Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con el relato de los : Orígenes del Señor de Sipán; Siekik, después de la amarga experiencia de intentar atacar en día claro a una tribu belicosa ubicada en el sur de los terrenos que fueron de Tankik, donde murieron 09 de los 10 exploradores; él retrocedió a los terrenos cultivados y junto a sus guerreros participaron en labores de cosecha, al culminar la segunda comida; Siekik ordenó a su lugar teniente Chamokik desplazar a los guerreros con dirección al Sur; temiendo una invasión de la belicosa tribu sureña que ya demostraron que son crueles guerreros............ sigamos el relato...........
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue: El Señor Chonkik, detrás de él, está su hijo Siekik, y al fondo su esposa Mokumac; y naturalmente un perro sin pelo, que se convirtió en compañero de los antiguos habitantes de la costa norte; ellos son los personajes que darán el nacimiento al relato en ficción de la Historia:
Orígenes del Señor de Sipán; que se sustenta con la presencia de Chonkik I.
Derechos de Autor : Resolución Nro. 1328- 2020/DDA-INDECOPI y del Certificado de Partida Registral N° 1134-2020/DDA- INDECOPI, de fecha 16 de diciembre de 2020.
Imagen: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.
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Siekik, cada vez, iba aprendiendo las artes de la guerra, que estaba obligado a mantener sus guerreros en alerta contra las tribus vecinas; sin embargo, no era él quien agredía, sino todo lo contrario, los agresores eran algunas de las tribus limítrofes; las razones, tal vez no habían muchas que justifiquen los enfrentamientos; pero, si había la codicia por los terrenos muy bien cultivados, ya que aquellos tiempos la tenencia de la tierra era el tesoro más preciado por los habitantes que soportaban copiosas lluvias progresivamente peligrosas que inundaban los escasos terrenos cultivables y que después se sumaban prolongadas sequías que eran más crueles que las lluvias.
La lucha contra los elementos de la naturaleza era constante y cruenta, la sequía era el peor de los flagelos, que se perdía todos los cultivos; estas situaciones climáticas originaban migraciones de tribus hambrientas en busca de terrenos para asentarse, que en muchos casos ya tenían dueños y terminaban en enfrentamientos bélicos por la posición territorial.
Entonces, Siekik en coordinación con su lugar teniente Chamokik, en medio del desplazamiento de los 90 guerreros, todos ellos se tumbaron al suelo en el lugar señalado; que todo indicaba que durante la noche habría algún ataque de la tribu belicosa sureña, en vista que no tuvo resultados la matanza de los nueve exploradores; para ellos este ataque ya no tenía retroceso; que si lo hizo Siekik, ellos se cuidaron de no seguir durante el día, al anzuelo que se había convertido el sobreviviente de los exploradores; felizmente Siekik captó las intenciones enemigas, y ahora es él, quien se prepara para recibirlos.
Igualmente, para Siekik, era un dolor de cabeza no tener datos acerca de la peligrosidad de esos guerreros, con quienes marchaban y el tiempo aproximado del ataque, ya que no podía determinar cuando lo harían; con esa incertidumbre era mejor estar preparado y evitar ser sorprendido.
Siekik, dotado de su invisible "Sexto sentido", le anunciaba que en el transcurso de la media noche o en las primeras de la madrugada haría su aparición la tribu sureña.
Siekik, analizó muy bien el relieve del terreno y comprobó que había una ventaja estratégica, que estaba cerca a la entrada a los terrenos, viviendo desde el Sur, ya que había un estrechamiento del terreno con lomas pendientes de los flancos, que aún viniendo los enemigos en ataque abierto, tendrían que concentrarse para poder cruzar y entrar a los terrenos cultivados.
Siekik, se puso de acuerdo con Chamokik en movilizar a los guerreros repartidos en partes iguales a los lados del paso obligado para el ingreso.
Chamokik, movilizó a los guerreros de acuerdo al plan de defensa y colocó 40 guerreros al flanco derecho y los 50 restantes al flanco izquierdo por que la loma era más apta para la movilización, estando todos desplazados se tumbaron al suelo; él escogió dentro de los mismos guerreros a los centinelas que vigilarían dando vuelta y observando al horizonte, aún con la noche oscura.
El tiempo, seguía su curso, pasaron horas en completo silencio y no había ningún indicio de movimiento humano; al llegar aproximadamente a las 03:00 horas de la madrugada, fueron detectados por los centinelas un vuelo de varios búhos, esos aleteos los puso en alerta y se tumbaron al suelo observando al horizonte sureño, a pesar de la oscuridad de la noche, aparentemente no había ningún bulto o sombra.
Aquí en la imagen observamos una recreación de lo que fue el joven Siekik, hijo único del líder Chonkik I., se aprecia claramente que el joven tenía el porte, la talla y la pasta para ser el sucesor de lo que estaba construyendo su padre: El Nacimiento de un gran señorío.
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Pero, allí estaban en el horizonte por que empezaron aparecer siluetas humanas que avanzaban horizontalmente desde el Sur, lo hacían con rapidez; unos centinelas se establecieron a los contornos fuera del alcance de los atacantes para calcular el número de guerreros invasores y otros arrastrándose llegaron hasta los líderes Siekik y Chamokik, avisándoles que el enemigo se aproximaba con rapidez.
De inmediato se puso en alerta a los guerreros defensores. muchos de ellos se habían dormido, todos quedaron listos y siempre tumbados al suelo en su ubicación de combate.
Llegaron el resto de los centinelas, quienes avisaron que son muchos los invasores sureños y que se habían parado después de cruzar el horizonte; se presumía que estaban planeado el cruce del estrecho, con lo que se demostraba que conocían con certeza el relieve del terreno.
Entonces, Siekik junto a Chamokik en cuclillas, acordaron que serán los guerreros del flanco izquierdo, siendo los más numerosos quienes iniciarían el ataque para sorprender a los atacantes, quienes como respuesta intentarían repeler el ataque y serían ultimados por los defensores a cargo de Chomokik, y en seguida por la retaguardia atacaría Siekik por el flanco derecho envolviendo a los guerreros invasores.
Todos esperaron tumbados, y como era previsible, los atacantes lanzaron un grupo numeroso de sus guerreros como avanzada, dejando atrás al resto y que era el más numeroso, según lo observaron los centinelas.
La orden de ataque la daría Siekik, mediante un silbido; y allí tendidos observaron que aparecieron los enemigos y se abrieron y no penetraron la parte estrecha y se ampararon alrededor del callejón, quedando tan cerca a los guerreros defensores que algunos de ellos recibieron un baño de orines por la micción que realizaban algunos de los apostados atacantes, estoicamente allí continuaron soportando hasta escuchar la voz guerrera de ataque.
Entonces, al ubicarse los atacantes, hubo una especie de comunicación con el resto mediante silbidos y gritos, que les estaban avisando que no había ningún peligro para que avance el grueso de los invasores.
Siekik, tendido en el suelo, favorecido por la espesa oscuridad de la noche, estaba a escaso dos metros de uno de los invasores, incluso se escuchó una fuerte ventosidad (pedo) con que el cuerpo expulsaba gases estomacales, que felizmente no llegaron a la nariz de Siekik por el constante movimiento del aire por efectos del viento.
Los invasores muy confiados que no serían descubiertos; avanzaron y se juntaron en grupo muy numeroso para cruzar el estrecho; justo era el preciso instante que se levantó Siekik y dando el silbido de ataque se impulsaron todos los guerreros defensores del flanco izquierdo y con sus porras erguidas atacaron a los enemigos totalmente sorprendidos que en vez de abrirse retrocedieron intentando escalar los flancos que fueron recibidos a porrazo limpio por los defensores, se armó un combate cuerpo a cuerpo con tremenda ventaja para los guerreros defensores quienes atacaban y los otros solo atinaban a defenderse sin iniciativa, iban cayendo los heridos dando alaridos mortales y la parte baja ya quedaban cadáveres tendidos aplastados por sus propios compañeros tratando de escapar.
En aquella madrugada se escuchaba los golpes de las porras en las cabezas, el zumbido del intenso viento cómplice de la muerte, que aterrorizaba con los alaridos de los moribundos.
Chamokik y sus guerreros, que aún no había caído ninguno, atacaban sin piedad, cuya acción guerrera les permitía avanzar tumbando a cuanto enemigo encontraban, lo mismo hacía Siekik y sus guerreros, ellos pasaban por encima de los heridos y los cadáveres, cuyos cuerpos eran pisados sin compasión, hasta que los invasores casi en formación que se veía a muchos retrocedieron y huyeron cual bandada despavorida, ellos fueron perseguidos por Siekik, que no había superado el dolor de perder a 09 de sus exploradores, llegaron hasta la línea del horizonte...........................
Continuaremos.............................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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