FLORENCIO DE LA SIERRA................. CAPITULO V . LA DANZA DE LAS SERPIENTES: POEMAS IV y V

Hola amigos y paisanos del Blog: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG, antes se llamó : ASOCIACIÓN DEPARTAMENTAL PIURANA DE LAMBAYQUE EL BLOG , luego : PIURA EN LAMBAYEQUE EL BLOG, y ahora nos quedamos con : A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG, que es representativo de nuestra sierra piurana, continuamos describiendo la magistral creación literaria de Florencio de la Sierra, gran poeta ayabaquino aún desconocido por la Literatura Peruana, bien seguimos con los Poemas nº IV y V. "LA DANZA DE LAS SERPIENTES.--

Firmaba todos sus poemas con el seudónimo de Florencio de la Sierra, pero en realidad era el profesor FLORENTINO GALVEZ SAAVEDRA, nacido el 14-03-1903, Publicó entre otros libros de poesía: “Aúllan los perros” (1951) con portada del artista plástico Essquerriloff, “Capullos de Rocío” (1959) con portada de César Calvo de Araujo, y “La Danza de las Serpientes” (1963) con portada de Raúl Vizcarra. Murió en Lima en 1964. Su existencia real fue después de 61 años vividos en su tierra natal, Lima, Piura, Bolivia y Chile. Foto: Cedida por Rosa Hortencia Morocho Sánchez.

Leer su Biografía:
http://piuraenlambayeque.blogspot.com/2009/01/florencio-de-la-sierraun-poeta.html

Aquí en la imagen observamos la portada del libro de poemas: La Danza de las Serpientes, se imprimió en la Imprenta Editorial Fidel Ramirez Lazo e Hijos; Jr. Belgrano - Pueblo Libre - Lima -Perú; publicado el 31 de diciembre de 1963, por el poeta Florentino Gálvez Saavedra, más conocido con el seudónimo de Florencio de la Sierra.
Imagen de archivo del Blog: A Vuelo de un Quinde.

a.- POEMA IV.- El poeta Florencio de la Sierra, con esa elegante y bucólica creación literaria nos hace conocer su constante protesta por la explotación gamonal y con cierta indignación reafirma su protesta contra las clases campesinas oprimidas, cuyos autores amparados en tinterillos succionan la sangre campesina; también identifica aquellos que diciéndose caudillos no son más que unos Judas que se venden a los poderosos traicionando a las masas populares. Leamos:

--------------- IV ------------

Ahora.
Como hito de piedras antiguas:
preguntádme si de cerca conozco
la protesta de la raza explotada
por las artimañas venales del tinterillo,
de aquél campiro que sin escrúpulos
succiona el torrente de la sangre india;
preguntádme si de cerca conozco
la protesta de la raza explotada
por la lujuria de los gamonales,
en nombre de la sangre de Cristo,
en altas horas de la noche.
Cobardemente torturada.

Y seguid preguntándome
si he visto de cerca las poses
pintorescas del caudillo...
de aquel Judas
que sin recelo levanta la mano
y en nombre de las masas populares,
a la sombra inocente de la noche,
trafica el reparto de la consigna
aquel rebaño de hombres...
cual dóciles alguaciles
del mercado pordiosero del pueblo.

b.- POEMA Nº V.- El poeta Florencio de la Sierra, observando la naturaleza nos indica con tesón la dura jornada que ha emprendido en defensa del pueblo, y en efecto las montañas, los ríos, y las quebradas han sido transformadas durante un largo lapso de tiempo para llegar al estado actual tal como las observamos; luego como todo ser humano el poeta siente la tentación burguesa como una recreación: de ser un judío avaro, prestamista y usurero que quiere succionar la miserable sangre del obrero; pero rápidamente reacciona que bajo ninguna circunstancia será un capitulero y finalmente bajo de ese arte tan espléndido en escribir regresa a la naturaleza y nos llena de una bucólica expresión aprovechando los trajines del sol y el viento en mirar el campo silvestre, y si usted quiere lo buscará posteriormente en paginas amarillas de los viejos libros después de estos escritos. Leamos:

------------- V -------------------

AHORA que conocéis la trocha agreste
de donde con ímpetu de cascadas,
de rodillas endurecidas por el tiempo,
al son de la lluvia he llegado a cantar:
el origen de las azules montañas,
de las quebradas y los ríos.

Decídme sin tengo la fisonomía del buitre
para a la distancia de la jungla
por la carroña de un redil
a gritos estar peleando?

Acaso en el manantial de mi sangre
palpita el virus diabólico del prestamista,
para con la devoción de una mano,
golpearme la avaricia del pecho
y con la otra en nombre de la gracia del cielo
vivir de las lágrimas errantes del pueblo?

Los autorizo en la cita plúmbea
de esta tarde, testigo de mi protesta
para gritarme, pero bien fuerte,
si de alcohólico capitulero
estoy embruteciendo al obrero;
pero gritádme sin temores
pero antes que pisando penumbras
llegue la imagen invisible de la Muerte
a señalarme con el índice de una estrella
la ruta de los Cinco Continentes.

Si tanta es la cristiana curiosidad
en saber de dónde he venido a cantar:
los invito a buscarme en las huellas
que deja el aliento de la lluvia,
en el eco agreste de la piedra,
en la gleba reseca por las caricias del Sol,
en los caminos trajinados por el viento,
y seguid la sombra huérfana de la noche,
la ruta silvestre de las vertientes del alba,
en el cantar plúmbeo de los pajonales,
y como último recurso id a los templos,
prolijos buscádme en las páginas amarillentas...
de los libros roídos por la polilla...
agogera y avarienta de los años.

Florencio de la Sierra

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
ayabaca@gmail.com
ayabaca@hotmail.com
ayabaca@yahoo.com