En 1929 se descubrió en Estambul un mapa dibujado en 1513 por el cartógrafo otomano Piri Reis. Su análisis ha sido objeto de acalorados debates ya que en él se muestra lo que parecen ser las costas de América y de la Antártida, antes de que estas fueran exploradas.
ESTATUA DE PIRI REIS
UN MAPA IMPOSIBLE
El mapa de Piri Reis resulta imposible si se considera que lo que se ve en él es la costa de América y de la Antártida. En el momento en el que lo dibujó, los europeos no habían pisado más que una pequeña parte de las costas del Nuevo Mundo y la Antártida era totalmente desconocida, si bien se presumía la existencia de un hipotético continente austral. Pero el primer fragmento del mapa parecía representar una gran parte de la costa este de Sudamérica, una isla que se presume sería La Española y parte de la costa antártica; el segundo fragmento resultaría todavía más incomprensible ya que representaría parte de Norteamérica.
La geografía no es lo único que llama la atención. El mapa incluye dibujos de animales que claramente no podían vivir en la Antártida -como uno que parece un alce- puesto que, de acuerdo con las predicciones climáticas, la última vez que el continente registró una temperatura algo más cálida a la actual fue hace más de 100.000 años. De estas observaciones y de la referencia que hacía Piri Reis a “los antiguos reyes del mar” nació, en su momento, un debate que se planteaba si había existido un conocimiento geográfico perdido que el cartógrafo otomano o bien sus fuentes habían recuperado.
¿QUÉ APARECE EN EL MAPA?
La conclusión a la que se llegó es, de hecho, muy sencilla: el mapa de Piri Reis, simplemente, no representaba las costas de América y de la Antártida sino que se basaba vagamente en las ideas que en aquel tiempo se tenían de lo que había más allá del océano. Y lo que se sabía era que existía una tierra a la que se llamaba Cipango -que sería Japón- y más allá la costa oriental de Asia, de la que no se conocía de forma precisa la forma o extensión.
El mapa de Piri Reis no representaba las costas de América y de la Antártida sino que se basaba vagamente en las ideas que en aquel tiempo se tenían de lo que había más allá del océano
El mapa de Piri Reis, de hecho, destaca por la gran diferencia que hay entre una cartografía muy exacta de la costa española, portuguesa y africana que se puede ver en el extremo derecho y la enorme inexactitud de lo que serían las supuestas costas de Sudamérica y la Antártida: el ejemplo más evidente es que ambos continentes aparecen pegados cuando en realidad los separan los cerca de mil kilómetros de agua del Pasaje de Drake. Además, en la supuesta Sudamérica aparecen dibujos de animales fantásticos, reptiles antropomorfos y hombres sin cabeza y con el rostro en el torso que pueden identificarse como los blemios de la mitología romana.
Todo ello induce a pensar que las costas representadas en la parte izquierda del dibujo representan de forma genérica una terra incognita que se sabía que existía pero aún no se había explorado. Estos territorios solían representarse en los mapas dibujando sobre ellos criaturas fantásticas o la frase hic sunt dracones, “aquí hay dragones”, una metáfora de los peligros que podían aguardar a los exploradores.
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