Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; el bandolero Rogelio Campos, se puso de acuerdo con su familia que llevará 25 reses para donar a sus hijos mellizos, y se dispuso que se seleccione entre vacas madres, toretes y terneros; todos los hermanos estuvieron de acuerdo, por que él era, el dueño, ya que ellos eran sus criadores, a quienes otorgaba las ganancias después de la saca anual (ganado para la venta), que es justamente lo que van hacer.................. sigamos la historia.................
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI.
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
Rogelio Campos, después de conversar con sus hermanos varones, acordaron seleccionar 25 reses, que él las llevará para entregarlos a sus hijos mellizos; los criadores y cuidadores eran sus hermanos: hombres y mujeres; ellos aceptaron lo que Rogelio disponía por ser el dueño de los potreros y la cría, y como se acostumbraba una saca anual, para vender parte de la ganadería y resarcir los gastos y guardar utilidades, de lo que Rogelio era riguroso en su cumplimiento para compensar el esfuerzo aportado por sus hermanos en la crianza y cuidados de la ganadería.
Entonces, Rogelio, encargó a su hermano Roberto, ir a la frontera y ponerse en contacto con los comerciantes perneadores ecuatorianos, costumbre que solía hacerse cada año y le dijo:
--- Roberto, tienes que ir a Cariamanga y buscar a los comerciantes, que ya los conocemos para que vengan a nuestros potreros, y avísales que tenemos ganado de saca para ellos.
Luego se dirigió a Fabián quien era el ganadero por excelencia y le dijo:
--- Fabián, encárgate de ordenar el rodeo, tu conoces todos los rincones de los potreros, donde iremos todos para arriar a los animales a los corrales.
Con el plan en acción, Roberto fue a una inverna para buscar su caballo, lo haló, lo ensilló y partió al Ecuador, trabajo que le demandaría un par de días.
Rogelio y sus hermanos hombres y mujeres, prepararon el viaje con fiambre por que les demandará un par de días hacer el rodeo.
Al día siguiente, después de recibir la información de Fabián, todos partieron a la "Loma seca", tal como se llamaba a una loma muy grande de regadío sólo por lluvias (
Tierras de temporal) gran productora de pasto de semilla y que siempre paraba seca después del pastoreo del ganado que permanecía allí por casi 3 meses hasta acabar con todas las hierbas del pasto (forraje silvestre de gramíneas y hierbas), era la temporada que le tocaba a este sector por ser catalogada como la inverna de la ganadería.
Rogelio Campos, quien siendo bandolero, aplicaba su experiencia con mucha minuciosidad, que al llegar al lugar del pastoreo, ordenó la distribución del personal que eran sus propios hermanos y hermanas acompañados de los cuñados y cuñadas, todos cooperaban por igual, se destinó a dos personas por cada punto del sector que les correspondía y al mismo tiempo se dispuso que hermanos hombres sean quienes arríen el ganado.
Todos se ubicaron en su espacio y comenzaron a rodear y arriar al ganado vacuno, ovino, caprino y equinos.
Después de un arduo día de trabajo que culminó a las 18:00 horas (hora de la oración); ya oscureciendo se encerró toda la población de la ganadería existente en todos los potreros grandes y especialmente de "Loma seca" que era la abastecedora de pastos, esta vez el lugar de los encierros quedó chico, debido a la alta producción pecuaria; que aprovechándose la iluminación de la Luna llena, se verificó que todos los animales permanezcan en condiciones favorables hasta el día siguiente para realizar el conteo y la selección de los animales de la saca.
Entonces, después del descanso nocturno que culminó al levantarse de sus improvisados dormitorios que consistió en tender ponchos, rebozos y pañalones sobre la grama y como todos estaban agotados durmieron plácidamente, se sirvió el fiambre frío para cada persona con lo que desayunaron y luego todos fueron al corral mayor, que por sus dimensiones tenia guardados a la mayor parte de la ganadería, se arrancó con el conteo y se llegó a sumar los siguiente:
- 145 reses entre vacas, toros, toretes, vaconas y terneros,
- 35 ovejas (ganado asentado que era el primer año, se inició con 16 cabezas, se había duplicado la crianza.
- 10 yeguas entre potrancas, potrillos y dos garañones.
- 55 cabras entre hembras, machos y cabritos, también era ganado nuevo que se asentó 25 cabezas y se logró más que duplicar.
Aún faltaban los pequeños potreros que coincidían con el primer potrero aún lleno de pasto (se llamaba así porque fue la primera adquisición de tierras que hizo Rogelio), aquí se acomodaron a las 25 reses que fueron robadas y regresaron.
Rogelio, les tomó mucho cariño a estos animales por ser fieles y ordenó que después de la saca se distribuyan las 25 reses en todos los potreros de pastoreo, para que si hubiese otro robo, que se descartaba, por que se dispuso vigilancia nocturna, que estos animales enseñen a los demás evitar la entrada de los ladrones.
El rodeo culminó con todos los pequeños potreros y laderas, que siempre había ganado parido y eran las vacas que proveían la leche para la alimentación de la familia y estas no entraban en rodeo ni saca.
Era la costumbre seleccionar del corral mayor, y era la parte más dolorosa emocionalmente por que se tenía que desprender de vacas, toros y hasta toretes que habían sido queridos por los criadores, incluso los conocían por apodos como: "Toro oreja chica", "la vaca de la mano coja", o "el torete de los cachos parados", estos nombre coincidían con algunas anomalías en el organismo del animal, que eran los primeros en salir, por que según opinión del dueño no servían para la cría.
Entonces, Rogelio con el apoyo de su hermano Fabián, empezaron a seleccionar y con la colaboración de los demás familiares, se separó a 35 reses para la saca entre los que se incluían 09 vacas lecheras en estado avanzado de sus edades que mermaron su producción y estaban expuestas a enfermedades y al ataque de los parásitos como las garrapatas, que eran una amenaza constante por ser plagas endémicas de aquellas comarcas.
Después de la selección de los animales para la saca, Rogelio dispuso que del resto de la ganadería, se seleccionen los 25 mejores ejemplares que llevará a sus hijos mellizos, los demás regresarán a los campos de pastoreo.
Era muy dichoso, ver a los hermanos de Rogelio, seleccionar cada animal entre vacas, toretes y terneros, que serán llevados a los sobrinos, que ellos querían conocer, lo hicieron con tanto cariño, que si notó esos detalles Rogelio y le conmovió.
Mientras, Rogelio disponía la distribución de la ganadería; su hermano Roberto, tuvo suerte, o tal vez eran azares del destino; lo cierto fue que al estar en las faldas del Cerro Usaime, por allí iba el camino, se apeó en un restaurante a comer algo, se sentó junto a una mesa y le sirvieron la comida, y cuando estaba casi terminando de comer, llegaron tres comerciantes amigos suyos que no los veía por mucho tiempo atrás, quienes al saludarse y conversar; él les dijo que estaba viajando a Cariamanga en busca de perneadores de ganado (compradores de reses).
Los recién llegados, le manifestaron que ellos justamente viajaban al Perú en busca de ganado vacuno para la matanza en la Costa ecuatoriana y que ya habían cambiado la moneda ecuatoriana en moneda peruana para hacer los negocios.
Para Roberto Campos, era una bendición del Cielo, encontrarse con estos comerciantes, que le evitó el largo viaje a Cariamanga, se pusieron de acuerdo y después de almorzar, todos emprendieron el viaje al Perú.
Ya atardeciendo del segundo día, llegó Roberto acompañado de tres comerciantes ecuatorianos, quienes se entrevistaron con Rogelio Campos y les brindaron hospedaje hasta el día siguiente para hacer los negocios.
Llegado el día siguiente, después del desayuno, Rogelio en compañía de sus hermanos varones y los comerciantes ecuatorianos fueron al corral de la saca, ya los animales no habían comida por dos días, sólo bebieron abundante agua y como estaban bien cuidados, les impresionó a los ecuatorianos, quienes les dieron una ojeada general y empezó el negocio, fue el comerciante mayor quien ofreció por las 35 reses 10,000 monedas nacionales.
Rogelio Campos, quien siendo un bandolero de polendas, conocía mucho de ganado y el valor, le apreció una buena oferta, era más de lo que había pensado, él pensó que nunca se acepta la primera oferta porque pueden dar más y les contestó:
--- Amigos, este ganado es pura carne, ustedes van a ganar mucho dinero, pero me están ofreciendo muy barato, mejoren su oferta y el ganado es suyo.
Entonces, el comerciante mayor, pidió permiso para sesionar entre ellos y poder mejorar la oferta, ellos se fueron a otro lugar donde los peruanos no escuchaban la conversación, quienes después de discutir se pusieron de acuerdo y fue siempre el comerciante mayor, quien dirigiéndose a Rogelio le dijo:
--- Don Rogelio, nosotros somos amigos de su hermano Roberto, y por esa amistad y que el próximo año nos prefieran, les ofrecemos 15,000 monedas nacionales, ni un centavo más, por que estamos repagando el valor de las reses.
Los hermanos de Rogelio, escuchando semejante oferta, nunca antes la habían oído, se miraron entre ellos con sonrisas de aprobación; pero, Rogelio permanecía sereno sin pestañar ni manifestar ningún movimiento, que si lo observó el comerciante mayor ecuatoriano.
Rogelio, recién con una sonrisa leve, le contestó:
--- Muy bien amigos, vamos a conservar la amistad, accederé a su oferta y el compromiso que el próximo año ustedes serán los que se lleven nuestras reses.
De inmediato se procedió a la transacción, los comerciantes sacaron de sus bolsicos el dinero, se contó billete por billete, que fue recepcionado por Rogelio; en seguida ellos sacaron sus sogas para lacear a las vacas más viejas que serán seguidas por las maltonas. (artes del arreo de ganado)...
Cuando los ecuatorianos salieron con su ganado, Rogelio, separó 10,000 monedas nacionales y las repartió en partes iguales para cada hermano hombre o mujer y él como el dueño se quedó con el saldo, que fue menos del 50% del valor total de la venta, así de generoso era él con sus hermanos..........
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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