sábado, 5 de febrero de 2022

La Historia del Agente Justiciero Genochi : Capítulo III.- El ataque de Bonifacio "Oreja Mocha"; fue cruel y sanguinario en la casa de don Eucebio Nonajulca Rivera, a quien lo asesinaron, violaron a su hija , e hirieron de muerte a la esposa...

Hola amigos : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG.,  continuando con La Historia del Agente Justiciero Genochi, y como informamos en el capítulo anterior; Gelasio Nonajulca Chinchay el niño de apenas 10 de edad, que fue testigo del asalto y asesinato de su padre Eucebio Nonajulca Rivera, la violación sexual de su hermana Etelvina Nonajulca Chinchay y la herida mortal contra su madre Oralia Chinchay Quispe, por parte de la banda de delincuentes juveniles encabezada por Bonifacio "Oreja Mocha"; únicamente se salvó la hermana Elida Nonajulca Chinchay, quien estuvo en la calle jugando con sus amigas, que al llegar y observar el cuadro trágico, acomodó a su hermano menor que lloraba y salió a la calle a tocar las puertas de los vecinos, pidiendo auxilio, quienes de inmediato acudieron para apoyar a su dirigente........... sigamos la historia..........

Aquí en la imagen Observamos al Agente Justiciero Genochi, quien como agente anónimo bregará para capturar a los culpables del asesinato de sus padres en Chilcapampa.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.


Aquí en la imagen observamos al delincuente Bonifacio "Oreja Mocha"; quien como líder de una banda juvenil, asaltaron a la morada de Eucebio Nonajulca Rivera, residente en el Barrio Alto de Chilcapmpa, a quien asesinó por que no le entregó el dinero de una venta de ganado vacuno.
Foto: Archivos del Blog: A Vuelo de un Quinde.

Ante la alarma todo el Barrio Alto de Chilcapampa, se levantaron saliendo de sus domicilios y acudieron a la casa de su dirigente Eucebio Nonajulca Rivera; la niña Elida demostrando una fortaleza increíble movió a todos los vecinos y regresó a su casa, dejó abierta la puerta de la calle, entraron los primeros vecinos y observaron un cuadro trágico, donde don Eucebio ya era cadáver aún desangrándose del pecho que comprometió el corazón, la niña Etelvina postrada sobre el piso y con sus genitales ensangrentados por la violación sexual y la señora Oralia Chinchay Quispe a punto de fallecer por la herida desde la espalda por una chaveta que traspasó el cuerpo.
Los vecinos levantaron el cuerpo de la herida dentro de una sábana (no había camilla) y entre dos vecinos la llevaron a la posta médica, igual hicieron con la niña Etelvina, que levantaron su cuerpo y aún había sangre que le chorreaba por las piernas; otros vecinos fueron al puesto de la policía, acudió el sargento, quien sólo certificó la muerte de don Eucebio y envió a su agente a buscar al Juez de Paz, quien era el único representante del Poder Judicial, para que ordene el levantamiento del cadáver (ya que no había Fiscal).
El vecino carpintero, que justamente aquel día trágico, él había terminado de fabricar 04 cajones de muerto, puso uno a disposición de la familia y como parecía que la señora Oralia sería la próxima víctima también agregó otro cajón.
El sargento de la policía, comenzó con las primeras diligencias de investigación, quien al averiguar si vieron a los hechores de los crimines, nadie sabía nada, ni tampoco vieron a alguien que merodeaba por allí, la hora había sido bien escogida por los delincuentes.
Ya la policía tenía sus sospechas, por que días antes, fue descubierto el delincuente juvenil Bonifacio "Oreja Mocha", quien asesinó al vecino que lo increpó cuando escalaba techos en actitud de asaltos, pero tampoco hubo algún vecino que lo señalara como el culpable, no fue detenido ni investigado.
Pero, esta vez si habían evidencias que el criminal era Bonifacio "Oreja Mocha", por que si lo vieron que a esa hora que coincidía con el asalto, él iba todo caminar en dirección al Barrio Alto; sin embargo el sargento no podía actuar e ir al Barrio Bajo y detenerlo, por el temor que le tenía al padre, más conocido como "Mano Siniestra", quien lo había amenazado de muerte, si lo acusaba una vez más de algún crimen, ya que en la Costa siempre lo soltaban por falta de pruebas.
Llegó el Juez de Paz, quien verificó el cadáver junto al Sanitario de la Posta Médica (no había médico ni enfermero), hizo el acta y los vecinos colocaron el cadáver en el cajón y se armó el velorio.
Sin embargo, las malas noticias seguían llegando, el mismo Sanitario de la Posta Médica, anunció que la paciente Oralia Chinchay Quispe, acababa de fallecer, e invitó al Juez de Paz, acudir a ese centro de primeros auxilios, para que ordene el levantamiento del cadáver, los vecinos acudieron junto con el Juez de Paz y otros fueron al vecino carpintero a solicitarle el segundo cajón.
Después de 06 horas en plena madrugada, se estaban velando los cuerpos de los esposos Eucebio y su esposa Oralia, dejando en la orfandad a 03 hijos menores de edad, todos los vecinos acongojados y llorosos solo lamentaban la trágica muerte de la mejor y ejemplar familia, quienes nunca tuvieron ni cruce de palabras ni gestos con ellos, más bien eran generosos y siempre obsequiaban parte de su cosechas con una sonrisa.
El Sanitario, al regresar a la Posta Médica con el Juez de Paz, también le indicó hacer un informe de la violación sexual de la niña Etelvina Nonajulca Chinchay, que ya estaba en franca recuperación, se le controló la hemorragia vaginal y le aplicaron anestésicos para que descanse.
El asesinato del dirigente Eucebio, se difundió en toda la Ciudad de Chilcapampa y los moradores acudían a dar el pésame a los deudos que eran los hijos menores, no había ningún familiar adulto, ya que todos habían emigrado a la Costa; la responsabilidad la tomaron la Junta Directiva del Comité de Defensa, que justamente lo presidia el finado Eucebio Nonajulca Rivera, ellos asumieron los gastos y los trámites para el sepelio. 
Al día siguiente, como si el firmamento también acompañaba a la tragedia familiar, amaneció nublado y anunciaba una torrencial lluvia por la abundancia de truenos y relámpagos, como efectivamente sucedió, al mismo tiempo el Sacristán de la Capilla movía las campanas cuyo tañido significaba duelo y desolación.
Luego, que los dirigentes culminaron con los trámites para el sepelio de las víctimas, se acordó sepultarlos al día siguiente dando un espacio de tiempo para que los vecinos asistan al velorio, como solía ser la costumbre del pueblo.
El sargento de la policía, atado de manos, no podía realizar una incursión policial al Barrio Bajo, para él, el asesino era el mozalbete Bonifacio "Oreja Negra", pero nadie lo acusaba, él no podía actuar de oficio por temor a las represalias de "Mano siniestra".
El Juez de Paz, acudió al puesto de la policía, con todos los documentos y actas que se efectuaron para elaborar el atestado policial y como no era su atribución, los entregó al sargento y le hizo firmar las copias y allí terminó la Diligencia  Judicial por el asesinato de la Familia Nonajulca Chinchay.
Ese mismo día, aprovechando el envío de correspondencia a la Costa, un vecino que conocía a los familiares que era un hermano de la finada Oralia, le envió una notificación urgente, avisándole que viaje urgente a Chilcapampa  asuma la responsabilidad de los niños huérfanos.
Esta comunicación llegó felizmente al hermano de la finada Oralia, quien había recibido el dinero enviados por ellos; él viajó a Chilcapampa, dejando al cuidado de su esposa a sus hijos que era convaleciente de una intervención quirúrgica, que fue exitosa.
El Hermano de la finada Oralia Chinchay Quispe, quien se llamaba Antenor Chinchay Quispe, llegó a Chilcapampa, sólo encontró a sus sobrinos huérfanos y una vecina que los atendía mientras llegaba él; los niños llorosos desconfiaban del tío, por nunca lo habían visto antes; pero, gracias a la vecina que si lo conocía les narró a los niños que "Antucho" (Antenor) como solían llamarlo era el hermano más querido de su madre y que salió muy joven y se afincó en la Costa y que nunca se rompió la comunicación familiar entre ellos.
Después del inicial rechazo al tío "costeño"; los huérfanos lo aceptaron como única opción que les quedaba, y como Antenor había establecido su vida en la Costa, ya nada tenía que hacer en su tierra de nacimiento, él inició los primeros contactos para vender todas las propiedades y llevarse a los sobrinos a la Costa.
Mientras tanto, en el Barrio Bajo, que también llegó la noticia del asalto al dirigente del Barrio Alto, justamente en la casa del delincuente "Mano Siniestra", hubo movimientos y el padre preguntó al hijo, así:
--- Bonifacio, se comenta de una "visita" (asalto) al Barrio Alto y que terminó mal, por que no hubo botín (el dinero o la prenda) pero, si mataron a los dueños de la casa, te pregunto: ¿Fuiste tú?
Bonifacio "Oreja Mocha", algo temeroso por las consecuencias, le contestó:
--- No padre, no fui yo, estuve en casa de unos amigos cuando sucedieron los hechos.
"Mano Siniestra" con un prontuariado descomunal y con experiencia acumulada, comprobó que su hijo solito se delató y él era asesino  haciendo un ademán de no entender le volvió a preguntar:
--- Bonifacio, dices que no fuiste y que estuviste en otro lugar, entonces: ¿Cómo supiste de los hechos?, si el Barrio Alto está alejado de nuestro barrio.
Bonifacio "Oreja Mocha", arrinconado por su padre y sin saber que contestar, tuvo que admitir ser el autor de los crimines y dijo:
--- Si padre no puedo ocultarte nada, yo fui y se me pasó la mano, al no poder encontrar el botín, que era el motivo del asalto a esa casa.
Ahora, era el padre que entró en preocupación y temiendo que había motivo suficiente para que actué el Sargento y éste llegue a su casa buscando a su hijo; él planeó un plan para evitar que sea capturado su hijo, simplemente tomar a 02 mujeres que paseaban por el camino, y que ellas cubran el cuerpo de Bonifacio y hasta llegar a la salida de la Ciudad, y así pueda fugar........................
Continuaremos...................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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