La Universidad de Florencia ha conseguido identificar por primera vez el tipo sanguíneo de un grupo de neandertales y un hombre de Denísova, lo que les ha permitido confirmar diversas hipótesis sobre sus orígenes y procreación con el Homo Sapiens.
Según los investigadores la mayor endogamia y poca adaptabilidad de los neandertales significaron su final.
Gracias a los últimos avances científicos cada vez sabemos más sobre nuestros antepasados. Por ejemplo, un nuevo estudio ha analizado los huesos de un neandertal y un denisovano procedentes de la misma cueva siberiana, junto a los restos de otros dos neandertales encontrados en Vindija (Croacia) y Chagyrskaya (Rusia) respectivamente. Al concentrar su análisis en estos cuatro especímenes, los investigadores han podido hacerse una idea de las similitudes entre poblaciones relativamente cercanas genética y geográficamente.
PALEOSANGRE
A fin de reconstruir la sangre a partir los huesos se han usado siete sistemas (empleados en medicina antes de hacer una transfusión) que permiten obtenerla a partir del ADN. Además de aislar el tipo sanguíneo de cada uno, los científicos han conseguido identificar las variaciones genéticas que los caracterizan, contenidas en los alelos y haplotipos de los glóbulos rojos.
Maxilar de la cueva de Chagyrskaya del que se extrajo ADN neandertal.
Cuando los restos prehistóricos pasan por el laboratorio su análisis se suele limitar a obtener el ADN, así que esta investigación es un paso importante para ampliar nuestra comprensión de estas antiguas especies, aportando nuevos datos hasta ahora desconocidos.
DE ÁFRICA A AUSTRALIA
Tanto neandertales como denisovanos proceden de nuestro antecesor común, el Homo Heidelbergensis; sin embargo ahora sabemos que la aparición de ambos tuvo lugar en África, pues los alelos de su sangre presentan combinaciones que solo se dan en los heidelbergensis procedentes de ese continente.
Falange de la cueva de Denísova perteneciente a un Homo Neanderthalensis.
Foto: Wikimedia Commons.
Además se han corroborado los lazos de los denisovanos con los habitantes de Nueva Guinea, en los que todavía se conserva parte de su ADN. A ello se le añaden los nuevos vínculos genéticos de estos indígenas y los aborígenes australianos con los neandertales, cuya sangre contiene haplotipos y alelos prácticamente idénticos. Por lo tanto queda demostrado que ambas especies se hibridaron con el Homo Sapiens antes de que este migrara a Asia Oriental y se propagara por el Océano Pacífico.
DESTINADOS A LA EXTINCIÓN
De igual modo, su sangre nos permite conocer mejor las razones que provocaron el fin de los neandertales, pues se han descubierto numerosas debilidades hereditarias que hacían que tuvieran peor salud que nosotros. Así, aunque en ella hay genes resistentes al Norovirus (causa de gastroenteritis y otros problemas digestivos), también se han hallado indicios de endogamia, causada por el bajo número de individuos (que no llegaron a superar los 70.000 en su momento de máxima expansión).
Los restos del hombre de Denísova son poco frecuentes, esta mandíbula fue encontrada en la cueva de Baishiya en China
Las relaciones dentro del grupo causaban una bajada del índice de natalidad al producirse más abortos, y los niños que sobrevivían eran muy vulnerables a todo tipo de enfermedades contra las que sus debilitados genes nada podían. Combinado con su poca adaptabilidad a los cambios derivados del fin de la glaciación y la superior tecnología lítica del Sapiens, esto los llevaría una decadencia gradual y su eventual desaparición.
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