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TRANSCRIPCIÓN DEL PODCAST
“Excavar en África siempre es muy emocionante. Porque estas fuera de tu ambiente, lo primero. Porque la naturaleza es exuberante, los paisajes son maravillosos, la gente resulta peculiar. Su forma de vida, su trato…. Si a esta emoción que produce trabajar en África, en zonas remotas, en zonas donde tienes que estar preocupado de cosas muy básicas como es la calidad del agua, la comida, que no te pique la serpiente o que puedas dormir a gusto a salvo de los mosquitos… A parte de estas cosas le sumas la emoción de estar en un sitio nuevo, un yacimiento completamente desconocido, del que se abren muchísimas incógnitas pero que puede darte muchas respuestas, que sabes científicamente… pues son una mezcla de emociones, que te completan”
Luis de Luque Ripoll, geoarqueólogo es unos de los investigadores del proyecto: “El origen de Homo Sapiens y su adaptación a los entornos costeros, en Kilwa, Tanzania”.
De Luque junto con el prehistoriador Fernando Diez Martín, de la Universidad de Valladolid (a quien ahora escucharemos), están trabajando en el proyecto, financiado por la fundación Palarq, sobre los yacimientos pleistocénicos de Kilwa, un lugar clave para conocer la historia de la evolución.
Tienen como objetivo investigar la ocupación humana de la costa de Tanzania hace aproximadamente unos 200.000 años. Pero, antes que nada… situémonos en el mapa….
Kilwa es un pueblo pesquero, donde reina la calma, en la costa swahili, aquella que recorre la parte más oriental de África. Exactamente se encuentra al sur de Tanzania, a las orillas del océano índico… a unos 300 kilómetros de la capital del país Dar es Salaam.
“Es un pueblo que tiene una historia muy larga. Hay unas ruinas allí árabes del siglo XI, XII Y XIII en que tuvo su máximo apogeo. Entonces durante la Edad Media fue una zona muy importante realmente y luego vino abajo, empezó la decadencia y acabó pues en un pequeño pueblecillo de pescadores. Luego durante la época de las colonias algunos de los pueblos de la zona fueron capitales de distrito, tanto para los alemanes como después para los británicos”.
En esta zona son conocidas por su interés arqueológico las ruinas de un antiguo sultanato que durante el siglo XIV se independizó tanto de persas y árabes como de las poderosas familias de Zanzíbar a las que abastecía de oro, pieles y, sobre todo, de esclavos.
También es de gran interés el yacimiento paleontológico de Tendaguru, que se encuentra a varios kilómetros hacia el interior. Los fósiles de dinosaurios encontrados en esta zona colman los sótanos del Museo de Historia Natural de Berlín desde hace 100 años.
Los dos investigadores llevan más de 15 años trabajando en distintos yacimientos arqueológicos de Tanzania. Pero el hallazgo de Kilwa es especial… ahora entenderéis porqué….
Cuenta Luis de Luque que en los últimos años se dedicó a recorrer el país con la intención de montar algún negocio… y, la casualidad hizo que pasara por Kilwa. Un día, en una excursión en barca por la costa, por una zona de manglares, donde iba con la intención de fotografiar a la exótica fauna local, él junto con otros compañeros, toparon con este yacimiento. Pura Serendipia. Pura casualidad.
“Para llegar a la zona dónde luego encontraríamos los yacimientos nos teníamos que acercar en canoas o en barquitas con motor. Es una zona, donde no hay mucho desarrollo turístico, básicamente sus habitantes son pescadores. Entonces, la única manera de moverse por allí, por el manglar, era contratar a alguien que nos llevara en una de sus barquitas, canoas… e ir por los manglares, llenos de vegetación e ir parando a sitios. Y así, brujuleando por esta zona bastante remota, encontramos unos afloramientos con una pinta magnífica. Aquello no lo había tocado nadie nunca… de manera que las piezas estaban en el suelo, pero sobre columnas debido a la propia erosión de la lluvia”.
El material arqueológico que encontraron llevaba expuesto decenas de años y estaba visiblemente degradado… Pero el geoarqueológo, descubridor del yacimiento, rápidamente se dio cuenta que aquello tenía muchísimo potencial.
“Y aunque en esa época yo me estaba distanciando de la investigación con la idea de hacer otras cosas, pues reconozco que allí me volvió a picar el gusanillo porque era una zona muy remota, yo sabía que tanto la costa de Tanzania prácticamente no había yacimientos de contexto costero, cercanos al mar y que parecía que aquellos podían ser algo único”.
La erosión producida por el agua dejó a la vista unos pináculos de tierra, como si fueran columnas, donde se hallaban distintas materias primas… entre ellas, lascas, núcleos discoides, puntas y pequeños bifaces, herramientas de sílex… ahora sabremos para qué se usaban .
Escuchamos a Fernando Diez Martin, prehistoriador de la Universidad de Valladolid.
“Lo que aparecían en estos afloramientos, fundamentalmente de estas zonas de arenas, etc...precisamente por la erosión en algunas zonas simplemente aparecían en superficies y en otras todavía encajadas en los sedimentos arenosos. Pues aparecían un tipo de industria lítica que son elementos de pequeñas dimensiones, la mayor parte sobre lascas, diversos tipos de utensilios, también lascas, y eso era la mayor parte del material.
Hace unos 2,6 millones de años los humanos comenzaron a tallar distintos elementos de su entorno… y descubrieron las lascas de piedra...
“Los humanos descubren en un determinado momento que golpeando una piedra contra otra, salían de estas piedras, fragmentos que eran bastante finos, que tenían filos…estos fragmentos son los que llamamos lascas… fragmentos de piedra que precisamente al fracturarse por los humanos tienen una gran cantidad de filo natural que es cortante que puede servir para cortar lo que sea, cualquier tipo de material”.
Y precisamente utilizaron estos materiales para llevar a cabo cualquier actividad relacionada con la caza y la recolección.
“En general lo que sí que sabemos es que todo este tipo de utillajes sirve pues como serviría hoy en día cualquier instrumento para las actividades más generales de estos cazadores recolectores… para cortar todo tipo de material, carne, piel, cortar productos vegetales blandos o duros. También estos filos cortantes sirven para el trabajo de la madera”.
En general la mayor parte del material que se encontró era de pequeñas dimensiones. El aspecto de esta industria lítica, es decir, de estas herramientas de piedra, hace que los investigadores sitúen los hallazgos en el paleolítico, característicos de la Edad de la Piedra Media (también conocida en inglés como Middle Stone Age, MSA, africana, muy probablemente en su etapa inicial, en torno a hace 200.000 años.
Por otra parte, el hecho de que el yacimiento se encuentre cerca del mar es clave para poder datarlo cronológicamente.
Su especial ubicación hace que su hallazgo aún tenga más interés ya que da mucha información.
Primero por el hecho de saber cómo actuaban las poblaciones respecto a los recursos marinos. Si eran pescadores, si se movían más o menos, qué tipo de dietas tenían y que tipos de útiles empleaban estando en la costa”.
Por una parte tienen interés a nivel del ecosistema y por otra parte desde el punto de vista geológico también resulta muy interesante ya que permite a los expertos saber exactamente cuándo se desarrolló la actividad de esta población .
“Nosotros ahora estamos viviendo un interglacial, tenemos un nivel del mar que aunque para nosotros nos parece normal, tenemos un nivel del mar alto. Pero durante los periodos glaciares, en dónde había temperaturas más frías, el agua se concentra en el continente en forma de glaciares y de hielo y, por lo tanto, el nivel del mar desciende, por lo tanto puede llegar a descender unos 100 o 120 metros por debajo del nivel actual. Entonces, el hecho de que encontremos un yacimiento en la costa en cotas actuales, en alturas como las nuestras, quiere decir que el yacimiento se formó cuando el nivel del mar estaba alto. Esto ya nos da una pista que era un periodo cálido y sobre la cronología”.
“Por el tipo de industria lítica que hay pensamos que podría tener menos de 300.000 años que es un poco cuando empieza a gestarse el Homo Sapiens. Como sabemos que tienen que encajar en alguno de esos picos del nivel del mar alto… pues sabemos que están entre 350 y 300.000 años, entre 200 y 250, o entre 70 y 130.000 años... Nosotros nos parece que tienen una mezcla de estilos de características que lo pueden aproximar a eso entre 200.000 y 100.000 años probablemente”
El periodo cronológico en el que se ubica este yacimiento corresponde al momento de gestación del Homo Sapiens en el continente africano.
De hecho los yacimientos costeros de ese momentos son muy escasos en el este de África. Los nuevos hallazgos de Kilwa ofrecen a los investigadores la posibilidad de indagar en el aprovechamiento de los recursos litorales en un momento en el que se empiezan a configurar las nuevas adaptaciones económicas y ambientales que florecerán en el Pleistoceno Superior.
El proyecto va a permitir sacar conclusiones sobre las transformaciones culturales vinculadas al desarrollo del comportamiento moderno propio de nuestra especie.
La casualidad hizo que el investigador Luis de Luque topara con ese yacimiento que se encuentra en una zona remota del sur de Tanzania, un hallazgo poco frecuente. Nos cuenta el porqué.
Los dos investigadores del proyecto conocen muy bien la zona… Hace años que tienen las suertes, cómo ellos dicen, de trabajar rodeados de paisajes espectaculares… como el de Kilwa...
Una aventura como es la de convivir con la fauna peligrosa de la zona… hablamos por ejemplo, de serpientes...
Este año el equipo va a realizar una prospección intensiva en la zona de Kilwa con la intención de recoger y estudiar los materiales descubiertos.
El proyecto, de gran interés científico, va a permitir comprender los fenómenos culturales y adaptativos que llevaron al surgimiento del Homo Sapiens y que fueron la clave de su posterior, y excepcional, colonización del planeta.
Como siempre decimos… a fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.
“Excavar en África siempre es muy emocionante. Porque estas fuera de tu ambiente, lo primero. Porque la naturaleza es exuberante, los paisajes son maravillosos, la gente resulta peculiar. Su forma de vida, su trato…. Si a esta emoción que produce trabajar en África, en zonas remotas, en zonas donde tienes que estar preocupado de cosas muy básicas como es la calidad del agua, la comida, que no te pique la serpiente o que puedas dormir a gusto a salvo de los mosquitos… A parte de estas cosas le sumas la emoción de estar en un sitio nuevo, un yacimiento completamente desconocido, del que se abren muchísimas incógnitas pero que puede darte muchas respuestas, que sabes científicamente… pues son una mezcla de emociones, que te completan”
Luis de Luque Ripoll, geoarqueólogo es unos de los investigadores del proyecto: “El origen de Homo Sapiens y su adaptación a los entornos costeros, en Kilwa, Tanzania”.
De Luque junto con el prehistoriador Fernando Diez Martín, de la Universidad de Valladolid (a quien ahora escucharemos), están trabajando en el proyecto, financiado por la fundación Palarq, sobre los yacimientos pleistocénicos de Kilwa, un lugar clave para conocer la historia de la evolución.
Tienen como objetivo investigar la ocupación humana de la costa de Tanzania hace aproximadamente unos 200.000 años. Pero, antes que nada… situémonos en el mapa….
Kilwa es un pueblo pesquero, donde reina la calma, en la costa swahili, aquella que recorre la parte más oriental de África. Exactamente se encuentra al sur de Tanzania, a las orillas del océano índico… a unos 300 kilómetros de la capital del país Dar es Salaam.
“Es un pueblo que tiene una historia muy larga. Hay unas ruinas allí árabes del siglo XI, XII Y XIII en que tuvo su máximo apogeo. Entonces durante la Edad Media fue una zona muy importante realmente y luego vino abajo, empezó la decadencia y acabó pues en un pequeño pueblecillo de pescadores. Luego durante la época de las colonias algunos de los pueblos de la zona fueron capitales de distrito, tanto para los alemanes como después para los británicos”.
En esta zona son conocidas por su interés arqueológico las ruinas de un antiguo sultanato que durante el siglo XIV se independizó tanto de persas y árabes como de las poderosas familias de Zanzíbar a las que abastecía de oro, pieles y, sobre todo, de esclavos.
También es de gran interés el yacimiento paleontológico de Tendaguru, que se encuentra a varios kilómetros hacia el interior. Los fósiles de dinosaurios encontrados en esta zona colman los sótanos del Museo de Historia Natural de Berlín desde hace 100 años.
Los dos investigadores llevan más de 15 años trabajando en distintos yacimientos arqueológicos de Tanzania. Pero el hallazgo de Kilwa es especial… ahora entenderéis porqué….
Cuenta Luis de Luque que en los últimos años se dedicó a recorrer el país con la intención de montar algún negocio… y, la casualidad hizo que pasara por Kilwa. Un día, en una excursión en barca por la costa, por una zona de manglares, donde iba con la intención de fotografiar a la exótica fauna local, él junto con otros compañeros, toparon con este yacimiento. Pura Serendipia. Pura casualidad.
“Para llegar a la zona dónde luego encontraríamos los yacimientos nos teníamos que acercar en canoas o en barquitas con motor. Es una zona, donde no hay mucho desarrollo turístico, básicamente sus habitantes son pescadores. Entonces, la única manera de moverse por allí, por el manglar, era contratar a alguien que nos llevara en una de sus barquitas, canoas… e ir por los manglares, llenos de vegetación e ir parando a sitios. Y así, brujuleando por esta zona bastante remota, encontramos unos afloramientos con una pinta magnífica. Aquello no lo había tocado nadie nunca… de manera que las piezas estaban en el suelo, pero sobre columnas debido a la propia erosión de la lluvia”.
El material arqueológico que encontraron llevaba expuesto decenas de años y estaba visiblemente degradado… Pero el geoarqueológo, descubridor del yacimiento, rápidamente se dio cuenta que aquello tenía muchísimo potencial.
“Y aunque en esa época yo me estaba distanciando de la investigación con la idea de hacer otras cosas, pues reconozco que allí me volvió a picar el gusanillo porque era una zona muy remota, yo sabía que tanto la costa de Tanzania prácticamente no había yacimientos de contexto costero, cercanos al mar y que parecía que aquellos podían ser algo único”.
La erosión producida por el agua dejó a la vista unos pináculos de tierra, como si fueran columnas, donde se hallaban distintas materias primas… entre ellas, lascas, núcleos discoides, puntas y pequeños bifaces, herramientas de sílex… ahora sabremos para qué se usaban .
Escuchamos a Fernando Diez Martin, prehistoriador de la Universidad de Valladolid.
“Lo que aparecían en estos afloramientos, fundamentalmente de estas zonas de arenas, etc...precisamente por la erosión en algunas zonas simplemente aparecían en superficies y en otras todavía encajadas en los sedimentos arenosos. Pues aparecían un tipo de industria lítica que son elementos de pequeñas dimensiones, la mayor parte sobre lascas, diversos tipos de utensilios, también lascas, y eso era la mayor parte del material.
Hace unos 2,6 millones de años los humanos comenzaron a tallar distintos elementos de su entorno… y descubrieron las lascas de piedra...
“Los humanos descubren en un determinado momento que golpeando una piedra contra otra, salían de estas piedras, fragmentos que eran bastante finos, que tenían filos…estos fragmentos son los que llamamos lascas… fragmentos de piedra que precisamente al fracturarse por los humanos tienen una gran cantidad de filo natural que es cortante que puede servir para cortar lo que sea, cualquier tipo de material”.
Y precisamente utilizaron estos materiales para llevar a cabo cualquier actividad relacionada con la caza y la recolección.
“En general lo que sí que sabemos es que todo este tipo de utillajes sirve pues como serviría hoy en día cualquier instrumento para las actividades más generales de estos cazadores recolectores… para cortar todo tipo de material, carne, piel, cortar productos vegetales blandos o duros. También estos filos cortantes sirven para el trabajo de la madera”.
En general la mayor parte del material que se encontró era de pequeñas dimensiones. El aspecto de esta industria lítica, es decir, de estas herramientas de piedra, hace que los investigadores sitúen los hallazgos en el paleolítico, característicos de la Edad de la Piedra Media (también conocida en inglés como Middle Stone Age, MSA, africana, muy probablemente en su etapa inicial, en torno a hace 200.000 años.
Por otra parte, el hecho de que el yacimiento se encuentre cerca del mar es clave para poder datarlo cronológicamente.
Su especial ubicación hace que su hallazgo aún tenga más interés ya que da mucha información.
Primero por el hecho de saber cómo actuaban las poblaciones respecto a los recursos marinos. Si eran pescadores, si se movían más o menos, qué tipo de dietas tenían y que tipos de útiles empleaban estando en la costa”.
Por una parte tienen interés a nivel del ecosistema y por otra parte desde el punto de vista geológico también resulta muy interesante ya que permite a los expertos saber exactamente cuándo se desarrolló la actividad de esta población .
“Nosotros ahora estamos viviendo un interglacial, tenemos un nivel del mar que aunque para nosotros nos parece normal, tenemos un nivel del mar alto. Pero durante los periodos glaciares, en dónde había temperaturas más frías, el agua se concentra en el continente en forma de glaciares y de hielo y, por lo tanto, el nivel del mar desciende, por lo tanto puede llegar a descender unos 100 o 120 metros por debajo del nivel actual. Entonces, el hecho de que encontremos un yacimiento en la costa en cotas actuales, en alturas como las nuestras, quiere decir que el yacimiento se formó cuando el nivel del mar estaba alto. Esto ya nos da una pista que era un periodo cálido y sobre la cronología”.
“Por el tipo de industria lítica que hay pensamos que podría tener menos de 300.000 años que es un poco cuando empieza a gestarse el Homo Sapiens. Como sabemos que tienen que encajar en alguno de esos picos del nivel del mar alto… pues sabemos que están entre 350 y 300.000 años, entre 200 y 250, o entre 70 y 130.000 años... Nosotros nos parece que tienen una mezcla de estilos de características que lo pueden aproximar a eso entre 200.000 y 100.000 años probablemente”
El periodo cronológico en el que se ubica este yacimiento corresponde al momento de gestación del Homo Sapiens en el continente africano.
De hecho los yacimientos costeros de ese momentos son muy escasos en el este de África. Los nuevos hallazgos de Kilwa ofrecen a los investigadores la posibilidad de indagar en el aprovechamiento de los recursos litorales en un momento en el que se empiezan a configurar las nuevas adaptaciones económicas y ambientales que florecerán en el Pleistoceno Superior.
El proyecto va a permitir sacar conclusiones sobre las transformaciones culturales vinculadas al desarrollo del comportamiento moderno propio de nuestra especie.
La casualidad hizo que el investigador Luis de Luque topara con ese yacimiento que se encuentra en una zona remota del sur de Tanzania, un hallazgo poco frecuente. Nos cuenta el porqué.
Los dos investigadores del proyecto conocen muy bien la zona… Hace años que tienen las suertes, cómo ellos dicen, de trabajar rodeados de paisajes espectaculares… como el de Kilwa...
Una aventura como es la de convivir con la fauna peligrosa de la zona… hablamos por ejemplo, de serpientes...
Este año el equipo va a realizar una prospección intensiva en la zona de Kilwa con la intención de recoger y estudiar los materiales descubiertos.
El proyecto, de gran interés científico, va a permitir comprender los fenómenos culturales y adaptativos que llevaron al surgimiento del Homo Sapiens y que fueron la clave de su posterior, y excepcional, colonización del planeta.
Como siempre decimos… a fin de cuentas, conocer nuestro pasado es conocernos mejor en el presente.
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