Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con la historia de La Casa de la Loma Tiene un Fantasma, y como informamos en el capítulo anterior, el sórdido personaje llamado "El Bandolero Huamán" y sus huestes asaltaron a Don Fidelio Morocho, y como no les entregó el "entierro" de su fortuna, en represalia lo asesinaron y devoraron parte de su cuerpo, prepararon sus vísceras a que le llaman "los shungos"como comida y la devoraron como mismas fieras salvajes carnívoras. Aquí apreciamos en la imagen a un pequeño bosque que se encuentra en Chilcapampa, Socchabamba.
Al regresar a su casa en Jurupe, la viuda Luzmila de Morocho, solo encontró parte del cuerpo de su esposo , ya que perros y zorros habían devorado el resto que dejaron los bandoleros, y con la ayuda de su hermano Apolinario, levantaron los restos del cadáver y le dieron sepultura dentro de la misma casa, justo ocuparon el hoyo donde antes estuvo una gran tinaja conteniendo la fortuna de la familia.
Superando el dolor de la terrible tragedia familiar, Don Apolinario, pensó en vengar el execrable crimen contra su cuñado Fidelio , porque las características del crimen le hicieron pensar que fue el "Bandolero Huamán" el asesino, ya que en vida Don Fidelio Morocho, había sido amenazado varias veces por el terrible bandolero y éste, había jurado que si no le entregaba la fortuna se lo comería como un cordero; y vaya que cumplió su palabra el salvaje bandolero; y recordó a su amigo , "Pancho el feroz", y después de 8 días de duelo, Don Apolinario viajé a Tacalpo en cuyo lugar vivía su amigo "Pancho".
Don Apolinario , ensilló un caballa negro, hocico blanco y partió a las 6:00 p.m. desde Jurupe; era su deseo llegar a Tacalpo a la 1:00 a.m. , el jinete iba a todo trote, al ingresar a una hoyada que era un lugar oscuro y tenía una aspecto tétrico, porque según el comentario de algunos viajeros allí "penan" (Así se llama en Socchabamba a ciertos lugares donde los espíritus del más allá, salen a asustar a los humanos), a medida que iba ingresando al funesto lugar, el caballo empezó a inquietarse; entonces Don Apolinario que era un hombre corajudo , aplicó las espuelas a la panza del equino y avanzó a toda carrera; por el impulso que puso el caballo al sentir las espuelas , Don Apolinario por la inercia de la fuerza en el avance se le levantó la cabeza y la volteo de arriba a atrás y alcanzó a ver un bulto negro que estaba sobre su cabeza; pero no se amilanó, al contrario aplicó mas las espuelas al solípedo, cual sería su sorpresa que superando lo mas profundo de la hoyada y ya empezando a salir, había sobre el piso un hombre tumbado sobre el piso y estaba rodeado de luces de luciérnagas y estos insectos despedían una iluminación fosforescente de color verde, azul y blanco.
El Caballo reventó a corcovear impulsando el cuerpo de Don Apolinario hacia adelante que de no haber sido un excelente jinete, el cuerpo hubiese "volado" por los aires, se salvó por un "pelito"; prácticamente de las orejas regresó a de nuevo al sillón del apero. Don Apolinario hasta ese momento no había perdido la ecuanimidad; pero poco a poco sintió que alguien lo abrazaba desde la espalda y vio unas manos negras peludas con garras que iban hacia la cintura, en aquel momento invocó a Dios que lo ayude; por que comprendió que los espíritus del más allá lo acosaban, al implorar a Dios, logró sacarse de esa cosa negra que estaba sobre el anca de su caballo; durante ese trajín, se había olvidado del bulto tumbado sobre el piso, pero ya no estaba , solo escuchó una voz femenina que decía:
---"Apolinarioooooo... soy Violeta Manuelaaaa..., sígueme hasta la quebrada del fondo, allí tengo un "entierro" de muchas libras esterlinas, hasta ahora no hay un verdadero hombre que me enamore y a cambio de ese "amor" le entregaré la dote de mi fortuna, yo se que tu eres un hombre valiente y con los cojones en su lugar, por eso te estoy llamando, ven por favor Apolinariooooo".---
Don Apolinario estaba tan aturdido, que no sabía si estaba despierto o estaba dormido soñando, o tal vez era una cruel pesadilla; sin embargo todo era la realidad tan clara como el agua cristalina, y este hombre era impulsado por una fuerza desconocida que iba directo a la voz de aquella fémina energúmena que le llamaba con insistencia; él, ya no estaba sobre el caballo, ahora caminaba por una falda empinada y su cuerpo se iba cuesta abajo a un precipicio, que quien llegaba al final se despeñaba muriendo en el acto con el cuerpo destrozado, ya que le desnivel era de 150 metros de altura. El hombre como estaba perturbado seguía bajando a una muerte segura, de repente cantó un gallo.... quiiiriiiquiiiii..., justo despierta de sueño diabólico Don Apolinario al filo de la peña, se salvó de morir por un "pelo", regresa cuesta arriba y encuentra a su noble caballo esperándolo; montó y se fue hasta Tacalpo; ya eran como las 2:00 a.m. y se encuentra con un amigo que venía en sentido contrario y como ya la luna llena había salido de su escondite en el cielo, se saludaron y Don Apolinario , narró a su amigo lo que le había sucedido en la hoyada y así se expresó:
----"Compadre Florencio, acabo de salir de la hoyada, primero mi caballo estuvo nervioso, luego observé una sombra negra en el suelo iluminada por luciérnagas, en seguida alguien se subió al anca del caballo y quiso abrazarme, invoqué a Dios y desapareció, después no supe como me apíe del caballo, y luego escuché la voz de una mujer que me llamaba dándome su nombre y yo acudía a su llamado y gracias al canto de un gallo me salvé de morir"-----
El Señor Florencio, que conocía la historia de la "Viuda Maldita", se atemorizó mucho, porque esta ánima solo sale una vez al año de sus escondites infernales para llevarse a un hombre a su morada del más allá, y contestó:
---"Compadre le ha salido la "viuda maldita" que siempre se toma el nombre de una mujer conocida, dicen que sale una vez al año y siempre se lleva a un hombre al más allá y no desaparece hasta que alguien muere despeñado, allí captura al espíritu del que a va ser finado y se lo lleva para amarse por un año y luego este espíritu se va a los quintos infiernos a padecer por siempre en compañía de satanás"-----
Con semejante relato Don Apolinario, reconoció que tuvo mucha suerte seguir viviendo y no morir despeñado, luego de esta conversación ambos hombres se apearon de sus cabalgaduras y esperaron la luz del alba en una amena conversación, para luego seguir sus caminos con la luz del nuevo día..................continuaremos.............
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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