Los exploradores de la expedición Five Deeps, encabezados por el empresario y submarinista estadounidense Victor Vescovo, descendieron hasta el punto más hondo de la Fosa de las Marianas y comprobaron que hasta allí llega la contaminación humana: encontraron una bolsa de plástico y restos de envoltorios de caramelos vagando por el fondo marino
Rumbo a la fosa de las Marianas
El sumergible especialmente diseñado por el equipo de Víctor Vescovo se prepara para descender al punto más profundo de la Fosa de las Marinas.
El punto más profundo del planeta no se libra de la contaminación por plásticos, como acaba de comprobar en primera persona un equipo de aventureros que recientemente ha batido el récord mundial de inmersión, al descender a 10.935 metros de profundidad en el conocido como abismo Challenger, el punto más profundo del océano, situado en la Fosa de las Marianas. Los expedicionarios, encabezados por Victor Vescovo, se vieron sorprendidos al encontrar en este lugar tan desconocido restos de actividad humana, en concreto una bolsa de plástico y envoltorios de caramelos, según han explicado a BBC.
“Ha sido decepcionante ver que hay contaminación de origen humano en el punto más profundo del planeta”, admitió Vescovo en declaraciones a la agencia Reuters, en las que advirtió que el mar es tratado como “una piscina gigante donde verter basura”.
La expedición de Vescovo, denominada Five Deeps ("cinco profundidades", en alusión al objetivo de alcanzar las cinco mayores puntos abisales del planeta), descendió a lo más hondo de los océanos en cuatro ocasiones, entre el 28 de abril y el 5 de mayo de 2019, donde permaneció cuatro horas, tiempo suficiente para documentar la vida marina que prospera en este lugar tan inhóspito, identificando al menos tres especies de animales no descritas para la ciencia, entre ellas un extraño crustáceo con un largo apéndice, además de algunas medusas desconocidas hasta el momento.
Los océanos todavía son un misterio
Según la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA), hasta el 80% de todos los océanos del planeta están todavía por cartografiar y explorar, lo que convierte a iniciativas como esta en oportunidades únicas para recabar nueva información sobre esos ecosistemas ignotos. “Entender cómo existe vida en estas profundidades extremas puede también ayudarnos a entender cómo se originó la vida en la Tierra y cómo podría desarrollarse en otros planetas", ha asegurado Vescovo, quien ya prepara su nuevo reto: alcanzar la sima de Molloy, de 5.669 metros de profundidad, el lugar más hondo del océano Ártico. Si lo consigue, se convertirá en la primera persona del mundo en coronar las cumbres más altas y los abismos más profundos de todos los continentes.
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