domingo, 6 de junio de 2021

La Casa de la Loma tiene un Fantasma : Capítulo DCXII.- El bandolero Rogelio Campos, se salvó de una muerte segura, gracias a su astucia, quien tendió una trampa a su atacante, que era la viuda, que tropezó poniéndolo en guardia....

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el bandolero Rogelio Campos, quien estaba viajando rumbo a sus propiedades, se cruzó con la vivienda de una antigua amante llamada "La Monita", quien era una mujer muy hermosa de procedencia ecuatoriana, casada con un adinerado agricultor peruano, quien murió y ella heredó toda su fortuna, pero ella no encontró felicidad, por que ningún hombre la cortejó después de su viudez; sin embargo con la repentina llegada del bandolero Rogelio Campos, ella se entusiasmó que por fin su prolongada soledad se había terminado; pero, él le narró que estaba enamorado de una buena mujer y que pronto le daría un hijo, semejante noticia fue una decepción para "La Monita", quien por lo menos pretendió dormir aquella noche con él, pero nuevamente el bandolero Campos la rechazó y él decidió dormir sobre el poyo del corredor de la casa; ante tanta negativa "La Monita", decidió matarlo..... sigamos la historia......

Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria. 
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.


Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.

El bandolero Rogelio Campos, quien decidió hacer su cama en el corredor de la casa, sobre el poyo; esa actitud fue un duro golpe sentimental para "La Monita", quien no le gustó ese desprecio que según ella, demostraba que el bandolero Campos ya no lo quería.
Pero, "La Monita", no era una mujer, que se sentía derrotada tan fácilmente, ella insistió, así:
--- Rogelio, ya estás en mi casa, soy una viuda que no ha conocido más hombres en mi vida; que mi finado marido que me hizo mujer por primera vez, y tu que te conocí en el Pueblo; claro que tuve pretendientes muchos de ellos ecuatorianos, pero ninguno me gustó tanto como el peruano con quien me quedé, pero tu te cruzaste y me enamoré y tuvimos citas clandestinas en las que me juraste volver algún día para levantarme en tu caballo y perdernos en el horizonte......
"La Monita", hizo una pausa y agregó:
--- Rogelio, creo que llegó tu oportunidad de cumplir tu compromiso conmigo, con la diferencia que ahora no nos iremos al lejano horizonte, sino que te ofrezco mi casa y todas mis propiedades para que las disfrutemos juntos, y si ya no me quieres, permíteme por lo menos dormir contigo esta única noche que por casualidad los dioses nos brindaron; creo que nada es casual, siempre toda acción tiene una reacción y tal vez  una contrapartida para la felicidad de los amantes.
Rogelio, se sintió aplastado por el léxico de "La Monita", ya que ella era una mujer que fue educada en las ciudades ecuatorianas; el sabía que si cedía en dormir la noche con ella, ya no se podría desprender fácilmente de ella, por que en realidad, él si estuvo enamorado de ella cuando aún estaba casada y le contestó:
--- Monita, tu sabes cuanto te amé, recuerdo aquellas citas que nos ocultábamos para que nadie nos viera, era dichoso estar contigo; pero, no se podía hacer más por que fuiste casada y tu me avisaste con la verdad que nunca dejarías a tu esposo; el tiempo pasó, me enamoré de otra mujer y nunca la dejaré; como te vuelvo a repetir tu eres bonita y con tantas propiedades que cualquier hombre se sentiría en el Cielo y creo que así será, ya que en cualquier momento llegará el hombre que te hará feliz; yo dormiré aquí sobre el poyo, te deseo buenas noches.
"La Monita", que ya había decidido matarlo, le dio una nueva oportunidad de acostarse con ella, pero el bandolero Campos se negó y con ella firmó su sentencia de muerte; por que la viuda muy resentida ya preparó el plan que ella lo visitará a la media noche, aprovechando sus encantos lo seducirá y al volverlo vulnerable, le hundirá el puñal en el pecho será utilizando la oscuridad de la noche.
Rogelio, era un bandolero que actuaba siempre a la ofensiva, también era su debilidad de envolverse en amoríos y allí actuaba a la defensiva por los encantos femeninos; pero esta vez, él sentía que la viuda le iba a matar y en ese momento maldijo su decisión de haberse quedado en esa casa.
El bandolero; tendió su cama sobre el poyo y pasaron las horas, y como estaba agotado rápidamente concilio con el sueño; en cambio la viuda, no pegó un ojo, ella estaba esperando que avance el tiempo hasta la media noche, en aquellas zonas hay una ave nocturna que da la hora que rigurosamente emite un trino cada hora, para mantener su territorio; ella contó los trinos y al llegar a la media noche.
Ella, se desnudó de la ropa que aún vestía y la cambió con una sola pieza, una bata y se levantó, abrió la puerta de la sala con la puñaleta erguida, caminó por el corredor y se topó con una soga tendida sobre el piso que se tropezó, que la tenía amarrada la otra punta en el brazo derecho del huésped, quien al sentir la tensión de la soga lo despertó muy asustado, por reacción se tocó todas las partes de su cuerpo y estaba completo; quien al ver el bulto de la viuda que estaba a su lado, se puso a la defensiva pensando que lo iba a matar.
Pero, ella aún no había decidido matarlo, lo quería como un macho, se quitó la bata, quedando curucha (desnuda) y se apegó recostándose sobre el cuerpo del macho; él no la rechazó, pues ella pensó que él cayó en la trampa, y tal vez pasó por la mente del bandolero que se había equivocado en sus conjeturas y aceptó acostarse con ella, después de todo no fue él quien la buscó; pero aún así él seguía agotado, que no tenía mínimo ánimo de hacer el amor, ideó un plan que sin despreciarla, él se acostó en la mitad del ancho del poyo, y no quedando espacio para que ella se pueda acostar.
Ella, entendió el desprecio del macho, no lograr acostarse cuando creyó que lo había logrado, desistió y se decidió volver a dormir en su dormitorio (fingiendo), se retiró  pasó a la sala y allí se quedó esperando que su "huésped" empiece a roncar de nuevo y con la puñaleta lista en su mano derecha.
El bandolero Campos, como no había visto ninguna arma, pero no se confió, volvió a tender la soga al piso, pero esta vez le hizo nudos sucesivos, en caso que la viuda su regresa de nuevo y trate de saltar y él se quedó dormido.
"La Monita", no quería perder y seguía en la sala, quien al escuchar de nuevo los ronquidos de su "huésped", se levantó del asiento, ella salió y la noche se había oscurecido más, tanto así que no le favorecía a sus planes, tuvo que caminar a tientas, ella conocía su casa; pero el bandolero era más astuto y eso le salvó de una muerte segura.
La viuda, siguió caminando lentamente, casi arrastrando los pies y se topó con la soga con nudos, que le enredaron los pies, perdió el equilibrio y cayó de bruces, tirando la puñaleta hacia adelante que al chocar con el piso produjo un chirrido que despertó al "huésped" al sentir la tensión de la soga.
Ahora, el bandolero Campos, dio un salto al piso y cogió la puñaleta que estaba a la altura de sus pies y le tendió la mano para que se levante la viuda y le preguntó:
--- Monita linda ¿Por qué me quieres matar?
La viuda, toda incrédula de lo que estaba sucediendo en un fracaso más; ahora era ella quien estaba a la defensiva, viendo armado al bandolero con su propia puñaleta, sin saber que contestar, reaccionó y apeló a una mentira y le respondió:
--- No te iba a matar, sólo que sentí ruidos extraños y como estabas completamente dormido, pensé cruzar el corredor y ver quien estaba por allí.....
Rogelio, ya con sus sentidos en funcionamiento no le creyó una sola palabra, le contestó:
--- No te creo Monita, has venido por dos veces, tus intenciones fueron asesinarme, y no lo lograste, te anticipé, pero no entiendo el motivo de tu odio; ya anoche hablamos de nuestras situaciones, tal vez lo haces por despecho y querías matarme, pero no te voy a dar ese gusto, ya que me voy de tu casa; me llevaré tu puñaleta como un recuerdo y en adelante siempre recordaré el consejo que me dio mi abuela, quien me dijo: "Las monitas son traicioneras, no te confíes de ellas y vivirás mucho tiempo..", acabo de salvarme de ser asesinado por una de ellas.
El bandolero Campos, recogió sus suaderos (sudaderos), la silla, la carona y cargó al hombro su bolsico, el poncho y con toda es carga se fue hasta el patio y llegó a la picota y ensilló su caballo, el equino estaba reposado, por que había comido todo el pasto que le dejó el amo.
Después de ensillar su caballo, el jinete lo montó y se acercó al corredor a la altura del poyo donde "La Monita", sollozaba su mala suerte que no pudo atrapar al bandolero Rogelio Campos, ni cumplió el "premio de consuelo" que era matarlo, el jinete cerca de ella, y como bandolero le recordó:
--- Con este caballo te iba a robar (levantar al anca) para llevarte a tierras lejanas, tu lo perdiste, hasta nunca.........
El bandolero Campos, cogió los frenos de su caballo y lo dirigió hacia el camino, le aplicó las espuelas a la panza, el equino reaccionó casi corcoveando y emprendió la marcha, se escucharon los pasos del galope y el llanto muy fuerte  de "La Monita" que se quedó lamentando la partida del bandolero, era aproximadamente la primera hora de la madrugada, recuerdos de algunos que alguna vez se acostaron.
El bandolero Campos, siguió trotando en dirección a sus propiedades y lamentaba haberse quedado en la casa de la viuda que pudo costarle la vida, felizmente esa noche no corrió sangre de muerte, sólo fue que un jinete seguía su camino y una viuda destrozada sentimentalmente que pensó atraparlo casi a la fuerza y la presa que resultó respondona.......................
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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