27 de Abril de 2021, Madrid
Como parte del esfuerzo mundial para seguir e identificar objetos cercanos a la Tierra, se ha puesto en funcionamiento el Telescopio Test-Bed 2 (TBT2) de la Agencia Espacial Europea, un instrumento instalado en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile, que pondrá a prueba nueva tecnología. TBT2, que trabaja junto a su telescopio asociado del hemisferio norte, vigilará de cerca los asteroides que podrían representar un riesgo para la Tierra, testeando hardware y software para una futura red de telescopios.
"Para poder calcular el riesgo que representan los objetos potencialmente peligrosos en el Sistema Solar, primero necesitamos un censo de estos objetos. El proyecto TBT es un paso importante en esa dirección", afirma Ivo Saviane, director del Observatorio La Silla de ESO, en Chile.
El proyecto, que es una colaboración entre el Observatorio Europeo Austral (ESO) y la Agencia Espacial Europea (ESA), "es un banco de pruebas para demostrar las capacidades necesarias para detectar y hacer seguimiento de objetos cercanos a la Tierra con el mismo sistema de telescopios", afirma Clemens Heese, jefe de la Sección de Tecnologías Ópticas de la ESA, que lidera este proyecto.
El telescopio de 56 cm instalado en el observatorio La Silla de ESO y el TBT1 (su contraparte idéntica, ubicada en la Estación de espacio profundo de la ESA, en Cebreros, España), actuarán como precursores de la red de telescopios 'Flyeye', un proyecto independiente que la ESA está desarrollando para estudiar y rastrear objetos del cielo con movimiento rápido. Esta futura red será totalmente robótica; el software programará las observaciones en tiempo real y, al final del día, informará de las posiciones y demás información sobre los objetos detectados. El proyecto TBT está diseñado para mostrar que el software y el hardware funcionan según lo esperado.
Según Heese, "El inicio de las observaciones de TBT2 en La Silla permitirá que el sistema de observación funcione en la configuración prevista de dos telescopios, cumpliendo finalmente los objetivos del proyecto".
Si bien en la Tierra los impactos graves de asteroides peligrosos son bastante poco probables, no son imposibles. Durante miles de millones de años, la Tierra ha sido bombardeada periódicamente con asteroides grandes y pequeños y el evento del meteorito Chelyabinsk de 2013, que causó unas 1600 lesiones (la mayoría debidas a esquirlas y vidrios rotos), aumentó aún más la conciencia pública sobre la amenaza que representan los objetos cercanos a la Tierra. Los objetos de mayor tamaño son más dañinos, pero afortunadamente son más fáciles de detectar y las órbitas de los asteroides grandes ya se conocen a fondo. Sin embargo, se estima que hay un gran número de objetos más pequeños, aún no descubiertos, que desconocemos y que podrían causar daños graves si impactaran sobre un área poblada.
Ahí es donde entran en juego TBT y la futura red planificada de telescopios Flyeye. Una vez esté plenamente operativo, el diseño de la red permitiría inspeccionar el cielo nocturno para rastrear objetos de movimiento rápido, un avance significativo en la capacidad de Europa para detectar objetos cercanos a la tierra potencialmente peligrosos.
TBT forma parte del esfuerzo de varias organizaciones por obtener una descripción más completa de estos objetos y de los riesgos potenciales que plantean. Este proyecto se construye sobre la implicación previa de ESO en la protección de nuestro planeta ante la amenaza de objetos cercanos a la Tierra potencialmente peligrosos. Tanto ESO como ESA son miembros activos de la Red Internacional de Alerta de Asteroides, respaldada por las Naciones Unidas, y muchas de las observaciones de estos objetos se han llevado a cabo con telescopios de ESO. Por ejemplo, el NTT (New Technology Telescope) de ESO, en La Silla, se ha utilizado para observaciones de pequeños asteroides cercanos a la Tierra para el proyecto europeo NEOShield-2.
La actual colaboración institucional entre ESO y ESA es especialmente importante para el estudio de objetos cercanos a la Tierra. Aunque TBT es el primer proyecto con telescopios que se realiza en virtud de un acuerdo de cooperación entre ambas organizaciones, ESO ha estado ayudando a la ESA a rastrear objetos potencialmente peligrosos desde 2014, utilizando el telescopio VLT (Very Large Telescope), instalado en el Observatorio Paranal, para observar objetos muy débiles. Estos esfuerzos combinados suponen una significativa mejora en la búsqueda y gestión global de asteroides, y ya han demostrado ser útiles para descartar colisiones de asteroides con la Tierra.
La instalación y la primera luz de TBT2 en el Observatorio La Silla de ESO se levaron a cabo bajo estrictas condiciones de seguridad y salud. Los observatorios de ESO detuvieron temporalmente sus operaciones el año pasado debido a la pandemia de COVID-19, pero desde entonces han reanudado las observaciones científicas bajo restricciones que garantizan la seguridad y protección de todas las personas en los observatorios.
Información adicional
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con dieciséis países miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con Chile, país anfitrión, y Australia como aliado estratégico. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de potentes instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel promoviendo y organizando la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope junto con su interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer), el más avanzado del mundo, así como dos telescopios de rastreo: VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía), que trabaja en el infrarrojo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT), que rastrea en luz visible. También en Paranal, ESO albergará y operará el CTA Sur (Cherenkov Telescope Array South), el observatorio de rayos gamma más grande y sensible del mundo. ESO también es socio principal de dos instalaciones en Chajnantor, APEX y ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Finalmente, en Cerro Armazones, cerca de Paranal, ESO está construyendo el ELT (Extremely Large Telescope), de 39 metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
La Agencia Espacial Europea (ESA) es la puerta de entrada de Europa al espacio. La ESA es una organización intergubernamental, creada en 1975, con la misión de dar forma al desarrollo de la capacidad espacial de Europa y garantizar que la inversión en espacio ofrezca beneficios a los ciudadanos de Europa y del mundo. La ESA cuenta con 22 Estados miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía, Suecia y Suiza. Eslovenia es miembro asociado. La ESA ha establecido una cooperación formal con siete estados miembros de la UE. Canadá participa en algunos programas de la ESA en virtud de un Acuerdo de Cooperación. Al coordinar los recursos financieros e intelectuales de sus miembros, la ESA puede llevar a cabo programas y actividades mucho más allá del ámbito de aplicación de cualquier país europeo individual. En particular, trabaja con la UE en la aplicación de los programas Galileo y Copérnico, así como con Eumetsat para el desarrollo de misiones meteorológicas. La ESA desarrolla los lanzadores, las naves espaciales y las instalaciones terrestres necesarias para mantener a Europa a la vanguardia de las actividades espaciales globales. Hoy en día, desarrolla y lanza satélites para la observación de la Tierra, navegación, telecomunicaciones y astronomía, envía sondas a los confines del Sistema Solar y coopera en la exploración humana del espacio. La ESA también tiene un fuerte programa de aplicaciones que desarrollan servicios en observación de la Tierra, navegación y telecomunicaciones.
Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés), que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los países miembros de ESO y de otras naciones.
El nodo español de la red ESON está representado por J. Miguel Mas Hesse y Natalia Ruiz Zelmanovitch.
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