Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior; Erasmo Huamán, junto a su fiel amigo Irenio Campos, fueron contratados como jinetes arreadores de reses por un hacendado; quienes enterados de un asalto de cuatreros que se robaron 70 reses y las arrearon en dirección a la raya (frontera); Erasmo Huamán tomó la iniciativa de recuperarlas y tuvo apoyo de 15 pastores armados con machetes quienes eran conocedores de la ruta que iban los cuatreros, hubo rápida empatía entre ellos que les permitió la unidad para enfrentar a enemigos desconocidos, y cuando lograron ubicar a los cuatreros y las reses, hubo un plan de ataque por sorpresa que se hizo efectivo atacándolos sin piedad y mataron a siete cuatreros y un sobreviviente les informó que seis de ellos esperaban a los comerciantes ecuatorianos en la misma raya(frontera), uno de ellos logró huir, por lo que ya eran siete hombres y era peligroso; por lo que Erasmo Huamán ordenó arrear las reses de retorno a la hacienda, así lo hicieron y llegaron en la noche siguiente, estaban muy hambrientos, el hacendado ordenó beneficiar un torete para dar la mejor comida a sus victoriosos peones.... ..sigamos la historia......
Aquí en la imagen observamos una típica casa en la Comunidad Campesina de Socchabamba, Ayabaca, Piura, Perú; es una construcción de adobe con techo de tejas rojas y a dos aguas, sobre el techo distinguimos un fantasma que viene a ser el "El Rey de las Tinieblas" : Satanás, seguido de vampiros y una siniestra sombra negra que rodea al misterioso personaje satánico, para comprender la narrativa de la obra literaria: "LA CASA DE LA LOMA TIENE UN FANTASMA", esta imagen será nuestro símbolo de identificación y el logotipo en creación, impresión y distribución literaria.
Con reconocimiento de derechos de autor, con Partida Registral Nº 00393-2010, Asiento 01, con fecha 27 de marzo de 2010 por INDECOPI
Este es el símbolo de Marca Perú, que distingue para todos los productos elaborados por peruanos.
La hacienda ganadera que se llamaba: La Pampa Encantada, por que la gran extensión de los terrenos eran llanos, ricos en forraje con semillas, con alto poder nutritivo para el ganado vacuno; el dueño era el hacendado un señor de alta estatura de raza blanca, quien se llamaba: Luciano Castillo, él compartía la propiedad con su esposa una dama llamada: Catalina y tuvieron una sola hija llamada: Irma, además vivían allí su cuñado Juan y su primo Florián, estos últimos eran los capataces o caporales de campo, quienes dirigían las tareas de la ganadería y el cultivo de los terrenos, y tenían a sus servicios 40 peones distribuidos en los diferentes sectores de la hacienda.
La hacienda; nunca antes había sufrido el asalto y robo de ganado y que murieron dos peones defendiéndola, que con la premura del tiempo la señorita Irma, afrontó y ejecutó las primeras acciones, que finalmente coincidió con el retorno del hacendado. Sin embargo, fue un trágico espectáculo para la señorita Irma, ver a dos de sus peones muertos.
Continuando con la historia, el hacendado y toda su familia, quedaron asombrados por el brillante trabajo del ahora jinete arreador Erasmo Huamán, quien secundado por su fiel amigo Irenio Campos y 15 pastores de la hacienda, enfrentaron a los cuatreros y recuperaron las 70 reses sin perder ningún hombre; por lo que, el hacendado ordenó celebrar este maravilloso acontecimiento y sacó unas botellas de tragos macerados, que si eran un deleite para Erasmo Huamán.
Sin embargo, su fiel compañero Irenio Campos lo controlaba, para que no beba demasiado, por que a veces perdía o abundaba el control emocional y empezaba a enamorar y se le prendía a una mujer y no la dejaba hasta que le acepte, que algunas veces ya estaba comprometida y que felizmente nunca buscaba pleitos, por lo general los evitaba, y si ya no podía hacerlo enfrentaba al rival matándolo, misteriosamente disponía de un control férreo en su comportamiento; y tan dócil para cualquier trato.
Don Luciano Castillo, sirvió 22 jarros de tragos para los 18 peones y cuatro para ellos, ya que la señorita Irma no bebía licor; ella también estaba deslumbrada por la hazaña del nuevo jinete; por su puesto, que sólo era una simple simpatía, ya que su tío Juan estaba interesado en ella y parece que no había oposición familiar, ya que entre ellos sólo se llevaban unos 5 años de diferencia en sus edades, ya que éste fue el menor de los hermanos de la señora Catalina; pero, nadie puede predecir, lo que tan sólo manda el corazón.
Entonces, don Luciano Castillo, levantando su jarro dijo:
--- Brindemos por el gran trabajo que hicieron nuestros peones y por Erasmo Huamán, quien como nuevo jinete dirigió el rescate de nuestras reses, sin que ninguno de ellos fuese lesionado.
Todos los allí presentes levantaron sus jarros, y casi todos bebieron todo el contenido, menos Erasmo Huamán e Irenio Campos, que hicieron el intento con unas gotas para mojar sus labios.
Esta acción, que la tomó como un desaire y no fue del agrado del hacendado Luciano Castillo, quien protestó así:
--- ¡¡¡ Esos nuevos jinetes no bebieron, acaso no les gusta el trago que les estoy brindando !!!
Erasmo Huamán, le contestó:
--- Patrón Luciano, a todos nos gusta beber tragos y en especial a mi, y con mayor razón celebrando un triunfo; pero, nosotros no hemos terminado el trabajo, por que quedaron vivos entre siete u ocho cuatreros, que muy posiblemente nos siguieron, quienes al encontrar a sus compañeros muertos, optaron por la venganza y es muy fácil que hayan seguido nuestros rastros y no debe sorprendernos que nos puedan atacar en cualquier momento o vayan a los potreros a arrear ganado, que la noche oscura les favorece, por lo que deme facultad para ordenar disponer de vigilantes en las entradas de los caminos a la hacienda, yo aún no conozco los terrenos, sino ya habría salido junto con mi amigo Irenio Campos.
Erasmo Huamán, hizo un pausa y agregó:
--- Patrón Luciano, usted está en su legítimo derecho de celebrar la recuperación de sus reses, siga bebiendo; pero, nosotros no podemos descuidar la defensa de la hacienda, por que ya es conocida por los cuatreros, ellos nunca se rendirán, buscarán que nos descuidemos y nos atacarán, prometo que bajo ninguna circunstancia les brindaremos esa opción.
Luciano Castillo, nuevamente sorprendido, por el sentido de responsabilidad de Erasmo Huamán, que efectivamente él por falta de experiencia no pensó con esa precaución, tuvo que ordenar a Florián, quien era capataz que disponga de peones a ordenes de Erasmo Huamán para vigilar las entradas de los caminos que conducen a la hacienda; pues, cuanta razón tuvo el jinete Erasmo Huamán, por que se avecinan nuevos ataques contra la hacienda.
Ya que efectivamente los seis cuatreros que estaban en la raya (frontera) esperando a los comerciantes ecuatorianos, fueron alertados por un jinete que pudo huir del grupo de los vigilantes y custodios del ganado, les informó que sorpresivamente fueron atacados por jinetes de la hacienda que asesinaron a sus compañeros y luego los peones arrearon a las reses de regreso a la hacienda.
Fue una pésima noticia para este grupo de sobrevivientes, que sus compañeros ya no existían, donde murió el jefe y el segundo en mando, quienes no supieron que hacer; pero, el informante quien era un individuo de carácter fuerte y si sabía lo que se debía hacer, al verlos muy atontados y sin ánimos a sus compañeros, les dijo:
--- Muchachos, ustedes no sirven para pelear, como no tenemos jefe, yo tomo el mando y les ordeno regresar al corral para enterrar a nuestros compañeros y después seguiremos a esos peones, que demostraron haber aprendido la lección, ya que nosotros sólo matamos a dos chivos y ellos casi nos matan a todos nosotros, les prometo que nos vengaremos.
Los siete hombres abandonaron la raya(frontera), ya que no tenían nada que ofrecer a los ecuatorianos, que al regresar al corral encontraron 8 cadáveres y como no tenían palas ni barretas para cavar hoyos o sepulturas para enterrarlos, juntaron piedras y rocas medianas y taparon con ellas a los cadáveres, les demandó mucho esfuerzo, finalizando al amanecer, pero, el dolor era insoportable tener que abandonar los cuerpos de sus compañeros, ya que ellos eran de remotas y lejanas tierras.
Los cuatreros se tomaron un tiempo para descansar, y al anochecer y repuestos del dolor, y que ya habían comido muy bien, decidieron vengar la salvaje muerte de sus compañeros y partieron aprovechando la noche oscura en dirección a la hacienda, ellos iban a devolver muerto por muerto, no les interesaba sean o no inocentes, basta que sea un peón de la hacienda era su objetivo de venganza.
Pero, los vengativos cuatreros no previeron, que la hacienda y sus defensores pensaban exactamente igual y que ya tomaron las precauciones, para recibirlos con sus machetes erguidos.
Mientras tanto en la hacienda, efectivamente Florián dispuso que 15 peones se pongan a las órdenes de Erasmo Huamán, para custodiar las entradas a la hacienda y lo harán día y noche, todos tendrán sus machetes desenvainados y estarán en guardia permanente y serán rotados cada 8 horas; durante la luz del día permanecerán escondidos debajo o detrás de los árboles o matorrales y en la noche estarán sobre el mismo camino listos para repeler el ataque.
Erasmo Huamán, actuando ya como ex bandolero, quien sabía perfectamente las tácticas que posiblemente emplearán los vengadores de los cuatreros, él tenía claro que de día claro nunca lo harán, en cambio la noche era su aliada para cualquiera, por lo que al siguiente día, fue a la casa hacienda y habló con el patrón Luciano Castillo y le dijo:
--- Patrón Luciano, necesito su autorización para entrenar a un grupo de peones en las artes de la pelea, por que es urgente tener gente capaz para defender a la hacienda, si usted lo autoriza; yo elegiré a los hombres, por que no todos tienen las mismas habilidades, por ejemplo los 15 hombres que me acompañaron demostraron coraje y lo hicieron muy bien atacando desde sus caballos a los cuatreros, sinceramente estoy sorprendido por su arrojo y valentía..............
Continuaremos................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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