Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior; el joven Olzagon logró ser contratado en la Fábrica Metalmecánica del Carpio, gracias a la sugerencia de la joven hermosa Verónica del Carpio, quien convenció a su padre don Ernesto del Carpio, de la necesidad de ese puesto, por que la empresa se estaba quedando atrás ante el empuje de la competencia, quien por cierto abrió los ojos y oídos, que de inmediato se pondrá en marcha nuevas reglas en favor de los clientes, no olvidemos que Verónica del Capio está perdidamente enamorada de Olzagon, que hábilmente oculta sus sentimientos, para no herir a su padre, ya que él es de conducta conservadora que no permitiría que un trabajador sea el novio de su hija..... sigamos la historia.............
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices.
Este es el símbolo de la novela: La Historia del Amor Cruel.
Fuente: Archivos del blog: A vuelo de un Quinde.
Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según: Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI
Antonio y Rosalía se encontraron......................
Chiclayo - Perú
05/10/2023
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GRUPO POÉTICO:
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Que historia!! pero porque se había separado de Rosalía?, no hay mal que por bien no venga, se volvieron a encontrar. Majestuosas letras. Felicitaciones querido poeta Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Mariel Nilsa muchas gracias poetisa por su gentil visita, el encanto reflexivo de sus letras y por conceder el hermoso pergamino con Copa de Oro, si en efecto Antonio dejó a Rosalía por irse con Laura, y no le salió bien ese matrimonio, él creía que había perdido para siempre a Rosalía; sin embargo, ella lo seguía esperando y se reencontraron, abrazos Chema.
GRUPO POÉTICO:
Directora:
Ynes Carpintero
Ynes Carpintero
Congratulaciones Estimado Poeta.
Mil gracias por tu apoyo y colaboración en función del grupo.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
Muchas gracias poetisa Ynes Carpintero, por otorgar tan impresionante y hermoso Certificado, que es un altísimo honor recibir, mi gratitud a usted por lograr su atención y lectura de mis modestas letras, asumiendo el compromiso de seguir aportando, abrazos Chema.
Una vez más, el joven Olzagon logró su objetivo de conseguir un empleo en base a su capacidad de trabajo, que consiguió convencer al dueño de la Fábrica Metalmecánica del Carpio; él ya empezó a trabajar y por la tarde recibirá información de las instalaciones de la fábrica, que lo hará en compañía de la joven hermosa Verónica del Carpio.
Estando en la oficina privada de Verónica del Carpio, ella le indicó a Olzagon las reglas de mando y de como se tratarán ellos delante de los demás trabajadores, luego le indicó que irán a conocer las instalaciones comerciales, que tienen que salir a la calle y caminar por el corredor unos 200 metros.
En efecto, salieron de la oficina y caminaron a la salida, estando afuera lo hicieron por el corredor al llegar encontraron una gran puerta que al ingresar había un apreciable número de clientes; quienes como compradores lidiaban los precios con los vendedores de los mostradores, frente a ellos habían dos cajeras quienes cobraban los pedidos de los clientes.
Olzagon, no pudo ser presentado ante los vendedores de los mostradores, por que ellos estaban muy ocupados atendiendo a los clientes.
Verónica del Carpio, le informó la mecánica de atención, donde el cliente pedía sus productos y el vendedor le informaba el precio y las existencias disponibles, ya que recibían información diaria de los almaceneros.
Detrás de los seis vendedores de mostrador, habían dos puertas grandes y anchas, cada una con un orificio cuadrado a la mitad, y una puerta pequeña en el mismo lugar, donde los vendedores colocaban los pedidos para ser atendidos por los almaceneros con un tiempo máximo de diez minutos, donde los almaceneros indicaban las existencias que regresaba al vendedor quien entregaba al cliente para que pague sus mercaderías en caja.
Olzagon, observaba el movimiento comercial, que le pareció casi similar al de la empresa donde él trabajó y cesó, la única excepción de las grandes puertas, que a la vez, se abrían desde pequeñas puertas para entregar las mercaderías que el cliente recibía y verificaba con su conformidad luego la llevaba a la puerta de la salida; en muchos casos las mercadería solían pesar mucho por ser piezas y accesorios de metal; pero, en algunos otros casos el cliente cargaba su pedido al hombro cuesta arriba, que no le pareció correcto, por que la empresa debería entregar el pedido a la salida y desde allí el cliente con su movilidad lo recibiría para transportarlo a su domicilio o local de trabajo.
Verónica del Carpio, seguida de Olzagon se acercaron a las puertas grandes, ella tocó con fuerza una de las puertas, por el pequeño orificio cuadrado apareció la cabeza de un trabajador, ella le indicó que abra la puerta y que ella ingresaría acompañada de un nuevo trabajador llamado Olzagon.
En efecto el trabajador obedeció la orden de la hija del dueño de la fábrica, quienes al ingresar, se pudo apreciar gigantescos almacenes, con sus anaqueles totalmente llenos de mercaderías para la venta; la joven mujer condujo a Olzagon a las oficinas de los almaceneros que eran seis en cuyas puertas de ingreso tenían el nombre de los productos que ellos controlaban, por ejemplo: Almacén Sección Repuestos para productos domésticos, le seguía Almacén Sección para Repuestos y Accesorios para talleres de mecánica automotriz, y, así sucesivamente.
Verónica del Carpio y Olzagon, ingresaron a la primera puerta, que estando adentro, habían tres trabajadores que se pusieron de pie saludando respetuosamente la presencia de la hija del dueño.
Verónica del Carpio, sin rodeos correspondió a los saludos y dirigiéndose al empleado jefe que efectivamente era un señor a punto de jubilación y le dijo:
--- Anastasio, te presento al joven Olzagon, quien ha sido contratado como vendedor externo, es decir. él visitará los talleres que en su mayoría son nuestros clientes; pero, últimamente algunos de nuestros asiduos clientes por años, que ya no vienen a la fábrica y esa situación si nos preocupa, por esa razón el joven Olzagon, los visitará para seguir captando su atención y compras.
Anastasio, estiró su mano y la estrechó con la del joven y le dijo:
--- Muchos gusto joven Olzagon; pues, era necesaria sangre joven para activar las ventas de nuestros productos y estamos a sus órdenes en darle la información que usted requiera.
Olzagon, miró de frente a Anastasio y le contestó:
--- Es un placer conocerlo señor Anastasio, y le adelanto que su información será primordial para poder vender los productos de la fábrica a los clientes que se nos están escapando; mi trabajo será en visitarlos tal como le indicó la señorita Verónica, y charlar con ellos y escuchar sus quejas y conocer ¿Por qué nos abandonaron?
Verónica del Carpio, se despidió de Anastasio y ellos pasaron a la oficina del siguiente almacén, igual que el de Anastasio los trabajadores se pusieron de pie y saludaron con respeto a Verónica del Carpio y Olzagon y ella dijo:
--- Orestedes, te presento al nuevo vendedor externo, el joven Olzagon, quien nos representará en las ventas externas, va visitar a los talleres de metalmecánica y las oficinas mayoristas que fueron nuestros clientes, y por razones que desconocemos dejaron de visitarnos y ya no acuden a nosotros con sus compras; justamente el joven Olzagon, su trabajo será en recuperar a esos clientes, que son para nosotros vitales para la venta de la producción de la fábrica.
Igual que el anterior jefe, éste también era un señor canoso y con cara de pocos amigos, quien fingiendo una sonrisa, contestó el saludo y dijo:
--- Siempre es un honor recibir a la hija de mi amigo Ernesto, igual al joven Olzagon, que efectivamente era necesario un cambio y renovación en el sistema de ventas, he estado analizando los montos de compras de nuestros usuales clientes y cada vez son menos y que si se encuentran nuevos clientes, pero que sus compras individuales no son muy significativas y que no compensan la pérdida de ingresos de la fábrica.
Verónica del Carpio, que con respeto lo llamaba Orestes, le respondió:
--- Tiene razón Orestes, lo que me acaba de mencionar usted y mi padre es consciente de la preocupación suya y de toda la fábrica, por esa razón hemos contratado al joven Olzagon para que los visite a esos clientes y él estará constantemente con ustedes para conocer las existencias y despachos de mercaderías.
Orestedes (Orestes), muy serio le respondió:
--- Señorita Verónica, han hecho bien en modificar el sistema de ventas con visitas externas y lo dijo con todo respeto que para ese puesto se necesita una persona de amplia experiencia y más madura que infunda respeto al cliente, no sé si el joven cumple esos requisitos.
Verónica del Carpio y Olzagon se miraron mutualmente y fue ella quien le contestó:
--- Orestes, respeto mucho su percepción; sin embargo, el joven Olzagon cuenta con amplia experiencia, él ya tuvo un puesto muy importante en una proveedora nuestra, incluso ya trabajó en favor de nosotros al ubicar al técnico Benito Martín, que tanto beneficio está trayendo a nuestra fábrica, reparando las maquinas paralizadas; yo lo invité a nuestra fábrica y para felicidad de nosotros aceptó ser nuestro trabajador.
Pero, Orestedes, no estaba convencido y volvió a replicar y dijo:
--- Yo conozco viejos hombres de grandes talleres, que ya no nos compran, por razones que ellos mismos ya los fabrican o que encontraron otros proveedores y si el jovencito los visitará no creo que lo reciban bien, pero sólo es mi apreciación y no tengo nada en contra del joven.
Verónica del Carpio volvió a mirar al joven Olzagon y le hizo una venia para que él conteste y él dijo:
--- Señor Orestedes, aprecio mucho su percepción por mi juventud; sin embargo, mi presencia está ligada a una amplia experiencia en el manejo de los fierros, le doy mi palabra que dentro de los primeros 30 días usted recibirá grandes pedidos de los viejos clientes es mi reto que lo cumpliré.........................
Continuaremos......................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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