primer humano infectado por un virus o una enfermedad infecciosa. Se infecta con un agente que el sistema inmunitario no anula y que es capaz de transmitirse a otras personas. Localizarlo facilita las investigaciones médicas ya que ayuda a analizar el potencial de contagio, la dispersión geográfica del agente infectante y por tanto permite tomar medidas para combatirlo. Recientemente se identificó al paciente uno del Covid-19 en Europa, un alemán de 33 años, según informó la publicación especializada New England Journal of Mediciney las autoridades sanitarias continúan buscando ese paciente cero en Europa que puede ser clave para frenar la pandemia.
Pandemia. Tal y como establece la OMS, se llama pandemia a la propagación a gran velocidad y a escala mundial de una nueva enfermedad. Lo que la diferencia de la epidemia es el grado en que aumentan los casos y su alcance internacional. La OMS declaró la pandemia cuando el coronavirus se extendió por los seis continentes y se certificaron contagios en más de 100 países de todo el planeta.
SARS. Se tratan de las siglas del Severe Acute Respiratory Syndrome (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) causado igualmente por un tipo de coronavirus distinto al COVID-19, el COVID-2. El SARS se originó en la región china de Cantón en 2003 y se expandió en dos docenas de países de Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia. El virus infectó a 8.422 personas y murieron 916 personas.
Vacuna. Se trata de una sustancia compuesta por microorganismos atenuados o muertos que se introduce para estimular la formación de anticuerpos y conseguir inmunidad frente a ciertas enfermedades. Hasta la fecha no existe ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar el Covid-19.
Wuhan. Es la capital de la provincia de Hubei, en China central. Tiene una población de 11 millones de personas. Es donde se produjo el primer contagio del coronavirus en humanos y el primer foco de la pandemia que comenzó a finales de 2019.
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/descubren-como-penetra-coronavirus-celulas-humanas_15274?utm_source=taboola&utm_medium=feed-recirculacion&utm_campaign=trafico&utm_term=nationalgeographic
Descubren cómo penetra el coronavirus en las células humanas
Un grupo de científicos chinos ha desvelado cómo el Covid-19 consigue penetrar en las células humanas e infectarlas. La investigación abre la vía al desarrollo de nuevas estrategias para combatir el virus, aunque también describe varias mutaciones.
Ilustración conceptual del coronavirus
Foto: iStock
Sergi Alcalde
La unión de una proteína vírica y la ACE2 abre las
compuertas celulares para que el coronavirus pueda penetrar y duplicarse
en su interior. La maquinaria celular humana utiliza el ARN vírico como propio, por lo que fabrica proteínas virales como si de humanas se tratasen. A
partir de ahí, el material genético vírico -y los mismos virus- se van
multiplicando hasta acabar con las membranas de la célula en cuestión y
disponerse a infectar otras células cercanas.
Según apunta a National Geographic España Luis Enjuanes, investigador del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), perteneciente al CSIC, este nuevo hallazgo sería de gran utilidad, pues abriría la puerta al desarrollo de nuevos inhibidores que boqueen parcialmente el reconocimiento celular por parte del virus o incluso el desarrollo de anticuerpos. Sin embargo, según puntualiza el investigador, hay que tener especial cuidado, pues las proteínas, incluida la ACE2, tienen múltiples funciones. "Lo ideal sería idear un anticuerpo monoclonal que bloquee el dominio de la proteína AC2, pero no que no llegue a inhabilitar todas sus funciones", ello requeriría de una estrategia mucho más precisa y complicada.
La viróloga Isabel Sola, también del CNB, declara que "este tipo de estudios son importantes para entender cómo se podría impedir que el virus penetre en las células, ya sea con anticuerpos u otro tipo de compuestos". La experta apunta asimismo que el descubrimiento servirá para entender cómo el patógeno es capaz de infectar unas especies y otras no.
Aunque la vacuna del Covid-19 todavía dista mucho de ser una realidad, los investigadores de todo el mundo aúnan esfuerzos para atacar el patógeno de la manera más efectiva posible.
En el mundo celular, la información genética se almacena siempre en el ADN. Sin embargo, en el mundo viral también puede hacerlo en otra molécula, que es el ARN. Resulta inquietante que muchos de los virus más difíciles de controlar contengan genomas de ARN: el virus de la gripe, el virus de la inmunodeficiencia humana, el Ébola, los coronavirus causantes de síndromes respiratorios graves como el SARS, el MERS o COVID-19…
Cuando eso sucede, el mutante se ve favorecido y comienza a estar cada vez más representado en la población. Es ni más ni menos que la selección natural actuando.
Algunos coronavirus, entre ellos los causantes del SARS, MERS o COVID-19, tienen genomas de unos 30.000 nucleótidos, mayores que los genomas típicos de los virus de ARN. Diversos estudios indican que estos virus poseen una actividad correctora de errores, lo que reduciría el número de mutaciones. Aunque no hay valoraciones precisas, se estima que su tasa de error puede ser entre quince y veinte veces más baja que la de los virus de ARN “típicos” sin actividades correctoras.
Actualmente se cree que el SARS-Cov2 tiene su origen en un virus de murciélagos que pasó a nuestra especie a través de un animal intermediario, en el que probablemente surgieron los mutantes capaces de interaccionar con los receptores de las células humanas. Los contactos con ese animal facilitaron la entrada del virus en nuestra especie, y así comenzó la epidemia de COVID-19.
Este proceso de atenuación de la virulencia, acompañado del aumento de la inmunidad existente en la población, probablemente reducirá el impacto futuro del virus. Algo así es lo que sucede con los nuevos virus de la gripe que se introducen en la población humana. Al cabo del tiempo son menos dañinos y se transforman en lo que denominamos la gripe estacional. Que si bien no es una enfermedad a despreciar resulta que, tomando las medidas adecuadas, puede resolverse sin grandes problemas.
* Esther Lázaro Lázaro es investigadora científica de los Organismos Públicos de Investigación. Especializada en evolución de virus, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) este texto fue publicado inicialmente en The Conversation y se publica en este medio bajo una licencia de Creative Commons.
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/china-aprueba-ensayos-clinicos-humanos-vacuna-contra-coronavirus_15324?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=trafico&__twitter_impression=true&utm_source=taboola&utm_medium=feed-recirculacion&utm_campaign=trafico&utm_term=nationalgeographic
Una puerta siempre abierta
Los virus llevan miles de años evolucionando, y esta selección natural ha hecho que elijan bien la puerta de entrada de cara a propagarse por nuestro organismo. La protenía ACE2 tiene un papel fundamental en la producción de angiotensina, una molécula responsable, entre otras funciones, de regular la presión sanguínea, y que está presente en órganos vitales, como pueden ser los pulmones, los riñones o los intestinos. Se trata de una proteína esencial que los virus (en este caso el Covid-19) saben que siempre estará disponible, como una puerta que siempre encontrarán en nuestro organismo.Esta investigación abre la puerta al desarrollo de nuevos inhibidores que boqueen el reconocimiento celular por parte del virus o incluso el desarrollo de anticuerpos.
Desarrollo de anticuerpos contra el coronavirus
El trabajo describe asimismo nuevas mutaciones del virus, que aumentan la capacidad y la fuerza con la que el patógeno penetra en las células humanas, cuyo conocimiento podría ayudar a comprender mejor la naturaleza del coronavirus y su comparación con otros similares. Y precisamente esta comprensión de cómo atacan los virus y cuáles son las proteínas implicadas, abre las puertas a posibles estrategias para combatirlo e intentar evitar una pandemia mundial.Según apunta a National Geographic España Luis Enjuanes, investigador del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), perteneciente al CSIC, este nuevo hallazgo sería de gran utilidad, pues abriría la puerta al desarrollo de nuevos inhibidores que boqueen parcialmente el reconocimiento celular por parte del virus o incluso el desarrollo de anticuerpos. Sin embargo, según puntualiza el investigador, hay que tener especial cuidado, pues las proteínas, incluida la ACE2, tienen múltiples funciones. "Lo ideal sería idear un anticuerpo monoclonal que bloquee el dominio de la proteína AC2, pero no que no llegue a inhabilitar todas sus funciones", ello requeriría de una estrategia mucho más precisa y complicada.
La viróloga Isabel Sola, también del CNB, declara que "este tipo de estudios son importantes para entender cómo se podría impedir que el virus penetre en las células, ya sea con anticuerpos u otro tipo de compuestos". La experta apunta asimismo que el descubrimiento servirá para entender cómo el patógeno es capaz de infectar unas especies y otras no.
Aunque la vacuna del Covid-19 todavía dista mucho de ser una realidad, los investigadores de todo el mundo aúnan esfuerzos para atacar el patógeno de la manera más efectiva posible.
Así podría mutar el coronavirus a lo largo del tiempo
Existen muchas cuestiones abiertas sobre cómo será la progresión del coronavirus. Una de las más inquietantes es si podría mutar hacia una forma más agresiva que aumente la frecuencia del número de casos con síntomas graves.
Algunos estudios sugieren que ya se
están seleccionando las variantes menos virulentas, pero aún es pronto
para poderlo afirmar con certeza.
Foto: iStock
Ester Lázaro / The Conversation*
Los virus están siempre mutando
Todos los virus poseen un genoma que contiene las instrucciones para multiplicarse. El genoma viral, además, cuenta con información sobre las características particulares de cada virus, entre ellas algunas tan importantes como las especies que puede infectar, su modo de transmisión o su interacción con los mecanismos de defensa celulares. Durante la copia de los genomas virales siempre se producen algunos errores denominados mutaciones, impulsoras de los cambios que a veces ocurren en el comportamiento de los virus.En el mundo celular, la información genética se almacena siempre en el ADN. Sin embargo, en el mundo viral también puede hacerlo en otra molécula, que es el ARN. Resulta inquietante que muchos de los virus más difíciles de controlar contengan genomas de ARN: el virus de la gripe, el virus de la inmunodeficiencia humana, el Ébola, los coronavirus causantes de síndromes respiratorios graves como el SARS, el MERS o COVID-19…
Las implicaciones de tener un genoma de ARN
Una diferencia importante entre la copia de los genomas de ADN y los de ARN es que solo existen mecanismos de corrección de errores en el primer caso. La ausencia de mecanismos similares en la mayoría de los virus de ARN implica que su tasa de mutación es muy elevada, del orden de 10⁻⁴ a 10⁻⁵ errores por nucleótido copiado.La ausencia de mecanismos similares en la mayoría de los virus de ARN implica que su tasa de mutación es muy elevadaEso supone que, en un virus con un genoma de 10.000 nucleótidos (un tamaño común en este tipo de virus), puede llegar a producirse una mutación por cada vez que el genoma es copiado. Como resultado, las poblaciones virales son conjuntos heterogéneos de mutantes distribuidos con distintas frecuencias. Muchos de esos mutantes apenas se diferenciarán del virus original y otros, incluso, podrían funcionar peor. Pero si el número de virus en una persona infectada es lo suficientemente grande, siempre podrá surgir algún mutante que aporte alguna ventaja.
Cuando eso sucede, el mutante se ve favorecido y comienza a estar cada vez más representado en la población. Es ni más ni menos que la selección natural actuando.
Algunos coronavirus, entre ellos los causantes del SARS, MERS o COVID-19, tienen genomas de unos 30.000 nucleótidos, mayores que los genomas típicos de los virus de ARN. Diversos estudios indican que estos virus poseen una actividad correctora de errores, lo que reduciría el número de mutaciones. Aunque no hay valoraciones precisas, se estima que su tasa de error puede ser entre quince y veinte veces más baja que la de los virus de ARN “típicos” sin actividades correctoras.
Es probable que las mutaciones reduzcan el impacto futuro del virus
Algunas de las mutaciones beneficiosas para los virus pueden hacer que estos no sean reconocidos por los anticuerpos producidos por el sistema inmune en infecciones previas, que resistan la acción de los antivirales o que sean capaces de infectar nuevas especies.Actualmente se cree que el SARS-Cov2 tiene su origen en un virus de murciélagos que pasó a nuestra especie a través de un animal intermediario, en el que probablemente surgieron los mutantes capaces de interaccionar con los receptores de las células humanas. Los contactos con ese animal facilitaron la entrada del virus en nuestra especie, y así comenzó la epidemia de COVID-19.
¿Cómo será la evolución posterior del virus?
Lo más probable es que inicialmente la selección natural favorezca a los mutantes para que se multipliquen y transmitan mejor en nuestra especie. Pero eso no es necesariamente negativo para nosotros. Un escenario probable es que en ese proceso de mutación y selección acaben imponiéndose los mutantes menos agresivos, los cuales, al ser menos letales, podrán replicarse más tiempo en nuestras células sin necesidad de tener que buscar un nuevo individuo que infectar.Este proceso de atenuación de la virulencia, acompañado del aumento de la inmunidad existente en la población, probablemente reducirá el impacto futuro del virus. Algo así es lo que sucede con los nuevos virus de la gripe que se introducen en la población humana. Al cabo del tiempo son menos dañinos y se transforman en lo que denominamos la gripe estacional. Que si bien no es una enfermedad a despreciar resulta que, tomando las medidas adecuadas, puede resolverse sin grandes problemas.
¿Mutará el coronavirus?
Algunos estudios sugieren que ya se están seleccionando las variantes menos virulentas, pero aún es pronto para poderlo afirmar con certeza. Las medidas de contención que se están empleando, con millones de personas en cuarentena, no tienen precedentes en la historia y probablemente están ejerciendo una gran presión selectiva sobre el virus.Las medidas tomadas por los gobiernos de todo el mundo probablemente están ejerciendo una gran presión selectiva sobre el virus.Lo deseable es que se consiga su total erradicación. Pero, si eso no llega ocurrir, habrá que estar muy atentos a su evolución, algo esencial también para determinar la efectividad de las vacunas y otros posibles tratamientos.
* Esther Lázaro Lázaro es investigadora científica de los Organismos Públicos de Investigación. Especializada en evolución de virus, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) este texto fue publicado inicialmente en The Conversation y se publica en este medio bajo una licencia de Creative Commons.
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/china-aprueba-ensayos-clinicos-humanos-vacuna-contra-coronavirus_15324?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=trafico&__twitter_impression=true&utm_source=taboola&utm_medium=feed-recirculacion&utm_campaign=trafico&utm_term=nationalgeographic
China aprueba ensayos clínicos en humanos de una vacuna contra el coronavirus
El gobierno chino parece estar más cerca de encontrar una vacuna contra el Covid-19. Este mismo martes ha asegurado en un comunicado oficial haber desarrollado "con éxito" una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2 y ha autorizado las pruebas en humanos. Sin embargo, muchos expertos concuerdan que, en el mejor de los casos, tendremos una vacuna en unos 12 a 18 meses.
Hasta el momento no se ha conseguido desarrollar una vacuna segura contra el coronavirus.
Foto: iStock
Javier Flores
A pesar de que la investigación es esperanzadora, muchos expertos concuerdan que, en el mejor de los casos, tendremos una vacuna en unos 12 a 18 meses.Sin embargo, la doctora en Inmunología por la Universidad de París VI, Adelaida Sarukhan, nos explica que no será todo tan sencillo. "Como toda vacuna, necesita pasar por varias fases para comprobar su seguridad y su eficacia. Muchos expertos concuerdan que, en el mejor de los casos, tendremos una vacuna en unos 12 a 18 meses" apunta la especialista.
Una vacuna con solo un fragmento del virus
La vacuna desarrollada es una vacuna de subunidades, es decir, aquellas que contienen solo un fragmento del patógeno. Estas suelen ser menos reactógenas y, por su simplicidad, suelen ser más sencillas de sintetizar y manipular. Este tipo de vacunas, dentro de su capacidad de activar el sistema inmunológico suelen ser más seguras, al no introducir en el cuerpo una versión debilitada del patógeno vivo, pero ofrecen una capacidad de protección frente al virus más débil. De hecho, muchas de las vacunas actualmente utilizadas, como la de la difteria, el tétanos o la hepatitis B están basadas en esta metodología.Otra vacuna candidata contra el coronavirus, de la compañía Moderna, ha entrado ya en fase I de ensayos clínicos.A este respecto Sarukhan explica en exclusiva a National Geographic que "el problema de este tipo de vacunas es que la respuesta inmune (protectora) que inducen es menos fuerte/ duradera que las vacunas basadas en inocular al organismo entero, inactivado. Por eso generalmente se usan adyuvantes (una sustancia que se añade para potenciar o dirigir la respuesta inmunológica)". Además, explica la científica, otros grupos de investigación están trabajando igualmente en el desarrollo a contrarreloj de una vacuna frente el Covid-19. "Otra vacuna candidata contra el coronavirus, de la compañía Moderna, ha entrado ya en fase I de ensayos clínicos. Esta vacuna se basa en otro principio completamente diferente (a base de ARN mensajero) que podría ser más eficaz y rápida de producir a gran escala. Sin embargo, se trata de una tecnología nueva y se tiene que comprobar primero que sea segura" explica la especialista.
Sea como fuere lo que parece claro es que en esta carrera frente al coronavirus no hay vencedores ni vencidos, sino que el gran perdedor siempre será el ser humano.
Los mapas y gráficos de infección del coronavirus en todo el mundo
Gracias a las nuevas tecnologías y al análisis de datos podemos observar el desarrollo de la pandemia por el SARS-CoV-2, el famoso coronavirus causante del Covid-19, de distintas maneras, de una manera mucho más visual. Estos son algunos ejemplos de mapas y gráficos desarrollados por universidades y organismos oficiales de todo el mundo.
Las gráficas y los mapas son una herramienta fantástica para conocer y analizar la situación de la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-19 en todo el mundo. Desde el conocimiento del número de casos por cada país en tiempo real y los recuperados hasta la distribución por cada estado y la evolución de cada región pasando por modelos matemáticos que permiten prever cómo evolucionará el problema y dónde se deben tomar medidas más drásticas para frenar la infección. Aquí hemos recopilado algunos mapas que muestran de manera distinta y, en muchos casos en tiempo real, la evolución del Covid-19 alrededor del mundo. Pinchando en cada imagen podrás acceder a la fuente del mapa, navegarlo y conocer los datos utilizados para la realización del mismo.
NATIONAL GEOGRAPHIC
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Inscríbete en el Foro del blog y participa : A Vuelo De Un Quinde - El Foro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor deja tus opiniones, comentarios y/o sugerencias para que nosotros podamos mejorar cada día. Gracias !!!.