Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG:, ahora iniciamos un corto relato que sucedió a hace muchos años atrás, y empieza así: Hubo un gran hacendado que cultivaba con esmero las tierras de su hacienda, llamada: "El trabajo hace la fortuna", ubicada en Chilcapampa, Socchabamba,era tal el empeño que desplegaba en sus cultivos que sacaba hasta tres cosechas al año; como antiguamente no había carreteras y tampoco camiones, todos los servicios del transporte se hacían por medio de grandes recuas de asnos y caballos.Aquí apreciamos una típica capilla, esta, está ubicada en el Sector "La Pampa" en Socchabamba, justamente el Sector Chilcapampa queda frente a este capilla.
El hacendado, "Héctor el afortunado" como lo conocían sus vecinos, contrataba una gran cantidad de peones y ellos iban con sus esposas e hijos a la hacienda; llegamos a mayo, lo sembríos están en plena madurez, ya que a principios de junio se cosechará y la venta de la producción se hará en julio y agosto, que son los meses de escasez en grandes comarcas orientales.
Don Héctor el afortunado"había amasado una cuantiosa fortuna en dinero metálico, joyas preciosas y lingotes de oro de 24 kilates y grandes talegas de plata fina, y todo esta caudal estaba almacenado en cofres y tal vez estaban enterrados en algún rincón de la enorme casa. De la familia a la que pertenecía, él, era el único sobreviviente; tuvo tres hermanos, pero murieron en circunstancias extrañas: Su hermana Melchora se ahorcó en la casa familiar colgándose de la garganta desde el viga de chachacomo con una soga hecha de cerdas de mula negra; su otra hermana Lucrecia, murió acuchillada en los genitales, porque era estéril, probablemente la asesinó su amante, y su último hermano Ruperto, murió ensartado (atravesado) sobre la asta del "toro mocho" que lo habían beneficiado (matado) el día anterior, éste, infeliz hombre tropezó y cayó sobre el cacho (asta) y le atravesó el corazón.
Aquí apreciamos este pequeño bosque muy típico en Socchabamba, varios como este, hay en el Sector Chilcapampa.
La Casa Hacienda tenía fama, porque allí "penan" (Así se llama en Socchabamba a los espíritus del más allá que vienen al mundo terrenal a asustar a los humanos); tal vez era una treta bien preparada por los dueños para evitar la "visita de los amigos de lo ajeno", lo cierto era que la casa era muy grande con grandes ventanales hacia el oriente y totalmente cubierta hacia el oeste.
Un jueves en la tarde llegó un extranjero de nombre William, él, había conocido años atrás a "Don Héctor el afortunado ", pero este gringo era un tipo de la peor calaña en su tierra; cuando estaba en euforia y con su malévolo carácter en alza, gritaba a los 4 vientos que había matado a mas de 20 chivatos (así se llama en Socchabamba a los hombres maduros y solteros) y a cada uno de ellos les había sacado de sus cofres todos sus caudales.
Don Héctor, recibió con mucha amabilidad al visitante, no lo conocía mucho, fue su compañero de viaje en un barco que iba desde Paita a la Capital Lima, compartieron el mismo camarote, y tal vez algo mas, ya que las malas lenguas decían que Don Héctor no le apetecían las mujeres, sin embargo nada se había probado que fuese del "otro bando" y lo recibió así:
----"Bienvenido Mr. William a mi casa, nunca pensé que hubiese llegado hasta este lugar, estoy seguro que los días que permanezca aquí le serán placenteros"-----
El gringo William, que tenía planes en contra de su anfitrión, controló sus malditos impulsos y "amablemente" contestó:
---"Muchas gracias amigo Héctor, yo he tenido que viajar muchos días y noches para llegar aquí y veo que valió la pena, conocer su residencia, muchas gracias nuevamente, es un placer estar en estos lares"-----
Luego el invitado ingresó a la casa, fue atendido por una hermosa chola llamada Adelina, quien tenía unos 28 años de edad, ella trabajaba allí desde muy niña y estaba enamorada de Don Héctor, pero él, nunca la miraba como una hembra, sino como una hermana menor. Entonces el gringo William y la Chola Adelina hicieron una rápida "química", fue un flechazo a primera vista, habían nacido.."el uno para el otro".... , pasó por su mente del gringo William que justo tenía una aliada indicada para llevar adelante sus planes que tenía en contra de su anfitrión.
Adelina, también pensó así: "por fin llegó un macho que tanto lo he deseado hace 28 años, ya que le taimado de Héctor no le gustan las mujeres, solo trata de acumular tanto dinero y tal vez para nadie de su familia, porque ya no tiene a nadie, o quizás, algún día será mía, por eso tengo que ser fiel a Héctor, pero este gringo me lo "como" esta noche, tengo tantas ansias de amorrrr".
Y así iba llegando las horas de la noche de ir a la cama a dormir.............continuaremos..........
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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